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Capítulo 45.-Una visita no esperada

Un sueño, un sueño puede bastar para llevar a la locura y al fin del mundo a una persona. Ese estaba siendo el caso de Asuna, llorando de la desesperación al despertar por tener ese maldito sueño otra vez.

Ahora no fue igual, era diferente. Más recuerdos bombardearon su subconsciente, eran cosas que ya había olvidado, pero se encontraban aisladas en un rincón, siendo alumbradas hasta esa precisa madrugada.

-Ya estoy harta... -Masculló, secándose las lágrimas para ir a la academia.

Anteriormente le comentó a Yuuki acerca de su problema, siendo ella su buena confidente en los asuntos del corazón alborotado y confundido, por lo que ella le dijo que quizá era un recuerdo que quería regresar, siendo lo mejor aceptarlo ya para finalizar con ese martirio.

Eso...o cada sueño repetido era una señal de algo, lo que fuera pero era una señal.

Lo mejor era no saberlo y tratar de olvidar esa porquería que le causaba tantos problemas psicológicos.

Kirito de igual forma se levantaba llorando, un poco más abrupto que la más acostumbrada Asuna a esos sueños martirios e indeseados.

Lo que el soñó es que Asuna se iba caminando, él trataba de alcanzarla, pero no podía, corría con todas sus fuerzas pero no se acercaba, cada vez más Asuna se perdía en el horizonte, siendo inalcanzable.

Pero Kirito no creía en cuentos de hadas, simplemente se olvidó por completo del asunto al secarse las lágrimas, siguiendo su rutina como era costumbre.

-Ya me voy ma. –Advirtió, al lavarse los dientes y tomar su mochila de la sala.

-No tardes mucho, que te vaya bien.

-Dile a Suguha que tardaré un poco pero iré por ella a su escuela.

-Sí, yo le digo. Ya vete o se te hará tarde.

-Hum, me corren de mi propia casa, ¿Qué más puedo esperar?

Todo estaba perfectamente normal, nada raro o fuera de lo común. Recordó con cariño lo que Asuna le dijo el día anterior "Te amo...hay que pasar toda la vida juntos." Claro que quería pasar toda su vida junto con Asuna, esperar su respuesta así fueran cincuenta y cuatro años, él esperaría pacientemente.

Encontrando con Eugeo, lo saludó también como era costumbre, notándolo, eso sí, un poco raro. Se veía algo nervioso y con ansiedad, ¿había dormido bien o bebió el café demasiado cargado?

-¿Estás bien, compañero? –Preguntó Kirito.

-Tengo un asunto que resolver...e-eso me tiene un poco nervioso. –Respondió él.

-¿Con que tiene que ver?

-Hice el amor con Alice...

-¡¡¡¿Qué?!!! –Kirito se detuvo en seco, estaba más que sorprendido.

-Lo que escuchaste...aun la amaba hasta ayer...supongo que hice lo que quería y por ello mis sueños reprimidos ya desaparecieron...en gran medida.

-¡¿O sea que aun estás enamorado de Alice?!

-¿Cómo olvidar doce años viviendo y respirando por ella? No es fácil si lo piensas ¿verdad?

-Si lo pones de esa manera...claramente no es anada fácil.

En el camino a la academia, Eugeo le explicó a Kirito todo lo sucedido en esos días. Kirito lo veía con cierto asquito al escuchar la confesión de que él se había masturbado con las fotografías de Alice en traje de baño. De igual manera, Eugeo le pedía comprensión y que analizara la situación desde su punto de vista.

Por último le contó lo que tenía planeado hacer con Yuuki, claramente no le iba a guardar ese secreto por nada del mundo, ella tenía todo el derecho de saber acerca de su infidelidad tanto de acto como de pensamiento, y si lo quería mandar al demonio, Eugeo la comprendería...con mucho dolor en su corazón y más lágrimas en sus ojos.

-¡Yo amo a Yuuki como no te puedes hacer una idea!...pero mis sentimientos por Alice no pueden desaparecer en un tronar de dedos, eso es absurdo.

-Lo entiendo. Y de hecho tienes completa razón, eso es imposible.

-¿Qué crees que ella me diga?...

-No lo sé. Pero yo quiero decirte...que Dios te ayude porque yo no puedo.

-¡No te andes con bromas, maldito imbécil, mi relación con Yuuki está en juego!

-Debiste pensar con la cabeza y no con la entrepierna...pero no te culpo, entiendo algo después de todo lo que me has contado.

-Supongo que debo darte las gracias.

Ya en la entrada de la academia, de igual forma Alice se encontraba buscando a Yuuki para decirle que ella y Eugeo querían platicar de lo sucedido el día anterior. El problema era como suavizarlo. No era nada más llegar y decir "Yo y tu novio hicimos el amor, perdónanos y hagamos de cuenta que no pasó nada".

Yuna y Eiji estaban en el casillero de ella, platicando y riendo por lo que se contaban. Recordaban la interpretación de Imagine de hacía unas semanas, siendo un recuerdo muy lindo y que seguramente les quedaría por mucho tiempo.

Ellos no estaban tan aprisa como sus demás amigos. Si se amaban y se daban besos, pero los dos eran vírgenes y así querían permanecer por un buen tiempo, cuando fuera el momento idóneo de hacer lo que tuvieran que hacer.

No planeaban tan a futuro como para casarse. Ellos siempre pensaban a corto plazo, y por eso quería decir hasta terminar la preparatoria, que faltaba como un mes para ello, ¿y después?

Ese era el dilema de ambos "¿Y después?". Una vez logrado el objetivo que querían, se planteaban otro, nunca planeando a muy larga distancia por eso de las desilusiones o las trabas, manteniendo la vista en las cercanías y no en el horizonte.

-No se te olvide que debemos sacar las otras piezas, suena muy bien el violín y el piano. –Comentó Eiji.

Además de saber tocar guitarra, Eiji era violinista y Yuna era pianista, siendo complementos en más de una canción que tocaban juntos, por eso es que se ayudaban al tener conocimientos de sus respectivos instrumentos, apoyándose y enseñándose mutuamente en cada cosa que no entendían del todo.

-Ya lo sé, no tienes por qué recordármelo. Además me hacen falta cuerdas, las que tengo ya están muy gastadas. –Se quejó Yuna.

-Juntamos nuestros ahorros y las compramos, ¿hubo problemas en ello?

-En realidad no...

-Pero siempre con esa intención de molestarme. –Eiji jaló la mejilla de Yuna con mucho cuidado y le dio un beso en los labios. -¿Por qué lo haces?

-Para jugar un poco contigo, sirve que me tienes más paciencia.

-Sigh. Lamentablemente para mí.

La profesora Asuna iba entrando por la puerta principal, se encontraba algo apurada ya que estaba más retrasada de lo habitual, todo por tener ese maldito sueño una vez más.

Curiosamente, el profesor Klein también pasaba por la entrada de la escuela, hasta que un auto considerablemente lujoso se estacionó a su lado, siendo algo muy raro para él ver uno de esos por el barrio.

Los vidrios del mismo estaban polarizados, siendo uno de ellos bajado.

-Disculpe, caballero, ¿esta es la academia de Adachi?

-Sí...¿tiene a su hijo inscrito aquí? –La persona que preguntó era un hombre de unos veintiséis años, de lentes y con cabello castaño, siendo una persona delgada.

-Para nada, ni siquiera tengo hijos. Estoy buscando a alguien, me dijeron que trabaja aquí.

-Pues depende de quien sea, ¿a quién busca? –Al escuchar el nombre de la persona que buscaba ese hombre, Klein tuvo una muy mala espina, pensando en si mentir o decir la verdad.

-¿Sabe si trabaja aquí? –El hombre lo regresó a la tierra.

-N-no puedo decirle, es información que la academia no da a cualquier persona.

-No se preocupe, cualquier empresa hace eso para proteger la identidad de sus trabajadores, iré yo mismo para saberlo. –El hombre bajó del auto, vestía un traje que se notaba bastante caro, un Rolex de fácil medio millón de yenes y sus zapatos de piel que eran fácilmente de quince mil, llevando un ramo de rosas rojas.

Todos lo miraban, secreteando o tratando de ver a quien de la academia se parecía. Según los alumnos, nadie podía ser familiar de una persona que se notaba a leguas era de la burguesía, o incluso de clase capitalista.

Esa misma razón fue por la cual Klein de inmediatamente lo siguió de forma discreta, ¿un burgués en la academia? Siendo él un marxista, veía a ese sujeto con muy malos ojos.

-Claramente ese idiota no es de por aquí...¿Cómo conoce a...? Eso es imposible.

Asuna iba caminando con algunas alumnas que le preguntaban cosas acerca de la clase de historia. Al encontrarse de frente con aquel hombre, se detuvo en seco, su impresión fue tal que los papeles que tenía en las manos se le cayeron al suelo, incluso ella se hizo unos pasos para atrás, tambaleante.

-Hola Asuna...vine a cumplirte la promesa que te hice hace diez años.

-¿T-tú e-eres? –Asuna apenas si podía articular palabra por lo impresionada que estaba. Parecía que veía a un muerto en vez de a una persona.

-Así es...soy Nobuyuki, ¿he cambiado tanto en diez años? Tú aun guardas un aire de parentesco de la última vez que nos vimos.

-Profesora Asuna, ¿Quién es él?

-Permíteme responder por ti...soy el novio de secundaria de su profesora, y ahora vengo por ella.

-¡¿Qué?! –Ellas se sorprendieron.

-Así como lo oyen.

-Oh mierda... -Exclamó Klein al escuchar eso detrás de uno de los soportes del techo, por lo que se fue corriendo a buscar a Kirito.

Al estar reincorporada, Nobuyuki se acercó a Asuna, tomándola de la mejilla y dándole el ramo de rosas que llevaba en manos.

-Me alegra verte después de diez años...nunca olvidé la promesa que te hice ese día, ni tampoco mis sentimientos por ti. Trabajé incansablemente mientras estudiaba y después de ello, hasta que al fin logré fundar la empresa que me daría el consentimiento de tus padres...lo logramos Asuna, podremos ser felices justo como lo soñamos.

-N-no sé qué decirte, la verdad estoy impresionada...y te volviste más guapo de lo que recuerdo, sí que cambiaste pero aún me puedo dar cuenta que eres tú.

-No cambié...seguiré siendo el mismo, por ti. En diez años pasan muchas cosas, y sé que no puedo sacarte de tu trabajo, ¿podríamos a tomar un café cuando salgas? Quiero que sepas todo lo que he logrado para poder estar contigo, y quiero saber todo de ti, hasta el último detalle.

-Cla-claro. Estoy de acuerdo.

Corriendo y buscando por toda la academia a Kirito, el profesor Klein no daba con él, no había rastro ni siquiera en su salón, por lo que se estaba empezando a preocupar.

De estar buscándolo con tanto detenimiento, al fin lo localizó en la entrada de los baños, casi tacleándolo para advertirle de lo sucedió.

-¡¡¡Kirito!!! –El profesor lo tomó de los hombros, sacudiéndolo de forma violenta. -¡¡¡Tenemos un problema muy grave, demasiado grave!!!

-¡¿Qué demonios le pasa, profesor Klein?! ¡¿Qué es lo que sucede?!

-¡Un imbécil burgués que dice ser el novio de Asuna viene para "llevársela"!

El corazón se le cayó al suelo a Kirito, quien no esperó ni un solo segundo, empujó a Klein y se fue corriendo lo más rápido que pudo a buscar a ese "imbécil burgués novio de Asuna".

Ya sabía quién era, recordando todas las pláticas que ella tuvo acerca de él, ese sueño de ella al final era algo así como una premonición. Ese no era el verdadero problema, ¿el sueño que él tuvo donde corría y corría para alcanzar a Asuna pero no lo lograba era también una premonición?

Justamente, los vio platicando, ella se notaba nerviosa y confundida y él se notaba seguro y casi como un ganador.

Fue corriendo, apretando el puño para volarle la dentadura y los lentes a ese "imbécil burgués". No obstante, Eugeo lo tacleó para evitárselo, chocando de lleno contra el suelo, tapándole la boca de igual manera.

Los dos jóvenes luchaban en el suelo.

-¡Eiji ayúdame! –Farfulló Eugeo. Los dos tomaron a Kirito, siendo él quien le tapó la boca con la manga de su chaqueta para que no pudiera ni siquiera hablar. –Perdóname por lo que voy a hacerte pero no me queda de otra. –Eugeo le soltó un golpe en el estómago a Kirito que lo dejó sin fuerzas y sin aire, así que se lo llevaron al gimnasio sin mayor resistencia.

-¡¿Qué putas madres está pasando aquí!? –Farfulló Eiji.

-¡Es complicado de decirlo, pero te lo explicaré todo junto con este baboso!

Con la boca amordazada y sin fuerzas, Kirito solo pudo decir una palabra, que era lo único que tenía en la mente.

-Asuna...no me dejes.

Sentándolo en el gimnasio, amarrándolo a la misma silla, ahí si fue donde peleó con todas sus fuerzas para ir por Asuna y pedirle eso en persona, pero por más que gritaba y por más que se movía, no podía escapar, se notaba muy desesperado.

-¡Calmante, Kirito, no vas a conseguir nada aquí en la escuela, déjame explicarte!

-¡Hum, jum, jum! –Kirito trataba de soltarse, pero no podía.

-Ay perdóname...Eiji dale otro golpe. –Con un golpe más fuerte que el de Eugeo, Eiji tranquilizo a Kirito. -¡¿No te das cuenta que si vas ahora todos sabrán que tú y la profesora Asuna son novios en secreto?! ¡A ella la van a despedir y a ti te van a expulsar, ¿entiendes lo que significa eso?!

-¡Espera, ¿Kirito y la profesora Asuna son novios?!

-¡Es difícil de explicar, pero lo son desde el día de San Valentín! ¡Y en cuanto a ti, baboso! ¡¿Sabes que te pueden meter a la cárcel por golpear a ese que dice ser el novio de la profesora?! ¡¿Quieres eso?! ¡¿Qué te violen en las duchas?!

-Creo que estas llevando las cosas muy al extremo. –Dijo Eiji con un poco de ironía.

-Silencio Eiji. ¡Si haces algo ahora todo se va a ir al carajo, así que no hagas nada hasta la salida, por favor promételo! -Kirito no pudo más que asentar con la cabeza, estaba llorando. -¡No llores, no vas a perder a la profesora Asuna, ni siquiera lo pienses!

Cuando Eiji le quitó la manga de la boca a Kirito, se escuchó mejor su llanto.

-No lloro por eso, maldito imbécil. Me dolió mucho el golpe que Eiji me dio.

-Ah...perdón por ello, pero de lo contrario no me ibas a escuchar.

-Siento que estoy sangrando por dentro...

Mientras esperaba que Asuna saliera, Nobuyuki se daría una vuelta por el barrio para conocer un poco esa parte de la ciudad, teniendo como hora la una y media de la tarde, planeando llegar diez minutos antes, por si las dudas.

Todo estaba perfectamente con Asuna, o al menos eso parecía exteriormente. Por dentro, ella quería llorar a borbotones ya que se encontraba muy confundida y con mucho miedo.

Ella dijo que moriría por estar de nuevo con Nobuyuki...pero ya le había prometido a Kirito que ellos dos pasarían toda la vida ¿A quién le cumpliría y a quien le fallaría?

Asuna no creía en el amor a primera vista, pero con Nobuyuki se volvió a enamorar apenas lo vio, de ahí su reacción de sorpresa e infarto. Le sucedía lo mismo que con Eugeo, amaba a Kirito...pero a Nobuyuki siempre le tuvo un lugar especial en su corazón, a pesar de que esos últimos días la tenía harta de tanto que aparecía en sus sueños, deseando estar en uno de ellos.

¿Qué le iba a decir a Kirito en todo caso? No sabía qué hacer en lo absoluto, por lo que lloraba para sus adentros. El timbre de clase sonó, esa era clase muerta para ella, por lo que se fue casi corriendo del salón, subiendo las escaleras para ir a la biblioteca del segundo piso. Según Kirito, ahí nadie iba ni por casualidad.

Y efectivamente así era, no había nadie, por lo que se fue al rincón más alejado que pudo...y se soltó a llorar todo lo que sus ojos le permitían, sintiendo que su mundo se venía abajo por aquella encrucijada que tenía una vez más.

Casi era lo mismo con Kirito, quien sentía el corazón en la boca debido a que se le quería salir por los nervios que sentía de poder ser dejado a su suerte, empezaba a molestarse consigo mismo por tener ese sueño ¿Qué representaba verdaderamente?

El miedo era absoluto en su ser, claramente no podría platicar de eso con Asuna durante las clases, justo como lo dijeron Eugeo y Eiji, pero él no podía dejar de mirarla, tratando de saber que pensaba ella.

Al sentir las miradas del muchacho sobre sí, Asuna se ponía nerviosa, recordando el porqué de su confusión. Ella lo amaba, por supuesto. Pero ese deseo de regresar con el que fue el amor de su vida hasta antes de conocer a Kirito también brotaba en su interior.

No importaba el dinero, no importaba la empresa, no importaba lo que opinaría su padre...importaban los recuerdos que ella tenía de Nobuyuki, siendo ese el motor que causaba la duda en Asuna, ¿con quién se iba a quedar? ¿Con el que era el amor de su vida? ¿O con su joven amante con quien incluso ya tenía la vida planeada?

Llegado el receso, Asuna se escondió de Kirito ya que no sabía ni que decirle. Había tanto que discutir o que hablar, pero ella no se atrevía.

Quien sí la buscaba con desesperación de otro, era Kirito. Justamente su preocupación de no encontrarla era lo que lo desesperaba, llegando incluso a las lágrimas por lo mal que se sentía.

Pero mientras él enloquecía de no encontrar a Asuna, algo más sucedía en esa academia. Yuuki, Eugeo y Alice estaban en el gimnasio, solos. Iban a discutir lo ocurrido la tarde de ayer.

-¿Y qué quieren hablar conmigo? –Preguntó Yuuki, con curiosidad.

-Es respecto a lo que me pediste...y efectivamente tenemos la respuesta. –Contestó Alice.

-Con todo lo que pasó ayer...me doy cuenta que aún estoy enamorado de Alice. Nos besamos...quizá hasta hicimos el amor, pero fui yo quien la obligó a todo ello, no me pude contener.

La mirada de Yuuki ensombreció. De igual forma, se notaba calmada. –Y-ya veo...

-Yuuki, eso no quiere que no te amo, tu eres mi vida, haría por ti cualquier cosa...pero doce años de estar enamorado perdidamente de Alice no se olvida. –El muchacho fue para tomarla de las manos, pero recibió una bofetada tan fuerte, que incluso le sacó sangre de la boca.

-¿Por qué lo hicieron?...¿Por qué traicionarme así? entiendo que Alice es víctima de las circunstancias pero...¿Por qué lo hiciste, Eugeo?

-En el fondo...creo que lo deseaba, pero no se te olvide que te amo y haría cualquier cosa por ti.

-¡Entonces entierra lo que sientes por Alice! ¡Olvida esos doce años de tu vida! –Pidió Yuuki, entre sollozos. Alice y Eugeo se miraron.

-No puedo...traté de hacerlo mientras tu y yo éramos novios...pero no puedo ni engañarme a mí mismo.

Alice se acercó a Yuuki para ponerle la mano en el hombro. –Sé que no puedo pedir tu perdón después de lo que pasó con Eugeo. Puedo entender una parte de tus sentimientos en este momento, y no sé si sirva de consuelo pero...yo ya no amo a Eugeo, y le dije que haría todo lo posible para que me olvidara.

Ahora el que se acercó fue Eugeo. –Aun te amo, Yuuki...no me arrepiento de nuestra relación, ¿podrías entender lo que siento?...doce años es más de la mitad de mi vida, ¿Cómo puedo olvidarlos?

-En realidad te entiendo...pero es fácil olvidar, ¡solo que parece que eres tú el que no entiende! No fue un simple beso o una cita, ¡le hiciste el amor a Alice, no tuviste sexo con ella, le hiciste el amor!...¿Cómo crees que me siento en este momento? me traicionaste, Eugeo...y eso no te lo puedo perdonar aunque te amo con toda el alma. –Yuuki se levantó, corriendo fuera del gimnasio para dejar a Eugeo sobre sus rodillas y a Alice sintiéndose como una estúpida.

-Al final...pasó lo que más temía. –Confesó él.

-Me pregunto si ella dejará de amarte como me pasó a mí. Quizá no...pero no te perdonara fácilmente, tienes que ganártela nuevamente...perdóname por causarte tantos problemas, arruiné tu relación por simple curiosidad de saber cómo se sentía hacer el amor...

-Tu encendiste la pólvora...pero yo avivé el fuego, al final ambos estuvimos de acuerdo, incluso yo fui el de la idea...¿Por qué tu tendrías la culpa? En cualquiera de los casos...yo soy el más culpable de los dos.

Los problemas no acababan para el cuarteto, Yuuki llegó llorando con Yuna para que pudieran hablar de su problema. No es necesario decir que Yuna quería despellejar vivo a Eugeo por traicionar a Yuuki de esa manera.

Kirito no podía encontrar a Asuna por ningún motivo. Y lo que era ella, estaba ingeniando un modo de salir de la escuela para no poder ser avistada por el muchacho. Algo que la tranquilizaba es que Kirito no sabía que ella y Nobuyuki irían a tomar un café para poder platicar de lo ocurrido diez años antes y en el transcurso de ese momento.

Asuna se enfrentaba a dos promesas de amor, ¿pero cuál cumpliría? No había un solo segundo en el que no estuviera pensando acerca de ello.

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Ustedes bien emperrados: Eh pero hijo de la gran verga, ¿por que pones a Sugou como el amor de la infancia de Asuna si ella lo odiaba?

Yo bien paniqueado: Cálmate, cálmate. En realidad yo también odio a Sugou puesto que es ¡Un maldito perro! Y en realidad no encuentro algún otro personaje que se asemeje a lo que quiero escribir o algo parecido, así que tendremos que soportar esta parte, ya que también es algo que a mi no me agrada, pero no me quedó de otra xd

Aquí las cosas se van a tornar negras, la comedia y el romance se van ir alv y seguramente la camarada Nel  aun me quiere matar a golpes por hacerle eso a Yuuki...pero es un mal necesario. Y no, sigo sosteniendo que Alice no es una zorra como muchos han de pensar, ya en el próximo capítulo se explica más a detalle lo ocurrido entre ese triangulo amoroso.

Nos vemos el lunes ya estamos en la recta final de esta historia que tanto nos gusta.

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes

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