Capítulo 17: Game Over
Previamente:
-¡¿Eh?! ¡¿Por qué hay tantas tartas a medio hacer?!- Preguntó desconcertada.
-¿Por qué son tan difíciles de preparar las tartas?- Chilló Kirito, viendo el horno con ojos llorosos.
-Veo que has estado ocupado. Parece que estas Navidades serán divertidas; bastante- Dijo Midori, sonriendo con gracia -El oso de Alice se ve muy tierno, Kirito-
Al final, Yuuki sí compró todos esos accesorios. Ella llevó una parte del par, y la otra se la dio a Kirito, quien le colocó el gorro, el bigote y los lentes al oso de su hermana. Solo queda esperar a ver qué ocurrirá, cerca de la víspera de Navidad...
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-¡¡¡Heeecho!!! ¡Lo logré!- Celebró Kirito, emocionado.
-¡Vaya! Al final te ha quedado bastante bien-
Después de un tiempo; como al quinto intento, Kirito por fin logró hacer una buena tarta que no quedara quemada, cruda, flaca, o que explotara. La adornó con galletas, fresas, bastante crema, chocolate derretido, y adornitos como un pequeño osito de jengibre y un muñeco de nieve de vainilla.
-Mañana pasaremos nuestra primera Navidad juntos. Espero que a ella le guste también el pastel- Pensó sonriendo con satisfacción.
En eso, se escucha la puerta abrirse. No podía ser nadie más, Alice acababa de llegar con su típica cara seria tan característica de ella.
-Ya estoy en casa...-
-¡Hola, Alice!-
-¡Bienvenida a casa Alice-chan! Todavía estamos preparando el menú de Navidad, así que estás a tiempo, ¿se te apetece algo?-
-Si tienes alguna petición, podría conseguirla camino a casa después de clases-
Ambos hablaban sonrientes y alegres, mientras que Alice se mantenía seria y algo decaída. No quería decir nada acerca de lo ocurrido con Hosaka, y manejar esta situación se le estaba haciendo difícil.
-Sobre eso... lo siento mucho. Aún hay montañas de trabajo por hacer en el consejo. No podré venir a la reunión mañana por la noche- Dijo bastante seria, para que no sospecharan.
-Vaya cariño... Es una pena- Respondió Midori, algo decaída.
-¡¿Eh?! Pero, ¿lo de pasar las Navidades en el consejo estudiantil va en serio? ¿No hay nada que puedas hacer?- Preguntó desconcertado.
-¡Kirito! No la atosigues tanto!-
-Lo siento mucho...- Dijo con pena la ojiazul.
-No tienes que disculparte Alice, no es tu culpa- Respondió Midori, aunque apenada, comprendía la situación.
Gran parte del trabajo estaba adelantado, y esa montaña de labores de la que hablaba Alice, no existía. Todo era una mentira, debido a lo que tendría que hacer mañana.
Kirito quedó conmocionado, después de escuchar eso. Conociendo cómo es su hermana, y también sabiendo muy bien cuán difícil era ser la presidenta, y al mismo tiempo hacer parte del trabajo del director, entendía que ya no tendría nada más que hacer, que lamentar la situación.
Alice al escuchar las preguntas de su hermanito, y ver cómo su madre la defendía y comprendía, apretó los puños y los dientes. Realmente estaba muy molesta de tener que mentir, para luego tener que caer más bajo de lo que ya lo había hecho anteriores veces.
Todo era por un bien mayor. Su ausencia en una Navidad, no sería nada comparado al corazón roto de Kirito, ¿no?
(...)
Unas horas después, en el baño estaba Kirito, metido en la tina. Dejó salir las lágrimas que tuviera por dentro, que a pesar de ser pocas, aún no quitaba el hecho de que estaba brutalmente decaído. Tanta ilusión rebajada en pocos segundos a lamentos y tristeza.
Una vez se sintió mejor, salió de la tina. Se secó y vistió para luego ir hacia su habitación, y cederle el baño a su hermana.
-Alice, el baño ya está libre-
-Muy bien, gracias...- Responde seria.
Ella estaba revisando el celular que le dejó Hosaka, y ahí veía la dirección donde se encontraría con un hombre, que ni sabe quién puede ser, para al parecer ir a un lugar privado y darle sus servicios.
Kirito no tenía idea de esto. Él fue y se sentó en la cama, mientras pensaba una manera de lograr que su hermana pudiera estar en casa mañana.
-Oye, Alice... ¿No te puedes tomar el día libre mañana?- Preguntó tímido y angustiado -¿No puedes dejar el trabajo para el día siguiente, o algo así?-
-Es que... hay algo muy importante que debo hacer mañana- Respondió seria, de igual manera.
-Ya veo... Supongo que no hay nada que hacer- Contestó, mientras se dejaba caer de espaldas en la cama -Soy como un niño ahora mismo...-
Exactamente, como niño buscaba insistirle a su madre, para obtener algo que en el fondo sabe que no se va a poder, todo en búsqueda de una pequeña luz que le anime. Kirito quería obtener una respuesta positiva de su hermana, que bien sabría que no podría tener.
En eso, suena el celular de Kazuto, notificando que le había llegado un mensaje. Cuando lo recibe, se da cuenta de que quien envía el mensaje es Hosaka.
-¿Un mensaje de Hosaka?- Dijo confundido -"Tengamos una cita mañana, Kirito-oniichan"- Leyó.
Realmente no se encontraba de humor para este tipo de cosas. Si se fuera de cita con ella solo estaría desanimado, como emo que se quiere suicidar.
-Una cita conmigo justo en Navidades... Como si no tuviera a nadie más con quien pasarlas- Criticó un poco enfadado.
-Kirito...-
-¿S~Sí, Alice?-
-Por favor, queda con ella...- Dijo seriamente -Esa chica te necesita-
Después de decir eso, Alice salió de la habitación, para no estar más allí. Ya estaba empezando a ser insoportable la situación, y las lágrimas eran difíciles de controlar.
Kirito quedó confundido, realmente parecía actuar un poco extraño, aunque al ser Alice es complicado saber qué es lo que quiere decir en verdad, o cómo se siente.
-¿Que me necesita? ¿Qué quiere decir con eso?- Pensó confundido.
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Al día siguiente...
-¡Kirito-chi! ¡¡Allá voy!!- Dijo Yuuki, furiosa.
Una vez llegó la hora de la salida, por alguna razón, la pelimorado le pegó un fuerte golpe con su bolso en la espalda a su amigo.
-¡Aaah! Eso duele. ¡¿Se puede saber a qué ha venido eso?!- Preguntó confundido, y adolorido -¿¡Qué te pasa en la cabeza?!-
-A pesar de que te dije que nos iríamos juntos a casa, ¡ya te estabas yendo sin mí!- Criticó la ojirojos, indignada.
-¿Eh? ¿En serio me lo dijiste?- Respondió confundido -Lo siento Yuuki, no me di cuenta...-
Yuuki hizo un mohín con los labios. Se sentía dejada de lado, pero intuía que por algo es que Kirito tiene la cabeza en las nubes, y la anda ignorando.
-Es raro que no te emocionen las vacaciones de Navidad. ¿Te pasa algo?-
-Alice está hasta arriba de trabajo con el consejo estudiantil... Y eso que en estas fechas podía tomarse días libres- Respondió, hablando con tristeza.
-Bueno, entonces yo ya me marcho-
-¡¿Eh? Pero, ¿no acabas de decir que volveríamos juntos a casa?- Preguntó confundido.
-¿Acaso no te quedas a echarle una mano con lo del consejo?- Le preguntó sonriendo -Tú te quedas, no yo. Así que ya nos vemos-
Yuuki se despidió de su mejor amigo y emprendió camino hacia su casa. El azabache suspiró, y se le quedó esa idea que le dio la ojirojos. Dudaba si sería algo sensato ir a ayudar a Alice, capaz y no querría ayuda.
-¡No tengo nada que perder! ¡Así que allá vamos!- Pensó determinado, aunque nervioso.
-¡Kirito-oniichan!-
En eso, Kazuto escucha a alguien corriendo. Para cuando voltea, se encuentra con su hermanita dándole un fuerte abrazo por el abdomen, mientras sonreía contenta.
-¡¿Hosaka?!- Dijo desconcertado -¿No te he dicho que no entres aquí como si nada?-
-Como no contestaste al mensaje, entonces decidí venir yo misma-
-¡¿Qué pasa si te ven aquí?!-
-Es que tenía que saber algo- Respondió sonriendo -¿Por qué no me respondiste?-
-Es que aún no sabía si tendría planes para hoy- Le contestó, un poco incómodo.
-Así que era eso- Suspiró aliviada -En ese caso, ahora que sabes cómo tienes la agenda, ¿puedes quedar conmigo?-
La diabólica intención, escondida tras una sonrisa algo tierna, era intachable en Hosaka. Como si estuviera jugando ajedrez, movía sus piezas en el tablero y todo quedaba como lo estaba planeando. Solo falta que Kirito termine de flaquear.
Él volteó hacia atrás, para ver hacia la entrada de la escuela. Se supone que iba a intentar ir a ayudar a Alice, pero tal vez no sería lo mejor. Teniendo en cuenta que ella misma le dijo que quedara con Hosaka, tal vez no había causa alguna entre ellos.
-Sí... Está bien, Hosaka-
-¡Genial! Hay un sitio al que te quiero llevar- Respondió feliz, abrazándolo por el brazo -Esto está bien, ¿verdad?-
Sin más, empezaron a caminar hacia donde fuera que Hosaka estuviera llevando a Kirito, aunque para que la ojiazul saliera de la mente del pelinegro, se requeriría bastante esfuerzo.
-Alice...- Pensó decaído.
(...)
Ya después de un rato, terminaron yendo a una pequeña pastelería, donde Hosaka compró varios postres. Principalmente tartas para comer junto a su hermano, estando bastante cerca de caer Nochebuena.
-Hacía mucho tiempo que no te veía tan contenta- Comentó Kirito, con una tenue sonrisa.
Realmente Hosaka parecía estar sonriendo sinceramente, mientras comía su pastel como una niña pequeña. Le traía recuerdos nostálgicos de su infancia, cuando comía pastel con Kirito en su casa.
-Es que está delicioso- Respondió con unas pocas risas -Pero el pastel no es la única razón por la que estoy contenta-
-¿Ah, no? ¿Y qué más te tiene de buen humor?-
-En realidad... también es porque estoy contigo. Tú sí sabes cómo hacer feliz a la gente- Le respondió sonriendo tierna.
Kirito, después de escuchar eso sonrió. Oír eso de su parte le hacía sentir bien, realmente. Lo que él no sabía, es que mientras él estaba con su hermanita de crianza, su hermanastra ya había llegado a una plaza, y conseguía localizar al hombre con el que se organizó esa cita.
-Como estuve practicando el horneado desde ayer, pensaba que no sería capaz de comerme un pedacito más de pastel- Sonrió Kirito, algo exhausto -A veces me sorprendo-
-Vaya, un pastel de Navidad. Así que el pastel de este año lo hiciste tú mismo-
-Dicen que lo que cuenta es la intención, ¿no?- Respondió sonriendo -Esto me recuerda que llevamos pasando las Navidades juntos desde que nos conocimos-
Recordando un poco en el pasado, se podría decir que la primera vez que se acercaron a hablar fue cuando Kirito vio a Hosaka jugando sola en el parque. Estaba en el arenero, haciendo lo que parecía ser una montaña de arena. Realmente no parecía estarse divirtiendo cuando la vio, más bien todo lo contrario; la soledad, aburrimiento y tristeza gobernaban en ella.
-Hosaka; la niña que siempre jugaba sola, sus padres siempre estaban trabajando. La primera vez que te hablé fue en unas Navidades. Desde entonces hemos sido como hermanos- Pensó, algo nostálgico -Oye, Hosaka, ¿siguen tus padres tan ocupados como siempre?-
-Sí, prácticamente. Solo viven para trabajar- Respondió un poco antipática.
-Ya veo... Entonces, Hosaka, si no tienes nada que hacer, ¿qué tal si vienes a nuestra fiesta de Navidad?- Ofreció Kirito, un poco nervioso.
En eso, Hosaka se para bruscamente de su silla, y golpea la mesa colocando las palmas de su mano sobre esta, mientras dirige su vista hacia Kirito.
-¿Quieres decir como una familia? ¿Como si fuera tu hermana pequeña?- Preguntó con una sonrisa un poco perversa.
-¡¿Eh?! Pues s~sí, claro... Mamá también estará contenta si vienes- Respondió nervioso al ver su reacción -Y a Alice le gustaría si fuéramos uno más en la familia-
La sonrisa de Hosaka cambió a una cara en blanco, seria, aunque sin ser inexpresiva, sintiendo cómo todo el odio que le tenía a la ojiazul iba saliendo a flote.
-Otra vez con Alice...- Dijo seria, y algo fría.
-¿Eh? ¿Hosaka?-
-Que si Alice esto... Que si Alice lo otro. Cada vez que abres la boca para hablar de ella pareces idiota- Dijo empezando a subir el tono de voz, molestándose.
La rubia ya empezaba a perder los estribos. De una u otra forma, Kirito siempre terminaba mencionando a su hermanastra, persona a la que justamente Hosaka detesta. Ya estaba comenzando a hartarla.
-Pues tu querida Alice ahora mismo está en alguna parte con un hombre- Dijo, alzando la vista mientras sonreía perversa -Apuesto que ahora mismo se lo debe estar pasando de lujo-
-¿Eh? Hosaka, ¿se puede saber de qué estás hablando?- Preguntó Kirito, completamente perdido.
-Deja de inventarte tantas cosas. No estoy mintiendo, ahora mismo Alice solo está pendiente de un teléfono como el que uso yo para trabajar- Respondió maliciosamente -¿Por qué no la llamas? Seguro que te contesta-
Hosaka obviamente no usaba su celular personal para ese trabajo suyo, usaba otros dos específicamente para eso. De esos dos, le entregó uno a Alice para que fuera a cumplir con su servicio; el otro se lo estaba enseñando a Kirito en su cara
-Alice no es lo que crees, Kiri-chan. No es una estudiante seria de honor. Solo es una zorrita que no le importa lastimarte o mentirte. Es una mala persona-
Realmente estaba sintiendo un enorme escalofrío por la espalda. No sabía qué pensar, era difícil de creer, aunque tenga las pruebas justo en su cara. ¿Su hermana? ¿Haciendo esas cosas? Conociéndola es imposible de creer, aunque ahora que lo pensaba, con la información que le acababa de dar Hosaka, todo agarraba sentido.
-Hey, Kiri-chan, deberías tener ojos solamente para mí. Ella no te merece- Dijo mientras sonreía.
Aun así, Kazuto pudo darse cuenta de algo, que Hosaka no. Sin saberlo, había caído en la trampa de la ojiazul.
-Ya veo, Alice es...- Pensó mientras se levantaba -Hosaka, vamos a darle las gracias-
-¿Darle las gracias? ¿A quién?- Preguntó sin dejar de sonreír contenta.
-¡A la persona que más cuida de ti!- Respondió alzando la voz -La persona que me dijo que viniera hoy... La que me dijo que viniera a verte, Fue Alice-
Abriendo los ojos como platos, ante su sorpresa, su mirada quedaba en blanco por el impacto, mientras tensaba los puños, y temblaban sus brazos de la ira. Hosaka sentía como si acabaran de darle el golpe final para que cayera noqueada en el piso en una pelea. Obvio, si esto es así, al final fue ella quien hizo lo que Alice quería.
-Así que por eso es que está pasando todo esto...-
-¡¡Eso quiere decir que he estado actuando como ella quería!! ¡Kirito! ¡¡No importa cómo los mires!! ¡¡Aquí es ella la que pierde!!- Respondió, sumamente histérica -¡No dejaré que me gane una persona tan vacía como Alice!-
-¡Una relación no es un juego!- Replicó alzando la voz, y dándole una palmada en la cabeza -No uses palabras tan simples como ganar o perder-
Al escuchar eso, Hosaka quedó en blanco. No sabía qué decir, o qué hacer. Simplemente se quedó ahí parada, viendo a Kirito irse.
El pelinegro, después de notar que su hermanita sí traía problemas por donde fuera que pasara, decidió salir a buscar a su hermana; llamarla, impedir que termine quedando con un tipo cualquiera.
-Por favor Alice, ¡contesta!- Suplicaba entrando en pánico -¡¿Alice...?! ¡¿Dónde estás ahora?!-
Por un momento, Kirito escuchó cómo le atendieron la llamada, pero nadie dijo nada. Segundos después la llamada fue colgada, cosa que solo lo puso más nervioso.
-Kirito...-
-¡¡¿Eh...?!!-
Si escuchaba bien, sabía muy bien a quién le pertenecía esa dulce y fría voz, que le erizaba la piel.
-Perdona... No sé cómo se contesta en este teléfono, y he colgado sin querer- Se disculpó Alice, actuando mansa.
Kirito al verla sintió sus ojos humedecerse al instante, y salió corriendo a darle un fuerte abrazo. La rubia abrió desmesuradamente sus ojos al sentir a su hermanito, pero comprendía cómo debía estarse sintiendo él en estos momentos.
Después de todo, Alice siempre tuvo todo pensado. La ojiazul sí se encontró con ese hombre, con el que debería tener su cita, pero negó hacerlo; se negó a entregarse a ese hombre. Aquella persona se lo tomó completamente bien, y entendió la situación.
Simplemente, anduvo dando vueltas por la plaza esperando a que el tiempo pasara. Conociendo a su hermanito, él se daría cuenta de sus intenciones, y también midiendo lo impulsiva que podría ser Hosaka, el tiempo daría a conocer a la verdad, solo debía esperar.
Y así fue, la de ojos de ámbar reveló qué es lo que estaba haciendo Alice. Kirito conociendo a su hermana, sabría que una acción así imposible que vaya con ella, y el resto es historia. Al final fue Alice quien movía las piezas en el tablero.
(...)
De vuelta a casa, los tres tomaron el metro. Kirito iba sentado en medio de ambas chicas, quienes se mantenían calladas.
La rubia menor se sentía increíblemente mal. Al final terminó quedando ella como una mala persona, en lugar de Alice como quería evidenciar. Mostrarle la foto a Kirito no haría diferencia, solo sería peor, pues saldría a la luz que ella estaba chantajeando a la ojiazul con ello, además de que sería una jugada llorona de su parte. Ya le quedó bien en claro que había perdido.
El pelinegro se había dormido, realmente fue un día muy agitado.
-Entonces, te lo has pasado bien estas Navidades?- Preguntó seria Alice.
-¿Te estás riendo de mí?- Respondió desanimada -Es un game over para mí. Kiri-chan me odia, has ocupado mi puesto como su hermana. Al final, no hay nadie que cuide de mí...-
-¿Sabes? Las dos somos algo iguales en ese sentido. Siempre he estado buscando afecto, bloqueando a los que me rodean con un corazón reacio a aceptar a nadie. Eso al final me ha dejado vacía...-
-Vacía...- Repitió suspirando.
-Sí... Pero en este mundo hay personas que te dan una clase de afecto, sin que se pida. También hay gente arrogante y fría, para quienes conocer una persona así, es una bendición-
Hosaka después de eso, se quedó un momento callada. Al parecer, incluso Alice sabía más que ella de su propio terreno, las relaciones humanas.
-Pero tú sigues ganando... creo que solo para darme una lección, ¿has tenido suficiente?- Preguntó Hosaka, decepcionada de sí misma -¿Qué habría pasado si hubieras sido forzada? ¿Qué habrías hecho? Lo hubieras tenido que hacer con un viejo, ¿lo sabes?-
-Si eso hubiera sucedido, habría estado dispuesta a aceptar la situación, Yo... habría hecho las mismas cosas que tú hiciste, solo para confirmar los sentimientos de Kirito- Respondió con completa seriedad.
Obvio la ojiazul sabía los riesgos, tuvo suerte de que ese hombre se tomó bien que ella negara dar los servicios, que en primer lugar ella nunca ofreció. Si el hombre llegaba a forzarla a tener que cumplir, allí no habría marcha atrás.
-Alice... deberías ser honesta- Concluyó Hosaka, hablando seria también.
Al final, la bigotuda sacó su celular, y terminó borrando esa foto de Alice dándole un beso. Era completamente inútil ahora. Tener esa foto nunca significó nada, y le terminó trayendo más problemas que otra cosa. Toda su amenaza fue usada en su contra, después de todo Alice fue más inteligente.
Luego de unos minutos, Kirito despertó y ya habían llegado a su parada, quien tendría que seguir de largo sería Hosaka, para llegar a su hogar.
-¿Estás segura de que no quieres venir con nosotros Hosaka?- Preguntó manso Kirito.
-No, Kiri-chan. Gracias de todas formas, pero no está bien preocupar a mi mamá y papá cuando vuelven del trabajo-
-Ya veo... Entiendo, Hosaka-
-¡Ah! Una cosa más-
En eso, ella se acerca a Kirito para susurrarle algo en el oído, Alice no podía escuchar pero igual sospechaba qué le diría.
-Voy a darte un regalo de Navidad, Kiri-chan-
-Ok, ¿y qué sería?- Preguntó en susurro.
-A pesar de la cara de amargada que ella tiene, tú también le gustas mucho- Susurró Hosaka, mientras sonreía.
Kirito se sonrojó inmediatamente al escuchar eso, mientras entraba lentamente en shock. ¿Sería cierto?
-Como hermano mayor me refiero, a pesar de que eres el menor- Le dijo mientras sonreía burlona.
-¡¡Hosaka!!-
-Kirito-oniichan se ha puesto rojo. Supongo que es vergonzoso que te digan algo así- Respondió, mientras soltaba unas risillas.
En eso, el tren ya está por partir de nuevo, así que la rubia menor se sube a este, no sin antes despedirse de sus hermanos, incluyendo también a Alice.
-Bueno, entonces, gracias por jugar conmigo, hermanos mayores- Dijo sonriendo, grata y tierna -¡Pásenlo bien esta noche! ¡Y haremos un 3P cuando tengan más práctica!-
Kirito obvio sabía a qué se refería, y se sonrojó y se enfureció por lo que dijo, mientras que la inocencia de Alice hacía que la duda le comiera un poco la cabeza. Daba igual, al menos Kazuto conocía mejor a su hermanita.
Sin más, Hosaka se fue por su camino, y Kirito y Alice por el suyo. Ya era algo tarde cuando llegaron a casa, su madre había pasado el día sola, aunque para nada aburrida, esa señora con dulces y un televisor se divertía las 24 horas, y mucho más cuando sabía que no tenía que hacer nada.
-Aaaff...- Suspiró -Es la primera vez que tengo una Navidad tan agotadora- Dijo Kirito, exhausto.
-Me pregunto si mamá estará dormida ya, a veces creo que ella pasa más tiempo despierta que nosotros- Comentó seria Alice.
A pesar de ser bastante tarde, aunque las doce de la medianoche hayan pasado, Alice quería que su hermano comiera pastel junto con ella en las Navidades, como pareja o familia le daba igual, solo quería estar con él.
-Vas a engordar si te comes eso tan tarde. ¿No puedes esperar y comértelo mañana?-
-Lo has hecho para hoy, ¿no? No estará tan bueno mañana- Respondió, tratando de ser seria.
Alice sacó al osito de jengibre de su trozo de pastel, le daba lástima tener que comérselo. Entonces aprovechó un momento en el que Kirito no estuviera viendo, y lo escondió bajo el sillón para ir a buscarlo después.
-Mira que eres cabezota, Alice. Igual al abuelo- Dijo Kazuto, incrédulo.
-Me lo tomo como un cumplido, más que un insulto-
Ambos van al sillón y se sientan uno al lado del otro. Kirito ya no tenía antojo para más pastel este día, así que solo se quedaba viendo cómo Alice probaba el que él había hecho.
-¿Q~Qué tal está...?-
-¿Creías que te iba a decir que estaba malo? ¿O que no tengo estómago para algo así?- Preguntó seria.
-Puedes... ¡¿Podrías ser un poco más clara?!- Preguntó Kiritom frustrándose.
-Esta es mi forma de ser, así deberías apreciarme- Le respondió Alice, incrédula por su reacción.
Quedaron un rato en silencio, la ojiazul seguía comiendo mientras Kirito pensaba en lo que había dicho. Realmente era cierto, Alice siempre era así de seria, fría y enigmática aún a estas alturas, aunque tampoco le importaba mucho, tal vez fue eso lo que le gustó de ella.
-Alice... lo siento por lo de hoy, de verdad. Soy lo peor, haciéndoles daño a ti, y a Hosaka. Soy un hermano de lo más torpe e inútil- Dijo Kirito, avergonzado y cabizbajo.
Realmente el que más se sentía culpable de todos era él. Si supiera controlarse mejor y no ser tan idiota, capaz y todo esto jamás habría pasado. Se sentía responsable de haber herido a su hermanita menor, y haber puesto en riesgo a su hermana mayor; el llanto era inevitable.
-Eres un llorón, Kirito...- Criticó ella, mansamente.
-Alice... Prométeme algo...- Dijo, lagrimeando mientras abrazaba a su hermana -Nunca hagas nada que pueda hacerte daño otra vez; si lo hicieras... ¡nos dolería más a mí, y a mamá! ¡Para que lo sepas!- Cuestionó algo enfadado.
Ella lo miraba incrédula. Realmente no era el pedido que esperaba, no importaba tampoco. También estaba consciente de que lo que hizo fue algo malo.
-Si pasa cualquier cosa, cuéntamelo, ¿está bien...?-
En eso, Alice se levanta del sillón y se para frente a Kirito, mientras lo mira hacia los ojos.
-Entonces... déjame ser un poco más honesta, ahora- Dijo con voz dulce, y seria.
-¿¡Eeeh...!?-
Y así es como Alice toma a Kirito de las rodillas, y estira sus piernas para que se abran un poco, él se sonrojó bastante, y empezó a temblar un poco. Sintió un fuerte estremecimiento cuando Alice acercó sus labios a su cuello y comenzó a besarlo, mientras también se acomodaba encima de él, sin dar indicios de querer detenerse.
-¡E~Espera un momento...! Alice...- Pidió Kazuto, muy nervioso.
Alice, haciendo todo lo contrario, tomo la mano de Kirito y la llevó hacia su pecho, para que sintiera sus senos.
-¿Lo sientes? ¿Puedes sentir los latidos de mi corazón?- Preguntó, hablando con delicadeza, sonrojándose mucho ella también -Kirito, hay dos partes dentro de mí. Está la del bien, pero también está la del mal-
Él estaba anonadado por lo que estaba viendo. Se preguntaba si estaría soñando despierto una vez más, pero nada que ver. Su pecho se sentía tan caliente y suave, tan real, que era imposible que fuera un sueño. Alice quería entregarse a él, verdaderamente.
-Aun así... ¿Quieres echar un vistazo en mi interior...?-
Luego de preguntar eso, Alice se arrodilló en el sillón, en frente de Kirito, quien aún mantenía su mano en su seno, mientras se quedaba sin palabras. Sentía que tenía su mente totalmente en su contra cuando sus fantasías estaban al frente de él, y ahora sí son verdaderas.
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Continuará.
Publicado: 23 de octubre, 2021.
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