Capitulo 13:Prioridades
Es viernes, la última clase está llegando a su fin. Es curioso como un simple ruido puede ser tan esperado.
Leo sigue sin entender nada. Pensó que Sabrina iba a decirle algo por lo de ayer, pero ella actúa como si todo fuese normal.
«Tal vez no me tendría que haberme ido sin decir nada, si me acercaba y hablaba con ella seguro me lo explicaría», trata de buscar consuelo en sus pensamientos, en encontrar alguna respuesta lógica, a por qué le mintió. «¡No! Hice bien en no meterme, lo que realmente me molesto no es lo que vi, sino que sentí que ella no me quería ahí. Es obvio, son pareja y querían estar solos, pero... ¿De verdad hacía falta mentirme para hacerme de lado?».
De manera disimulada mira hacia Sabrina. «A decir verdad... no solo me molesto, es solo que... fue un poco doloroso. Nunca pensé que tú me harías de lado»
La campana suena y da anuncio al final de las clases. Todos salen contentos debido a que es viernes, los cuatro van caminando por el pasillo de la escuela.
—Lo siento, chicos. Hoy no voy a ir a ver la película —dijo Sabrina.
—¡Aaahh! Blasfema, pecadora, traidora, vas a arder en la hoguera —grito Alex, haciendo que los demás alumnos que están en el pasillo lo miren.
—Perdón, Se la robo este viernes —intervino Sebastián—. Hacemos una pequeña fiesta familiar en mi casa por el cumple de mi madre y ella esta invitada.
—Ten en cuenta que si te la llevas luego no hay devoluciones, Seba. —bromeo manteniendo su animada actitud—. Parece agradable, tranquila y buena por ahora, pero cuando entre en confianza no sabes lo que te espera.
—Eyyy, que malo. Dices eso porque estás celoso y no quieres que me vaya con Seba.
—Pffff, querida Sabrina. Mientras tú te vas de fiesta, eso significa que tengo a Leo total y exclusivamente para mí.
—Buen punto. ¿De verdad no me van a extrañar?, ¿ni siquiera un poquito?
Alex la mira, sonríe y sin decir nada gira su cabeza de golpe y empieza a hablar con su otro amigo, como si la ignorara.
—Somos jóvenes, el día está en pañales, el cielo es el límite querido amigo. De tan solo de pensar en todas las cosas grandiosas que podemos hacer me emociono, ¿tú no, Leo?
—Sí —responde sin mucho animó.
—Oigan no me ignor...
—¿Acaso hay algo mejor que una juntada entre mejores amigos? —Alex interrumpe a Sabrina hablando de manera exagerada—. ¡Por supuesto que no! Una relación que se construyo con sangre, sudor y lágrimas desde que éramos pequeños es la base de la felicidad.
Él sigue hablando, pero ya nadie le presta atención, saben que una vez empieza a hablar estupideces no se detiene.
—¿Lo dejan que siga hablando solo?
—Sí, es mejor no prestarle atención, así se aburre y se calma. Solo ignóralo, Seba.
—Siempre es divertido ver como se llevan. Aunque todavía no entiendo bien su manera de bromear.
Sabrina mira a Leo de reojo, por alguna razón se siente intranquila. «Parece estar de mal humor, desde la mañana ha estado un poco raro. ¿Se habrá dado cuenta de que le mentí? Ay, ahora me siento mal, tal vez deba decirle algo».
Llegan a la salida de la escuela donde deben separarse. Todos se saludan y cada grupo se va para su lado.
Alex se dio cuenta de que Leo está molesto, no le sorprende, él también lo esta pero trata de disimularlo.
«Este último tiempo Sabrina está pasando mucho tiempo con Seba, es un poco molesto. Es normal, no es como si Sabrina no pudiera tener otras relaciones, pero estábamos tan acostumbrados a estar juntos que se nota demasiado que no este tanto como antes».
Los dos están caminando en silencio. Cada uno tiene su mente ocupada en otra cosa.
«Aunque, gracias a que estuve ocupado y Sabrina estuvo algo distante, estoy más tranquilo con mis pensamientos, eso es algo bueno», le agrada saber esto, no volvió a tener pensamientos raros sobre su amiga. «Tenía razón, solo me estaba dejando llevar por los temas que estábamos hablando y ese tipo de cosas. Pero, mentiría si dijera que no me puse algo celoso al verlos ir juntos... supongo que es normal tener celos por tu amiga, ¿verdad?», continuo pensando Alex.
—¿Qué te parece si vamos al árcade, Leo? Me vendría bien darte unas clases a la antigua, como cuando éramos niños.
—Es la primera cosa inteligente que dices en mucho tiempo. Pero, dejame decirte que tú serás el que se va a ir educando.
Ambos pasaron el tiempo, hicieron el mismo recorrido que Leo cuando vino solo. Luego pasearon un poco por el centro, se habían sacado de la cabeza las cosas que tuvieran que ver con Sabrina. Una vez empezó a oscurecer, fueron a la casa del padre de Alex: Charlaron, comieron, después subieron a su habitación y empezaron los preparativos. La película que toco es la que eligió Alex. "Ámame, no le temas al éxito".
Vieron la película, hablaron de ella, dieron sus opiniones, jugaron un rato más a los videojuegos y una vez se hizo un poco tarde se fueron a acostar, Leo tiene que trabajar mañana temprano.
Ya están listo para dormir: las luces apagadas, ambos acostados en sus respectivas camas, ya casi solo falta cerrar los ojos.
—¿Qué tal te fue ayer en tu cita, Alex? —pregunta desde la cama de abajo.
—Iba bien, hasta que me batearon.
—¿Por?
—Supongo que es porque íbamos para distintos lados. Cada tanto nos veíamos, nos llevamos bien y nos estábamos divirtiendo, pero ella empezó a hablar de querer algo más serio. Le dije que no soy de los que buscan ese tipo de relación, así que me dejo.
—Lo mismo de siempre entonces. ¿No te gustaría tener una relación seria?
—Hmmm, supongo que sí. Creo que últimamente estuve un poco interesado en eso.
—¿Entonces?
—Mi querido pichón, tan inexperto, no sabes como funciona el mundo de las relaciones. —Alex se gira para ponerse de costado y mirar en la dirección donde esta su amigo—. Pero soy bondadoso y te explicaré un poco. No solo te tiene gustar, hay otro tipo de cosas a tener en cuenta, por lo general siempre me meto con chicas que piensan como yo, así los dos buscamos divertirnos y pasarla bien. Es más sencillo y no trae tantos problemas.
»El tipo de chica que buscan algo serio suelen entregar más de ellas a la hora de querer a alguien, no me gustaría crearle falsas ilusiones y que luego por mi culpa las termine lastimando.
—Eres demasiado considerado, Alex —dijo en voz baja—. Tal vez eso te limita a conocer a alguien de esa forma. Deberías intentarlo, o acaso: ¿"Le temes al éxito y por eso no estás dispuesto a amar"? —bromeo con una frase de la película que acaban de ver.
El pelirubio no puede evitar reírse por ese comentario, le parece muy acertado e irónico que Leo sea el que diga algo como eso.
—Deberías saber mejor que nadie que no hay nada que el fabuloso Alejandro Thompson tema.
—¿No conoces a nadie con quien podrías tener algo serio?
—Bueno, sí. No sé si la conoces. Tiene nuestra edad, pero va a un curso diferente. Me escribo con ella hace 2 años casi, se llama Daniela Torres.
—¿Entonces qué estás esperando?, ¿no te parece bonita?
—Oye no soy tan superficial. Obvio que creo que te tiene que gustar el aspecto físico, pero no es lo más importante.
—Ajam... —blanqueando los ojos, aunque está seguro que su amigo no lo puede ver, aun así, el tono en que lo dijo queda bastante claro lo que cree sobre ese comentario.
—Para que lo sepas ella si me parece bonita, no diría que es un diez, pero es una linda chica. El pelo corto le da un buen toque, tiene voz suave, es muy compañera y es bastante dulce. Supongo que un poco más de pechos no le vendría mal. —agrego lo último junto a una risa traviesa—. ¿Te gustan pechugonas, Leo? ¿O prefieres nalgonas?
—Que importa esas cosas. ¿A qué viene la pregunta?
—Solo quería saber, vamooos... somos dos adolescentes hablando de chicas. —argumento para animar a su amigo—. Ahora que lo pienso nunca hablamos de estas cosas, no sé que tipo de chica te gusta.
—No tengo nada que decir —respondió mirando hacia el techo y apoyando sus manos en su pecho para estar más cómodo.
-Buuuu, mala ondaaaa. No es como si te juzgara por lo que vas a decir, son solo gustos. Piensa que nadie más te escucha, no tengas miedo. No es como si fuésemos los protagonistas de algún tipo de historia y cientos de personas nos estuvieran viendo y juzgando por nuestros comentarios o preferencias por es...
—Ya, ya. ¿Si te lo digo dejaras de hablar estupideces?
Alex apoya ambos codos sobre la cama y usa sus manos para sostener su mentón, mientras mira a Leo por el bode de su cama. Está emocionado, quiere escuchar atentamente lo que va a decir.
—¿Y bien? Te escucho, ¿pechugonas o nalgonas?
—Un poco pechugonas.
—Lo sabía, por eso nos llevamos tan bien —comento con alegría—. De ahora en adelante nos haremos llamar los hermanos pechuga.
Leo se ríe por la estupidez que acaba de decir.
—Si me dices eso frente a alguien te golpearé.
—¿Pelo largo o corto? —continuo con las preguntas.
—Supongo que largo, no vi muchas chicas que usen el pelo corto.
—¿Te gustan las que tienen el pelo de mi color? Amarillo cuál lingote de oro o amarillo cuál pelo de ángel o... no sé que otras cosas amarillas son lindas, pero creo que entiendes la idea.
—El color me da igual.
—¿Y los ojos? ¿Celestes cómo los míos o un poco más oscuro tirando a azul cómo los de Sabrina?
—Me gustan que sean de color, creo que no tengo un gusto en específico. ¿Vas a seguir con el interrogatorio o estás satisfecho?
—¿No lo ves, Leo? Soy tu mujer perfecta, si tan solo tuviera pechos y el pelo largo encajaría a la perfección con tus gustos.
—¿Qué vas a hacer con esa chica Daniela al final? —pregunta leo para ignorar lo que acaba de decir su amigo.
—Supongo que seguiré como estoy —respondió al mismo tiempo que se tira hacia atrás, apoyando la espalda de nuevo en la cama y acomodando la cabeza en la almohada.
—Tú eres el que sabe de chicas, si crees que puedes tener algo bueno con ella no deberías tener miedo.
—Tal vez tengas razón...hmmm. ¿Qué diría Sabrina en este momento?
«Upss... lo dije sin pensar, no debí nombrarla. Estábamos bien sin pensar en ella hasta ahora, seguro se molestará», pensó Alex mientras cierra los ojos con fuerza en señal de que metió la pata.
Un silencio incómodo aparece en la habitación.
—Pero ella no esta, así que no lo sabremos —contesto luego de unos segundos.
—Cierto, ella no esta. Además, que importa lo que ella opine sobre esto —dijo molesto—. Voy a seguir tu consejo. Mañana, invitaré a Daniela a salir.
«Que importa lo que piense Sabrina, ella ahora está ocupada con Seba. Yo también quiero tener mi propio Seba pero en versión mujer, o sea; no alguien como Seba, sino que, alguien con quien buscar tener una relación seria, como lo está haciendo ella. Bien esa explicación me gusta», pensó Alex.
—Si es lo que quieres hacer, adelante —comento Leo, girándose hacia un lado para estar cómodo.
Ambos dejan de hablar. Ya es cuestión de tiempo para que se duerman.
«Si Seba pudo conseguir una chica tan increíble como Sabrina, yo no debería tener problemas, ¿verdad? No es que tenga nada contra él, pero ahora que lo pienso es bastante afortunado. Pasar tiempo con ella es de lo mejor, no importa de que hables ella siempre te presta atención, le interesa las cosas que te gustan aunque a ella no, suele ser muy dulce, es un poco mandona, pero eso es porque se preocupa en que haga bien las cosas. Aunque estoy un poco molesto, espero que ella la esté pasando bien, seguro ya son pareja», pensó sin quitar la vista del techo.
«Nunca nos dijo si ya dio su primer beso, es extraño... ¿Se habrá tomado muy en serio eso de ir lento?. Quizás solo se abrazaron o solo caminan de las manos».
—Psss, Leo, psss. ¿Estás durmiendo? —pregunto en voz baja—. Ey, quiero preguntarte algo.
Se queda unos segundos esperando, pero su amigo no le responde.
«Aah tengo curiosidad ahora... ayer Sabrina debe haber pasado la tarde con Leo, seguramente él sabe que tanto avanzaron. ¿Por qué debo estar desactualizado con estas cosas?»
En ese momento Alex recuerda lo que pensó cuando estaba viendo la serie con ella y Leo, el viernes pasado.
«Debe... sentirse bien caminar de la mano con Sabrina». Empiezo a sentir vergüenza, se gira para un costado y abraza la almohada mientras entierra la cara en esta.
«O sea, no me refería específicamente a Sabrina, debe sentirse bien caminar de la mano con alguien. Claro, eso quería pensar», se excusó para quitarle peso a lo que acaba de pasar. «En mis relaciones nunca hice eso. Como solo nos vemos a escondidas y son del tipo para pasarla bien, evitamos ese tipo de escenas de afecto en público. ¡Si! A eso me refería. Mejor me voy a dormir antes de seguir pensando estupideces. Mi prioridad ahora será empezar una relación seria».
Leo sigue sin poder dormir. Se había olvidado lo de Sabrina, pero cuando Alex la nombro, no puede dejar de darle vueltas a lo de ayer.
«Lo siento, Alex. Me hice el que estaba durmiendo cuando me hablaste hace un rato. No estoy de humor, quiero dormirme así acaba el día».
Sabe que no solo se siente molesto, está un poco triste. Le duele pensar que su amiga lo hizo de lado.
«Alex me explico que en las relaciones series sueles tener otras prioridades, que por eso es normal que asista al cumpleaños de la madre de Seba, en vez de venir aquí por algo que hace normalmente».
En ese momento, el recuerdo de Sabrina besando a Seba vuelve a su cabeza.
«Seguro deben estar abrazados o besándose, es lo que las parejas hacen, ¿no?», dejo escapar un leve suspiro, imaginar esto lo hace sentir extraño. «Debe sentirse bien todo eso, el abrazo que me dio Sabrina fue tan cálido, a decir verdad me gustaría que me abrazara de nuevo».
La expresión de tristeza que tiene cambia y pone una de molestia. «¡No!, primero debe disculparse por lo que hizo. Estoy molesto con ella», trata de mostrarse molesto, pero esto le dura poco. «Aunque... sería una buena forma de reconciliarse, ¿no? Que se disculpara y me abrazara», al pensar eso, sonríe un poco. Incluso le parece que puede sentir el perfume de ella cuando recuerda el momento.
«Estúpido abrazo, se sintió tan bien... todo ese tipo de cosas que hacen las parejas se deben sentir bien. Si abrazar a Sabrina fue tan bueno ¿besarla sería mucho mejor? ¡No, no, no! Que estoy pensando. Tengo curiosidad en lo que se sentirá besar a alguien, eso es lo que pasa en realidad. Después de todo nunca tuve mi primer beso, solo es curiosidad. Justo pensé en ella porque paso mucho tiempo a su lado y hace poco la vi haciendo eso».
Se siente un poco avergonzado con todo lo que pasa por su mente. Igual ese sentimiento no dura mucho y vuelve a estar un poco triste.
«¿Tú también me harás de lado si consigues a alguien, Alex?», apretó con fuerza los puños al darse cuenta de que es una posibilidad bastante grande. «Cada vez que no puedo pasar tiempo con ustedes los extraño, de verdad disfruto su amistad... tienen tanto para darme que mis días sin estar a su lado se sienten... vacíos. No vendría a esta escuela, no creo que estudiase, me metería en problemas, no intentaría escapar de mi vida...».
Hace una pausa, respira hondo y luego exhala de manera silenciosa. «En cambio yo... no aporto nada a la suya, si yo no estuviese, seguirían de la misma manera, con sus estudios, sus grupos, incluso tendrían más tiempo para ustedes. Sé que muchas veces buscan estar conmigo para que no vuelva a casa temprano y no tenga problemas con mi padre. Supongo que... es inevitable, después de todo somos de mundos distintos y en algún momento... ustedes... se alejaran...».
Fin de capítulo 13
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