Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 24: Actividades de un Sábado

Sábado 10 a.m. hace un rato que se levantó, va a aprovechar para entrarse a bañar y así quitarse el sueño. Anoche todo termino temprano, se entretuvieron un poco con un par de juegos hasta que se calmó Sabrina, luego, acompaño a Daniela hasta la parada del colectivo. No dijo nada sobre lo que está pensando, pero tiene en mente decirle que no quiere tener una relación con ella.

Hoy no va a pensar en eso, sabe que va a ser un buen día y si marcha todo bien, lo pasara a solas con Sabrina.

—Hola, ¿me extrañaste?, hoy es tu día de suerte. —dijo mostrando su mejor sonrisa.

«No, no, no. No me convence», negó con la cabeza. «Tal vez sea mejor algo más divertido» Alex solo tiene encima una toalla mientras practica sus chistes y caras frente al espejo. Al comienzo lo hacía por imitar a las películas, pero luego se le hizo un hábito. Le divierte y le ayuda a tener más seguridad.

—Hola, chiquibaybi. ¿Lista para pasar uno de los mejores sábados de tu vida?

«Na, muy exagerado. Algo más sencillo».

Se peina un poco y empieza a cepillarse los dientes, mientras sigue pensando en como saludar a Sabrina cuando la vea en la "Megatiendix".

«¡Ya sé! La saludo normal sin decir nada, luego espero un poco. Ella siempre está sonriendo y de buen humor, entonces le diré: "se nota que estás emocionada por pasar tiempo conmigo" y le agrego mi toque, "suelo producir esos sentimientos, no te preocupes"», mira su reflejo y sonríe de manera ganadora. Sale sintiéndose satisfecho del baño. Entra a su habitación y va directo a su celular. Tiene unos mensajes de Daniela, pero no los va a abrir, no tiene ganas de hablarle.

Empieza a vestirse con ropa para estar en casa, se va al escritorio que tiene y prepara todo para ponerse a estudiar un poco. No va a adelantar mucho, por lo general come con su padre a la 1 p.m y tiene que verse con Sabrina a las 3 p.m. Él aprendió a usar esos pequeños momentos que tiene para estudiar o adelantar lo más que pueda las cosas de la escuela.

«Estoy algo ansioso por lo de hoy, hace mucho que no pasamos tiempo los dos solos. Tengo que lucirme, ser un poco más normal, tener cuidado con lo que digo y no meter la pata, así no se vuelve incómodo el ambiente».

Mientras tanto en ese mismo momento en otro lugar.

Sabrina está jugando en su consola de videojuegos, hace un rato termino de estudiar y aprovecha que falta para que la llamen a comer. Anoche, apenas se fueron sus amigos se quedó dormida casi al instante, estaba muy cansada. Pero ni eso, ni que sea sábado evita que madrugue, le gusta aprovechar sus días. Por eso, se levantó a las 8 a.m, se bañó y se puso a estudiar un rato para adelantar lo máximo posible. Una vez satisfecha, se puso con los juegos para relajarse.

«No sé porque esta mañana está pasando superlenta, quiero que ya sea la hora de juntarme con Alex. Me gustaría que el tonto de Leo también estuviera, así pasamos tiempo los tres como solemos hacer, pero no hay forma de avisarle. Dentro de poco esto no sucederá, estoy algo emocionada por saber que tendrá celular y podremos comunicarnos con él».

Pone pausa al videojuego, se levanta y empieza a preparar la ropa que va a usar para salir.

«Ahora que pienso sobre lo de anoche, paso mucho desde que estuve a solas con Leo, más de 2 semanas», se detiene por un momento, deja de buscar ropa y pone una pequeña cara de culpa. «Quizás... descuide un poco mi amistad con él. Antes hacíamos muchas cosas y ahora de golpe nada, no recuerdo cuando fue la última vez que hablamos los dos solos. Supongo que yo también me enojaría si él o Alex no me prestaran atención por tanto tiempo».

Luego de esa pequeña reflexión, saca la ropa que se va a poner. No le toma mucho tiempo elegir porque se va a ver con uno de sus mejores amigos. Está decidida, va a empezar a pasar tiempo con sus amigos, lo de Seba marcha bien y está disfrutando lo que tiene con él, pero no por eso va a descuidar la amistad que tiene con sus dos amigos.

«De mi relación con Alex no puedo decir lo mismo, nos escribimos mensajes, tuvimos esas llamadas y lo voy a ver ahora. Incluso... estuve pensando bastante en él, demasiado ahora que lo menciono», rápido, para que ese pensamiento no suene raro, busco una excusa. «Supongo que es porque los extraño, seguro que después de hoy voy a poder tener mi mente tranquila en lo que a Alex se refiere».

Deja la ropa separada para después, por ahora va a seguir cómoda con el pijama. Viendo que falta poco para ir a comer con sus padres, apaga la consola y va a pasar un poco de tiempo con ellos.

Son las 1 p.m, Leo sale de bañarse, hace un rato se levantó. Volvió tarde a su casa y aprovecho que es sábado para dormir todo lo que pudo. Luego de cambiarse, se dirige a la sala donde esta su madre sentada tomando un té.

—Hola, Leo —saluda sonriendo—, es raro verte un sábado aquí. ¿No tuvieron su juntada para ver películas con Alex y Sabrina?

—Sí, pero termino temprano y no quise quedarme —respondió sentándose al frente.

—¿No quisiste?, ¿paso algo con tus amigos?

—Ellos estaban con sus parejas, no quería estar en medio de eso.

—¿Alex también tiene pareja ahora?

—Algo así... —Leo cambia de tema porque no quiere hablar de eso. —Anoche vimos "Aliens el inicio" ¿La conoces?

—Sí, la vi cuando era chica.

Él empieza a contarle con detalles que le pareció y las escenas que le gustaron. Su madre opina lo poco que se acuerda de la película. Le gustan mucho estos momentos que pasa con ella, es algo sencillo pero bastante agradable.

—¿No tienes qué trabajar en el almacén hoy?

—No, la semana pasada fue la última vez. Me dijo que iba a meter a alguien que trabaje horarios completos.

—Mejor, no tienes que estar trabajando. Tienes que estudiar y disfrutar de tus amigos.

Su madre se levanta, va directo a la cocina donde pone la pava para prepararle un té a su hijo, saca el último paquete de galletas y lo pone encima de la mesa, pero antes de sentarse le hace una pequeña caricia en la cabeza a su hijo.

Leo mira de reojo a su madre mientras miran la televisión. Será porque no pasa mucho tiempo en casa, pero ahora que le presta atención a ella puede notar que está mucho más flaca de lo que recuerda. No se habría dado cuenta si no fuese por la caricia de recién, pudo ver un poco su antebrazo. Su madre siempre viste con camperas o remeras de manga largas que le andan un poco grande. Deja de mirarla cuando escucha el sonido de la pava, se levanta y va a prepararse él té. Una vez tiene todo listo va a la mesa de nuevo.

—Hoy voy a pasar este sábado en casa. —anuncia sonriendo.

—No hace falta que estés todo el día aquí, ¿no tienes planes con tus amigos?

—No, voy a aprovechar para estudiar. ¿Me harás compañía?

Su madre lo mira, esta feliz de tenerlo cerca.

—Claro, si hay algo que me acuerde tal vez pueda darte una mano.

Leo ya tiene listo sus planes para hoy, y está seguro de que lo va a disfrutar.

La hora del encuentro en la "Megatiendix" llego. Sabrina está esperando afuera a Alex mientras mira su celular. Unos 5 minutos después, llega él.

—Hola, Sabrina —saluda de manera animada y con su característica sonrisa

—Hola, Alex, entremos. —indica, mientras empieza a caminar—. Quiero ver otras cosas mientras estamos aquí.

—Como ordene, patrona.

Están viendo una vidriera, él la mira y ve que esta de buen humor. Le parece que todo marcha bien. Es hora de hacer lo que estuvo practicando, pero antes Sabrina se dio cuenta de que la estaba mirando.

—Pareces más alegre de lo normal, Alex. Acaso... ¿estás emocionado por pasar tiempo conmigo? —pregunta para burlarse.

—¿Eh?, no, debe ser idea tuya. —responde evitando mirarla, nervioso.

—Si, tú lo dices... Trata de disimularlo más para que te crea.

Sabrina se ríe mientras se burla de su amigo.

«Me quito la frase de la boca, tendría que haberla usado antes, no esperaba que sea ella la que se burle de mí», pensó el rubio, derrotado, mientras camina y se siente un poco avergonzado.

Todo marcha bien, están revisando distintas tiendas, ya que es la "Megatiendix" es un centro comercial muy grande donde hay de todo un poco. Alex tiene un pequeño descanso, se sienta al frente de donde acaba de entrar la dueña de sus pensamientos.

«Se supone que venimos a comprar un celular para Leo y todo lo que estuvimos viendo son tiendas de ropas que le gustan a Sabrina», levanta la mirada y a su lado hay otros chicos de su edad, con una simple mirada pueden darse cuenta de que todos están en la misma situación. Mientras cruzan miradas asienten con la cabeza, nunca se habían visto, pero un sentimiento de hermandad, los rodea.

Ella sale de la tienda, con un par de bolsas en cada mano. Mientras sonríe, se dirige a donde esta Alex.

—Listo, sigamos.

Él se levanta sin dejar de mirar a sus camaradas, se despide en silencio mientras entiende lo que ellos le están diciendo con la mirada. "Fuerza, tú puedes, sigue adelante y no te rindas". Alex le devuelve el sentimiento, todo esto pasa en silencio y en unos segundos. Pero Sabrina puede darse cuenta de que algo pasa con esos chicos.

—No sabía que los conocías. —comenta Sabrina

—No los conozco, pero nos entendemos. Les deseo lo mejor —responde—. ¿Encontraste lo que buscabas?

—Solo estaba viendo, siempre es bueno conocer lugares donde vendan ropa interior linda.

—Ni que fueras a mostrarla... o ¿no será que te estás preparando para algo especial?

—No, bobo. No lo entenderías, a los chicos le viene bien usar cualquier tipo de ropa interior, seguro que ni les importa si tiene agujeros.

—¡Ey! En verano viene bien los bóxers con agujeros, no te dejaré hablar mal de ellos. —contesta como si estuviera ofendido—. También sirven para ir más rápido al baño, con algunos no hace falta ni sac...

Sabrina lo interrumpe, prefiere no seguir escuchando esas cosas, hizo mal en darle pie para que hable estupideces sobre eso.

—No quiero seguir escuchando esos detalles, vamos a tomar un helado y luego a ver lo del celular.

Se dirigen a un lugar donde tiene buenas críticas por sus helados crema. Una vez allí, se toman su tiempo para elegir, incluso pueden decorarlo con algunas golosinas a gusto. Sabrina tiene una sonrisa de oreja a oreja, solo con ver el aspecto que tiene lo que eligió ya se siente feliz. Alex por su lado su sonrisa viene de verla a ella, le es imposible no poner cara de bobo enamorado.

—Deja de mirar mi helado, tú ya escogiste el tuyo. —le dijo, alejando su postre hacia un lado.

—No lo sé, mi helado está medio raro. —Disimula una cara de preocupado.

—Yo lo veo bien, si no lo quieres también me lo puedo comer.

—Agradezco tú... desinteresada propuesta para ayudarme, pero no es eso.

—Siempre es un gusto intentar ayudarte, más si hay helado de por medio. ¿Pero qué es lo que te parece raro de tu helado?

—Es el olor, como a leche vencida o algo parecido.

Alex se lo acerca, lo huele y hace una cara de asco. Luego, Mira a Sabrina, estira su mano con el postre hacia ella para que pueda olerlo. Ella por curiosidad y reflejo se prepara para olerlo, se aproxima aún más y cuando lo huele siente un rico olor a crema y vainilla, haciendo que sonría de solo imaginar lo rico que seria darle una probada. De reojo mira a Alex, y en ese instante se da cuenta de que es una trampa, pero no tiene tiempo de reaccionar. El rubio empuja el helado y le ensucia toda la cara. Antes de darle tiempo a hacer algo se aleja a una distancia segura mientras se ríe a carcajadas.

—¡Eres un tonto, no puedes desperdiciar un helado así! —grita molesta, tratando de no moverse mucho para no ensuciar su ropa—. ¡No te descuides que te la voy a devolver!

—Tendría miedo de tu amenaza si no fuera por como te ves, mira el lado bueno Sabrina, estás deliciosa. —No puede evitar reírse a carcajadas mientras se burla del aspecto de ella.

Sabrina por su parte empieza a sentir vergüenza por estar hablando tan fuerte, se dio cuenta de que la gente la está mirando y se ríe de como se ve. Rápido, intenta limpiarse con las pocas servilletas que tiene y va hacia el baño de la heladería. Una vez que se limpia, empieza a reírse por la situación, mientras se mira en el espejo y se arregla un poco.

«Ese tonto, no puedo creer que haya caído en una broma de Alex, estoy oxidada. Debe ser porque hace mucho que no salimos que baje la guardia, ya vera... cuando menos se lo espere me voy a desquitar».

Alex por su lado está comiendo el poco helado que no quedo en la cara de Sabrina.

«No pude evitarlo, se veía adorable con la cara llena de helado. Extrañaba este tipo de situaciones con ella, con otras personas no podría hacer este tipo de bromas, pero con ella puedo ser yo mismo sin miedo a arruinarlo».

En ese momento, vibra su celular. Este lo saca y ve que tiene algunos mensajes de Daniela. Pero los ignora, está ocupado ahora, tiene otras cosas en su mente.

—Pareces solicitado

Sabrina aparece a su lado, él no se había dado cuenta y da un pequeño brinco a un costado para ponerse en guardia.

—En que momento te pusiste a mi lado.

—Recién, ¿Daniela te está hablando?

—¿Eh?, no, no. Solo estaba viendo el celular.

Rápido lo guarda. Ella vio que tenía mensajes de Daniela, no sabe por qué no le contesta, pero no se va a meter. Ahora están pasando tiempo juntos, cree que quizás es por eso.

—No te alejes tanto, no tengas miedos. No te voy a hacer nada, ni loca desperdicio un helado en ti.

—No lo sé, eres demasiado competitiva, no creo que te quedes sin hacer nada.

Sabrina solo sonríe y sigue caminando. Ahora si se dirigen hacia la parte de electrónica, tiene pensando comprar el regalo e ir a dárselo.

Falta poco para las 6 p.m. Ya casi llegan al lugar donde trabaja Leo.

—¿Crees que siga enojado?

—Muchas veces pelearon, incluso de peor forma. Pero nunca se mantienen de esa forma, seguro cuando nos vea va a estar todo como si nada.

—Sí, tienes razón, Alex. —contesta un poco insegura—. Estoy un poco nerviosa, espero que le guste.

—Será divertido ver a Leo con celular. ¿Te imaginas escribiendo? Sería algo así como: "si", "no", "bien", "bueno", y a veces cuando este de humor preguntara algo.

Sabrina se ríe por el comentario de Alex, ella también lo imagina de esa forma: solo contestando de manera corta y sin participar mucho en los grupos.

Llegan al almacén, pero no lo ven por ningún lado, así que entran. Cuando ven al dueño se dirigen hacia él y le preguntan por su amigo.

—Ya no trabaja aquí, la semana pasada fue la última vez.

—Disculpe, no lo sabíamos. No quisimos molestar.

—No se preocupen, manden saludos de mi parte cuando lo vean.

Ambos salen del lugar y se miran sorprendidos.

—¿No te dijo nada de esto Leo?

—No que yo recuerde.

—Hmmm.

Siguen caminando sin rumbo, los dos están pensando lo mismo. Se nota que ya no pasan tanto tiempo con él y por eso no sabían sobre esto.

—Es temprano, todavía podemos pasear un rato mientras nos dirigimos a casa. El lunes lo veremos entonces. —comenta Alex para cambiar el ambiente y seguir como estaban hace un rato.

—Supongo que sí. Me hubiese gustado darle ahora el regalo. —Se siente un poco decepcionada.

—Mira el lado bueno, puedes pasar más tiempo solo conmigo.

Ella sonríe un poco ante la broma de su amigo y la sigue.

—Es tu día de suerte, Alex. Podemos estar juntos un poco más.

—Pff, si claro. "Mi día de suerte", tú eres la que debe estar sintiendo eso.

Leo esta tomando mates con su madre, termino de estudiar hace un rato. Son cerca de las 7 p.m. Ahora están en un concurso de dibujo, su madre es muy buena para dibujar y pintar. Por lo que, él quiso pasar el rato haciendo algo que le gusta a ella.

—Siempre me gustan tus dibujos. —dijo él

—Cuando era chica pintaba mucho, una vez que aprendes no lo olvidas. Siempre y cuando hagas cosas sencillas.

—No me parece muy sencillo lo que acabas de hacer.

—Practica más y seguro te sale, luego verás lo fácil que es cuando le agarras la mano.

Su madre se levanta para ir al baño. Leo aprovecha este momento y se levanta. Empieza a revisar en las alacenas si hay algo para comer, luego revisa la heladera y antes de que ella salga del baño vuelve a sentarse donde estaba.

Una vez que vuelve, se sienta al frente de su hijo, se inclina levemente para ver el dibujo que hizo y empieza a darle algunos consejos. Luego, de un rato de estar intentando aplicar lo que los consejos, él empieza a hablar...

—¿Y mi padre?

—Salió por el trabajo.

—¿Cuándo fue la última vez que estuvo en casa?

—Ayer por la tarde, dijo que iba a volver para dormir como siempre hace, pero todavía no vino.

—¿Te dejo dinero?

Su madre agacha la cabeza y mira para otro lado, como si sintiera algo de pena.

—No.

Un silencio incómodo aparece. Leo esperó unos segundos, después se levanta y se dirige hacia la salida de su casa.

—Voy a salir, vuelvo en un rato.

Su madre lo despide con una pequeña sonrisa forzada.

Apenas sale, se queda por unos momentos quieto del otro lado de la puerta. Está molesto.

«Todo lo relacionado contigo siempre me molesta, no puedes ser tan basura, ojalá tuviese el valor para darte una buena paliza», pensó mientras aprieta los puños.

Cada día que pasa en su casa encuentra más razones para odiar a su padre, sin perder más tiempo, sale del edificio.

«Esta vez no me voy a quedar de brazos cruzados, voy a hacer algo».


Fin del capítulo 24

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro