Capítulo 8.-Las elecciones, parte 1.
Al ser un nuevo año escolar, los comités estudiantiles se unificaban nuevamente tras su disolución faltando un mes del cese de operaciones de la escuela.
Muchos estaban deseosos de volver a participar, otros estaban nerviosos porque sería la primera ocasión en que participarían en un Comité escolar.
La organización era realmente pésima y caótica, por alguna extraña razón había varios alumnos corriendo para tratar de apagar un incendio en la oficina del director puesto que se habían quemado los volantes que invitaban a participar.
Pero en eso llegó Asuna a imponer el orden, no solo apagando el incendio que existía, si no organizando a los dos contendientes de todos los años.
El primer comité era el de Los Conservadores, famosos por ser los que seguían con la tradición y que no permitían ningún cambio radical en la escuela. Un ejemplo era que Los Conservadores siempre votaban a favor de que no se cambiara el color del uniforme de futbol para el equipo escolar.
Y ahora por otra parte estaban justamente Los Radicales, aquellos que querían cambiar muchas cosas que Los Conservadores no permitían.
Una parte de ello era el color del uniforme de futbol, usar algunas zonas de la escuela como zonas recreativas, etc.
No obstante uno pensaría que Los Radicales eran los que ganarían siempre las contiendas puesto que eso le daría gusto a la mayoría del estudiantado...pero no. Los Conservadores llevaban rigiendo su poder estudiantil en más de ocho generaciones, por lo que una victoria radical sería algo histórico para la escuela.
-Ya saben, cada quien pondrá su presupuesto. Quiero que tengan listos a sus precandidatos, sus discursos escritos y las demás cosas que tengan que hacer. –Ordenaba Asuna al tiempo que acomodaba todo el caos de la oficina del director.
-Los profesores también podemos participar, profesora Asuna. De forma indirecta pero podemos ayudar a nuestros alumnos. –Dijo Klein, quien entraba a la dirección para ayudar a su colega.
-Eso me parece excelente, no me molestaría ayudar a estos chicos. En verdad son un desastre.
-Pero debe escoger un bando: conservadora o radical, ¿Cuál escoge?
-Eso me recuerda a una escena de Matrix. –Rió ella. –La verdad es que vengo de una familia muy tradicional, así que me iré con Los Conservadores.
-¿De verdad? -Los ojos de Klein se prendieron en llamas.
Él era conocido por siempre ser el tutor de Los Radicales. Pese a que siempre perdía, nunca se daba por vencido, en una ocasión había alegado fervientemente, acusando a Los Conservadores de manipular las elecciones a su favor puesto a que la victoria radical estaba en puerta.
No es como que las elecciones del a escuela fueran tomadas en serio por todos los alumnos...pero Klein se lo tomaba como si fuera la guerra total, casi casi como si él fuera candidato al puesto de primer ministro del país.
-¿Esta bien? –Preguntó Asuna.
-Considere que esto es guerra total. No es por presumir pero mis estudios en sociología me abalan como un gran rival político, así que yo que usted me iba preparando para perder. –Dijo Klein en un tono burlón.
-Siempre me han gustado los desafíos... ¡le apuesto un mes de salario a que Los Conservadores le pateamos el trasero a usted y a su comité!
-¡Que sean dos meses!, con fines de semana incluidos.
-Hecho. –Las dos partes se dieron la mano, dirigiéndose a sus salones respectivamente.
Ya en los casilleros se podía ver perfectamente toda la propaganda de color azul turquesa y rojo, respectivamente de cada comité.
Se podía ver las invitaciones para las personas que quisieran ser parte de las precandidaturas. Se escogerían a los más hábiles para hablar, los que tuvieran más labia...en pocas palabras Kirito no entraba ni de lejos como precandidato.
-Sigo y seguiré pensando que esto es una mierda. –Suspiro, mientras estaba desparramado en su asiento.
-Oye, ¿Por qué no te emociona? La verdad es que no se a cuál comité afiliarme, sería la primera vez que participo.
Yuna y Eiji estaban peleando en los pasillos dirigiéndose a los salones. Ella era radical y él era conservador, algo que agradaba mucho a Yuuki, puesto que ella de igual forma era radical.
-Que bien sabe la primera pelea de novios. –Dijo Yuuki, viendo como los dos tortolitos peleaban en defensa de sus ideales.
-¡Es que no, las cosas deben de ser así, todo sigue su curso natural, no debemos alterarlo! –Farfulló Eiji.
-¡Si, pero deberías ser más abierto a las opiniones de los demás, yo no entiendo por qué te molestas por algo tan tonto como esto! –Se defendió Yuna.
Yuna estaba ahorcando a Eiji mientras él la jalaba de las mejillas, se veían bastante tiernos peleado de esa manera tan infantil.
-Sip...esto es una mierda. –Afirmó Kirito.
Cuando el profesor Klein llegó, puso su maletero en el escritorio sacando un plumón de color rojo a propósito, escribiendo en el pizarrón: "Las elecciones".
Todos sabían cómo se ponía Klein cuando de las elecciones se trataban. Prácticamente eran sesiones de radicalismo a lo largo de la historia a partir de finales del 1700, empezando con la revolución francesa.
-Muy bien...¿Quién quiere ser precandidato de Los Radicales? –Preguntó, seriamente y con ojos asesinos...nadie levantó la mano. –Bien, grupo de gallinas, escogeré a tres personas al azar y nada de lloriqueos.
El profesor Klein cerró los ojos y empezó a mover su dedo hacia arriba y hacia abajo en la lista. Los tres nombres que habían salido eran el de Eiji, Eugeo y Yuna.
-Muy bien, ¿tienen algo que opinar? –Cuestionó.
-Yo soy conservador. –Dijo Eiji.
-A mí me da pena conocer gente nueva... -contestó Yuna.
Eugeo estaba perdido en sus pensamientos, por lo que no escuchó nada, solamente dio un enorme bostezo, alzando una mano.
-¡Bingo, parece que tenemos a nuestro precandidato! –Farfulló Klein.
-Oh genial, ¿Quién es? –Preguntó Eugeo.
-¡Tú! –Señaló Klein.
-¡¿Yo, pero a qué hora?!
-¡Un aplauso a nuestro precandidato! –Todos aplaudieron a un confuso Eugeo mientras lo cargaban y lo lanzaban al aire, tomándolo antes de que cayera.
-¡Esto es un error, yo solo estaba bostezando, Kirito ayúdame por favor! –Rogó él.
-Lo siento, pero no soy bueno con las masas.
-¡Ay, mi primer decreto como presidente del comité será que te amarren a un poste desnudo por todo el día! –Los gritos de Eugeo fueron sofocados, puesto que la multitud lo llevó a dirección a que se inscribiera.
Varios alumnos y profesores salieron a ver cuál era el escando provocado en los pasillos. Vaya que se sorprendieron al ver a Eugeo siendo cargando como un emperador romano, mientras saludaba y sonreía.
Cuando la multitud pasó por el salón de Alice, ella se estaba asomando, por lo que Eugeo, aprovechando su posición, le mandó un beso como si fuera dirigido a la multitud.
-Vaya preparando el dinero de los dos meses, yo estoy un paso adelante. –Presumió Klein, a lo que Asuna infló las mejillas del enojo.
-Esto me lo voy a cobrar caro.
Cuando la multitud llegó a la dirección, Eugeo bajó de los hombros de sus compañeros, tomando un lapicero, girándose hacía sus seguidores, quienes estaban esperando que firmara como precandidato.
-Compañeros, hoy tomaré cargo como orgulloso precandidato de Los Radicales. Ustedes confían, yo no lo haría, en mí. Por ello, no seré una falla o error para ustedes, ¡ustedes han de guiarme a la victoria!
Todos aplaudieron el elocuente discurso de Eugeo, cuando él destapó el lapicero, la muchedumbre enardeció de la emoción que tenían. Cuando escribió la primera letra, el alboroto fue en aumento.
Se podía decir que Eugeo estaba disfrutando de ese momento, teniendo a sus compañeros como si fueran perritos y el estuviera aventando pequeños huesos de pollo.
-Me aman. –Pensó, al tiempo que escribía la segunda letra de su nombre.
Cuando terminó de hacerlo, mostró el papel que lo hacía precandidato de Los Radicales, haciendo que todos le aplaudieran. Estaban casi por traer a la banda de música escolar para ofrecerle un concierto al precandidato del comité de "la esperanza del cambio".
Aunque todo eso se vio opacado cuando Alice llegó de igual manera a dirección, fue a la lista de precandidatos de Los Conservadores, la cual solo tenía un espacio vacío.
-Rayos, olvidé mi lapicero en la banca, ¿me prestas el tuyo, Eugeo? –Pidió Alice, sonriendo.
-Cla-claro, Alice. –Eugeo ofreció el lapicero a Alice, quien lo tomó complacida para anotar su nombre y firmar como ultima precandidata conservadora.
-Gracias. Nos vemos luego, Eugeo. –Se despidió ella, devolviendo el lapicero.
-Has-hasta lu-luego, ¡¿Po-por qué ca-ca-cara-carajos estoy tar-tar-tartamudeando?!
Toda la fiesta de Los Radicales se apagó al instante...habían elegido como precandidato a un tartamudo.
-Vaya preparando el dinero de los dos meses, profesor Klein. –Asuna le guiñó un ojo al tiempo que recibía a Alice en brazos.
-¡Por supuesto, ya te habrás dado cuenta que esto significa guerra! –Klein tomó del hombro a Eugeo. –Vámonos muchacho...habrán ganado esta batalla, pero las cosas aun ni siquiera empiezan.
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Un capitulo corto pero es la piedra angular del "arco argumental" más largo de todo lo que llevo escrito.
Si quieren puedo subir capítulo mañana para compensar lo poco que duró 😅😅
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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