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Capítulo 24: Tu castigo

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Después del abrazo, Kirito empezó a respirar en el cuello de Alice, debajo de su oreja, a la cual le mordisqueó un poco el lóbulo, pues sabía que ese era su punto de mayor sensibilidad.

Ambos estaban sonrojados, y la pelidorado se estremecía un poco, pero ella pronto se gira rápidamente, y se pone a las espaldas de Kirito.

-¿Alice? ¿Qué haces? -Preguntó sonrojado y extrañado.

Usando el paraguas como si fuera un bate, le pegó un fuerte golpe en el trasero a su hermanastro, provocando que el azabache soltara un fuerte quejido de dolor, y cayera al piso.

-Me parece que malinterpretaste la situación- Le dijo seria, aunque sonrojada -¿Pensabas que por qué estábamos juntos te voy a resultar fácil? Más vale que te pongas las pilas si no quieres que te echen-

-¡Tú te lo has buscado!- Respondió él, sonriendo y soltando unas risillas.

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-¡¿Qué?! ¡¿Vas a ser el presidente estudiantil?!- Preguntó Nanairo, desconcertada.

-Ah... ¡No! ¡No me has entendido! Quiero decir que Alice y yo competiremos por el puesto en las próximas elecciones-

-¿Cómo pudiste dejarte enredar otra vez?- Preguntó ella, incrédula.

-Digamos que es una larga historia-

Kirito y Nanairo estaban hablando por teléfono. A la castaña se le ocurrió llamar a su amigo para saber qué es lo que ha ocurrido en estos últimos días, y allí surgió la conversación que sostienen hasta ahora.

-Ya imagino que lo es. Por cierto, ¿cómo le va a Alice?-

-¿Alice? Hum... Ayer se dio un golpe en el trasero, así que puede que siga en cama-

-¿Eh? ¿E~En el trasero?- Preguntó extrañada.

-¡¡Rayos, hermana!! ¡¿Por qué no me habías despertado?!- Reclamó nerviosa Karatachi.

La cosa es que Nanairo ya llevaba un tiempo hablando con Kirito, ya van tarde para la escuela, y apenas es que su hermana menor se viene despertando.

-Creo que no te he entendido, pero me alegro de que se sigan llevando bien- Dijo sonriendo -Si pasa cualquier cosa, aquí nos tienen. ¡Yo siempre estaré de su parte!-

-Gracias, Nanairo- Respondió él, también sonriendo.

(...)

Los días pasaban uno tras otro, y el ambiente en la escuela era ahora más tenso que nunca. Desde que Asuna se graduó de la academia, Alice siempre fue vista como la selecta y única elegida para ser la presidente escolar. Con el regreso de la castaña, esa influencia seguía vivida entre los estudiantes, quienes veía cómo ahora Kazuto, quien tiene muy mala fama, se opone de alguna forma a ambas presidentas.

Por lo mismo, Alice y Kirito ya no podían estar pasando juntos el tiempo en la escuela. Siendo ambos candidatos a la elección, dentro de la academia debían estar separados. Todo para evitar levantar rumores o sospechas entre los mismos candidatos, ante los ojos de los demás estudiantes.

Yuuki era otro caso. La pelimorado no quería que la vieran con Kirito. No porqué no quiera estar con él, pero si su hermana por cualquier cosa se llegaba a enterar que ella estaba confabulada con Kazuto, luego de que este sea obviamente derrotado, las consecuencias podían ser críticas para sí misma también. 

Así que hace lo que siempre hace cuando hay problemas; huir, esconderse y mantenerse al margen.

-Con todo lo que ha ocurrido, no he podido quedar con Alice. Pero sin duda alguna, y por lo que más me importa en el mundo, no voy a permitir que me expulsen- Pensó, serio y determinado.

Ambos llegaban a cruzar caminos en la escuela, pero debían recurrir a ignorarse y pasar del otro. No porqué estén molestos, sino que la tensión de su rivalidad los obliga a esto.

La única aliada fiel de Kirito, que antes solía ser aliada de Alice, es Ronye. Ella era la única persona con la que él se reunía para hablar acerca de las elecciones.

-¿Eh? ¿Información acerca de Asuna?- Preguntó confundida.

Los dos estaban en los patios de la escuela charlando y comiendo, pensando en qué poder hacer para conseguir algún tipo de ventaja en las elecciones. 

Ganarle a Alice de manera tradicional, convenciendo a los estudiantes de votar por él, sería imposible. De por sí con la mala imagen que tienen los dos casi nadie se junta con ellos, mucho menos van a votar por Kazuto en una elección para la presidencia estudiantil.

-Eso mismo. Llevas en este centro desde primaria, así que pensé que tú sabrías algo, Ronye-

-Cuando yo entré aquí, Asuna ya se había graduado. Lo único que sé de ella es que da miedo-

-Ah, vaya... Bueno, tienes algo de razón. Pero si no nos dejamos intimidar por ella, será sencillo- Respondió pensativo.

-¿Por qué me preguntas sobre Asuna? ¿No compites en contra de Schuberg?- Preguntó confundida.

-Piénsalo, ¿por qué competir contra la actual Presidenta? ¡La que ha hecho que nos peleemos es la hermana de Yuuki! Cómo si pudiera ganarle a Alice- Respondió sonriendo avergonzado.

Ronye quedó en blanco por un momento, pero cuando se lo pensaba, era todo realmente cierto. La guerra es contra Asuna, no contra Alice. La rubia incluso trató de defenderla ese día, además de que también era verdad que no podrían ganarle limpiamente. No porque considere que Kirito no está a la altura, sino porque no hay necesidad de ello, y la ojiazul les lleva una ventaja abismal sin hacer nada.

-¡Tienes toda la razón, Kirito! ¡Casi me dejo confundir!- Dijo sorprendida.

-A que sí. ¡Eso debía formar parte del plan de la hermana de Yuuki para echarnos a ambos! ¡Mejor vayamos por caminos distintos, y recopilemos información!-

-¡A la orden!-

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-Al menos eso dije...- Pensó algo frustrado -En este centro no tengo ni una solo amigo aparte de Yuuki, y con las elecciones todos parecen alejarse de mí. Así que no habrá de otra-

Obvio nadie quiere entablar conversaciones largas con Kirito. Por lo que molestarse en perder el tiempo hablando con los estudiantes no es una opción. Entonces solo se le ocurría una última idea para cumplir su cometido.

-¡Shinozaki-san! ¡Quiero preguntarte algo!- Dijo él, simpático y alegre.

Rika de un momento a otro, mientras iba caminando tranquila por los pasillos, ahora tiene a un azabache encima dándole un abrazo.

-¡Ni te acerques a mí!- Rechazó antipática, empujándolo un poco -Soy la vicepresidenta, si es por las elecciones, a la única que pienso votar es a Alice... Schuberg Kazuto, parece que aún no acabas de comprender el motivo por el que ella aceptó la votación-

-¿Eh? ¿Qué quieres decir...?-

-¿Te has parado siquiera a pensar un poco en cómo puedes seguir aún en este instituto?- Preguntó seria la ojirosados -Lo que Asuna pretende con la nueva elección es poner a prueba a Alice, que sigue protegiéndote-

Cuando se ponía a pensar en ello, la cosa tenía más sentido. La antigua presidenta estudiantil poniendo a prueba a la actual. Pero ahora se preguntaba, y si él por algún termina ganando, ¿qué pasaría con Alice? En contra parte, no está seguro qué pasará con él si pierde.

-Tal y como están las cosas, Alice quiere lo mismo que tú- Comentó un poco angustiada -Realmente no cree que tengas posibilidades de ganar, sin embargo, yo, como amiga... te digo que reces porque la victoria sea tuya-

La idea de las elecciones era que de alguna forma Kirito consiguiera imponerse a la influencia de Asuna, sea como sea que se le pueda ocurrir. 

Alice jamás podría quitar ese dominio que existe sobre los estudiantes, ya que incluso ella llegó a verse subyugada por las superpolíticas estrictas de la castaña. Por lo que solo Kirito podría hacer algo así. El único en la escuela que escapa a su influencia es él.

El hecho de vivir por sí mismo el como su mejor amiga le había abandonado, por el temor que evoca su hermana en ella, es prueba de la gran autoridad que Asuna tenía sobre todos. 

Si Alice ganaba las elecciones, y permitía que Kazuto siguiera rompiendo normas, sería relegada del cargo y su pareja expulsada del instituto. Si por algún milagro, Kirito resultaba ganador, igualmente su hermanastra perdería su puesto, además de también poder ser expulsada, y ahora sería él quien debería hacer su trabajo.

-¿De Konno Asuna? Lo lamento, no sabemos nada-

-¡Ah! Gracias de todas maneras- Respondió Ronye, un poco avergonzada.

-Oye, mejor vayámonos de una vez. Ya sabes, tenemos que hacer algo- Dijo una chica, un poco nerviosa.

Esas dos estudiantes se fueron rápido, alejándose de Ronye, aunque la temporalmente rubia llegó a escuchar algo que solo le hizo sentirse más decaída.

-Si decimos algo capaz y nos expulsan a nosotras también- Dijo una chica, bastante temerosa.

Realmente eso era decepcionante, y solo mostraba el miedo de casi todos los estudiantes a la imagen de Asuna. Sin necesidad de estar presente, ella consigue que todos estén bien comportados y sigan sus políticas. Es el perfecto legado que había construido bajo la tutela del señor Bercouli, quien se nutría del pasado de su familia.

-Aún queda mucho. Tengo que seguir adelante, por el bien de Kirito- Pensó Ronye, decaída, aunque igualmente decidida.

Tras pensarlo y pensarlo, solo se le ocurría una opción para obtener información acerca de Asuna. Lo primero que pensó fue ir con Yuuki, pero viendo cómo están las cosas, seguramente no querría hablar del tema. Además, ella confirmó que no está dispuesta a ayudarlos en nada. Así que solo quedaba su segunda opción.

-Llegando hasta este punto, voy a tener que colarme en la sala del consejo- Dijo temerosa de su idea.

El plan era sencillo. Acercarse por fuera de la escuela a las ventanas del segundo piso, más cercanas a la escalera, y de ahí apilar objetos que le puedan servir como escalera, subir y correr hasta la sala del consejo.

-¿Se puede saber qué haces aquí con tanto sigilo?- Preguntó una voz atrás de Ronye, sacándole un susto.

Ni siquiera empezó a apilar objetos como cajas y bancos, cuando ya alguien la había descubierto. Sabía quién era esa persona, era fácil reconocer su voz.

-¡Pre~Presidenta! ¡Y~Yo...! ¡Y~Yo...!-

-No sé qué intentas hacer por Kirito, pero deja de temblar y compórtate, Ronye- Exigió Alice, actuando fría y severa.

La presidenta le sacó un buen susto a la castaña, quien tuvo que respirar repetidas veces para poder calmarse. La pobre chica parecía ser de esas personas que por cualquier cosa tienen el corazón en la boca.

-A propósito, tengo una pregunta para ti-

-¿Sí? ¿Y qué sería, presidenta?- Dijo, ya más calmada.

Alice antes de hacer la pregunta, se acercó a Ronye acorralándola contra la pared. Con uno de sus brazos bloqueaba su posible escape, así la intimidaba un poco, y clavaba su mirada sobre ella.

-¿Qué es lo que más te gusta de Kirito?- Preguntó seria.

-No pienso decirte nada. Eres una enemiga para mí- Respondió desviando la mirada.

-¿Enemiga? Antes solías ayudarme, ahora soy tu enemiga. ¿Acaso te gusta Kirito?-

Golpeando la pared fuertemente con la palma de su otra mano, bloqueaba por ambos lados a Ronye. Entonces pegó su frente con la suya, y fruncía el ceño, pasando a tener una mirada más imponente y exigente.

-Responde la pregunta, Ronye- Exigió nuevamente.

-Ki~Kirito es increíble. Le dice lo que piensa a cualquiera sin pelos en la lengua, y al mismo tiempo se preocupa por quienes le rodean. Yo lo he visto, es tan alegre y amistoso...- Decía con voz quebradiza.

Ella se muestra totalmente segura de lo que dice, claramente lo ha visto. Ha estado presente en ciertos y pequeños momentos, en todos y cada uno de los escándalos de Kirito dentro de la escuela. Ha visto con sus propios ojos, lo espontáneo, notable e independiente que ha demostrado ser.

Aunque mientras más hablaba, más parecía que la presidenta se enfadaba.

-¡¡Lo que yo quería era ser como Kirito!!- Dijo alzando la voz, con lágrimas en los ojos -¡Pero sé que no soy la única! Así que... por favor, no expulses a Kirito-

Después de lo dicho, ella cayó sobre su trasero, teniendo su espalda recostada de la pared y se le veía muy nerviosa. Le acababa de alzar la voz a la presidenta estudiantil, y en sus valores eso era una clara falta.

-Creo que ya entiendo por qué me abandonaste. No soy alguien a quien puedas admirar, eso está bien. Yo no soy alguien que nadie pueda admirar- Dijo Alice, más pasiva y amable -No quería asustarte, lo siento. Gracias por compartir conmigo tu punto de vista-

Después de decir eso, Alice acarició de la cabeza a Ronye, y le ayudó a ponerse de pie de nuevo, ya dejando de ejercer tanta presión sobre su persona. Luego se fue por su camino.

Como mujer, la pelidorado le nacía mucha curiosidad de saber el por qué una chica está dispuesta a colaborar tanto con su novio, aun sabiendo que podría resultarle perjudicial. Tenía una sospecha de que quizá Ronye esté enamorada de Kazuto. Por eso mismo, quería saber qué pretende.

Si esa era la razón, entonces no le importaría, ya que esa alianza suya tendría poco valor. Desde que Kirito llegó a la academia, solo Yuuki ha estado con él. Que de repente una exaliada suya ahora esté con él también, quería saber qué es lo que le hizo admirar a su hermano.

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-Para evitar que nos expulsen a mí o a Ronye, sin tener que seguir al pie de la letra las reglas, necesito la aprobación de Alice como presidenta- Pensó desanimado.

Estando por la zona de los casilleros, totalmente solo, estaba Kirito caminando dando vueltas en un solo lugar. Realmente sus opciones para ganar eran tan escasas, que las pocas que tenía dependían de un milagro.

Aunque no quiera hacerlo, parece que tener que admitir derrota será la salvación, pero si la acepta antes de tiempo, lo único que perderá no será solo su lugar en la escuela, sino que también a su mejor amiga, y a Alice.

Recostó la espalda de los casilleros y se sentó sobre su trasero. Pensando y pensando qué podría hacer. Alguna opción que no dependa de un milagro.

-Mierda... No creo que pueda hacerlo. ¡Demonios! ¡Tenía que haberme preparado mentalmente!- Dijo desesperado -¡Ayúdame, Yuuki! ¿¡Qué crees que debería...?!-

Cuando voltea hacia los lados buscando a su mejor amiga, ella no se encontraba ahí. Estaba él solo, y nadie más.

-Ah, cierto. Ya no estás aquí- Dijo decaído y desanimado.

Ese día que Asuna y él armaron tal espectáculo en la entrada de la escuela, recuerda algo, no era una experiencia bonita. Se acuerda que cuando estaba trayendo a Yuuki arrastrada de la ropa, ella empezó a forcejear desesperada. Él llegó incluso a creer que estaba por golpearlo si no la soltaba. Una vez la liberó, la ojirojos se sentó y escondió su cabeza entre sus rodillas,. No dijo nada, y ahí se quedó.

-Aquella sensación, no puedo decir que era del todo mala- Pensó serio y deprimido.

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-¡Aah! ¿Cómo puedo ser tan... tan cobarde?- Se preguntó a sí misma la pelimorado.

Ya en su casa, cambiada a su pijama y en su habitación, estaba Yuuki. No se le veía feliz, ni nada parecido, estaba frustrada y angustiada. 

Ella estaba sentada en su cama, tenía su teléfono en sus manos y en él veía el perfil grabado de contacto de Kirito. Tenía muchísimas dudas acerca de si llamarlo o no.

-¡Vamos, por favor!- Dijo molesta.

Ella dejó caer su teléfono sobre el colchón de su cama, y empezó a revolcarse en el piso de la desesperación, lanzando golpes al aire. Básicamente, enfadándose con ella misma.

-Hasta cuando voy a seguir huyendo de él... Y también de ella- Suspiró con estrés.

Yuuki siempre se mantiene al margen de los problemas, por tener miedo a ser herida o castigada de alguna forma. Por más que no quisiera, le tiene tanto pánico y miedo a las consecuencias, que su valentía se reduce a menos que cero.

-¿Tienes un momento, Yuuki?- Preguntó su hermana, dando unos toques a la puerta.

-Eh... ¡Claro! Pasa, Asuna-

Abriendo la puerta, pasa la castaña. Otra de las similitudes que comparte con Alice, el semblante serio que lleva para todos lados, aunque la ojiazul tiene un semblante frío y aburrido. Lo de Asuna es más que todo autoridad y madurez.

-Es sobre la elección del puesto presidencial de la academia. Si te dijera que es para mantener esas tradiciones, ¿estarías dispuesta a aceptarlo?- Preguntó con calma.

-Ah, conque es eso. Bu~Bueno, supongo que sí- Respondió con ciertas dudas, y cabizbaja.

-Bueno. Ese chico no es un buen amigo para Alice. También veo que es posible que la chica de cabello marrón, Shinozaki Rika, no sea la amiga que más le conviene a la presidenta. Esperaría que tú ocuparas su cargo. Después de todo, sabes muy bien cómo deben ir las cosas-

Obvio la ojirojos no quería eso. No deseaba ocupar el puesto que le pertenece a su amiga, y menos si eso le daría más trabajo, pero tragarse la réplica en silencio es lo que le quedaba. Si salía en defensa de Kirito estaría cayendo en terreno hostil, en contra de las intenciones de su hermana.

-Solo quería decir eso. Perdona las molestias-

-¡Asuna...!-

Su hermana estaba por irse, pero al escuchar su llamado, se volteó a verla. Otra diferencia con Alice, es que la rubia por lo menos con sus muy cercanos suaviza su mirada y carácter. Asuna, ni con su propia hermana cambiaba su forma de ser. Por lo que fácilmente la intimidaba nada más que con solo verla.

-¿Qué pasa, Yuuki?-

Sentía como si su mirada filosa penetrara hasta su subconsciente, y la hiciera un pobre cachorrito contra una bestia hecha y derecha.

-P~Perdona, no era nada- Respondió cabizbaja.

-Ya veo. Que tengas buenas noches, Yuuki-

Una vez la castaña se fue y quedó ella sola, se sentía peor. Era un pequeño trauma que cargaba con ella. Simplemente era verla a los ojos para sentirse insignificante.

-Esto apesta... Doy asco- Pensó miserable.

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En el balcón de su casa, estaba el pelinegro. Se le veía bastante desanimado. Estaba mirando su celular, que antes solía tener muchas llamadas y mensajes de Yuuki. Ahora la pantalla de inicio estaba libre de notificación alguna.

-Kirito, ¿podemos hablar?- Preguntó pasiva Alice, saliendo al balcón.

-Alice, claro. ¿De qué quieres hablar?-

-Bueno, ya se ha decidido la fecha para la votación. Es este fin de semana-

-Ya veo. Entiendo- Respondió decaído -Oye, Alice. ¿Y si te dijera... que voy a abandonar -De ese modo, tú también pue...-

Al escuchar como le planteaba esa pregunta, ella abrió desmesurdamente sus ojos. Genuinamente sorprendo, aunque pronto se enfadó. No le dejaría seguir hablando. 

Entonces lo tomó de la mandíbula con su mano y con sus dedos, apretando para impedirle hablar, y lastimarlo un poco.

-¿Cómo te atreves a planteártelo siquiera?- Preguntó certera, y con el ceño fruncido.

-S~Si me voy del Instituto, podrás seguir siendo la presidenta, y Ronye puede volver a su aspecto de antes- Replicó incómodo -Por más que lo piense... marcharme de ese lugar es la única opción-

Ella lo soltó y Kirito se empezó a sobar sus mejillas. Hablaba totalmente abatido, puesto que durante el transcurso del día no se le ocurrió qué hacer. 

No tiene cómo atacar o rebelarse contra Asuna. Su mejor amiga se bajó de este conflicto. La única persona que le sigue fielmente, corre el riesgo de terminar expulsada de la escuela. Jamás conseguirá que algún estudiante vote por él, y si resultara ganador, los dos igualmente terminarían perdiendo. No tiene nada con qué defenderse.

-Piensa... ¡Piénsalo! Lo peor después de todo esto sería ir a Institutos diferentes. Aun así, tú y yo seguimos siendo hermanos, compartimos casa y habitación- Dijo él, sonriendo, tratando de ver el lado bueno -Nos vemos todos los días, es decir...-

En eso, Alice vuelve a tomarlo de la mandíbula con su mano, aunque sin ejercer una dolorosa presión.

-¡¿Otra vez...?!- Pensó confundido.

Pero no, no sería para lastimarlo. Lo que hizo la ojiazul fue unir sus labios con los suyos, y darle un tierno beso, llegando acariciar su lengua con la suya. Ambos se sonrojaron momentáneamente, hasta que la rubia se separó de él.

-Cállate...- Pidió con voz suave.

-Siento ser tan llorón...- Replicó sonrojado y confundido.

-"Le dice lo que piensa a cualquiera", con la honestidad de un idiota, y siempre deja para luego sus problemas para preocuparse por los demás- Dijo ella, seria.

-¿Eh? ¿De qué hablas, Alice...?-

-Alegre y amistoso... Yo... también quiero ser como tú- Decía de forma mansa, viéndole a los ojos.

-¡¿Eh? ¿¡En serio...?!-

-Eso es lo que decía la versión fanática tuya de Ronye- Respondió desviando la mirada.

Ni se terminó de ilusionar con esas palabras, cuando ella mataba el momento a la siguiente oración.

-Kirito, es tu deber presentarte a las elecciones, y conseguir convertirte en el presidente que esta academia necesita, y hacer que te reconozcan como tal. He decidido, que tras tanto tiempo rompiendo reglas, este es tu castigo. ¿Entendido?-

-¿M~Me hablas en serio...?-

Él único que escapa, de la influencia de Asuna

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Continuará.

Publicado: 04 de diciembre, 2021.

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