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Capítulo 46.-She's got a ticket to ride

El plan de escape le fue funcional a Asuna. Pensando que se iría en su auto, Kirito la esperó en el estacionamiento, estando completamente solo debido a los problemas del resto del cuarteto, así que no tenía información para nada.

Todos veían como Asuna y a Nobuyuki subir en su lujoso auto, siendo él quien abría la puerta y quien la cerraba, sonriéndole a Asuna en todo momento. Los dos se fueron sin más a uno de los restaurantes más costosos de la ciudad, nada de simples restaurantes familiares en las esquinas del barrio. No, eso era para los que no tenían dinero...justo como Kirito, quien ahorraba y contaba las monedas para ir con Asuna a comer una taza grande de café y un sándwich de jamón.

Pero al final de todo, Asuna no iba con Nobuyuki por interés o por que le importara el dinero que él había conseguido. Todo era por el amor que sentía por él tras diez años de no verlo, reviviendo esos sentimientos que sentía, que no nunca estuvieran completamente muertos.

En vista de que ella escapó de dar toda justificación, Kirito no se iba a quedar con los brazos cruzados, por lo que fue a la casa de Asuna, entrando en ella por tener una copia de la llave, esperándola pacientemente en la mesa del comedor, reflexionando de lo ocurrido.

La conversación entre Asuna y Nobuyuki fue bastante amena, escuchándose mutuamente de lo que hicieron esos diez años de no saber nada de otro.

-¿Y cómo fue que supiste de mí? –Preguntó Asuna.

-En vista de que ya no era todo lo que tu padre rechazó en ese momento y de que me convertí en el hombre que tu familia quiere para ti...decidí buscarte, me tomó bastante tiempo pero al final pude lograrlo.

-Bu-bueno, tu llegada es tan repentina, la verdad nunca pensé que nos volveríamos a reencontrar... jamás pensé que tú me buscarías.

-Te juré que te amaría siempre, y aún tengo esas palabras en mente desde hace diez años.

-Yo también las tuve en mente...nunca lo olvidé.

-Sé que es repentino y todo pero sé que tanto tú como yo queremos lo mismo...porque, ¿Qué tal si nos casamos justo como lo teníamos en mente en aquel momento?

Asuna se sonrojó muchísimo, adquiriendo el mismo tono de piel que el color de las rosas que estaban en la mesa.

-E-es muy sorpresivo, no sé cómo reaccionar, y en verdad estoy confundida por todo lo que pasó el día de hoy.

Nobuyuki simplemente sonrió de forma comprensiva. –No es necesario que decidas ahora mismo, puedes tomarte el tiempo que quieras. Podría esperar otros diez años por tu respuesta, ¿Qué dices?

-Gr-gracias por darte tiempo para pensar...

-El café y el pastel corren por mi cuenta, no te preocupes para nada. –Nobuyuki tomó a Asuna de las manos, sonriéndole. –Te esperaré, no te presiones en tomar una decisión que marcará el resto de tu vida.

Lo único que Asuna deseaba era llegar a su casa para poder pensar en lo ocurrido durante ese día tan lunático. Pensaba en la propuesta de matrimonio de Nobuyuki, en la promesa hecha por Kirito, ¿Podía tener algún otro problema?

Pues sí...al llegar a casa, Kirito la esperaba en el comedor, tomaba una taza de coñac, pero tenía sus sentidos bien prendidos.

-¿Por qué? –Preguntó -¿Por qué me evadiste?

-Es complicado...no podrías entenderlo tan fácilmente.

-Es él, ¿No? ¿Ése por el que morirías?

-Sí es él. Ese hombre es el niño de mis sueños.

-Dijo que venía por ti, pero al final la que lo puede permitir eres tú, ¿Te vas a ir o?...

-No lo sé, Kirito... -Asuna comenzó a llorar. -¿Tomas en cuenta lo que yo siento? Estoy confundida, estoy frustrada, todos mis sueños se están viniendo abajo, pero nuevos se alzan aunque yo no lo deseo.

-¿Vas a cambiarme por él? Tch, ni siquiera hace falta que me respondas, ya me lo dijeron todo. ¿Cómo no cambiar al chico que tiene que ahorrar monedas para desayunar contigo los sábados por alguien que tiene un Rolex y un auto que yo solo puedo soñar tener? Al final las mujeres siempre deciden por el dinero.

-¡No es por el dinero! Te lo dije mil veces, Kirito. Yo amaba a Nobuyuki con todo mi corazón, me dolió hasta el alma que mis padres me exiliaran en Francia para que no pudiera verlo...si él hubiera vuelto con los pantalones rotos y una camisa sin lavar...no habría afectado mi reacción de hoy.

-¿Y tú también estás tomado en cuenta lo que yo siento? Nos prometido tantas cosas, incluso tu misma construiste un mundo donde nosotros dos estábamos juntos y nuestra vida era feliz como deseabas...me prometiste que podría esperar a tu lado mientras me dabas la respuesta de qué harías conmigo, no se te olvide que soy tuyo y puedes hacer conmigo lo que quieras.

-Kirito eres un soñador nada más, no puedo creer como pensé que me podías dar la vida que esperaba. –Se cuestionó Asuna con dolor en su voz.

-Un soñador ¿eh? Efectivamente lo soy...porque mis sueños eran de estar contigo para siempre. –Respondió él, con enojo.

-Pero nadie vive de sueños...ni siquiera tú.

Kirito se levantó de la mesa, llorando. Tomó el resto del coñac que tenía en la copa, dejó la llave de la casa en el comedor y caminó hasta la silla de Asuna, apoyándose en el respaldo de la misma.

-Claro que no vivo de sueños...pero vivo por mis sueños. Ahora puedes irte con ese tal Nobuyuki y pudrirte en su dinero...sólo espero que me recuerdes de la misma manera en que lo hiciste con ese infeliz. –Rompiendo en un llanto más fuerte, Kirito salió de la casa de Asuna.

Ella se rompió a llorar de igual forma. Todas las ilusiones con Kirito morían por las palabras dichas en ese instante. No obstante, las viejas ilusiones con Nobuyuki estaban más vivas que nunca, por lo que llamó a su celular.

-¿Diga? –Respondió él.

-Ya me decidí...sí quiero casarme contigo.

La noche era fría, Suguha acababa de vestirse y tenía puesta la pijama para dormir. Caminaba por el pasillo al tiempo en que se secaba el cabello, era momento de apresurar a Kirito para que también se bañara.

-Onii-chan, el baño está listo. –Avisó ella al tocar la puerta de su cuarto, pero no recibió respuesta. -¿Estás ahí?...

Se escuchaban llantos dentro de la habitación, por lo que Suguha entró sin apenas importarle que pasaba ahí adentro. Kirito se encontraba llorando en su cama, tenía los ojos hinchados de tanto hacerlo, ¿desde qué hora se encontraba así?

-¡Onii-chan! ¡¿Qué te pasa?!

-Ayúdame si puedes, me siento deprimido y apreciaría tu compañía...

-¿Qué te es lo que te deprime?...claro que puedes contar conmigo si te sientes mal. –Suguha abrazó a su hermano, se le veía tan demacrado de la cara por los sentimientos que tenía en aquel momento.

-La chica que es mi novia...la que me prometió pasar una vida conmigo...se va a ir a un lugar muy lejos donde no la puedo alcanzar...pero no se va a ir sola, irá acompañada de otro hombre.

-¿Qué pasó entre ustedes dos?

-Ella ya tenía otra persona en su mente, parece ser que yo era algo llevadero, no permanente. Me dijo que me amaba con todo su corazón, incluso me contó sus planes de vida conmigo cuando saliera de la preparatoria...¿y para qué? al final todo fue una mentira.

-Vamos Onii-chan, seguramente no sé qué cómo te sientes pero, ¿Por qué no la olvidas?

-Es imposible que lo haga. No estaba enamorado de ella. Yo estaba enamorado de su alma, y no importa que ya nunca más la vuelva a ver...seguiré repitiendo su nombre en mi cabeza aunque yo quiera lo contrario.

La madre de ambos entró por la puerta, abrazando a su hijo con el corazón más que destrozado por las malas pasadas del destino. Lo peor era que no sabía acerca de la propuesta de matrimonio que Asuna ya había aceptado, más por despecho a Kirito que por su amor a Nobuyuki.

-Sabía que tendría que pasar por esto tarde o temprano. Llora todo lo que quieras, no es malo llorar por amor, y cuando se te acaben las lágrimas, sécate el rostro y continua como si nada hubiera pasado.

-No puedo...fueron los meses más felices de mi vida. Lo único que lamento es no ser suficiente para ella, por eso fue que me cambió por otro.

-Pues no sé con quien se vaya a quedar, pero en esta vida nadie es suficiente para nadie. Nosotros no fuimos suficiente para tu padre, ¿y eso me fue impedimento para salir adelante sin él? Por supuesto que no. Si el desgraciado regresa por esa puerta, no lo recibiré con té y galletas, lo echaré a patadas ya que ahora él no es suficiente para nosotros tres.

-Y además, todos somos iguales. Nadie es más por tener y nadie es menos por no tener.

-Empiezas a sonar como mi profesor de sociología, Sugu. –Kirito rió amargamente. –En realidad se los agradezco mucho. Ahora iré a bañarme y que dormiré para que toda esta mierda acabe ya.

Las dos mujeres vieron como Kirito iba con su toalla de baño para darse una ducha. Se miraron unos segundos, sonriendo de mala gana.

Naturalmente ya sabían...que Kirito les estaba mintiendo y que aún se sentía como la mierda misma.

Pasaron algunos días de eso, las clases de letras e historia ya no eran las mismas de antes, ahora Asuna se notaba muy diferente a antes de la llegada de Nobuyuki. No se veía precisamente feliz, pero tampoco triste o melancólica. Solo Dios sabía cómo se sentía, porque ni ella misma entendía del todo sus emociones.

Eugeo llevaba en sus manos un ramo de rosas moradas, que era el color favorito de Yuuki. Llegó detrás de ella, él y Eiji quedaron de acuerdo para que al fin esos dos se pudieran reconciliar.

En cuanto Yuuki volteó a ver a Eugeo, los ojos se le llenaron de lágrimas. Él tenía en el ramo de rosas con un corazón de papel que decía: "Te amo, espero puedas perdonarme". No obstante, la chica se lo arrebató de las manos para arrojárselo a la cara, escapando de ahí a toda velocidad al tiempo en que trataba de esconder sus lágrimas.

-Parece ser que sigue sin querer saber nada de ti... -Lamentó Eiji.

-Entiendo sus razones...¿Pero por qué no me quiere dar una segunda oportunidad?

Asuna recorría los pasillos del segundo piso de la academia con el sonar de sus tacones que ya era una completa costumbre en aquellos edificios. Vio a Kirito caminar hacía el mismo pasillo, pero cuando el muchacho se percató de ello, prefirió irse por otro pasillo, queriendo no cruzar miradas con ella al sentirse usado.

-Tch. Siempre fue tan infantil... -Se quejó Asuna, caminando más pesado por el enojo que sentía.

Esa sensación de enojo desapareció cuando escuchó que Yuuki lloraba encerrada en la biblioteca. Daba la impresión de que ella no era la única que conocía de ese refugio para poder desahogar sus penas, por lo que entró a consolar a la chica.

Yuuki lloraba con la cabeza escondida en sus piernas, abrazándose a las mismas al tiempo en que esos sonidos de tristeza invadían todos los rincones.

-¡Lárgate con tus malditas rosas!...¿Por qué no mejor se las das a Alice si tanto te gusta?...y de paso llévatela al primer hotel que veas, traidor.

-Soy yo, Yuuki. –Informó Asuna. La chica de inmediato se levantó para darle un abrazo, llorando en su hombro. -¿Qué pasó con Eugeo y Alice?

-Él le hizo el amor...aún está enamorada de Alice. Quiero perdonarlo porque lo amo muchísimo, pero a la vez me da tanto coraje saber que no soy la única chica en su corazón y que él prefirió ceder a sus bajos instintos a que serme fiel...

-Ay los hombres...¿Qué pasa con ellos? A nosotras las mujeres siempre nos toca sufrir por sus estupideces, y lo peor es que se martirizan solos y nos echan la culpa. –Comentó Asuna refiriendo a su problema con Kirito.

-¿Qué debería hacer, hermanita?...me siento confundida y adolorida por dentro.

-Amas a Eugeo con toda tu alma pero él prefirió a otra mujer que a ti. ¿Sabes que pienso? Mándalo al demonio, enamórate de alguien más que si te sepa amar y punto final. ¿Qué te garantiza que si lo perdonas no volverá a ceder?

-No puedo...tienes toda la razón, ¡pero no puedo olvidarlo!...lo amo demasiado para tal.

-Ese es mi consejo, tú debes decidir que harás al respecto.

Eugeo y Alice estaban sentados en la mesa durante receso, apenas si entablaban palabras y la realidad era que él aún tenía las rosas en sus manos, planeando intentarlo una vez más o ya de plano saber que lo arruinó por completo.

Ella lo veía con cierta preocupación. Alice seguía sintiéndose responsable del hecho, pero siempre que lo mencionaba, era acallada por Eugeo, quien se echaba toda la culpa de lo sucedido, cuando la realidad era que los tres tenían la culpa.

Yuuki por pedirte sacarle las respuesta a Alice. Eugeo por ceder ante sus impulsos. Alice por dejarse besar y hacer el amor durante aquella tarde.

-Hoy no hay nadie en mi casa tampoco...¿Qué dices si vamos a comer algo? –Propuso Alice.

-Pensé que ya no iba a ver nada entre nosotros. –Respondió Eugeo, sin ganas.

-Solo dije a comer algo, no ha comernos entre nosotros. ¿Qué dices?

-Sigh, está bien. No es como que tenga algo mejor que hacer...

En el momento de la salida, los dos se fueron con rumbo a casa de Alice, siendo observados por Yuuki...quien veía aquello con muchísimo dolor en su alma. Desde su punto de vista, Eugeo la había olvidado ya, cambiándola por Alice.

Al día siguiente, la noticia se corría como la pólvora misma: Asuna iba a casarse con el hombre que vino aquella vez para llevársela.

Los alumnos estaban bastante emocionados ya alegres de que Asuna se fuera a casar. Yuna lloraba...pero no de felicidad precisamente. Oficialmente la profesora ya no podía ser "su chica".

-¿Y por qué lloras, Yuna? –Le preguntó Asuna, justamente.

-No es nada. Me da gusto que su prometido y usted... ¡por favor no se case, profesora Asuna! ¡Ya no podré abrazarla ni darle besitos, no se case, por favor! –Ella se abalanzó sobre Asuna al tiempo en que lloraba. Eiji tuvo que intervenir para separar a Yuna de su "abrazo de sanguijuela".

-Tu, Eiji, Yuuki, Eugeo y Alice están invitados...incluso Kirito lo está, ¿Cómo no invitar a mis alumnos favoritos a mi boda? Ni yo me lo podría perdonar.

-Sí es lo que a usted la hace feliz...a mi también. –Yuna volvió a abrazar a Asuna, llorando las últimas lágrimas antes de ser separada una vez más.

Quien no estaba ni de lejos emocionado era Kirito, manteniéndose muy ajeno a los buenos deseos de todos y de las felicitaciones que tenían para Asuna. Lloraba dentro de sí, más por el sentimiento de traición y de ser usado que por el hecho de que su amada ya estaría unida para toda la vida a otra persona.

Al verlo tan decaído, y siendo la persona que prácticamente comenzó la relación entre ambos, el profesor Klein se acercó a Kirito, pidiendo que lo acompañara a su oficina, cerrando la puerta tras ambos.

-Ya puedes llorar aquí. –Y justo como Klein dijo, Kirito se soltó a llorar con todas sus fuerzas. La mujer que amaba se alejaba cada vez más y él no podía hacer nada al respecto.

-Profesor Klein, creo que estoy considerando volverme marxista e iniciar una revolución bolchevique en Japón para que ya no existan ricos ni pobres...quizá así Asuna vuelva a amarme como lo hizo antes de la llegada de ese imbécil.

-¿En verdad estarías dispuesto a organizar una revolución comunista para poder tener otra vez el corazón de Asuna?

-Eso y más...

-Haremos lo mismo que con Eugeo: "hay más peces en el río, no seas un dramático".

-¿Peces en el río? Mi vida es un río donde ella es el único pez que nada ahí.

-Quizá no sea la mejor idea que te pueda dar ya que eso me convertiría en el autor intelectual de lo que vayas a hacer pero...tengo una pistola de colección en mi casa, ni siquiera dispara. Aunque lo importante es que puedes entrar con ella a la iglesia y robarte a Asuna, amenazando con la pistola al idiota que se te ponga en frente.

-Asuna nunca me lo perdonaría...yo la conozco tan bien que incluso puedo imaginarme su respuesta al saber que el arma ni siquiera servía.

-Ahí está mi consejo, al final tu eres el que sabe si lo tomará o no.

-Supongo que debo darle las gracias por ello...

Curiosamente ese día no había llegado Yuuki a la academia, ¿Por qué? Incluso eso se le hacía raro a la misma Yuna, puesto que ella sería la primera en saber si Yuuki iba a faltar.

Ese día tendría una sorpresa más, pero no una para bien...sino todo lo contrario.

Los padres de Yuuki estaban en la oficina del director, contándole entre llantos desgarradores y cargados de todo el tormento del mundo sobre ellos...que Yuuki se había suicidado la tarde de ayer, abriendo todas las llaves de gas de su estufa, muriendo su gata Aika de igual forma.

Mientras se envenenaba con el gas, ella se había sentado en la cocina, llorando de tristeza por la falsa creencia de que Eugeo la había olvidado y reemplazado por Alice. Junto a ella estaba escrita su nota de suicidio, la cual decía "Esto es por un amor no correspondido al final de todo".

Antes de morir, Yuuki pudo decir unas últimas palabras, siendo solamente audibles para ella y sus lágrimas de dolor y tristeza:

-Eugeo... -Él estaba en la mente de Yuuki antes, durante e incluso después del momento de su decisión, quedando su cuerpo tumbado junto aquella nota.

La culpa y tormento lo invadieron de inmediato. Alice, Yuna, Eiji y Kirito también se sintieron abatidos al saber que su mejor amiga se había suicidado por cosa de un mal entendido.

Yuna se soltó a llorar en los brazos de Eiji ante la pérdida de su mejor amiga por siempre y para siempre, que claramente lo era incluso cuando ya no estaría con ella.

Eugeo se encontraba tan destrozado que ni siquiera pudo llorar, el estado de shock se lo impedía, teniendo que darle una manta para que ese estado pasara lo más rápido posible ya que ni siquiera tenía gesto alguno en su rostro.

Los recuerdos de la primera vez que Yuuki se sentó con él y Kirito en la misma banca, cuando comenzaron los ensayos de las obras de teatro, cuando le ayudaba a conquistar el corazón de Alice a pesar de estar enamorado de él, esa confesión que le hizo junto con su primer beso, cuando los dos se entregaron la virginidad ya que sentían que su amor sería tan poderoso que aquella acción era completamente necesaria, la "luna de miel" que tuvieron juntos e incluso el último beso que le dio.

Dos días llenos de tormento fueron suficientes para llevar a Eugeo al borde de la locura. Los sentimientos de culpa y responsabilidad lo consumieron de tal forma...que también se suicidó. Fue ligeramente parecido a lo hecho por Yuuki, primero tomándose un frasco entero de pastillas para dormir que su madre usaba en las noches de mal sueño, prendiendo todos los quemadores de gas de su estufa, sentándose en la mesa, poniéndola para dos.

Eugeo fue encontrado en la misma posición que Yuuki, teniendo una nota que decía: "Ahora que no está, prefiero irme con ella". Antes de cerrar los ojos, más por las pastillas que por el gas venoso, Eugeo dijo una última palabra, entre lágrimas.

-Yuuki...

Los padres de ambos se pusieron de acuerdo... enterrándolos juntos, a un lado del otro y con un hilo rojo que envolvía ambas lapidas en representación de su Unión inquebrantable.

Es curioso, ya que se dice que las parejas que en verdad se aman se van al cielo juntas así no se hubieran visto en cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches. No obstante, La Sagrada Escritura dice que los suicidas van al Infierno. Al menos tendremos el consuelo de que Yuuki y Eugeo podrán sufrir un tormento eterno...siendo felices de estar juntos por toda la eternidad, aunque sea sufriendo...

La boda de Asuna se llevaría a cabo una semana después de la graduación...siendo un sabor medio amargo ya que no estaría su "hermana menor" y uno de sus alumnos favoritos, por lo que habría lugares vacíos en la primera fila, siendo muy lastimoso para ella debido a lo que representaba.

Kirito poseía la invitación a primera fila a la boda de Asuna desde una semana antes del evento, quemando la misma por la rabia que sentía. No bastó con destrozarle el corazón, ¿ahora Asuna se quería mofar de él invitándolo a su boda donde no iba a ser el novio?

Las intenciones de Asuna no eran esas ni de lejos, pero las malinterpretaciones siempre existieron en la relación de ambos, no siendo aquella la excepción, ni de lejos. En realidad ella lo invitaba a la boda...como un gesto de que no le tenía rencores, preocupándose más si su antiguo amante iría a su boda que por su propio vestido de novia.

Efectivamente Kirito iba a ir a esa boda, pero no precisamente como invitado.

Klein fumaba un cigarro afuera de la iglesia, estando recargado en un cerezo, que era donde se encontraba el muchacho.

-¿Y entonces lo vas a hacer? –Preguntó.

-Llevo esperando hasta este día para ello...no me pienso echar para atrás por nada del mundo. –Masculló Kirito con algo de enojo.

No estaba armado, pero si entraría al momento en que el señor cura dijera "Que hable ahora o calle para siempre", diciéndole a Asuna y a Nobuyuki lo que pensaba de su relación, tratando de despertar la compasión en la chica que tanto tiempo llevaba de amar.

-Entonces estaré preparado para no llevarme el susto. –Klein tiró el cigarro al suelo, enjugándose los labios para regresar a la iglesia. –Estate muy al pendiente de lo que se diga.

-Claro que lo tengo en cuenta...profesor Klein.

Alice usaba un vestido largo de color negro y azul, siendo muy bien ajustado a sus curvas y haciéndola ver muy hermosa. Pero, tras esa hermosura, una enorme depresión llegaba a ella al sentirse culpable de la muerte de dos de sus amigos. Ella era más cobarde que Eugeo y Yuuki, temiéndole mucho a la muerte, razón por la cual no se había quitado la vida de igual manera que ellos.

No obstante, esa no era la única razón por la cual Alice no se había suicidado. Era algo que ella no se había esperado jamás, pero era una realidad...ella había quedado embarazada de Eugeo al no haberse protegido aquella tarde.

Con Yuuki nunca ocurrió nada, ya que los dos novios siempre fueron precavidos en todo aspecto...pero con esa tarde tan repentina y ese amor fugaz, no tenían ni un solo condón, dándoles lo mismo al momento de hacer el amor.

Ella se sentía casi segura de que sus padres la iban a matar por tener un hijo con un muchacho que se había quitado la vida por otra chica, y sobre todo porque ese hijo era un producto de adulterio.

A Dios no le agradan esas cosas...¿o sí? Claro que los padres de Alice se molestaron mucho con ella, incluso el propio padre de la chica casi se desmaya al escuchar que su pequeña y amada hija...ya se había entrado a otro hombre antes del matrimonio.

Pero no pensaban en ella, pensaban en el pequeño que se hallaba en su vientre, por lo que, más por piedad a la inocente criatura, decidieron no hacer nada más que cuidar del pobre hijo, que ya quedaba huérfano sin apenas haber nacido.

El niño fue llamado igual que su padre: Eugeo. Podemos decir que el amor que Alice sentía por Eugeo revivió con el hijo de ambos jóvenes, pero ya no era un amor romántico...ahora era un amor maternal, bastante más fuerte que el que una vez sintió por el muchacho.

De regreso a la boda, Eiji vestía un traje gris que hacía juego con el vestido de Yuna, siendo también gris, jugando con tonos de rojo, morado y sus calcetas largas de color negro.

Al entrar por la puerta de la iglesia, Asuna vestía su hermoso vestido de novia de color blanco, siendo al estilo occidental, con una cola muy larga, indicando la larga espera que tuvo que pasar para que esa boda se llevara a cabo. Al pasar por la primera fila, Asuna se percató con un poco de dolor en su corazón que Kirito no estaba, pero no le extrañaba del todo.

Todo iba en perfecto orden según era planeado por los presentes, no había interrupción en la misa o durante los sermones del padre.

Klein sudaba de nervios, ¿Qué haría Kirito de forma exacta? Esa pregunta lo carcomía, manteniéndolo despierto en la aburrida misa que daba el anciano Cura. Su saco de color rojo, su camisa negra y pantalones blancos serían testigos de lo que pasaría...pero Klein deseaba no estar usando pantalones blancos, seguramente se cagaría de los nervios y la presión.

En cuanto a Kirito, él era oyente de la misa estando afuera de La catedral de Santa María de Tokio, esperando el momento indicado, que estaba por suceder.

-Y si alguien se opone a esta unión, que hable ahora o calle para siempre...

Los segundos se congelaron para Asuna, Klein y Kirito, quien dio un paso adentro de la iglesia, engarrotándose en esa posición.

-¡¿Nadie quiere hablar?! ¡¿Nadie se opone a esta unión?! –Farfulló Klein, todos los presentes se le quedaron viendo, pero por más que pasaba el tiempo...Kirito no se movía, apretó los puños lo más fuerte que pudo, y se fue corriendo de la puerta de la iglesia.

-Adelante, Nobuyuki...puedes besar a tu novia. –Y como lo pidió el Padre, Nobuyuki besó a Asuna, siendo ese su primer beso desde que se reencontraron.

La celebración no acababa ahí, mientras todos arrojaban arroz al cielo y a los novios, quienes caminaban hacía un auto de los años veinte para poder ir al salón donde sería la fiesta...Kirito lloraba en el mismo cerezo donde habló con Klein.

No se odiaba a sí mismo, si él interfería en la boda, Asuna nunca se lo iba a perdonar. Si Kirito quería ser recordado como Asuna recordó a Nobuyuki mientras no estaba...lo mejor era contenerse.

-Supongo que hiciste lo correcto, Kirito. –Dijo Klein al escuchar las palabras del muchacho. –Te guardaré un poco del pastel. Cuídate mucho.

-Gracias, profesor Klein. -Lloró Kirito. Ahora el amor de su vida ya estaba completamente fuera de su alcance.

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Y así...es como nuestros dos angelitos, Yuuki y Eugeo, partieron para ser felices juntos en un lugar más allá de los cielos...siempre los extrañaremos, tanto en el fanfic como en el anime  💜💙

Y sí, al final me terminaron convenciendo de que Alice estuviera embarazada de Eugeo, aunque creo que eso sería algo muy cliché...incluso si el princeso chupa faros...pues eso, chupaba faros :'c no le quise dar dos chamacos a la pobre Alice, ja ja...espero que puedan perdonarla con esto...

🎶Que triste fue decirnos adiós cuando nos adorabamos más, hasta la golondrina emigró, presagiando el final, que triste luce todo sin ti🎶. Y eso es lo que canta Kirito en las noches desde que Asuna se casó con aquel maldito perro >:v

Sí, sí, lo más seguro es que me quieren matar (otra vez), pero ya prácticamente quedan dos capítulos y esta wea se acaba...a no ser...
Nos vemos el viernes.

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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