Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 44: ¿Todo ha terminado?

Previamente:

-Entonces, te llamaré cuando tenga el visto bueno- Dijo sonriendo el ojinegro.

-¡Gracias, Kirito! Por cierto... ¿Alice está bien?-

Escuchar ese nombre le destruía por dentro. Sentía como si su roto corazón estuviera llorando y su tristeza volvía a él. Algo similar, aunque en menor medida, a lo que siente su madre.

-Sí... Probablemente- Respondió en suspenso, respirando profundo.

-¿Hola...? ¿Kirito? ¿Qué ocurre?- Preguntó confundida la ojirosados.

Prisiones de hielo... Corazones ardientes...

____________________________________________________________________________________

-Estamos en el tren ahora. Te enviaré un mensaje cuando lleguemos-

Fue lo que escuchó Kirito, esperando pacientemente a sus amigas. Él estaba en las cercanías del metro. No faltaba mucho para la llegada de Nanairo y Karatachi, quienes estarían de visita. En otras circunstancias estaría emocionado, pero realmente no hay qué pueda animarle ahora. Siquiera le cuesta seguir sonriendo sinceramente.

Mientras esperaba, hablaba con la gemela mayor por teléfono.

-Oye, ayer no respondiste. ¿Alice está bien?-

-Sí... Probablemente está bien- Contestó algo incómodo.

-¿Eh? ¿Probablemente? ¿Qué quieres decir? ¡No entiendo!-

Se quedaba sin palabras y no sabía qué decir cuando le preguntaban acerca de Alice. Seguir escuchando su nombre le ponía mal, le hacía sentirse muy triste e impotente, al borde del llanto. No le quedaba nada más que apretar la mandíbula y tragar en seco.

-Bueno... es que pasaron muchas cosas. Ahora está viviendo con su abuelo- Respondió con una falsa sonrisa.

-Ah, por eso no estás seguro. ¿Entonces no podremos verla?-

-No lo creo, Nanairo. Debe estar muy ocupada-

-Ya veo. Es una pena, pero no se puede evitar-

No se puede evitar que Alice se haya ido y que técnicamente ellos dos rompieron. Ella decidió irse y él había decidido rendirse definitivamente. Aunque Kirito seguía con esa espina de melancolía y amargura sobre sí. Se sentía incompleto sin su pareja.

-Es verdad que no pueden reunirse. Pero decirle a Nanairo la verdadera razón haría que ella se preocupe- Pensó decaído el ojinegro.

-¡¡Kirito!!-

Ya había pasado un tiempo desde que tuvieron su conversación por teléfono, y ella ya estaba aquí junto a su hermana menor.

-¡Perdón por hacerte esperar, Kirito!- Dijo sonriente la ojirosados.

-¡Nanairo! ¡Karatachi!-

Antes de poder darse cuenta, ya tenía a la más alta enfrente de él, y ella con toda la emoción del mundo lo atrapó dentro sus brazos, para darle un fuerte abrazo.

-¡¡Kirito!! ¡Ha pasado mucho tiempo!- Exclamó Karatachi, contenta -¿Has estado bien?-

-S~Sí, estoy bien- Respondió algo asfixiado.

-¡Para, Karatachi!-

Ya una vez los tres reunidos, la menor lo soltó para dejarlo respirar, ante el desconcierto de su hermana mayor. Inevitablemente a Kirito le hacía sentir feliz que ellas estuvieran con él, aun teniendo todo lo relacionado con Alice encima.

-De alguna manera, se siente como si Kirito ha madurado desde la última vez- Dijo sorprendida la ojimarrones.

-¿En serio...? Tú estás más alta, Karatachi- Respondió sonriendo incrédulo el azabache.

-No creo que haya crecido tanto. Ya crecí mucho durante mi primer año de preparatoria- Dijo Karatachi pensativa -¡Ah! ¡No lo vas a creer!-

En eso, ella tomó a su hermana por los costados de su abdomen, y con una fuerza increíble empezó a cargarla como si fuera un trofeo.

-¡Onee-an ha crecido tres centímetros a pesar de que está en su primer año de preparatoria!- Dijo feliz, la gemela menor.

-¡No tenías que decírselo!-

-Pero es una buena noticia, ¿verdad?- Dijo, ahora confundida.

-¡Podías haber dicho que crecí y ya!- Respondió molesta, la gemela mayor.

Ellas dos técnicamente tendrían que estar en el mismo grado que Kirito, pero al ser académicamente excepcionales, ya se saltaron el segundo y tercer año de secundaria.

-Bueno, ¡entonces Onee-san podría decirle que he cambiado también! ¡Cómo estamos siempre juntas es difícil notarlo!- Dijo con Karatachi, castas risas.

-¿¡Qué?! ¡Vamos, no empieces!-

Él las veía sonriendo, divertido, aunque dicha sensación fácilmente se transformaba en una apática nostalgia. Era lindo para él verlas a las dos juntas, como hermanas.

-Ustedes dos siempre están tan cercanas como siempre-

-¡Por supuesto! ¿Nos ponemos en marcha? ¡Ya estoy deseando ver tu casa!- Decía supercontenta la ojimarrones.

Algo que no notó muy bien Karatachi, pero sí notó Nanairo, es la melancolía y tristeza que emitía Kirito. Como si algo lo tuviera mal.

.

.

.

.

.

.

-Lo siento por hacer que caminen tanto-

-¡Caminar no es la gran cosa para nosotras!-

-Nosotras somos las que deberíamos disculparnos por venir tan de repente. Es que tenemos el presupuesto justo para este viaje- Dijo Nanairo, algo avergonzada por dentro.

-Como agradecimiento les compramos camisas a juego a ti y a Alice- Sonrió anímica la ojimarrones.

-¡Karatachi! ¿No te dije que lo mantuviéramos en secreto hasta que se las diéramos?-

Después de caminar un rato, ya por fin habían llegado a casa del azabache. Se encontraba sola al momento en el que llegaron, pues su madre no estaba.

Ambas hermanas se quitaron los zapatos en la entrada, y Kirito las guio hacia su habitación para que puedan dejar sus cosas.

-¡¡Esto es increíble!! ¡La cama de Kirito es tan enorme y cómoda!- Sonrió Karatachi, complacida.

Apenas entrar a la habitación ya la castaña se había lanzado sobre la cama de Kazuto. Todo para la vergüenza de su hermana mayor, y las risas tontas del pelinegro.

-¡Karatachi esta no es tu habitación! ¡Compórtate!- Exclamó apenada la gemela mayor.

-La última vez que dormí en una cama tan cómoda fue durante el viaje escolar. Y eso fue hace mucho-

La menor tiró vista por la gran ventana que había en el cuarto y quedó sorprendida. Rápido salió corriendo para poder ver las alturas y el cielo nocturno.

-¡¡¡Está muy alto aquí!!!- Exclamó impactada.

-¡Karatachi molestas a los vecinos! ¡Ni siquiera vienes del campo para que te sorprenda algo así!- Dijo desconcertada, Nanairo -Lamento que ocasione tanto ruido, Kirito-

-Está bien. No te preocupes- Respondió él, sonriendo con leve gracia.

Aunque ellas no viven en un campo, sí viven en un pueblo rural en la ciudad. Su escuela, aunque muy grande, también quedaba en una zona cercana a los valles. Muy pocas veces iban a la parte urbanizada de la ciudad, que tampoco era la gran cosa. Por eso son las sorpresas de Karatachi al estar en Tokio.

Mientras ella se entretenía mirando por la ventana, y Kirito buscaba unas sábanas para ellas, Nanairo empezaba a sentirse contenta también. Aun así, echaba de menos a Alice, y le apenaba que esta vez brille por su ausencia.

-Es una pena que Alice no esté aquí ahora- Dijo la ojirojados, sonriendo algo nostálgica.

-Sí... Sí lo es-

-¡Ah! Lo sé. Me lo dijiste por teléfono, pero una vez más pensé que estaría aquí contigo- Contestó ella, un poco nerviosa.

-Y~Yo, lo siento, Nanairo. Iré a preparar la cena- Respondió, muy desanimado.

-Eh... Está bien, Kirito. No hay problema-

Él salió de la habitación, pero para Nanairo ya cada vez era más evidente que algo estaba pasando. Kazuto se veía y hablaba algo extraño; como si se estuviera por apagar.

-Onee-san, ¿pasa algo?-

-Se podría decir que sí. No estoy segura- Respondió confundida.

Pasaron unas pocas horas y la madre de Kirito ya había llegado. Ella recibió con bastante simpatía y amabilidad a sus dos visitantes, y Nanairo y Karatachi se comportaron igual con ella.

Kirito se calmó y se centró en sus dos amigas, y con su madre en el ambiente esto era más fácil, aunque algo que le llamó la atención fueron las mejillas rojas de su madre. Eso le daba una pista de que andaba tomando, y cuando hablaba en un tono algo melodioso era más evidente.

Aun así, la noche la pasaron bien. Las gemelas Nijika siempre traían buenas vibras y alegría por su camino, cosas que para Kirito venían mejor que nunca.

Aunque Nanairo en ciertos momentos durante la cena, tiraba vistazos hacia él, ya que intuía que algo le estaba pasando y trataba de ocultarlo. Pero no estaba segura aún, debía pensarlo bien antes de decir algo que no debería.

(...)

Durante el baño:

-Hey, Karatachi-

-¿Qué pasa, onee-san?-

-Cuando estábamos en la habitación con Kirito, sentí que él pasaba por mucho en este momento- Dijo Nanairo, pensativa.

Estaban ellas dos solas dándose un baño antes de la hora de dormir. Estando allí, la ojirosados no podía dejar de pensar que a Kazuto le ocurre algo. No está cien por cien segura, pero probablemente tenga que ver con Alice.

-Si se trata de eso, tiene la misma impresión que su madre- Respondió de igual forma su hermana -Su madre se veía extraña cuando hablábamos acerca de Kirito. Ella parecía distraída también-

-Aparte de que esa señora no lucía estar del todo controlada, como si tuviera la cabeza en las nubes-

-¡¡Ah!! ¡Ella se puso así cuando mencionamos a Alice! O eso creo- Exclamó Karatachi, espabilando.

-¿¡En serio!?-

Durante la cena, una que otra vez ellas mencionaron a Alice, preguntaban por ella, a ver qué tal y para ver si podrían saber por qué se tuvo que mudar. Pero las respuestas de la madre de Kirito siempre eran cortantes y poco precisas, aparte de que parecía que tal tema la hacía sentir peor.

Con Kirito, la cosa no era muy distinta.

-Bueno, creo que sí. Al menos es lo que recuerdo- Sonrió con algo de pena.

-Por lo general tus suposiciones son correctas-

-¿Y qué haremos? ¿Dejar de hablar de Alice? ¿O preguntarle a Kirito sobre ella?-

-No serviría de mucho si lo obligamos a hablar. Todos tenemos cosas de las que no queremos hablar. Pero esa expresión en su cara...-

-¿Onee-san...?-

-Aunque tal vez no quiera hacerlo, tenemos que buscar una manera en la que él nos diga qué está pasando. Que hayamos venido a casa de Kirito es el destino- Dijo Nanairo, decidida.

-Aquí vamos de nuevo con el destino...-Pensó suspirando la menor.

.

.

.

.

.

.

-Lamento haberlas hecho esperar. Dormiré en el futón esta noche, así que ustedes pueden usar la cama- Dijo sonriente el pelinegro.

-¡Genial! ¡Gracias, Kirito!- Sonrió con gratitud, Karatachi.

Llegando la hora de dormir, el azabache se iría a dormir en el futón en la sala, mientras que las gemelas Nijika dormirían en su cama. Ya su madre se había acostado y a él solo le quedaban buscar sus sábanas.

A la ojimarrones como que se le había olvidado su plan, ya que ella se andaba acurrucando en la cama, ante la mirada incrédula de su hermana dirigida hacia ella. Optó por dejarla de lado y ella misma ver qué podría hacer.

-Hey, Kirito. ¿Puedo preguntarte algo...?-

-¡Claro! ¿De qué se trata, Nanairo?-

-Sé que puede ser difícil de responder, pero igual te lo preguntaré- Dijo con un tono algo apenado -¿Pasó algo entre Alice y tú? Sé que me lo dijiste antes por teléfono, pero también sé que esa no es toda la historia-

Karatachi finalmente se puso de pie tmb, y ambas se fijaron en él, quien se quedó sin palabras por un momento. Trataba de querer seguir comportándose normal, y no dejarse ver triste para que Nanairo pierda ese interés.

-No pasó nada. Solo estamos separados temporalmente- Contestó calmado el ojinegro -Más importante, qué vinieron a hacer en la ciudad...?-

-¡¡Espera, Kirito!! Debo decirte algo. Quería mantenerlo en secreto entre Alice y yo, pero escúchame por favor-

Estaba empezando a sentirse algo presionado, pero eso que dijo la gemela mayor llamó su atención. Si es tan importante como para haberlo escondido, entonces quiere saberlo.

-En la torre de Kioto, traté de preguntarle a Alice si estaba bien que la besara. Y ella trató de cumplir mi petición- Dijo, un poco avergonzada y decaída -Luego le hice una pregunta mezquina... "Nunca has pensado en besarme, ¿verdad?"-

Él se quedaba callado escuchando eso, sin comentar absolutamente nada, aunque ciertamente eso fue lo que pasó. Alice le permitió a Nanairo besarla, pero la pequeña vio que, aunque ella decía que sí, no se veía contenta con esa petición.

-Alice permaneció en silencio, pero su mirada decayó. Entonces respondió: "La verdad es que no se me permite pedir nada"-

La respuesta de la ojiazul realmente no coincidía con su pregunta, pero Nanairo pudo ver que ella ha estado pasando por mucho.

-Alice se veía muy triste cuando me dijo eso. En ese entonces no quise preguntarle por qué. Kirito... el tú de ahora y la Alice de ese entonces, tienen la misma expresión triste-

Abrió los ojos sorprendido luego de escuchar eso, aunque la sorpresa rápido se transformó en impotencia. Apretó la mandíbula mientras varios pensamientos complicados venían a él.

-¿Haciendo la misma expresión triste que ella? Se supone que debía reemplazar su tristeza por felicidad... ¿Así es como te sentías, Alice?- Pensó desesperado.

-Aunque quizás no podamos ayudar mucho, pero para que puedas dar el primer paso aquí, ¿no sería más fácil hablar de ello con nosotras?-

Ambas hermanas lo miraron con una tierna y amigable sonrisa, para que pueda sentirse cómodo y que las palabras salgan naturalmente de él. A Kirito le llegaba melancolía y nostalgia, varios sentimientos encontrando, mayormente tristes e impotentes. Pero ellas tenían razón.

Lo mejor para eso es hablarlo con alguien y desahogarse, no guardarlos por dentro para ir sintiéndose más miserable, hasta que su corazón se congele por completo. Fue eso exactamente lo que hizo Alice, ya que calló su tristeza hasta que su corazón se apagó. Por el mismo camino iba Kirito.

-Alice... con el fin de heredar la academia, está siendo obligada a casarse con su prometido. Ella dejó de vivir aquí por eso- Dijo cabizbajo el pelinegro.

Ambas hermanas Nijika reaccionaron sorprendidas, aunque cuando lo pensaban, ahora todo tenía sentido. La ausencia de Alice y la tristeza de su amigo ya eran más claras.

-Ya entiendo. Así que fue eso lo qué pasó...-

-Yo... hablaba en serio cuando decía que quería hacerla feliz- Dijo Kirito, empezando a lagrimear -Alice decidió perseguir sus metas, y necesita acabar con nuestros momentos juntos...-

Realmente él tampoco lo soportaba. Llevaba días acumulando tanta tristeza, que ya era hora de desahogarse.

-Yo... realmente la amo, pero no sé qué más puedo hacer...- Sollozó, mientras seguían cayendo muchas lágrimas por sus mejillas.

La escena era bastante triste, mucho más para Karatachi, quien era muy sensible. Incluso ella también estaba por ponerse a llorar con Kirito, empeorándolo todo, en vez de ayudar.

-¡¡K~Kirito!!-

Y fue eso lo qué pasó. Mientras Kazuto seguía llorando y soltando quejidos, la castaña lo abrazó por la espalda y empezó a sollozar junto con él.

Aunque Nanairo no podía decir nada tampoco, pues ella también tenía sus ojos llorosos y mirada triste. Viéndolo a él así, realmente era deprimente para ella también, ya que sabía muy bien cuánto la amaba.

-Gracias por decirnos, Kirito... Desahógate, desahógate, amigo...- Dijo Nanairo, con actitud reconfortante, dándole un abrazo también.

Ambas gemelas le dieron un abrazo a su amigo y le permitieron desahogarse. Siendo ello lo mejor, y lo único, que podía hacer ahora,

-¡Alice...! ¡Alice...!- Pensó, en medio del llanto.

.

.

.

.

.

.

Después de unas cuantas horas, el sueño los venció a los tres. Nanairo, Kirito y Karatachi se quedaron dormidos, los tres en la cama del azabache. Él fue el primero en despertar, sintiendo los rayos del sol sobre su rostro.

Se levantó y lento y silencioso salió de la habitación, quitándose lo adormilado de encima. Ya en la cocina, se encontró con su madre. Ella también tenía la cara larga y triste, siendo seguro que tampoco pasó una dulce noche.

-Buenos días, mamá-

-Buenos días, Kirito. Te levantas temprano...- Dijo algo apagada en su voz, la señora.

-Sí... Mamá... hay algo que quiero consultar contigo...- Dijo con una mirada decidida, aunque nervioso por dentro.

Su madre se le quedó viendo y ambos notaron que el otro tenía los ojos rojos, probablemente porque los dos han estado llorando por la noche.

-¿Kirito...?-

____________________________________________________________________________________

Continuará.

A partir de aquí, solo quedan 4 capítulos más.

Publicado: 22 de febrero, 2022.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro