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La otra navidad.

Situado entre los capítulos 23 y 24

Era la fiesta de navidad, aunque no como la que se había celebrado unos días antes con motivo de dar regalos por motivo del intercambio. En esta ocasión, irían disfrazados los alumnos...y algunos maestros.

El profesor Klein iba disfrazado de elfo, con unas orejas postizas y un sombrero de color verde. Se le veía bastante feliz, pues varios alumnos se acercaban a él para ver su disfraz

-Sí, lo hice yo mismo...sólo espero que no se me vaya a descocer o será la mayor maldita vergüenza de mi vida.

-Profesor, usted siempre hace el ridículo. -Sonrió Yuuki, quien tenía un disfraz de reno, viéndose bastante linda con él puesto.

Su cola con la falda era lo más lindo, aparte de su diadema de cuernos. Tenía pintada la nariz y unos bigotes, asemejándose los de un reno.

(No es exactamente igual...Pero mi concepto es mejor :u)

-Te ves linda, Yuuki. Debo recocer que te queda muy bien.

-Gracias. Me lo compró Aiko, pues ella tenía uno de señora Claus. -Aparte de la falda, el disfraz dejaba parte de su abdomen al descubierto, aunque a ella no le importaba.

Eiji también iba disfrazado de elfo, pero él tenía cara de inconformidad, aparte de ser llevado a rastras por Yuna.

-¡Date prisa, no te quedes ahí parado! -Ella se había disfrazado de muñeca de trapo, viéndose igual muy linda y atractiva.

-Odio este disfraz, me pica y me veo estúpido.

-¡No seas amargado, Eiji! -Yuna lo abrazó, haciendo puchero. -Me darán ganas de golpearte con un bat.

-¿Qué?... -A Eiji se le abrieron los ojos como platos.

Kirito estaba vestido de santa Claus afuera de los baños de la academia. Esperaba a que Eugeo estuviera listo. No tenía la barba puesta, pero el traje le quedaba bastante bien. Él deseaba ver a la profesora Asuna con su disfraz.

No estaría mal que fuera de conejita o algo así...

Él no sabía de qué sería, pero ya quería verlo con bastantes ganas. Eugeo no salía del baño, pues el disfraz que le había tocado no le gusto desde el vamos.

Su contrario se comenzaba a impacientar, así que fue a buscarlo.

-¡Te tardas los años, ¿qué pasa ahí adentro?! -Kirito tocaba la puerta de la caseta donde se cambiaba Eugeo.

-¡No hay nadie!

-¿Enserio crees que me creeré eso?

-¡Me veo estúpido! ¡Alice se va a reír de mí apenas me vea, así que olvídate!

-Bueno, siempre se ríe de ti, Eugeo, ¿Qué novedad tendría esta vez?

-¿Sabes una cosa? Te odio, no sé cómo es que seguimos siendo amigos.

-No hablas enserio, princeso. Sal de ahí, ya, ¿Qué tan mal te puedes ver?

-Es-está bien...

Eugeo abrió la puerta de la caseta. Usaba como disfraz un mameluco de reno. La capucha de la misma tenía los cuernos, eran flexibles y de un color café claro.

Kirito se le quedó viendo seriamente...pero luego se soltó a reír con bastante gracia. Su contrario se sonrojó, regresando a la caseta para tratar de cerrarla.

No lo logró, pues Kirito logró evitar que la cerrara. Así, lo tomó del mameluco de reno para sacarlo a fuerzas del baño.

Klein pasaba por ahí, y sin preguntar, se unió a la fiesta para sacar a Eugeo a rastras del baño. El camino de uñas quedaba en el suelo, pues Eugeo se había agarrado a lo que fuera.

-¿Por qué el joven Eugeo no quiere salir del baño?

-Le da pena que Alice lo vea así vestido.

-Vaya novedad... -Dijo, sarcásticamente.

-¡Suéltenme, me niego a que ella me vea, carajo!

-Silencio, le vas a gustar así vestido. - Yuuki iba pasando por el mismo pasillo que sus buenos amigos. Klein y Kirito levantaron a Eugeo del suelo.

-¿Qué tal se ve?

-Hum...se ve chistoso. -Sonrió ella, mostrando los dientes. Eugeo se sonrojó mucho. -Yo soy una rena y tú un reno, ¿Qué tal si hacemos pareja? -Yuuki lo tomó de la mano.

-Y-yo...podría ser...pero tenía planeado.

-¡Trato hecho! -Yuuki tomó a Eugeo del brazo, caminando junto con él.

-¡Yu-Yuuki, ¿qué haces?!

-No es raro que una pareja de renos vaya caminando por el bosque.

-¡Tienes razón, pero no es la ocasión!

Yuna decoraba las partes de la academia que faltaban para el gran festival de navidad. Ella sonreía de forma amplia y contenta, siendo ayudado por Eiji, quien seguía con su cara de inconformidad.

Únicamente no se iba de la academia ya que en la tarde sería lo mejor, y eso no lo dudaba. Habría pastel, música, baile, algunos juegos.

Pensar eso lo hacía sonreír. Justamente iban pasando unas chicas disfrazas de elfinas, Yuna se le quedó viendo feo a Eiji, jalándole fuerte la mejilla al pensar que sonreía por ver a sus compañeras.

-¡¿Qué estás viendo, perro taibolero?! -Farfulló ella.

-¡Na-nada, no veía nada!

Por lo demás, la profesora Asuna llegaba en su auto con un vestido de señora Claus. Se puso el gorro navideño y sonrió para sí misma. Éste tenía un leve olor a cigarro, pues ceniza del mismo cayó en él por accidente.

Alice se apresuraba a llegar a la academia, teniendo el gorro en su mano. Su vestido de igual señora Claus volaba a cada paso que daba, resultando satisfactorio para ella el llegar a tiempo.

Vio paseando a Eugeo y a Yuuki del brazo, poniendo una expresión constante de sospecha. Le daba un ataque de celos repentino. Era la primera vez que le daban celos con Eugeo, pero Yuuki no tenía intenciones amorosas con el muchacho...¿o sí? para aquel entonces, casi no.

Ella fue a topárselos, pareciendo que era pura casualidad. Ahí, le dio un beso en la mejilla a Eugeo, pero uno de esos que lo dejó hasta sonrojado.

Yuuki se le quedó viendo feo, por lo que tomó a Eugeo de la cintura, juntándolo a su cuerpo.

-¿Por qué llegaste tarde, Alice? -Preguntó, tratando de alivianar el ambiente. Eugeo tenía las mejillas rojas y los ojos bien abiertos.

-Me desperté tarde, no fue por nada. -Alice puso su mano en el hombro de Eugeo, haciendo que él abriera más los ojos.

-Tu disfraz es lindo, me gusta mucho. -Sonrió ella. -Me gustaría verlo de cerca. -La muchacha se pegó más a Eugeo para ver de cerca el disfraz de Alice. -Hum, es bastante lindo.

-¿Eh? -Al muchacho se le comenzaba a desviar el riego sanguíneo en tan incómoda situación. Al menos el mameluco era holgado.

-Sí, el tuyo es igual de lindo. Tienes muy bonita piel. -Alice abrazó a Yuuki, separándola así de Eugeo. -Es blanca y se siente suavecita.

-¡Oye! ¡Me haces cosquillas! -Exclamó Yuuki, riendo.

Aprovechando que quedaba libre, Eugeo se hizo un paso para atrás, viendo la cola de rena de Yuuki. Le llamó la atención, así que llevó su mano a la misma para apretarla a ver si era suavecita.

La muchacha soltó un quejido, sonrojándose. Volteó a ver a Eugeo con bastante enojo, quien se puso nervioso.

-¡Pe-perdón, no creí que...! -Una bofetada retumbó en la mejilla de Eugeo. Lo curioso de todo es que dentro de unos meses, el que las manos de Eugeo le tocaran una parte prohibida del cuerpo sería incluso pedido por ella.

-¡Pervertido! -Yuuki se fue echando humos de ahí. Claro que, al estar lejos, la muchacha se recargó en una pared, respirando agitadamente. -Eugeo tocó mi colita... -La muchacha se la quitó de la falda de rena para verla. -No creí que fuera así de atrevido.

Yuuki echaba humo de las orejas, poniéndose roja como un tomate. No sabía si eso le intrigaba o le gustaba. Un poco de ambas, quizá.

De regreso con los dos rubios, Eugeo se tallaba la mejilla, la cual se había quedado marcada con la mano de Yuuki.

Alice lo miraba con cierta lástima, tomándolo de uno de los hombros a la vez que le acariciaba la cabeza para consolarlo.

-Pobre de ti...

-Pero sólo era parte del maldito traje, ni que le hubiera tocado su cuerpo.

-Bueno, no debes tocar lo que se encuentre cerca del cuerpo de una mujer. Pudiste tocarle el trasero y sí te hubiera volado los dientes.

-Maldita suerte. -Eugeo se tumbó al suelo, siendo alumbrado por un reflector. Alice dio una risita incomoda.

Al levantarse, Alice le dio un beso en la mejilla. -Con eso estarás bien. -Un pequeño rubor apareció debajo de los pómulos de la muchacha.

Eugeo se desmayó por lo caliente que sintió todo el rostro. Alice se alarmó, sudando una gota gorda a la vez que lo trataba de reanimar.

Kirito le ayudaba a Eiji a poner algunas luces en la puerta de la cafetería. Él sostenía la escalera para que su contrario no se cayera.

-Sigue sosteniéndola así, amigo. El suelo es muy resbaloso, así que es mejor tener cuidado.

-Claro, tú relájate.

No obstante, Kirito quedó con la boca abierta y blanco como un papel al ver a Asuna en su vestido de señora Claus.

Es innecesario decir que fue tanta su sorpresa de ver a Asuna así vestida que soltó las manos de las escaleras, caminando directamente hacía ella. Eiji cayó de bruces contra el suelo, Yuna fue de inmediato a ayudarlo, mirando al azabache con una cara de furia total.

Mientras caminaba por los pasillos, le muchacho tomó una nochebuena y un papel rojo que sería usado como decoración, llegando directamente con Asuna para ofrecérselo.

-Un regalo para usted, a pesar de que ya le había dado uno. -Sonrió él, amablemente.

-Que atento eres. -Su contraria le sonrió, recibiendo la nochebuena para llevársela al pecho. -¿Por qué eres así? -Pensó, acariciando los cabellos del muchacho.

Yuna llegó abalanzándose contra la profesora Asuna, dándole un muy fuerte abrazo. La anterior mencionada abrió los ojos de sorpresa.

-Yu-Yuna, sabes que me agrada mucho que me abraces, ¿pero podrías soltarme?

-Ño. -Sonrió ella.

Entre Kirito y Klein tuvieron que quitarle a Yuna de encima, siendo una labor muy trabajosa. Acto seguido, la muchacha le dio un golpe en el estómago a Kirito que lo dejó sin aire

-¡Yuna, contrólate! -Exigió Asuna, jalándola de la mejilla.

-¡Eso te pasa por soltar la escalera de Eiji! ¡fucking idiot!

-Creo que si Kirito tenía estreñimiento...Yuna se lo quitó con ese golpe.

-¡Profesor Klein, no ayuda en nada! -Farfulló él, sofocado.

-Ñeh, estoy acostumbrado a que me lo digan.

Tanto Asuna como Yuna se quedaron viendo, un poco con lástima y otro poco con gracia. Claro que era de creerse que el profesor Klein estaba acostumbrado a que le dijeran algo así.

Del otro lado de la academia, Alice y Eugeo platicaban tomando un poco de ponche. Yuuki quería acercarse, pero le daba pena tras haberle dado semejante bofetada al rubio.

Quería pedirle perdón por lo ocurrido, aunque aparte de la pena, se sentía triste por ver a su amado con la mujer que él amaba. Los veía con los ojos vidriosos, maldiciéndose por haberse enamorado de un chico ya enamorado locamente.

Sentía envidia de Alice, pues si bien ella no lo despreciaba, no es que recibiera su amor con los brazos precisamente abiertos. Ella sí lo haría.

Suspirando pesado, Yuuki prefirió rendirse, pero recordó los consejos del profesor Klein, tomando aire para inflar su pecho.

-¡Tú puedes, Yuuki! ¡No debes ponerte nerviosa a su lado!...actúa como siempre sueles hacerlo, nada más.

Ya con los alientos, Yuuki emprendió marcha a donde estaban Eugeo y Alice charlando. Cuando la vieron, el muchacho se ocultó detrás de su contraria, poniendo una expresión constante de sospecha y amenazando con la mano así como si fuera un gato.

-Ho-hola...

-Hola. -Respondió él, cortantemente. Eso se sintió como puñalada en el pecho de Yuuki.

-Hola. -Sonrió Alice. Ella era un poco más compresiva con ese asunto.

-Qu-quería pedirte perdón por lo que pasó...me siento mal por ello. -Viendo los ojos de Yuuki y su expresión facial, ahora Eugeo se sintió como un idiota.

Eran épocas de alegría y felicidad, había hecho sentir mal a Yuuki de manera indirecta, y ella tenía razón a sentirse enojada tras el incidente que pasó entre ambos.

Él dio la cara, tomando de los hombros a Alice para ponerse frente a ella, mirando a Yuuki.

-Yuuki... -La tomó de las manos. -Claro que te perdono. Eres mi mejor amiga, quería jugarte una broma pero me pasé de la raya. Es más...soy yo quien debería pedirte perdón por tomarte la cola. -Eugeo se ruborizó, desviando la mirada al suelo.

Yuuki sonrió abiertamente, lanzándose contra el muchacho para darle un abrazo. Sonreía para sí.

-Sí...soy tú mejor amiga. -Dijo, pero ella pensaba <<aunque deseo ser más>>

Es innecesario decir que Eugeo se puso rojo como un tomate, sintiendo los pechos de Yuuki contra su tórax. Al separarse, él humeaba, casi como si fuera un carro descompuesto.

De regreso con Asuna y Kirito, tanto el muchacho como Eiji, se encontraban en camillas, solo que Eiji quedaba boca abajo. El segundo se le quedaba viendo feo al azabache, mientras que éste le sonreía tontamente.

-Tenías una cosa que hacer... ¡sólo una y no...! -La espalda comenzó a dolerle a Eiji. -¡Agh!

-Perdón...

Asuna tomaba de la mano a Kirito, siendo aprovechado por ambos enamorados al máximo, como no podía ser de otra forma. Yuna no estaba presente o las cosas de pondrían violentas.

Ella le acariciaba los dedos, y él se dejaba tocar la mano. En una ocasión, sus ojos se toparon, sintiéndose levemente apenados, sobre todo Asuna. Se sonrieron de forma amable.

Ahí Kirito apretó un poco la mano de Asuna, a lo que ella se sorprendió, pero correspondió con esa misma fuerza.

Si Eiji no estuviera ahí, quizá se dirían algo romántico, pero con sus miradas en realidad sobraba amor. Los enamorados se decían de todo sin decirse nada, aunque fueran sordos a sus palabras de amor.

Asuna soltó de la mano a Kirito para retirarse a hacer otras cosas, muy a su pesar. Sin embargo, el muchacho no iba a desaprovechar la ocasión.

-¿Me daría un beso para convalecerme?

-Payaso. -Exclamó ella, dándole un beso rápido en la frente, dejándosela marcada con su lápiz labial color durazno, siendo el mismo color de sus labios.

El muchacho vio cómo su profesora se marchaba con su falda volando a la vez que lo hacía. Sus mallas rojas era lo que más le gustaba. Sonrió como idiota.

Eiji se les quedó viendo raro, pero no dijo nada, pues sabía que Yuna mataría a Kirito si es que la noticia llega a sus oídos. Ambos se miraron, y el castaño hizo un gesto de silencio. El azabache sonrió de forma afable.

-Te compraré una soda para recompensarte lo de tu espalda.

-Que sea una soda...y quizá un croissant de jamón y queso. -Eiji babeó. Kirito sonrió.

Ya para la fiesta grande, Eiji se encontraba recuperado, Yuuki charlaba con el profesor Klein a la vez que veía con recelo como es que Alice medio le coqueteaba a Eugeo.

Kirito esperaba en la puerta, esperaba a Asuna, y la recibió cuando ella se acercó, tomándola de la mano. Usaba guantes largos de color rojo, con cascabeles al final de éstos y detalles en blanco.

-Su santa llegó.

-Oh, vaya. Y yo pensando que se había ido a repartir regalos.

-Ya ves que no. -Sonrió Kirito, caminando del brazo con Asuna.

No pasó mucho tiempo para que Yuna fuera corriendo con el hacha contra incendios en sus manos, siendo detenida a tiempo por el profesor Klein y Yuuki. Ella la regañó bastante fuerte. El profesor fue a dejar el hacha en su lugar, poniéndola bajo llave a pesar de que eso no detendría a la pequeña loca de sacarla de ahí.

El baile comenzaba con villancicos cantados y tocados en un cover más roquero, lo que era excelente para los dos profesores.

Ahí, Asuna y Kirito se tomaron de las manos, bailando, dando vueltas y moviendo sus caderas al son de la música.

Eugeo miraba al suelo, apenado completamente. Quería invitar a Alice a bailar, pero no podía, le daba pena. Aprovechando la ocasión, Yuuki giró los ojos, tomando de las manos al muchacho para sacarlo a la pista de baile. El mameluco de reno le dificultaba un poco bailar por lo holgado que era, pero Yuuki lo intentaría, por ambos. Eugeo sonrió, ruborizado.

Alice, viendo que Eugeo no bailaría con ella, no se quedó atrás, tomando de uno de los brazos al profesor Klein, quien bebía ponche recargado en la mesa de comida.

Él se sorprendió, pero se dejó llevar de cualquier manera.

Yuna era la que más bailaba, dejando bastante atrás a Eiji, quien no dejaba de sonreír ante la energía de su novia. Era una música, claro que sabía bailar lo que ella tocaba y cantaba, y bailaba muy bien.

Kirito tomaba de la mano a Asuna, haciendo que ella girara sobre sí misma para después tomarla de la cadera. Ambos se sonreían, sudando un poco por el movimiento que hacían.

Sus dedos se entrelazaban, movían los brazos detrás y adelante, moviendo sus pies de una manera similar.

Así fue como pasaron su fiesta navideña.
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Awww que cute :3 el manuscrito más largo pero uno de los mejores que llevo escrito por el yuugeo fascinante y el kiriasu, a pesar de ser leve, sigue siendo hermoso uwu

-a Eugeo le molesta el sol-

Nadie:

Absolutamente nadie:

Definitivamente nadie:

Yuuki: yo te ayudo mi rubio princeso :3

Nos vemos en el siguiente manuscrito dedicado al 100 al yuugeo :0

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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