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Capítulo 38: Una noche para amar

Previamente:

-¿¡Te estás burlando de mí?! Tendré que eliminarte...- Dijo, viéndola nerviosa pero amenazante.

-¡Inténtalo! No te será fácil. Ya hace mucho que te vengo soportando y sigo en una pieza- Rio casta la pelimorado.

-Kirito-senpai, no creo que estemos seguros entre ellas dos- Susurró nerviosa, Ronye, en su oído.

Viendo la cara de nervios de Hosaka y viendo a Yuuki sonreír sinceramente, sin tenerle miedo u odio, entendía que existía de todo menos hostilidad en el ambiente.

-No te preocupes. Tal vez más de uno cambie durante estos tiempos- Le respondió alegre el ojinegro.

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-Bueno, entonces habla con la presidenta sobre que iremos a su habitación- Concluyó Yuuki, con una sonrisa.

-¡Muy bien! Las estaremos esperando, chicas-

Después de por fin salir de las aguas, cada quien se dirigiría a su habitación para vestirse y alistarse, así luego se encontrarían junto a Kirito y su hermana en su cuarto de dormir.

-Ahora que lo pienso, estaba teniendo un momento con Alice cuando ellas nos interrumpieron- Dijo en su mente, algo pensativo -Alice está tan emocionada por este viaje como yo, tal vez se decepcionaría de tener que reunirse con las otras chicas...-

Mientras él caminaba a su habitación, ahora que se lo ponía a pensar, dejó a Alice sola por bastante tiempo. Ella dijo que iría más tarde a los baños, pero jamás se apareció y tampoco la vio por el resto de la posada, y dudaba de que estuviera con Rika o Asuna. Realmente algo que le tenía nervioso era cometer el mismo error en este viaje que cometió en el festival. No quería que su miedo a ser descubierto dañara su convivencia con su novia.

Su hermana lo que tenía de seria y fría, lo tenía de sensible, solo que ella siempre oculta su dolor. Verdaderamente, lo último que quiere es lastimarla cuando todo viene saliendo bastante bien.

-En ese caso, ¡mientras juego con Yuuki y el resto puedo buscar una oportunidad para besarla!- Pensó nervioso y sonrojado -Aunque se sentiría muy increíble besarla mientras nos escondemos de las demás-

Realmente no es como que hubiera cientos de opciones de las cuales escoger,  ntenía mejor plan que ese y además esa era una opción 50/50. Ya que no es seguro que Alice se sienta bien teniendo que esconderse de las demás, aunque eso comparado a evitarla era mucho mejor.

-Bueno, solo hablaré con Alice y veré qué piensa de todo esto. Debo buscar cómo compensarle mejor por lo del festival- Pensó algo avergonzado.

Al final dependería de qué piense Alice, aunque de todas maneras ella también solía dejarse de lado para hacer lo que la mayoría considera mejor, y ella misma le rebajaba peso a lo que sentía o quería. Aunque Kirito podía darse cuenta de esto, no es como que le alegrara saber que está triste.

-Alice, el baño ya está vacío. Podrás tener privacidad si es lo que querías- Dijo sonriendo con un poco de gracia.

Al abrir la puerta se topó con algo extraño. Apenas entró a la habitación, Alice se abalanzó sobre él. dándole un abrazo y recostando su cabeza sobre su pecho.

Se sonrojaron los dos cuando ella subió su mirada y ambos se vieron a los ojos. Ni siquiera la rubia sabía del todo por qué había hecho eso. Simplemente sus orejas se erizaron cuando escuchó la puerta abrirse, y sintió un impulso a ir por él.

-Al menos deberías tocar la puerta, ¿no?- Dijo avergonzada, separándose de él.

-Lo~Lo siento, Alice-

Cuando se lo pensaba, no entendía por qué estaba pidiendo disculpas, ya que sería algo tonto tocar la puerta para poder entrar a su propia habitación. Solo era una excusa de Alice para ahogar su vergüenza, y Kirito por algún tipo de autoimpulso cuando ella le recriminaba algo, sentía que debía disculparse.

-¡Ah! ¡Espera, Alice! Estuve hablando con Yuuki y las demás, quieren venir a nuestra habitación para pasar el rato y hablar. ¿Está bien...?-

-Bien... Entendido, Kirito- Respondió seria, dándole la espalda.

Al momento, como ya era una especie de instinto para él, pudo notar que aunque dijera que sí, en realidad no estaba del todo de acuerdo. Le desilusionaba de nuevo que otra vez las demás se interpusieran en el camino, solo esperaría que él no vuelva a ser un patán de nuevo.

-Ya que fui yo quien dijo que quería hacer cosas de pareja con ella, ¡tengo que hacer algo al respecto!- Pensó decidido.

(...)

Minutos después...

Después de unos cuantos minutos, Alice también iría a las aguas para bañarse. Allí se terminaría encontrando con Asuna, Llenn y Rika, quienes andaban con las mismas intenciones. Al ser todas chicas, ninguna tenía problemas de estar desnuda frente a la otra, para su cultura era algo completamente normal.

-Vaya... Realmente si se siente muy, es muy relajante- Dijo Asuna, un poco complacida.

Hacía bastante tiempo que Asuna no salía de viaje, y tampoco entraba en unas aguas termales. Verdaderamente había olvidado cómo se sentía el calor en su cuerpo y era indiscutiblemente genial.

-Jamás habría pensado compartir un ambiente así, mucho menos con personas como ustedes- Dijo Llenn, algo extrañada.

-¿Acaso tenemos algo de malo?- Dudó la castaña.

-No es tanto por eso. Las características de sus personalidades, incluyendo la mía, no son demasiado compatibles. Aun así, estamos aquí, juntas- Respondió la pelinegra, totalmente calmada.

Cuando Asuna se lo pensaba, ciertamente no podía negar que era verdad. Desde el inicio se le hizo superextraño que ellos quisieran invitarla, y aun así ella estaba en ese lugar compartiendo con sus "Amigas".

-¿Estás bien, Ali-shi?- Preguntó Rika, confundida.

Ella notó lo abstraída que se veía Alice, llegó a escuchar un suspiro de ella y eso llamó su atención. Hasta el momento la rubia no había dicho nada, y mantenía su típica seriedad en el ambiente.

-Has dejado salir un suspiro pesado, ¿está todo bien? ¿No te sientes bien aquí?-

-Es solo un suspiro. Deberías dejarla en paz, Shinozaki- Dijo Asuna, viéndola seria.

-¿¡Eh?! ¡S~Solo quiero saber! Es todo- Titubeó  nerviosa.

-La personalidad nerviosa, poco autoritaria y algo sumisa de la señorita Shinozaki, contrasta con la personalidad imponente y tiránica de la señorita Konno- Dijo pensativa la azabache.

Asuna se le quedó viendo extrañada. Esta chica parecía tener la boca llena de elocuencia cuando lo pensaba, cosa que le sorprendía, aunque era raro que ella se fijara en esas cosas. Mientras que Rika ya sudaba por el calor y nervios que Llenn le provocaba.

-De todas formas, comparada con otros estudiantes a su edad, Schuberg tiene muchas cosas por las que ser responsable- Respondió Asuna, con seguridad.

Asuna compartía similitudes con el señor Bercouli. El abuelo de Alice desde que su hijo se fue, lo que hizo fue asignarle muy altas y pesadas responsabilidades a su nieta, y asegurarse de que ella estuviera lista para ello. Su herramienta para eso era su alumna estrella. el señor Schuberg la ponía a prueba y le ponía altas expectativas, y Asuna se aseguraba que ella cumpliera en todo.

La opinión o sentimientos de Alice jamás fueron preguntados o tomados en cuenta. También se debe a que ella jamás se quejó, estaba consciente de todas sus responsabilidades, pero su abuelo había empezado demasiado pronto y de manera sobrexigente. Asuna era bastante intensa, autoritaria y controladora, por lo que también representaba muchos problemas. Más encima, esto era algo que jamás debió tocarle a ella, su padre es quien debería estarse haciendo cargo de sus responsabilidades y ella prepararse de manera más pausada y pacífica para ello.

Solo que a diferencia de ella, su padre sí supo decir que no. Ella se quedó callada por creer que es lo que le tocaba.

-Así que Schuberg, quiero saber cómo van las votaciones para cambiar las reglas de la escuela. ¿Qué tal va eso?- Preguntó sonriendo la castaña.

-Bueno... es un proceso algo lento. No ha cambiado demasiado desde entonces- Respondió seria la ojiazul -Algunas autoridades se resisten, pero con Kirito presente es inevitable que terminen cediendo-

En eso, Asuna nota como Llenn le miraba mucho y le hizo sentirse un poco incómoda. Entre todas ella, era la que mejor cuerpo poseía, y le hacía sentirse extrañada y observada.

-¿Qué tanto miras, Karen?- Preguntó Asuna, intimidante, aunque algo nerviosa.

-No es lo que seguramente estás pensando. Solo estoy analizando si realmente te gusta Kazu-dono- Respondió un poco confundida -Supongo que puede ser por eso que la vida escolar te parece más agradable y relevante-

Asuna se sonrojó ligeramente, mientras apretaba un poco los dientes. Realmente tal acusación estaba fuera de lugar por parte de ella.

-Además, la razón de que estés con nosotras en un viaje se debe a Kazu-dono. Lo mismo aplica para mí- Dijo pensativa la azabache.

-Deja de decir cosas innecesarias. Y también deja de mirarme cuando estoy desnuda. Eso es muy raro- Respondió incómoda, Asuna.

-Yo estaba nerviosa de cómo resultarían las cosas al principio, pero gracias a la decisión de la presidenta, ahora Schuberg Kazuto puede disfrutar la vida escolar al máximo- Comentó Rika, con cierta melancolía en su semblante.

-Desde que se transfirió a nuestra escuela se siente una atmósfera más brillante que nunca- Dijo Llenn, con su típica calma.

-Bueno, ya que ese el tema, yo diría que la presidenta se ha vuelto más mansa y adorable- Diría Asuna, sonriendo tenue.

Alice, quien estaba totalmente fuera de conversación, abrió los ojos de par en par al escuchar eso. Realmente creía que su cambio era algo que solo Hosaka, Llenn y Kirito han podido ver, pero al parecer no es tan discreta como pensaba.

-Lo siento, Alice. A veces suelo decir tonterías- Insistió Asuna, riendo castamente.

Hubo algo que notó Llenn, después de que Asuna dijera eso. Rika por un momento parecía que algo llegó repentinamente a la cabeza, algo que pareció ponerla intranquila.

El resto del baño duró completamente normal y sin nada que destacar. No hablaban demasiado, pero entre ellas se podría decir que era algo relativamente común.

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-Señorita Shinozaki, ¿tienes un momento?-

-Ah, ¿qué pasa, Llenn-senpai?-

Después del baño, cada una fue hacia su habitación para vestirse con mayor comodidad. 

-Durante la conversación que acabamos de tener, pude notar que la señorita Shinozaki parecía inquieta y preocupada. Es por Schuberg Alice, ¿verdad?-

-¡Qué! ¿¡Cómo te diste cuenta?!- Exclamó sorprendida.

-La observación es algo así como un hábito para mí- Respondió así nomás.

-Ve~Verdad. E~Es algo aterrador, aunque impresionante-

-Sin embargo, no fui capaz de comprender por qué se encontraba así. Por lo que no pude contenerme y vine a preguntarle-

-Bueno... si ese es el caso, necesito que me des más tiempo- Respondió un poco nerviosa -Probablemente es solo mi imaginación-

Tal vez Rika llegaba a una conclusión algo sorprendente, pero no era eso del todo lo que le preocupaba, sino más bien lo que en el futuro significaba que eso fuera cierto.

(...)

En otro lado...

-¿Qué debo hacer para besarla?- Pensaba Kirito, muy indeciso.

Él estaba acostado en su cama, pensando en qué poder hacer para entregarle un beso que sí sea suficiente para su hermana, pero estaba más en blanco que hoja de papel. Entonces empezaba a sentir algo de ansiedad.

-Alice estaba tan calidad... Tan suave- Pensó sonrojado, abrazando su almohada.

Cuando abrazaba su almohada recordaba la sensación que tuvo cuando ella lo recibió, abrazándolo al momento de abrir la puerta. Verdaderamente, era una de las mejores cosas que había sentido en toda su vida.

-¡Ah! ¡No me puedo concentrar aquí! ¡Iré a dar un paseo!- Exclamó algo frustrado.

La habitación tenía ese olor dulce y femenino que a veces Alice llevaba encima, por lo que a lo mejor se debe por eso que le cuesta pensar. Fue entonces que decidió salir de su habitación y ver qué podría hacer para poder entretenerse y relajarse.

(...)

Pocos minutos después...

-¿Está bien dejar los platos aquí, jefe?- Preguntó sonriendo el ojinegro.

-Sí. Muchas gracias, Schuberg- Respondió Eugeo, de igual manera

Terminó yendo a la cocina y allí se encontró con el rubio, limpiando los alrededores. Así que decidió ayudarle para despejar su mente.

-Oye, Schuberg, ¿conseguiste darle el anillo a tu pareja?-

-¡Claro que sí! Su ayuda me sirvió mucho, jefe- Dijo contento.

-¡Qué bueno! Eso es genial... Para transmitir tus sentimientos a la persona que te gusta y aceptar su respuesta, debe requerir mucho coraje, ¿no?- Preguntó con una leve sonrisa en su rostro, aunque algo melancólico en su actitud.

Se extrañó bastante Kirito de ese repentino cambio de actitud. De repente parecía que Eugeo se ponía a pensar profundamente en algo, y al parecer eso tenía que ver con el anillo que le dio a su amante.

-Ya que no soy bueno con las palabras, he estado evitando un montón de cosas que quería hacer. Así que cuando te veo superando los obstáculos por ti mismo, creo que te ves genial- Dijo riendo casto el rubio.

-Preferiría otra cosa que no fuera genial. La verdad yo no creo ser genial- Pensó algo incrédulo el azabache.

No podía negar que le subía un poco el ego saber que era inspirador o fascinante para una persona mayor que él, pero aun así no cree tener mérito para ello.

-Por cierto, ¿ocurrió algo, jefe? Lo noto algo diferente. Seré su oyente si lo desea-

-¿Ah? No, no. Para nada, estoy bien, Schuberg- Contestó el ojiverde, con una sincera sonrisa -Solo pensé que también debería aprender de ti, Kazuto-san-

Eso había sido algo extraño. Jamás había tenido una conversación algo profunda con su jefe. Siempre le veía contento, sonriendo y alegre, pero ahora que lo pensaba, no conoce casi nada de él. Se le hacía misterioso qué podría haber atrás en su vida.

-Schuberg Kazuto, ¿tienes un momento?-

Cuando se volteó, vio que en la puerta de la cocina estaba Rika, llamándolo. Se le veía seria y parecía tener algo urgente que decirle.

-Pues sí. ¿Qué pasa, Shinozaki-san?-

-Es sobre Ali-shi. Quiero hablarte sobre ella- Dijo seria la ojirosados.

-¡Ah! ¡Kirito-chi! ¿Aquí estabas? ¡Yo también ayudaré!- Sonrió Yuuki, entusiasta.

Eso había sido algo inesperado. De la nada apareció la pelimorado en la cocina asustando un poco a Rika, sobre todo por qué la abrazó como si ella fuera un oso de peluche.

-¡Suéltame, Konno! ¡Ahora!-

-¡Gerente! ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?- Dijo Yuuki, sonriéndole a Eugeo.

El rubio y ella se irían a otra parte de la cocina, para que la ojirojos pudiera acomodar los cubiertos en su lugar, mientras él terminaba de lavar otros utensilios. Aprovechando eso, Kazuto se acercó a la vicepresidenta.

-Lo siento, Shinozaki-san. Probablemente será mejor en otra ocasión, ¿si?- Preguntó sonriendo algo avergonzado.

-Si no es hoy está bien. Ya que todos acordamos que vinimos de viaje para divertirnos- Respondió con serenidad.

-¡Ah, por cierto! Esta noche todas se reunirán en mi habitación. Si quieres puedes venir tú también- Ofreció sonriente.

-Me temo que tendré que rechazar tu oferta...- Contestó con la mirada un poco decaída.

Eso fue raro. Rika entró con un aire decaído y serio al lugar. Realmente parecía que había algo en lo que ella también pensaba profundamente, y le tenía inquieta, aunque lo que pensaba exactamente podía ser un misterio.

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-Al final no se me ocurrió nada para poder besarla- Pensó sintiéndose tonto.

-¡¡Primera ronda de la superguerra de almohadas!!- Anunció emocionada, Yuuki.

-Yo no estoy muy segura de querer jugar guerra de almohadas con Hosaka. Creo que la vi metiendo piedras en su almohada- Titubeó Ronye, con nerviosismo.

-Ay, no exageres. Como a lo mucho puede haber ladrillo en polvo- Contestó sonriendo indignada la bigotuda.

Todos los que habían planeado reunirse ya estaban en la habitación de Kirito y Alice, pasando el tiempo. En total solo estaban Hosaka, Ronye, Yuuki y Kirito, pensando y viendo qée podrían hacer antes de tener que irse a dormir.

-Bueno, Ronye, ahora que lo dices, yo también tengo mis dudas de querer jugar con Hosaka- Dijo incrédula la ojirojos.

-Supongo que es más divertido si los juegos son difíciles, ¿no?- Comentó la castaña, con cierta indecisión-A pesar del peligro de salir heridos, ¡hagamos lo mejor hasta el amanecer!-

-Wow, estás muy emocionada, Ronye- Dijo Hosaka, riendo casta.

-Es porque esta es la primera vez que me quedo a jugar hasta tarde con amigos. ¡Así que me da algo de emoción!-

Mientras ellas hablaban, Kirito tiraba minuciosos vistazos hacia Alice. La ojiazul estaba sentada en su cama, leyendo su libro seria y calmada, sin nunca involucrarse en sus actividades.

-¿¡Pero qué...?!-

Cuando se fijó de la nada, Hosaka saltó y empezó a repartir golpes con la almohada a diestra y siniestra, pegándole en la cabeza a Ronye y en la cara a Yuuki. 

Lo que más le asustó es que con el golpe en la cabeza; Ronye en vez de marearse un poco, más bien como que le dio más energía para repartir golpes también, siendo ella quien le golpeo en la cara con la almohada, por andar distraído.

Y así estarían por gran parte de la noche, dándose de golpes, jugando otras cosas como cartas, videojuegos, y Yuuki y Hosaka contando historias de terror.

(...)

Tiempo después...

-¿Qué? Todas se quedaron dormidas- Dijo sorprendido el ojinegro.

-Sí. Por fin está tranquilo aquí- Respondió seria la ojiazul.

-Probablemente no se despierten hasta temprano por la mañana...-

Ronye quedó dormida en la cama de Alice, mientras que Hosaka y Yuuki sin tener la intención, acabaron dormidas en la cama de Kirito, abrazadas una a la otra.

Ninguno de los dos estaban dispuestos despertarlas, y dormir en el piso no era una opción. Así que entonces deberían pensar en algo.

-Hey, no hay sitio para dormir. ¿Te parece si buscamos un cuarto vacío?- Preguntó Kirito, sonriendo algo apenado.

No respondió con palabras, pero asintió con la cabeza evidentemente. Dejarían a sus amigas tranquilas y ellos irían a otro lugar.

-Alice, ¿estabas tratando de mantenerte despierta leyendo?-

-No puedo dormir en una habitación tan ruidosa. Son demasiado escandalosos- Recriminó ella, seria.

-Sí... Tienes razón- Contestó avergonzado.

Caminando por los oscuros pasillos de la posada, ambos hermanos Schuberg por fin lograron conseguir una habitación fuera de uso. Era parecida a su otro cuarto, igualmente con camas diferentes y todo lo demás.

-Alice, ¿está bien si dejo la luz apagada?-

-¿Eh? ¿Por qué...?-

-Eso es porque ahorita estoy muy nervioso. No quiero que veas eso- Respondió sonriendo y extendiéndole los brazos abiertos.

Ella entendió más o menos a qué se refería, así que se dirigió hacia él y se abrazaron por un momento. Se pusieron cómodos entre los dos y sentían sus corazones acelerarse, sus mejillas arder y su excitación lentamente subir.

Ambos cruzaron sus miradas, notaban lo que provocaban en el otro y como el ambiente se iba haciendo tenso e íntimo a la vez. Alice llevó sus manos a los hombros de Kirito, mientras que él la tomó de las mejillas, y empezaron a besarse con un desenfreno que nunca antes tuvieron.

Un beso bastante frenético y apasionado, como si expresaran todo su deseo en los labios del otro. Alice le mordía un poco el labio inferior, mientras que él le daba caricias a la lengua de ella con la suya cuando tenía la oportunidad.

Los nervios entraron cuando las manos de Kirito bajaron de la espalda al trasero de Alice, apretando sus nalgas, causando que ella gimiera notable y sonoramente. Le entró vergüenza al dejar salir eso y se separó tímidamente, mientras que el ojinegro le miraba algo hipnotizado y cautivado. Le había embobado escuchar algo así salir de ella provocado por él.

-Tenemos que levantarnos temprano mañana. D~Deberíamos irnos a dormir pronto...- Titubeó tímida la rubia.

Cuando Alice buscaba calmarse y empeñó su camino hacia su cama, Kirito reaccionó rápido, y la tomó del brazo para traerla devuelta hacia él. Rápido la abrazó por la cintura con una mano y con la otra la tomó por la barbilla, para así poder ver sus hermosos orbes azules.

Su mirada era adorable y sus pequeños jadeos le animaban mucho más. No pudo evitarlo por mucho tiempo, hasta que la tomó de la nuca y empezó a introducir su lengua dentro su boca, para seguir besándola.

-K~Kirito...-

Su sonrojo era impresionante y la cosa no pintaba a detenerse. Sentía como él la abrazaba con más fuerza y empezaba a levantar su ropa. Alzó la parte trasera de su blusa hasta por arriba de su sujetador, y la masajeaba con bastante cariño. También aprovechaba y con su otra mano, subía un poco la parte delantera de su blusa y acariciaba su abdomen, todo eso mientras cambió de sus labios a su cuello para seguir dándole besos.

Ella se estremecía cada vez más. Inconscientemente se colocó de puntillas para tomarlo del cuello y darle un muy apasionado beso en sus labios.

-Alice...- Susurró excitado.

Aprovechando eso, sin perder tiempo, Kirito la llevó hacia la puerta de la habitación y la acorraló de espaldas allí. La abrazaba para tenerla lo más cerca posible y poder sentir su caliente y suave cuerpo, incitándole cada segundo a buscar más de ella.

Volvió a meter sus dos manos por debajo de la blusa e iba acariciando, subiendo lentamente desde su abdomen hasta la parte baja de sus senos.

Rápidamente, alternaba metiendo sus manos dentro de su pantalón, para seguir tocándola más íntimamente. La veía fijamente a los ojos, hipnotizándose al ver su mirada tierna y llena de pasión.

-Se siente... t~tan bien...- Pensó, complacida y excitada.

(...)

Por otro lado...

-Vaya... Ya es hora- Dijo adormilada la bigotuda -La cara de Konno-senpai es lo mejor. Se ve tan tonta y tierna a la vez-

En la habitación de Kirito y Alice, todas seguían durmiendo, excepto Hosaka. Ella acababa de despertar y viendo que no estaban ninguno de sus dos hermanos, ya empezaba intuir qué estaba pasando.

-Kiri-chan y Alice-chan, me pregunto qué habitación están usando. Bien... El juego de exploración comienza- Sonrió Hosaka, con su típica picardía.

Le tomó una foto con su celular a la cara de Yuuki antes de irse, sería un lindo, divertido y preciado recuerdo de este viaje. Luego salió con cuidado de la habitación y empezaría a buscar a sus hermanos.

-No quiero interrumpirlos, solo quiero ser su cupido. Estoy segura de que está bien mirar de lejos en voz baja-

Caminando por los pasillos del lugar, Hosaka se terminó topando con Rika y Llenn. La vicepresidenta lucía algo intranquila, cosa que para alguien como la pelinegra no pasa por debajo de la mesa. La bigotuda los vio y se preocupó un poco de que ellas por accidente puedan escuchar o encontrar a sus hermanos, pero se quedaría escondida atrás de un muro, a ver qué decían.

-¿Qué están haciendo ellas aquí...?- Pensó Hosaka, algo mansa.

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Continuará.

Publicado: 23 de enero, 2022.

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