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Capitulo 28: Decisiones/elecciones

Leo se voltea para mirar a sus amigos. Cuando los ve, le es difícil no pensar que estas últimas semanas no la estuvo pasando bien con ellos. Hay muchas cosas que cambiaron y el tiempo que estuvieron juntos hoy, remarco ese sentimiento. Después, se enfoca de nuevo en Abril, esa chica consiguió llamar su atención, le intriga mucho la forma en que habla y actúa.

«Ella tiene razón, quiero salir de aquí», confirma al instante con solo cruzar miradas con ella. «Le seguiré el juego por hoy. Es lo que tengo que hacer, le dije que pasaríamos el día juntos cuando nos encontremos», con esa excusa en mente, se decidió.

Tomo un poco de distancia, luego corrió hacia la malla, salto y empezó a treparla sin mucho esfuerzo. Sus amigos no entienden qué pasa y están sorprendidos por lo que ven.

—¡Te encargo mis cosas, Alex! Nos vemos mañana! —grito Leo desde el otro lado

Sabrina y Abril vuelven a cruzar miradas, pero esta vez por alguna razón a ella le molesta.

«¿Quién es esa chica?, ¿por qué se está yendo con ella?, ¿por qué me sonríe de esa forma? ¿Quién se cree qué es?, aparece de la nada y se lleva a Leo, no entiendo por qué se va con ella. No de...».

Alex toma la toma del brazo e interrumpe lo que está pensando.

—¡Vamos!, si nos apresuramos puede que lleguemos antes que el profesor y no nos regañen.

Ellos empiezan a correr mientras se dirigen al aula.

Leo camina al lado de Abril, no sabe a donde van solo la sigue sin preguntar nada. Hace tiempo que no andaba por la ciudad a esta hora, se puede ver que no hay tanto movimiento. Él la observa de reojo de manera disimulada, le dijo que ella también se había escapado, pero no tiene el uniforme de su escuela. En ese instante, la chica con pircings se da cuenta de que la está mirando y cruza miradas con él. Rápido, trata de evitar esto y de manera disimulada se enfoca en el suelo.

—Puedes mirarme todo lo que quieras, después de todo... hoy me arregle más de lo normal porque sabía que iba a verte.

Él no responde nada.

»¿Y bien? ¿Cómo me veo? —Se adelanta un poco para que pueda verla bien.

—Te ves bien.

Abril hace un pequeño puchero.

—Puedes esforzarte un poco más, estamos en una cita. ¿No te parezco una chica linda?

—Sí, eres una chica linda.

La mira a los ojos y ella le mantiene la mirada, lo que hace que él aparte de nuevo la suya. Leo no está acostumbrado a que lo vean de esa forma, se nota que no siente vergüenza, es bastante directa con su forma de hablar y es fácil de darse cuenta de que tiene un carácter fuerte. Ahora que lo piensa, la forma en que se viste, en que camina y la actitud que tiene, le gusta.

—Bueno. Eso es un poco mejor, solo falta que le pongas un poco más de entusiasmo.

—¿Y tu uniforme? —cambia de tema—, si te escapaste de tu colegio ¿no deberías traerlo puesto?

—Traje un cambio de ropa, lo tengo en la mochila. No iba a venir vestida con el uniforme. Pero si tienes curiosidad de a que escuela voy, es la "Industrial".

—Es una buena escuela por lo que escuche.

Abril le responde haciendo una cara de desagrado. Después de caminar un rato, él empieza a tener curiosidad hacia donde van.

—¿A dónde vamos?

—Hay un carrito en una plazoleta aquí cerca que me gusta la comida que vende. Tenía ganas de ir ahí, y como te saque temprano de la escuela, yo invito.

—Parece que lo tenías todo planeado, tuviste suerte de encontrarme.

—Ya te lo dije Leo, el destino nos quiere juntos.

—¿Entonces te escapaste de tu colegio y fuiste a buscarme pensando qué me encontrarías por suerte?

—El destino nos da una mano, pero tampoco hay que ir sin un plan. Sabía que a esa hora es el recreo en tu escuela; si no te veía, iba a pedirle algún chico que te busque. Destacas demasiado en esa escuela.

—Creo que tienes una idea equivocada de mí, nadie me conoce.

—Estoy segura de que muchos te conocen. Debes ser el único chico con el pelo tan largo, además de ser el único de un barrio peligroso como el tuyo. No me sorprendería que haya algunos rumores raros acerca de ti.

—Si lo pones de esa forma, puede que tengas razón.

En ese momento, llegan al lugar donde quería ir Abril. Mientras hacen fila para pedir algo de comer, ella le cuenta las opciones que tiene para elegir. Su "cita" Recién empieza y tienen todo el día para ponerse al corriente.

Por otro lado en el aula de la escuela.

«De verdad se fue, estaba preocupada porque se podía meter en problemas, pero los profesores casi ni le prestan atención a él. Supongo que eso es algo bueno», pensó Sabrina mientras escucha la clase.

Alex por su parte está relajado, incluso se siente un poco orgulloso.

«Buen trabajo, pequeño pichón, ya estás dejando el nido. Esa chica es muy linda, supongo que vale la pena saltearse la escuela para quedar bien con ella. Crecen tan rápido...».

Sabrina deja de tomar notas, no está concentrada y está algo molesta.

«Ahora no podre darle el regalo, tanto me esforcé por darle una sorpresa y él se va con una chica», suspira, trata de calmarse un poco, una vez relajada, continua con sus pensamientos. «¿La conocerá hace mucho tiempo? No creo que sea así, de lo contraria nos hubiera contado algo, ¿verdad? La vez pasada también saludo a esa tal Karina. Siento... que estoy muy distanciada de él».

Empieza a ponerse triste, todos los planes que tenía para hoy acaban de caerse. La emoción por darle el regalo se acabó. «No debo deprimirme, él se lo pierde. ¡Si!, el que se fue enojando el viernes fue Leo. El que tiene que estar triste ahora es él, no yo. Si quiere irse con esa chica con pircing en la nariz y sonrisa de tonta que se vaya, no tengo porque ponerme triste. Él se pierde de pasar tiempo conmigo y Alex, además de la sorpresa y de todas las cosas divertidas que íbamos a hacer hoy. Que quede claro que es "él" quien tiene que sentirse mal», se repetía una y otra vez para no deprimirse.

Ahora está enojada con su amigo. Está decidida no va a ponerse triste por su culpa y mucho menos va a perder la clase que tiene ahora. Falta para que termine la escuela y si el tonto de su amigo prefiere irse con otra chica es libre de hacerlo, ella no se va a meter en las malas decisiones que tome.

«¡Ash, no aguanto! ¡Apenas te vea mañana verás lo que te pasa!, no me quedaré callada, no puede escaparse de la escuela así como si nada».

Leo pidió lo mismo que Abril, se siente un poco culpable de que ella esté pagando todo y por eso prefiere elegir eso. Se sentaron en unos bancos que están por ahí, usan la caja en la que viene la hamburguesa como plato, no recuerda cuando fue la última vez que comió de esta forma.

—Te dije, son bastante ricas y por buen precio —comenta Abril, después de darle una buena mordida a su comida.

La está pasando bien dentro de todo, siente un poco de culpa por haberse escapado. Es la primera vez que lo hace en esta escuela y ahora que el momento ya paso, sabe que Sabrina lo va a regañar cuando lo vea. Pero espera que valga la pena, tiene bastante interés en lo que dijo Abril la última vez y con lo poco que la va conociendo siente que tomo la decisión correcta.

—Acerca de lo que mencionaste la última vez qu...

—Alto ahí vaquero —interrumpe ella—. Por lo general se deja el tema de más interés para el final. Hay muchas otras cosas que podemos hablar antes de eso.

—Lo siento, pero tengo curiosidad de saber a qué te referías cuan...

—Leo... —Una vez más, no lo deja terminar.

Corre las cajas con la comida, se levanta un poco y luego se acomoda a su lado. Él está atento a todo lo que está haciendo.

—¿Tienes novia?

Está muy cerca, puede sentir como sus piernas se tocan, nunca tuvo uno cita con una chica, pero le parece que esto es algo que solo ella haría.

—No.

—¿Te gusta alguien?

—No.

Ella se aparte un poco mientras sonríe.

—¿Te gustaría enamorarte?

—Supongo, creo que todos quieren hacerlo.

—Ves, hay temas más interesantes.

Él sonríe en respuesta al comentario que acaba de escuchar.

«A decir verdad, quiero seguir pasando el rato con Abril. Me siento algo nervioso a su lado, pero supongo que es normal, es mi primera cita con una chica. Y ella es... bastante inesperada, es difícil intentar saber que piensa o que va a hacer».

Continuaron charlando sobre sus pasatiempos. Abril guia el ritmo de la conversación: hace las preguntas, agrega comentarios o incentiva a que Leo amplié sus respuestas. Esto le parecía algo bueno a él, ya que por lo general, no es de hablar mucho. Se siente bien a su lado, es como si se conocieran hace mucho tiempo.

Después de terminar de comer, ella se levantó para tirar la basura. Cuando volvió se paró frente de Leo.

—¿Y bien? ¿A dónde llevarías una chica para pasar el tiempo?

—No lo sé. No lo había pensado.

—Puedo ser un poco más específica. ¿Hay algún lugar al que quieras ir conmigo?

No sabe que decir, si fuese Sabrina no le tomaría nada de tiempo responder. La conoce y sabe que puede ir a cualquier lado con ella y no habrá problemas. Pero ahora es diferente; no sabe nada de ella, no se la imagina en un árcade jugando, en un cibercafé o leyendo mangas para pasar el rato.

«Supongo que tengo que pensar un poco como Alex: Él llevaría a una chica a un lugar donde no haya mucha gente, que sea tranquilo y cómodo para seguir hablando», mientras piensa, la mira atentamente, esta parada delante, no quiere seguir haciéndola esperar y va por lo seguro.

—¿No tienes planeado ir a otro lugar?

—Puede ser, pero estoy interesa en saber que te gustaría hacer.

—Por hoy creo que es mejor seguir lo que tengas en mente.

Abril sonríe como si hubiese conseguido lo que quería.

—¿Por hoy? ¿Eso quiere decir que nos juntaremos de nuevo?

Leo no lo había dicho por eso, solo respondió lo que creyó mejor.

—Tal vez...

Él se levanta y empieza a seguirla. Van paseando por la ciudad, empieza a haber más movimiento, más gente, más ruidos, hacen que sea un poco molesto estar caminando por las veredas.

Luego de caminar un rato, llegan al lugar que quería venir Abril, se llama "La plaza del recuerdo": los turistas suelen venir aquí a sacarse fotos en las diferentes estatuas, la gente de la ciudad viene a sentarse en los espacios verdes a pasar la tarde, es un buen lugar para venir los fines de semana en grupo. Si sigues el camino principal, las estatuas que hay van contando la historia de como se fundó la ciudad y su progreso. Pero como no vinieron a ver eso, van por otro camino, buscan un lugar tranquilo para sentarse. Una vez que lo encuentran, se ponen cómodos y casi al instante el celular de Abril empieza a sonar, tiene una llamada. Se aleja mientras le hace una seña a Leo de que la espere. Después, de unos minutos, ella vuelve y se sienta delante de él.

—Lo siento, mi madre me llamo.

—¿Está todo bien?

—Sí, solo quería saber si iba a ir a casa después de la escuela. A diferencia tuya, tengo clases hasta las 1 p.m y no nos dan almuerzo. No sé cómo haces tú para aguantar todos los días hasta 4 p.m.

—A decir verdad, yo tampoco sé.

—Nunca me imagine que irías a esa escuela, estoy bastante sorprendida.

Leo recuerda lo que le dijo cuando se encontró con ella, es la oportunidad para hablar de eso.

—A que te referías cuando dijiste que "perdía mi tiempo".

Por primera vez, Abril es la que aparta la mirada. Se toma unos segundos para volver a mirarlo.

—Bueno... Leo, ¿tú te imaginas yendo a una universidad?

—No.

—¿Tampoco te imaginas teniendo un buen empleo, una buena pareja y una familia?

—No entiendo que tiene que ver con lo que dijiste.

—De seguro debes saberlo, de lo contrario no estarías aquí conmigo. Sabes que todos los que van a esa escuela se imaginan estudiando en alguna universidad, se imaginan un futuro con un buen trabajo y una vida bastante cómoda.

Ella pone una mirada triste, el buen ánimo con el que estuvieron todo el tiempo desaparece.

»Nosotros no pensamos de esa forma. Debes sentirte que no encajas ahí, que ellos son demasiado buenos en comparación contigo, y que no importa que tanto te esfuerces, nunca serás igual a ellos.

—¿Entonces solo debo resignarme y vivir de manera miserable? —pregunta molesto por lo que acaba de escuchar—. No pienso ser como los del barrio, no viviré de esa forma solo porque nací ahí.

Abril al ver que se enojó un poco con lo que dijo, sonríe de manera sutil para tratar de cambiar el tono de la charla.

—El primer recuerdo que tengo tuyo es de cuando tenías 7 años y faltaba poco para que yo cumpla 9. Seguro te conozco desde antes, pero creo que esa fue la primera vez que te mire atentamente. Estabas jugando al fútbol con los otros chicos en la plaza.

Ella se levanta, con sus manos empieza a limpiarse el pantalón dándole pequeños golpes, se acerca a Leo para sentarse a su lado y continua.

—Eras tan tierno. Sin darme cuenta empece a verte desde lejos en los recreos de la escuela. Con tan solo 7 añitos ya se notaba que eras muy diferente a los otros chicos.

—Que yo recuerde, nunca hice algo diferente o sobresalí en algo a comparación con otros nenes.

—Bueno, creo que en parte es por eso. Los otros nenes eran muy torpes, tontos y siempre querían ser el centro de atención. Pero tú, siempre hacías lo que querías, no importaba si otros te seguían o no, jugabas a lo que tenías ganas, no a lo que estaba de moda.

Abril lo mira un poco avergonzada.

»Lo sé, lo sé. Son detalles tontos o pequeños, pero a mí me gustaba eso. Desde que soy pequeña, papá me enseño a observar a la gente, a estar atenta a los pequeños detalles para así hacerme una idea de como son. —Al decir esto, se puede notar su entusiasmo y alegría.

»Al comienzo era muy difícil, pero con el tiempo se me dio muy bien. No sé si los sabías, pero más del 60% de la comunicación de las personas es no verbal, por lo tanto, puedes aprender más de una persona viendo como se comporta.

—Es... un dato interesante, creo que lo mejor es la alegría con la que lo cuentas.

—Bueno... sí, es un tema que me gusta mucho. Después de todo, mi papá se empeñó mucho en que aprenda eso y en cierta forma siento que es lo único que me quedo de él. Murió cuando yo tenía 10.

—Lo siento mucho. De seg...

—No te preocupes, fue hace mucho ya. Sé que no es algo bueno de hablar en una primera cita, pero ayudara a entender lo que te dije antes.

Él se limita a asentir con la cabeza.

«¿Tengo que decirle algo más? No sé cómo hacerla sentir que le doy mi apoyo, ese tipo de cosas no se me da bien y menos con alguien que recién estoy conociendo», pensó

—No tienes que hacer nada —dijo, como si leyera su mente—. Solo dejar que te conquiste —bromeo para ayudarlo a que se relaje.

»Luego de unos meses mi mama consiguió otra pareja —continuo la historia—, y al tiempo nos mudamos. Hace más de 7 años que no vivo en el barrio, al comienzo trate de adaptarme, pero no importa que tanto me esfuerce siento que nunca encajo.

—¿Y crees que me va a pasar lo mismo a mí?

—¿Acaso me equivoco?

—No me interesa encajar con ellos, solo quiero salir de donde vivo. Llevar a mi madre a otro lugar mejor.

—Para hacer eso no necesitas mentirte o aparentar ser alguien diferente a lo que eres.

—Yo no aparento ser otra cosa.

—Pero quieres vivir como uno de ellos y tú no eres uno de ellos. Entraste a ese colegio, podrías ir a cualquiera de la zona baja y sin estudiar sacarías buenas notas. Incluso tendrías tiempo para conseguir un trabajo y ayudar en tu casa, ¿no lo ves? Sacrificas tanto para estar ahí y podrías hacer mucho más en otro lado.

Leo aparta la mirada, quiere responder algo pero no puede. Él muchas veces pensó de esa forma, sabe que podría hacer ese tipo de cosas, pero eso significaría alejarse de sus amigos y compartir más tiempo con los de su barrio. Al ver que no responde nada, continua hablado Abril con un tono suave y mirada seria

—Sé que no soy nadie para decirte que hacer, nos reencontramos hace poco y tú ni siquiera me recuerdas. Pero no puedo evitar ser directa contigo, no quiero que te pase lo mismo que a mí.

—No te preocupes, no intento encajar con los demás, los únicos con los que me relaciono son mis dos amigos.

—¿por qué te veías tan fuera de lugar con tus amigos?

—Supongo que estos días nos hemos distanciado un poco, solo es eso.

—Hmmm, déjame decirte que tu suerte está mejorando. Si el día de mañana te sientes solo o necesitas hablar con alguien yo estaré para ti, después de todo, nos entendemos bastante bien, ¿no crees?

—Suena bien, pero no tengo como encontrarte —responde con una sonrisa.

—Creo que lo mejor será no separarse, de esa forma si pasa algo estaremos juntos.

Se ríen después de decir ese chiste, el ambiente de la charla se volvió más tranquilo. Sin decirlo, ambos están pensando lo mismo, prefiere seguir con este tono la conversación, de esa forma pueden pasarla bien. Leo entiende un poco a lo que se refiera Abril cuando dijo que perdía el tiempo, aunque no esta de acuerdo del todo con lo que le dijo. Quizás si preguntara un poco más le quedaría todo claro, pero disfruta mucho del tiempo con ella cuando están relajados y hablan de cosas sin importancia.

Unas horas después.

Sabrina, Alex, Seba y Daniela están saliendo de la escuela.

«Bueno, las clases terminaron, ahora podre distraerme con Alex. Sé que quedamos en juntarnos con él y Leo después de la escuela, pero ahora que somos nosotros dos, algo se nos ocurrirá para hacer. Además, siempre que estoy con él la paso bien», pensó Sabrina mientras caminaban.

Luego de salir de la escuela y avanzar unas cuantas cuadras, Alex empieza a despedirse, esto sorprende a Sabrina.

—Pensé que íbamos a pasar la tarde juntos —respondió ella con sorpresa.

—Lo siento, me surgió algo de último momento. Tengo que irme. —se despide y se va sin dar muchos detalles.

Un poco más adelante Daniela también se va, dejando a Seba y Sabrina

«¿Alex también me hizo de lado? Hoy íbamos a pasarla juntos, supuestamente Alex sabia eso y habíamos quedado en ir a su casa... hoy estuvo actuando raro, evitaba a Daniela y ¿ahora me evita a mí? O será que n...»

—¿No qué ibas a pasar la tarde con tus amigos? ¿De qué me perdí? —pregunta Seba, interrumpiendo sus pensamientos.

—Yo también pensé lo mismo, no sé qué paso.

—Yo estoy disponible por si quieres hacer algo ahora. —La mira directo a los ojos con una gran sonrisa.

Ella no quiere ser mala, pero quiere irse a casa, hoy estuvo de mal humor desde que vio a Leo irse y ahora también está molesta con Alex. Le vendría bien un largo baño mientras escucha música para relajarse y olvidarse de todo.

—Lo siento, Seba. Pero quiero irme a casa, luego te escribo.

A él le siente un poco mal su respuesta, su novia acaba de preferir irse a su casa que pasar tiempo a su lado. Pero hoy la vio de mal humor, así que tratara de no decir nada esta vez. Ambos se despiden y van cada uno por su lado.

Por su parte Alex se aleja caminando de manera rápida.

«Vamos Alex, no dudes. Debes ser decidido, no mires atrás, no pienses mucho, solo has lo que crees correcto, soldado que huye sirve para otra batalla. ¡Eso es! Puede que sienta que pierda la oportunidad de pasar la tarde con Sabrina, pero es por una causa mayor».

Busca una manera de consolarse, tenía muchas ganas de pasar la tarde con su amiga, pero en lo profundo de su ser, bien adentro, sabe que está haciendo lo correcto.

«Debo solucionar mi problema, mientras más tiempo pase será peor. Tengo que hablar con el gran sabio. Él me ayudará con todo esto que siento y me dirá como solucionar todo».



Fin del capítulo 28

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