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Sobre Klein

La razón por la que me volví marxista, o la graciosa historia de cómo me rompí el tobillo.

(Este es el título pero pinche wattpad no me dejo ponerlo todo >:c)

Pues bien, como ustedes ya saben, mi nombre es Klein, fui profesor en la academia de Adachi, pero ahora doy clases de en las Facultades de Sociología y Economía en la Universidad de Tokio. Hace poco fui a la boda de Asuna y de Kirituz, como suelo escribir su nombre.

El caso, siempre me caractericé por mi formación marxista y por joder a mis alumnos tratándolos de encaminar por la senda del comunismo, ¿pero por qué?

Digamos que no siempre tuve buenos momentos con mi familia, llegó un punto mientras yo estudiaba la secundaria que mis dos padres quedaron desempleados por causas injustas.

Llevaba los zapatos rotos a la secundaria y mi traje estilo militar lo tenía roto, yo cursaría segundo año de la misma.

Por esa misma razón, y como siempre hay unos hijos de puta que son bien pesaditos, me hacían burla por mi situación económica, y mis amigos me preguntaban de forma un poco peyorativa, ¿Por qué eres tan pobre, Klein?

Quieras que no, eso afecta a un moco de, ¿Qué tendría? ¿13 años? Rayos, no me acuerdo nunca ni de mi edad, pero ahora tengo treinta y cinco...espero no equivocarme.

El caso, eso me afectó bastante en aquel entonces, ya que siempre pedía prestado para comprar algo ya que yo no comía bien en casa para dejarles más comida a mis hermanas y a mi madre.

En una noche de aquellas, yo regresaba de hacerle unos favores al padre de un amigo, ya que se le había roto una silla y yo medio tengo noción del oficio de la carpintería, así que la arreglé y me pagó por ello, yo iba muy feliz, además de tener una pequeña sorpresa para mi madre.

Pero bueno, que escuché que unas personas tenían una leve discusión en un departamento que quedaba en un segundo piso, ni siquiera me acuerdo de que carajos era. Sorpresivamente para mí, un libro me cayó en la cabeza, pero no me dolió mucho.

-¿Quién es tan salvaje para tirar un libro por la ventana? –Pregunté, ya que en verdad eso se me hacía extraño.

Recogiendo el pequeño libro, era de color rojo, tenía un martillo y una hoz de color dorado en la portada, y las imágenes en blanco de dos hombres que yo no conocía.

El manifiesto comunista. Ese era el título, lo abrí para hojearlo rápidamente.

Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo.

Dirigiéndome a la última página del mismo mientras las personas del piso de arriba seguían discutiendo.

Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar. ¡Proletarios de todos los países, uníos!

Me quedé sorprendido ya que no entendía muchas de las palabras que estaban ahí escritas, suerte para mí que me hice dos pasos para adelante ya con la intensión de irme, cayeron más libros por esa ventana.

Todos trataban de los mismos autores: K. Marx y F. Engels. Yo no tenía ni idea de quienes eran ellos, o por qué carajo fueron sus libros arrojados a la calle.

Como fuera, que tomé todos los que quedaban regados en la calle y me fui campante a mi casa. Eran muy pesados ya que algunos tenían casi el grosor del tamaño de la palma de mi mano. Encontrándome una caja en un basurero de más adelante, los puse ahí.

Llegando a mi casa, escondí la caja ya que, parecía ser, que esos libros debían ser quemados, o algo así dijo la mujer que los tiraba por la ventana.

Pasadas unas semanas, me había leído varios de ellos, las cosas no iban mejor en casa y cada vez me sentía más de acuerdo con esas dos personas de apellidos extraños, quizá eran alemanes o algo así.

Y así fue la historia de cómo me volví marxista, y ahora vamos a la de cómo me rompí el tobillo.

Justamente, leía Principios del comunismo mientras baja de las escaleras de la secundaria en donde asistía. Estaba tan exhortó en la lectura que pisé mal, doblándome el tobillo para luego caer de las escaleras, aterrizando en el mismo tobillo que me había torcido...por lo que se me rompió.

Definitivamente, el dolor era insoportable para un moco como yo que sólo tenía trece años, pero traté de no llorar o gritar mucho.

Un amigo de la familia tuvo que pagar el hospital, los médicos, las muletas y mi maldito yeso ya que seguíamos...mal. En ese momento, y tras negárseme salud y sufrir de burlas por mi posición económica, fue que me volví completamente comunista.

Tanto así fue que durante casi ocho años fui el comisario político del Partido Comunista Japonés, lo cual me benefició bastante en las lecturas marxistas a las que tuve acceso.

Y así fue la tragicómica historia de cómo me volví marxista y me rompí el tobillo, por lo que ahora saben por qué es que siempre molesto con Marx y el comunismo.

Ahora le hablaré a Kirito a las dos de la mañana para decirle "¿Quiere escuchar la palabra de nuestro señor Marx?" Eso siempre lo jode :v
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Cambien lo se filosofía por:

Kirito, Eugeo, Yuuki, Alice, Yuna y Eiji.

Klein hablando de comunismo en clase


:v tan klein.
Siempre que alguien habla de marxismo en mis historias todos lo recuerdan a él JA JA JA

Klein: yei, fui el protagonista de un manuscrito :D

Yo: disfrútalo por que puede ser el último :V

Klein: -llora- al menos los lectores me recuerdan por algo :')

Lectores: ¡¡¡por que Arturo siempre habla de marxismo en sus historias!!!

Yo: discúlpenme por ser comunista :'c

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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