Capítulo 23: Luchar por quien eres
Previamente:
Yuuki temblaba de miedo, su piel se le erizó, su mirada quedó pálida y paralizada, respiraba de manera pesada, como si hubiera visto al diablo en persona.
-Una estudiante teñida de un color llamativo- Dijo Kirito, sorprendido al verla por la ventana.
Cuando presta más atención, él capta quién es esta chica. No recuerda su nombre, y con el cabello rubio se veía muy distinta, pero su cara era la misma. Era esa niña que no recordaba que decía ser su fanática.
-¡¿Esa no es...?! ¿La asistente de Alice?- Pensó desconcertado.
F por Ronye, que ni su nombre recuerdan.
____________________________________________________________________________________
-¡Eh! ¡Es aquella admiradora mía!- Dijo él, sorprendido de verla así.
-¡¿Cómo dices, Kirito-chi?!- Preguntó ella, desesperada.
Yuuki no está para juegos, está sumamente intranquila y nerviosa al saber que su hermana estará presente. Para ella todo tiene que ser perfecto este día, y esa supuesta admiradora de su amigo está tirando el plan por la ventana.
-¡A ver, Kirito-chi! ¡Ya vas yendo a decirle tu amiguita que se vista como es debido! ¡Y también que se tiña de negro!- Dijo Yuuki, alarmada y furiosa.
En situaciones de estrés, la ojirojos podía dar miedo. Mucho más cuando tiene a Kirito agarrado del cuello y amenaza con empujarlo por la ventana, mientras le está gritando en la cara.
-¡Aah! ¡Me caigo, Yuuki! ¡¿Y de qué va a servir algo así?!- Preguntó él, nervioso y asustado.
-Si no lo haces... ¡no serás tú, sino ella la que tenga que vérselas con mi hermana!- Recriminó molesta.
Kirito se quedó un rato pensando en lo que decía. Realmente la amenaza de su hermana era algo que sí tenía en cuenta, pero creía que su amiga exageraba.
Aun así, no cree que esté bien que esa niña esté rompiendo las reglas por influencia suya. Si lo va a hacer, que sea porque tiene ganas de hacerlo ella misma, y no por seguir a otra persona.
-No sé de qué hablas... ¡Pero tendremos que acudir al rescate, Yuuki!- Dijo sonriendo con iniciativa.
A ella sí que no le gustaba la idea de tener que ir al frente, le daba pánico el solo pensar que debía involucrarse en esta situación.
-Y~Yo... ¡¿Yo también tengo que ir?!- Preguntó asustada.
-¡Pues claro! ¡Tenemos que salvar a esa chica!-
-¡No quiero! ¡¡¡Suéltame!!!-
Sin más, Kirito se llevó arrastrada de la camisa a Yuuki por los pasillos de la escuela, hasta llegar a la salida para ir a hablar con esa chica.
Por otro lado, se puede decir que Ronye ya está en problemas, pues fue vista por la supervisora. La encargada se sorprendió realmente de verla así, si se supone que ella ayudaba al consejo estudiantil. Pero no encontró mejor medida que buscar a la presidenta y Vvcepresidenta escolar para que ellas hicieran algo.
-No puede ser posible...- Dijo Rika, boquiabierta -¡¡No puede ser!! ¿¡Ronye?! ¡¿Pero qué rayos te pasó?! ¡Has leído las normas del programa escolar antes! ¿¡Por qué luces así?!-
La Vicepresidenta ya se estaba enfadando y desesperando. Esa niña antes era tan correcta y ahora le recuerda al odioso y asqueroso de Kirito, pero peor, porque esta chica antes ayudaba al consejo.
-Además, eres de nuestro colegio, así que Ronye, te quiero pedir un favor. Explícame... todo esto la verdad- Pidió Alice seriamente, mientras señalaba a la chica de arriba abajo.
-Eh... Es que verá...-
-Hasta eras una estudiante modelo- Dijo Rika, interrumpiéndola -¿Por qué has cambiado tan de repente? ¿Ahora estar con los grandes te dañó las neuronas, o qué?-
-Déjame adivinar. Es para imitar a Schuberg Kazuto, ¿no es así?- Preguntó seria la rubia.
-¡No! ¡Eso es mentira! ¡Él no tiene nada que ver! ¡Ha sido por iniciativa propia!- Respondió nerviosa.
-Buenos días, chicas...-
Cuando escucharon el sonido de un tacón resonando en el piso, pensaron que probablemente sería alguna maestra, aunque muy rápido descartaron eso cuando tenían en cuenta que las maestras no podían usar ese tipo de zapato.
Nada más con recordar esa voz, Rika sintió escalofríos, mientras que a Alice se le erizaba la piel.
-¡¡¿Konno Asuna?!!- Dijo la pelimarrón, impactada.
Como si se le reiniciara el cerebro, Rika salió corriendo a pararse en frente de la chica. La diferencia de edades era notoria, siendo Asuna ocho años mayor que ella. Realmente era bastante intimidante, y sus tacones la hacía lucir más alta de lo que era.
-¿Cómo es que estás...? Va~Vaya, cuánto tiempo- Dijo la vice, nerviosa.
-Sí, y que lo digas. Veo que lo único que te ha crecido es el pecho y el cabello- Respondió Asuna, bastante seria -Como mujer, te sentará bastante bien-
-O~Oye, sí que he crecido- Respondió, sonriendo avergonzada y nerviosa -¿Y qué te trae por aquí?-
-He oído que cierto infeliz estaba ignorando la normativa de la escuela- Respondió sonriendo, con cierta gracia.
Esa risa simpática que tuvo mientras acariciaba a Rika de sus cabellos, al instante cambió por una expresión seria, que guardaba una diferencia a la de Alice.
La rubia a través de su mirada reflejaba lo fría que era, Asuna, por otro lado, transmitía lo intimidante que podía ser.
La diferencia más notoria es que ver a Asuna es ver directamente a un adulta madura y severa a los ojos, mientras que Alice seguía siendo una jovencita.
-Así que he venido como antigua presidenta del consejo. Quién me iba a decir a mí que sería una alumna nueva- Dijo la castaña, clavando sus ojos sobre Ronye.
La exmiembro del consejo estudiantil entró en pánico interno. Sentía como sus piernas temblaban, y palidecía ante la mirada de la hermana mayor de Yuuki.
Cuando Asuna se para enfrente de Ronye, dejando de ver una diferencia de tamaño notable, y a saber qué le estaba por hacer a la chica nueva; Alice, se atraviesa en medio.
-Asumo toda la responsabilidad de esto. Lo lamento profundamente- Dijo la ojiazul, con la mirada baja.
-Schuberg... Haz el favor de comportarte como una presidenta- Dijo seria, también posiblemente molesta.
A Asuna no le gustaba que miren al piso o a otro lado cuando ella está presente. Es requisito mirarla a los ojos cuando está hablando, cara a cara, de igual a igual si quieres, pero nunca mirar hacia otro lado que no sea a sus ojos.
Por lo que con su mano tomó a Alice de la barbilla, con sus dedos apretó esa zona y la obligó a verla a las pupilas.
-¿Se puede saber qué estás haciendo? Tenías más determinación cuando estabas con los infantes, que ahora-
Alice la miraba con los ojos abiertos de par en par. Se sentía un poco nerviosa y tímida ante su presencia. En eso, la castaña la suelta, apartándola del camino y se para enfrente de Ronye, quien aún sentía sus piernas temblar como fideos.
-Tú, la de primero. Dices haber actuado por tu cuenta, es decir, que te has teñido sin ser influenciada por nadie, ¿no es así?- Preguntó Asuna, clavando su mirada estricta sobre ella.
-Eh... Bueno, es que yo...- Tartamudeaba nerviosa -Sí, lo hice por mi cuenta-
-Ya veo. Entonces estás dispuesta a aceptar tu castigo. Puedes abandonar el instituto, o cortarte el pelo aquí y ahora- Dijo certera y severa -Tú misma eliges-
Asuna de su cartera sacó unas tijeras, estiró su mano y se las dio a Ronye. La pobre chica palideció, sus manos temblaban al tener las tijeras en ellas. Obvio no quería cortarse su cabello, pero tampoco quería irse del instituto. Ante la presencia de Asuna, probablemente no tenga más que esas dos opciones.
-Presidenta... ¿No cree que está yendo demasiado lejos?- Preguntó tímida la Vicepresidenta.
Alice realmente sentía que debía hacer algo, ¿pero qué? Hay algo que Asuna logró muy bien antes de abandonar la Academia Schuberg, y eso es que su influencia y presencia siendo o no estudiante de esa escuela, sea la misma. Todos la veían como la verdadera presidenta escolar, así ese cargo lo ocupe otra persona actualmente.
-¡¡ALTO AHÍ!!- Gritó alguien a lo lejos.
Por la entrada de las instalaciones de la escuela, salía Kirito corriendo, quien parecía no estar nada contento con lo que acababa de escuchar.
-¡¿Kirito?! ¿Vestido siguiendo las normas?- Pensó Ronye, sorprendida.
-¿Cómo puedes obligar a alguien a tomar esa decisión? ¡Hay que ser ruin para pedirle a alguien se humille de esa manera! En vez de castigarle de forma tan severa... ¡podrías decirle lo bien que se ve!- Recriminó él, furioso.
En frente de todos, y sin ninguna vergüenza, Kirito se quitó el saco, la camisa y los pantalones...
Pero no pasa nada, debajo de todo eso traía la ropa que solía usar para variar el uniforme escolar. Se pasó la mano bruscamente por el cabello para alborotar ese peinado feo que llevaba, y así volver a su apariencia de siempre.
-¡Todo el mundo sabe que vestirse así es de lo más pesado y ridículo!- Pensó él, aún molesto.
Ronye tiró las tijeras y se fue a esconder detrás del pelinegro, allí se sentía más segura que enfrente de ese demonio.
La razón de que Kazuto tardara tanto, es que estuvo un rato discutiendo con Yuuki, pues la ojirojos se negó a salir. No quería pelear, ni discutir con su hermana, le tenía miedo y lo mejor para ella era hacer lo que Asuna dice, o esconderse.
Eso es lo que está haciendo ahora mismo. Yuuki no está con Kirito, ella fue a esconderse por los pasillos de la escuela, sentada en el piso escondiendo su cara entre sus rodillas.
-Ah, entiendo. Tú debes ser la persona de la que tanto se habla- Luego de decir eso, Asuna empezó a reír a carcajada libre.
Kirito se sorprendió al ver eso, pero se molestó más cuando de seguro se estaba riendo de él.
-Bien, pongamos que la halago como sugieres, ¿luego qué?- Preguntó sonriendo maliciosamente.
-Luego... ¡Aún no lo he pensado!- Respondió rápida y torpemente.
-No me vengas con esas cosas. ¿De verdad crees poder resolverlo todo por ti mismo?- Dijo Asuna, soltando algunas risas.
Solamente lo veía como alguien insensato y tonto, nada más probando por diversión el ver qué respondería a su preguntas. La castaña como una mujer adulta, veía a Kazuto como un jovencito iluso y patético, no sintiendo desafío alguno ante la enorme autoridad que sabe que posee. Ante todo esto, Alice cada vez se molestaba más, incluso más que él.
-¡Algo se me ocurrirá!- Replica él, buscando alguna forma retarla.
-Déjalo, Kirito. Este es mi trabajo, no tienes porqué interferir- Dijo Alice seria, aunque también enojada.
-¿Qué? Esa chica me admira a mí, ¡así que también me incumbe!-
-Echarme a un lado solo servirá para complicarlo. Literalmente con reírse de ti ya te está dejando en evidencia. Déjame hacerme cargo, piénsalo detenidamente-
Los dos eran capaces de discutir entre ellos a pesar de que el enemigo común estaba enfrente, ya que ambos querían apartarse mutuamente del problema. Asuna, al ver que peleaban como si fuesen niños, se le ocurrió una divertida idea.
-¡Vale! ¡Ya lo tengo!- Interrumpió ella, sonriendo malévola -Hagamos un trato, si quieres que prevalezca tu punto de vista, tendrás que convertirte en el nuevo presidente del consejo estudiantil. Aunque para eso tendrás que superar a la actual, si lo logras, allí hablaremos-
-¡¿Qué?! ¡¿De qué va esta mujer?!- Pensó Kirito, desconcertado.
A lo lejos se podían escuchar unas risotadas, era la secretaria Quinella, quien estaba sentada en una banca viendo todo como si de un espectáculo se tratara.
-¡¿El joven Schuberg?! ¿¡Presidente estudiantil?!- Dijo ella mientras no podía contener las risas -¡Ya quiero ver eso!-
Todos decidieron ignorarla, y de todas formas ella no estaba allí para llamar la atención, o ser parte del show.
-¡Quiere que le robe el puesto a Alice! ¡Como eso pase ya puedo decirle adiós a nuestra relación definitivamente!- Pensó nervioso y abrumado.
Él volteó a ver a su pareja, quien se mantenía fijamente viendo hacia Asuna, sin decir; ni hacer nada aún.
-Ya me encargo yo de comentarle al director lo de la elección. ¿Te parece bien, Schuberg?-
-¡Vamos, Alice! ¡Acaba con esto!- Pensó desesperado.
-Sí. Estoy de acuerdo, Asuna- Respondió con su típica seriedad.
Él se quedó viéndola, sudando de saber lo que eso significaba, mientras sentía que el mundo lo aplastaba. ¿Él? ¿Ganarle la elección? ¡¿A Alice?! Ya de seguro comprende por qué Quinella se reía hace un rato.
-¡¡¿En serio?!!- Pensó destruido mentalmente.
.
.
.
.
.
.
-¡¡Me llamo Ronye Arabel!! ¡Y estoy en primer curso!- Dijo la menor, bastante avergonzada.
La cosa es que después de clases, Yuuki y Kirito se llevaron a Ronye con ellos.
Fueron a un local de comida y la trajeron consigo pues ella estaba involucrada en el problema con Asuna, además de que aún seguía asustada después de estar parada frente a la castaña. Algunos no pueden manejarlo tan bien como Alice.
Rika literalmente después de todo eso se desmayó, lo mismo le pasaba a Yuuki en sus días de niña.
-Oye, ¿tú no eres una miembro del consejo estudiantil?- Preguntó Yuuki, baja de ánimos y un poco seria.
-Bu~Bueno, la cosa es que yo jamás fui miembro del consejo. A los alumnos de cursos menores se nos permitía ayudar a cambio de créditos extra. Yo realmente solo lo hacía por querer ayudar- Respondió un poco intranquila.
En eso, Ronye empieza a comer. Literal no pudo comer nada en la escuela después de lo sucedido, los nervios y miedo le hicieron un nudo en la garganta.
-¡No fabía que efto llegaría a tabto!- Dijo alarmada mientras comía -¡Do fiento mushífimo!-
-Tampoco hace falta que te pongas así-
-Pero por mi culpa te han expulsado del instituto- Lloriqueó Ronye.
-¡Eh! ¡Todavía no me han expulsado!- Replicó Kirito, desconcertado.
-Ahora en serio, si la presi vuelve a ganar las elecciones, los expulsarán a ambos de seguro- Dijo Yuuki seriamente.
Después de que la ojirojos dijera eso, Ronye empezó a sollozar y a lloriquear. Usó sus brazos como almohada para su frente y dejó salir lágrimas ahí.
-¡¡Ya no podré ver KiriYuuki!! ¡O a Kirito y Yuuki vestidos de uniforme! ¡La vida académica será más aburrida que nunca!- Sollozó en sus brazos, a la vez que lagrimeaba.
Esta pequeña chica de quince años, mientras estaba en el instituto, en sus tiempos como interina en el consejo estudiantil, secretamente se fascinó por la relación de Kirito y Yuuki. Por lo que ella tiene la creencia de que, o son pareja ocultamente, o deberían ser pareja.
Así que ella imaginaba situaciones como:
-Besémonos Kirito-chi- Veía a Yuuki diciéndole eso, con voz suave.
-¡Qué estamos castigados!- Respondía él, sonrojado y tímido.
-Oye, que estamos aquí, cálmate un poco- Dijo la pelimorada, avergonzada -¡En fin! ¡Vamos al grano! Lo primero es disculparse con mi hermana "Doña perfecta". Alice cuenta con la confianza de todos los estudiantes, no es alguien contra quien tú puedas competir. Debe haber una manera menos arriesgada de solucionar todo esto-
Kirito escuchaba todo de brazos cruzados, pensando. La idea de rectificar y disculparse no era una latente opción para él.
Después de hacer todo ese escándalo, volver suplicando perdón sería humillante y vergonzoso, siendo Asuna como es, de seguro les haría hacer algo para que pasen más vergüenza aún.
-¿Por qué habrá aceptado Alice? ¿Es que acaso quiere pelear?- Pensó confundido el pelinegro.
-¡Mira, Kirito-chi! ¡Fuera de clases puedes vestirte como quieras y hacer lo que quieras! ¿Por qué insistes en ir peinado así?- Dijo desesperada la ojirojos.
-La...-
-¿Eh? ¿La? ¡¡¿La qué?!! ¿Qué, Kirito-chi?-
-L~La persona que me gusta, me dijo... que me veo bien así- Respondió apenado y sonrojado.
Yuuki quedó en blanco mientras apretaba los puños, al mismo tiempo que Ronye se ruborizó un poco al escuchar eso, más que todo por verlo a él así.
Realmente la situación no está para esto, esas tonterías debían dejarse de lado ahora, o por lo menos es lo que la pelimorado cree.
-¡Kirito-chi, por favor! ¡Esto no se trata solo de ti!- Dijo molesta.
-¡No! ¡Eso está muy bien!- Dijo Ronye, alzando la voz -¡A mí me gusta el Kirito de ahora! ¡Aunque no es el mejor, confió del todo en él!-
La razón del por qué admira a Kirito es sencilla. Como ella siempre, pero siempre; pasaba desapercibida, le encantó bastante el modo en como Kazuto se hacía notar. Él llamaba la atención, hacía lo que quería, alegre y sonriente, hasta tal punto que la presidenta y la vicepresidenta se han hecho más pasivas y agradables.
-Te agradezco el apoyo, pero, si sigues conmigo, te acabarán expulsando a ti también- Dijo Kirito, un poco sorprendido.
-¡Si crees que te voy a abandonar ahora! ¡Estás muy, pero muy mal!-
-Kirito... Después de haberte "Adaptado", ¿vas a echarlo todo a perder por semejante estupidez- Preguntó Yuuki viéndolo seria,
Luego de preguntar eso, él sabía entender que detrás de esa pregunta había mucho más significado que la misma interrogante en sí. Sabía que podía perderse su amistad, sobre todo por la negativa de Yuuki a enfrentarse a su hermana, por el temor que le tiene, pero dicho pavor hacia Asuna no está en Kirito.
-¿Qué parte de luchar por quien eres, te parece una estupidez?- Preguntó él, un poco cabizbajo y serio.
Ella abrió desmesuradamente después de oír eso. Si Kazuto se rehusaba a renunciar a su causa, y dejaba de lado la situación de Yuuki con su hermana, y sus sentimientos, pues entonces no habría acuerdo que pudiera convencerlos a los dos.
-Lo siento, eso no era lo que quería decir- Dijo ella, seria y alicaída -Me marcho. No tengo nada que hacer aquí-
Sin más, se levantó de la mesa, tomó su bolso y se fue sin decir nada más. El pelinegro tampoco dijo algo, le permitió irse.
-¡¿Eh?! ¡Yuuki! ¡¿A dónde vas?!- Preguntó preocupada -¿Te da igual esto, Kirito?-
Por sus gestos faciales de pena y tristeza, se podía intuir fácilmente que para nada le daba igual, sin embargo, no hay acuerdo que les venga bien a ambos.
Yuuki se abstiene por completo de confrontar a Asuna. Siendo ella su hermana mayor, conociéndola desde que llegó al mundo, sabe perfectamente cómo es en persona. Su mamá no era tan distinta de la castaña, y su papá no tan diferente al abuelo de Alice.
Yuuki en su familia era lo más cercano a lo que era Kirito en la suya. La diferencia es que ella no se opone a las reglas, para la pelimorado es imposible alzar la voz en contra de sus autoridades familiares. Ello también le impide colaborar hasta con su propio mejor amigo.
.
.
.
.
.
.
-No queda de otra, tendré que ver qué opina Alice- Dijo el ojinegro, estresado.
Ya de noche, de vuelta en casa, las cosas estaban claras, ya era más que seguro que Yuuki no no estaría con él. Ronye por ahora se mantiene de su lado, pero tristemente resulta insuficiente, siendo que es todo un instituto en su contra. Al final ser un problemático terminará jugando en su contra.
-Ya he llega...-
-Hola, Kirito- Dijo la rubia, interrumpiéndolo.
-¿Eh? ¿Alice?-
-Va en contra del reglamento dar rodeos en la vuelta a casa- Recriminó ella, molesta, cruzada de brazos -Aparte de eso... ¿Ya estás listo para ser el nuevo presidente?-
-No digas eso, Alice- Respondió suspirando -A propo...-
-Mañana se llevan la basura combustible. Es tarea tuya bajarla, ¿no?-
-Ah, cierto. Ya mismo voy a hacerlo- Respondió extrañado -¿Por qué ahora?- Pensó.
-Muy bien. Está lloviendo, así que yo te acompaño- Dijo seria, como siempre.
Extrañamente los dos terminaron saliendo juntos para botar la basura. La ojiazul sostenía el paraguas para protegerse ella y su pareja de la lluvia, mientras ambos caminaban por los suelos mojados y el ambiente frío, propio de la mojada noche.
-Una cosa, Alice. Hablando de un nuevo presidente, esta mañana, ¿por qué has dicho que sí? No quiero tener que enfrentarme a ti-
-Si hubiera discutido con Asuna, tanto tú como Ronye habrían acabado expulsados. Aunque seas un tonto incapaz de reconocerlo, pensé que te daría una oportunidad de pensar algo más para hacer- Respondió seria.
En sí no había ningún plan ideado, porque para cualquiera era muy fácil anticipar que es imposible que Kirito le quite la presidencia a Alice, eso es claro, pero aun así, con algo de suerte podría convencer a muchos de su idea.
Además, si Alice llegaba a defender directamente a un alumno que rompía las reglas, tanto a Kirito como a ella no le convendría para nada.
-Vaya... O sea que si se preocupa por mí- Pensó sonriendo -Ya veo... Ahora tengo que pensar qué voy a hacer.
Ya estaban volviendo a casa, después de dejar las bolsas en el depósito, y de haber aclarado lo sucedido esta mañana en la academia, aunque igual había algo que Kirito quería decir...
-Hablando de esta mañana, ¿no te alegras de volver a verme como siempre he sido?- Preguntó simpático, mientras la abrazaba -Antes de prepararnos para la batalla, quisiera poder darte un beso...-
Después del abrazo, Kirito empezó a respirar en el cuello de Alice, debajo de su oreja, a la cual le mordisqueó un poco el lóbulo, pues sabía que ese era su punto de mayor sensibilidad.
Ambos estaban sonrojados, y la pelidorado se estremecía un poco, pero ella pronto se gira rápidamente, y se pone a las espaldas de Kirito.
-¿Alice? ¿Qué haces? -Preguntó sonrojado y extrañado.
Usando el paraguas como si fuera un bate, le pegó un fuerte golpe en el trasero a su hermanastro, provocando que el azabache soltara un fuerte quejido de dolor, y cayera al piso.
-Me parece que malinterpretaste la situación- Le dijo seria, aunque sonrojada -¿Pensabas que por qué estábamos juntos te voy a resultar fácil? Más vale que te pongas las pilas si no quieres que te echen-
-¡Tú te lo has buscado!- Respondió él, sonriendo y soltando unas risillas.
____________________________________________________________________________________
Continuará.
Publicado: 29 de noviembre, 2021.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro