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Capítulo 22: Seguir las reglas

Previously:

-Por cierto, me ha dicho un pajarito que hace poco se no has colado una oveja negra en la Academia Schuberg- Al escuchar eso, la ojirojos entró en pánico interno -Parece que mientras no estaba, han cambiado mucho las cosas-

Una persona, con un tono de voz serio e imponente, estaba sentada en una colchoneta con las piernas cruzadas, viendo la televisión. Su cabello castaño al igual que sus ojos, y una mirada tan fría que te hacía sentir como un insecto al estar en frente de ella, eran cosas que la caracterizaban, y una entre las tantas cosas por las que Yuuki le tiene miedo a su hermana.

-¿Qu...Qué planeas hacer, Asuna?- Preguntó muy nerviosa.

-Tal vez debería ir allí y pasar por el consejo estudiantil- Respondió imponente, con su típica seriedad.

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Una relación entre hermanos que se intensifica. El viento primaveral sopla y al fin llega...

-Ah... No puedo dormir- Suspiró algo cansado el azabache.

Ya de vuelta en casa, temprano por la mañana, toda la familia Schuberg duerme. Kirito y Alice en su cama están los dos acostados. La luz nocturna ya fue reemplazada por la luz del amanecer, y los rayos brillantes que pasaban por la ventana le llegaban a dar en la cara al pelinegro.

Kirito al despertar tuvo una gran sorpresa. Alice se había movido bastante hacia su lado, para acostar su cabeza encima de su hombro, mientras ella acurrucaba su cuerpo cerca del suyo, durmiendo tranquila y muy cómoda.

Él se giró con cuidado para no despertarla. Se veía realmente hermosa. Cuando dormía, se soltaba la trenza y las coletas que por lo general llevaba, dejando caer su largo y brillante cabello, lo que era bastante resaltante.   

-Tiene un pelo tan bonito...- Pensó Kazuto, mientras jugueteaba con su cabello dorado.

En eso, Alice empieza a hacer sonidos, sonidos que dejaron helado a Kirito. Parecía que estaba por despertar, así que él dejó de estar tocando su cabello y cerró sus ojos.

Ella estando inconsciente, se echó encima de él, y acariciaba su mejilla en el pecho de su hermanastro, como si fuese un perrito acurrucándose.

El pelinegro se sonrojó, pero decidió seguir haciéndose el dormido cuando sintió que Alice se estaba por levantar.

Ella abrió los ojos y notó que estaba sobre el pecho de Kirito. La ojiazul se sonrojó un poco por esto, pero al ver que el ojinegro seguía dormido, decidió no decir nada.   

Así que simplemente se levantó de la cama, para salir cuidadosa y tranquilamente de la habitación.

Una vez Kirito escuchó la puerta cerrarse, abrió lentamente los ojos y confirmó que ella ya no estaba por su alrededor. Entonces se incorporó para quedar sentado sobre su trasero, mientras sonreía anímico. Algo que le tenía bastante contento, es que desde que volvieron a casa, Alice ha estado más apegada a él que nunca.

Ambos se encontraron en el baño cuando estaban por cepillarse los dientes. Alice actuaba seria como casi siempre, y Kirito bastante alegre y positivo, como solía ser.

-¡Buenos días, Alice!- Saludó sonriendo.

-Buenos días, Kirito- Respondió seria.

Él dejó escapar una risillas de felicidad, cosa que se le hizo extraño a ella.

-¿Qué te pasa, Kirito?-

-¿Eh? Ah, no es nada en especial- Respondió con una gran sonrisa -Desde que nuestros padres se casaron, Alice y yo somos hermanastros. Desde que volvimos de la excursión... Ufff...- Pensó.

Ya resumiendo un poco su semana, los dos han pasado más tiempo juntos que de costumbre, siendo la ojiazul quien insistía para que Kirito esté con ella.

-Incluso pudimos salir juntos- Pensó contento -Bueno, si es que a eso se le puede llamar salir-

Después de desayunar los dos juntos, ambos estaban en su habitación alistándose para ir a la escuela. Alice estaba en su escritorio guardando todas sus cosas dentro de su bolso, mientras Kirito estaba ideando cómo variar el uniforme, sin romper tantas reglas de por medio.

-No hemos hecho nada propio de una pareja... ¡Pero de todas formas, solo con estar con la persona que quiero, me siento feliz!- Pensó alegre.

Después de unos cuantos minutos, los dos ya estaban de camino a la escuela. Ya era algo que se había hecho costumbre. Ellos caminaban juntos, Alice siendo seria y estoica, mientras Kirito era simpático y sonriente con ella.

-Hey, oye, Alice. Yuuki es una gal, y varias veces se la pasa viendo ropa, joyería, y esas cosas. Una vez me mostró un lazo azul, y no pude evitar pensar que se te vería muy lindo si te lo colocas al final de la trenza, ¿no te parece bien?- Le preguntó sonriendo.

-¿Qué tal si mejor tú empiezas a vestirte según las normas?- Respondió seria.

-¡¿Tenías que hablar de eso justo ahora?!-

-¿Me has hecho caso alguna vez?-

-Pero ya nos las apañaremos de algún modo, ¿no?- Preguntó haciendo pucheros -Es como siempre lo hacemos-

-Si crees que siempre vas a poder librarte de todo, vas mal encaminado -Respondió con seriedad -Además... el curso que viene seremos estudiantes avanzados. Tendremos que dar el ejemplo a los nuevos. ¿Qué haríamos si llegaran más como tú y sumieran el instituto en el caos y la anarquía?-

-No exageres, tampoco hace falta que te pongas así- Le dijo chillando -Dar ejemplo a los de primero... ni se me había pasado por la cabeza. Se nota que es la presidenta. Me pregunto si Alice se volverá mucho más responsable al pasar a segundo- Pensó.

Cuando se ponía a pensar en esa idea, el miedo le invadía. De por sí su hermana es estricta, le pasa varias cosas, pero eso no quita el hecho de que aun así, cada vez que rompe una regla, le llega, o llegará, una consecuencia.

-De ser así terminaría como ella, y no podría volver a ver a ninguna otra chica como Yuuki. Qué horror- Pensó mientras le entraba el pánico.

-¿Y ahora qué te pasa?- Preguntó al ver su nerviosismo.

-Nada. Solo pensaba en la poca importancia que le damos a nuestro tiempo juntos. Dime, ¿no sientes alguna vez ganas de pasar de todo? Al fin y al cabo eres una chica, deberías pensar en moda, citas...-

En eso, Alice de repente frena el paso, cosa que confunde a Kirito y le hace ponerse nervioso de haber dicho algo que no debió decir.

-He dejado de lado totalmente esa parte de mí- Respondió con la mirada seria, aunque algo baja.

Ella siguió caminando, pero Kirito quedó extrañado después de escuchar eso. Se mantuvo ahí parado pensando en qué querría haber dicho la rubia.

Desde casi toda su vida, ella como mucho decía los colores que le gustaban y el tipo de zapato o vestido que le parecía mejor, de resto, el ir a la tienda, ver las prendas, elegirlas y comprarlas, se encargaban las empleadas de su abuelo.

Le llevaban la ropa a casa, ella se la probaba, y muy pocas veces se daba el caso de que rechazaba alguna prenda de vestir, y siempre era porque le quedaba holgada o ajustada, no porque rechazara llevarla puesta.

-¿Eh? ¿Qué quiere decir con eso? Aunque no le gusten esas cosas, al menos querrá lucir bien- Dijo para sí mismo, confundido.  

Realmente no captó del todo lo que la ojiazul quiso decir. Cuando ella decía que dejó esa parte de ella en el pasado, se refería a que no es algo por lo que ella esté preocupada. Literalmente se puede decir que a Alice la vestían otras personas.

La última vez que fue a una tienda de ropa fue con su papá, y eso ya fue hace años cuando aún era una niña.

¡Di~Disculpa...!-

Lo que estos dos no sabían, es que desde pocos minutos después de haber salido de su casa, alguien los estaba siguiendo. Ella caminaba escondida por cualquier cosa, por un auto, un muro, o por la otra acera. No escuchaba qué decían, pero sí los estaba siguiendo. Era tan increíblemente sigilosa que ninguno de los dos jamás lo notó.

-¿Eh? ¿Es a mí?- Preguntó Kirito, extrañado.

-S~Si, ¿tienes un minuto?- Respondió la chica.

Esta chica era de ojos azules y su cabello era marrón castaño. Kirito no sabía por qué, pero al mirarla se le hacía que ya la había visto antes.

-Bueno, si solo es un minuto... ¿Eh? Espera,¿ese no es el uniforme de la Academia Schuberg?- Preguntó sorprendido al verla de frente.

-¡L~Lo es! ¡Estudio en Schuberg! ¡Seré una de las nuevas alumnas que llegan en primero!- Respondió un poco nerviosa.

-¡Vaya! Qué casualidad. Así que a partir de abril iremos al mismo instituto, ¿eh?-

-¡Exacto! ¡Eso mismo es!- Respondió esta chica, con una sonrisa radiante. 

-Y... ¿En qué puedo ayudarte?-

-¡Ah! ¡Lo siento! Ve~Verás... Es que yo...- Decía bastante nerviosa -¡¡Soy una gran admiradora tuya, Senpai!!- Dijo intensa, tomando al pelinegro de las manos.

-¡¡¿Que, qué!!? ¿¡Me lo dices a mí?!- Preguntó impactado.

-¡Sí! ¡¡Te admiro mucho!!- Contestó nerviosa y avergonzada -¡Bu~Bueno! ¡Siento haberte hecho perder el tiempo! ¡Adiós!-

Luego de eso, la chica salió corriendo lejos de Kirito, principalmente por vergüenza y nervios.

El pelinegro quedó ahí parado, confundido y extrañado, además de que aún tenía sobre sí esa espinilla clavada, de que a esa chica ya la había visto antes.

-¿Pero qué...? Vaya forma de empezar el día-

Claro que Kazuto ha visto a esta chica antes, es la niña que siempre estaba en el consejo estudiantil ayudando a Alice y a Rika; Ronye.

Sucede que tan pocas veces la ha visto y no conoce su nombre que ni idea tiene de quién es, pero sí sospecha haberla visto antes.

Claro, cuando armaba sus escándalos en contra del consejo, ella siempre estaba ahí, generalmente cuando discutía con Rika, ella estaba ahí presente, aunque no hacía nada. Pasaba muy desapercibida.   

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-Oye, Kirito-chi, ¿podemos hablar?- Preguntó Yuuki, quien lucía intranquila. 

-Claro, ¿de qué quieres hablar?-

-¿Podrías empezar a vestirte un poco más normal? Sé que con el uniforme escolar te ves ridículo, pero, ¿podrías cumplir un poco más las reglas?-

-¿Cómo dices...? ¡Creí que tú me entendías, Yuuki! ¿¡A que se viene eso tan de repente?!- Exclamó bastante ofendido.

-¡Tienes razón! ¡Tienes razón!- Respondió nerviosa -E~Es mejor que lo olvides, Kirito-chi-

-¡No lo creo! ¡Ya estás explicándote o mejor hubieras mantenido la boca cerrada!-

-V~Vale, vale. Se trata de mi hermana mayor. P~Pronto vendrá a la academia, probablemente el semestre que viene-

-¿Y eso qué tiene que ver conmigo?- Preguntó perdido. 

-Ahora te lo explico, tú escucha. Mi hermana es... la anterior presidenta de la academia- Dijo en suspenso -Y no es como nuestra presidenta actual. Ella usaba una política de terror y miedo, estabas con ella o en su contra, y los que estaban en su contra no vivían para contarlo-  

-¿Tan mala era?- Pensó extrañado -Yuuki, ¿no estarás exagerando un poco?-

Probablemente sí exageraba, ya que Yuuki en su mente se imaginaba algo así como un "Emperador Samurai", que llevaba consigo un dragón y un bate con picos, mientras estaba en la cima de una pila de escombros, habiendo alrededor estudiantes muertos de la Academia Schuberg. 

-Sus métodos no son nada comedidos. Eso es innegable- Dijo frustrada -Pero siempre se sale con la suya. A decir verdad, dejando eso a un lado... si mi hermana viene a la academia, estoy segura que tú te vas a llevar una buena paliza-

Kirito la verdad no estaba seguro de todo lo que decía. Realmente no se creía esa posible amenaza solo para seguir las reglas al pie de la letra. No creía que alguien pudiera gobernar con un puño de hierro en una secundaria.   

-Sé que me meto donde no me llaman, pero es porque no quiero que sufras. Tienes hasta el siguiente semestre para reflexionar- Dijo seria la pelimorada.

Después de lo dicho, Yuuki se fue. Ella realmente estaba un poco molesta, pero es su angustia que la tenía así. Sabía lo desmedida que podía ser su hermana, y temía que a Kirito le fuera a pasar algo por su culpa. La pequeña indiferencia del pelinegro ante esto, le angustiaba, aunque es normal, pues él no conoce a su hermana.

(...)

Una vez acabaron las clases, de camino a casa Kirito pensaba en lo que Yuuki le había dicho. Allí algo que llamó su atención. En su cabello tenía un pequeño cuerno de pelo, muestra de que tenía el cabello más largo del promedio.

-Vaya pelos que llevo. Debería mirarme este cuernecillo- Pensó -Vaya con Yuuki, ahora ella también quiere meterse con los gustos ajenos. Aunque Alice también me ha sermoneado al respecto, y eso que al instituto se va solo en una etapa de la vida-

Capaz Yuuki exageraba demasiado, es lo que él pensaba. Sonaba muy tonto todo lo que decía, y que se enfade porque él no quiere hacerle caso se le hacía un poco infantil.

-¡He vuelto!- 

-Oh... ¡Bienvenido! ¡Pero si es el gran idol, Kirito!- Dijo su mamá, hablando en tono alto y algo melodioso.

Su madre se veía algo extraña. Sus mejillas estaban rojas y sostenía una lata de lo que parecía ser alcohol. Ella estaba sentada en la mesa, riendo junto con Alice, quien estaba tranquila tomando té, al parecer.

Muy posiblemente Midori esté borracha y por eso actúa así.

-¿Eh? ¿De qué hablas, mamá?- Preguntó confundido.

-Alice me lo ha contado. Así que tienes una fan, ¿eh?- Respondió riendo.

Alice escondió su carita, como diciendo: "Yo no fui", y se tapaba con la taza, mientras que Kirito la miraba acusador.

-Así que Alice lo vio. Es más, se lo ha dicho- Pensó incrédulo.

-Esa chica antes solía ayudarme en el consejo, y es de nuestra academia. El solo pensar en la mala influencia que supones... Qué peligro- Dijo Alice, luciendo algo nerviosa. 

-¡¿Cómo que mala influencia?!- Preguntó ofendido. 

-Eso, eso. Ya es hora de que te cortes el cabello y empieces a seguir las reglas- Dijo Midori sonriendo -Seguro que hasta su padre estaría agradecido-

-¿Su padre...?-

-Kirito antes solía ser un estudiante ejemplar, muy aplicado y bien comportado. Además, físicamente se parecía mucho a su padre- Respondió Midori, dejando salir unas risillas -Él... murió cuando era un niñito. Todo el mundo le decía que se parecían mucho, pero por lo visto se cansó de oír siempre lo mismo, y hace todo lo posible por ser diferente a su papá-  

Kirito se sonrojó, pero de la vergüenza. Realmente, cuando aún era un niño se hartó de que lo compararan con su papá, y fue entonces que empezó a distanciarse de ese camino de niño correcto. Dejó de prestar atención a la escuela, conoció a sus amigos en Rulid, y actualmente no es ni la sombra de ese niño correcto que era Kazuto Kirigaya.

-¡¡Por aquel entonces era un niño!! ¡Ahora soy y hago lo que hago porque quiero!- Reclamó él, un poco enfadado.

Kirito empezó a pellizcarle las mejillas a su mamá, con cuidado y sin hacerle daño. Alice se le quedaba viendo confundida. ¿Kirito? ¿Ejemplar? Para que esas dos palabras fueran en la misma oración para ella, la oración debía ser algo como: "Kirito es el peor ejemplo posible de un estudiante".

-Voy a cambiarme de ropa- Concluyó molesto, y avergonzado.

-Vaya... Creo que sí se enfadó. Creí que estábamos jugando- Dijo Midori viendo un poco borroso, mientras seguía tomando.

Después de la pequeña discusión infantil, Kirito se fue de ahí a su habitación. Allí se quedó viendo su cabello en el espejo un momento, y sí, parecía el típico personaje de anime con los mechones puntiagudos por toda la cara, y así quiere quedarse.

Mientras se quitaba la camisa, en eso siente que alguien entra a la habitación. Es Alice, quien se queda parada en la puerta, viéndolo un momento.

-Ah, lo siento, Alice. Me estoy desvistiendo, pero recojo en cuanto acabe- Dijo de lo más tranquilo.

Kirito volteó a ver y le llamó la atención su cabello dorado. Era totalmente opuesto al suyo, demasiado largo, brillante, bastante peinado y muy bien cuidado.   

-Pero qué suerte tienes de tener ese pelo tan brillante... Debería teñirme de rubio y hacer que brille tanto como el tuyo-

Alice se quedó callada después de que él dijera eso. ¿Realmente podía ser tan sensible? Es lo que ella pensaba. Luego, la ojiazul se acercó a él y lo abrazó por la espalda, mientras colocaba su cara en su cuello por debajo de su oreja.

-Mentiroso... Lo cierto es que te gusta más tu cabello, ¿verdad?- Preguntó con voz dulce y suave.

Alice empezó a enredar sus dedos en el cabello de Kirito, y acariciando su cabeza, haciendo que el pelinegro se sonroje un poco y se sienta realmente bien. En eso, ella se inclina un poco y lleva su nariz hasta su cabello, y empieza a olfatearlo. Ciertamente olía bien, y un poco dulce.

-A mí me gustas exactamente tal y como estás ahora mismo, te ves bien peinado así - Susurró en su oído -El pelo dorado no te pegaría en lo absoluto-

-Y que eso lo diga la presidenta...- Dijo un poco anonadado.

-Decidir qué hacer es decisión tuya-

Luego de la corta conversación, Alice se fue de la habitación. Ella realmente sabía de la amenaza latente de Asuna, también sabía como era su hermanito, así que le aconsejaría lo que ella veía como mejor, y como lo más correcto, a pesar de que implique no seguir las reglas.

-Gracias, Alice. Gracias a ti ya lo tengo claro- Pensó sonriendo tranquilo.

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Días Después...

-Esto es más duro de lo que esperaba, es horrible- Dijo Kirito, frustrado y exhausto.

Su decisión fue vestirse según dictan las reglas. Por primera vez en su vida se colocó todo el uniforme de la escuela, sin descuidar ni un solo detalle. Se cortó su cabello y se peinó de modo que no le quedara ningún mechón.

Yuuki tenía razón, se veía increíblemente mal siguiendo las reglas de vestimenta.

-¿Y tú quién eres?- Preguntaba Alice, genuinamente confundida.

-¡Ay, hijo! ¡Te ves como tú papá cuando iba a la secundaria! ¡Era muy nerd, pero a él se le veía bien!- Decía Midori, soltando el millón de carcajadas de la risa.

-Alice me ha mirado como si fuera otra persona, y mi mamá se ha muerto de la risa- Dijo Kirito, conteniendo la ira -Y ahora todo el mundo se burlará de mí, seguro...-

Al parecer su actitud rebelde no es suficiente para vencer al sistema, incluso Yuuki que lo apoyaba totalmente, no practicaba sus ideas. La pelimorado obedecía el formato de vestimenta de la escuela a la perfección, y esto obviamente es por su hermana.  

Este día sería la ceremonia de bienvenida para los alumnos nuevos de primero, y sería despedida para los alumnos de tercero, por lo que habría más personas de lo normal.

-Buenos días, chicos- Dijo suspirando, entrando al salón.

-¿Ki~Kirito-chi? ¿Eres tú...?- Preguntó Yuuki, conmocionada al verlo.   

-Su~Supongo. ¿Tan mal me...?-

En eso, ella se abalanza hacia él para darle un fuerte abrazo, de emoción, gratitud y satisfacción, como si verlo con esa apariencia le hubiera iluminado el día.

-¡Menos mal! ¡No sabes cuánto me alegro!- Dijo muy emocionada -Has tomado la decisión correcta-

-Oye, Yuuki, tu pelo es morado, y no creo que ese sea su color natural, ¿cómo haces tú?-

-Bueno... supongamos que antes de que me inscribieran, robé mi ficha de estudiante, cambié mi foto por una con mi pelo teñido, y alteré la información para que la ficha diga que el color natural de mi cabello es morado- Respondió ella, con una linda sonrisa.

Kirito se la quedó viendo incrédulo, Yuuki era como él, pero en las sombras. Kirito cuando hacía cosas malas se hacía notar, mientras que ella pasa totalmente desapercibida.

-¿Y por qué decidiste seguir mi consejo, Kirito-chi?-

-Bueno... digamos que es una historia larga-

-Con esto ya no habrá más víctimas- Dijo aliviada, acostando su cabeza sobre el marco de la ventana -Oh, no...-

En eso, Yuuki mirando hacia afuera, observa algo espantoso, horrible, desagradable, lamentable, y trágico. Una chica, seguramente de primero, haciendo la gran Kirito. ¿Qué sería eso? Pues variar el uniforme con ropa más casual, pero de una manera tan poco disimulada que era igual que Kazuto en sus primeros días. Colores iguales, estilo similar pero en femenino, los zapatos que lleva ni de broma están permitidos para clases regulares, y el sello pegado a la camisa. ¡Listo!

Encima también estaba teñida de rubia, se notaba que ese no era el color normal de su cabello.

-¡Oh, no! ¡¡Oh, no!! ¡¡¡Oh, no!!! ¡¿Por qué esa chica de primero está vestida así?!- Preguntó sintiendo cómo le venía un infarto -¿Será su forma de hacer su debut? ¡¡¿Por qué tenía que hacerlo precisamente hoy?!!-

Yuuki temblaba de miedo, su piel se le erizó, su mirada quedó pálida y paralizada, respiraba de manera pesada, como si hubiera visto al diablo en persona.

-Una estudiante teñida de un color llamativo- Dijo Kirito, sorprendido al verla por la ventana.   

Cuando presta más atención, él capta quién es esta chica. No recuerda su nombre, y con el cabello rubio se veía muy distinta, pero su cara era la misma. Era esa niña que él no recordaba, pero decía ser su fanática.

-¡¿Esa no es...?! ¿La asistente de Alice?- Pensó desconcertado.

F por Ronye, que ni su nombre recuerdan.

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Continuará.

Publicado: 24 de noviembre, 2021.


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