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Capítulo 41.-El aniversario escolar.

Era un jueves en el receso, Eiji y Yuna se encontraban juntos afinando sus instrumentos para una pequeña presentación que tendrían como aniversario de la academia de Adachi, por lo cual su participación era la más importante.

Lo que iba a ser Alice, ella declamaría "Versos sencillos" del poeta cubano José Martí, más que nada por recomendación de Kirito, quien al decírselo le guiñó el ojo como diciéndole "confía en mi". Eso hizo que la blanca chica tuviera un tono de tez más bien rosa clavel.

Al preguntarle el porqué de esos poemas, él respondió diciendo que los leyó en su momento cuando hicieron el ensayo de historia del semestre pasado. Kirito había estudiado mucho a José Martí para ello, teniendo algunos de esos versos sencillos en la memoria.

En un primer momento, Alice pensó en algo así como unos poemas de Pablo Neruda. Los latinos pegaban fuerte en Japón por aquellas épocas, siendo reconocidos tardíamente en la tierra del sol naciente.

Lo que eran los profesores Asuna y Klein, ellos tendrían que organizar el evento...otra vez. Claro que ahora tenían ayuda del comité, del cual Klein era directivo.

-¡Muy bien tropa, si queremos hacerla en grande debemos tener todo listo para ese día! ¡Quiero que tengan en mente el hecho de que es una fecha especial para la academia! Quizá a ustedes no les importe en lo más mínimo, por lo que...

-Usted lo dijo, no yo. Así que nos vemos luego. –Interrumpió Kirito, quien fue jalado del uniforme deportivo por Eiji.

-Gracias, Eiji. Regresando, por lo que deben poner todo de su parte, ¡no como cierta perra que se quería escapar!

-Sólo es un festival de aniversario ¿Qué tiene de importante? –Alguien le arrojó una bola de papel en la cabeza. –Idiota...

-Se pude decir que por el aniversario es un festival "cultural". Haríamos uno deportivo...pero los juegos tienen relativamente poco tiempo, así que nos dedicaremos de lleno a esas cosas.

-Tch. Está bien.

-¡Ahora a trabajar como proletarios del siglo XIX sin derecho a huelga!

Todos se encontraban como proletarios del siglo XIX sin derecho a huelga...justamente, siendo ayudados por los dos profesores, organizando el cronograma de actividades y cosas así.

Yuna y Eiji iban de aquí para allá en búsqueda de notas musicales, partituras de canciones, una lista de canciones a cantar, etc. Lo que era seguro, es que Yuna se traía a Eiji como trapeador.

Lo mismo era con Kirito; Alice le pedía de su ayuda, pidiendo que fuera su oyente en cada uno de los versos que declamaba. Siendo ella una chica con una muy bonita voz, la verdad es que hasta le daba gusto escucharla.

Asuna caminaba afuera del salón donde ellos dos se encontraban "ensayando" por decirlo de alguna manera, necesitaban estar solos y con el menor ruido posible. Simplemente les dio una mirada rápida y se fue sonriendo, le daba una mezcla de gracia y ternura verlos así a pesar de que ella amaba con todo su corazón a ese pequeño malandro.

- Yo sé los nombres extraños de las yerbas y las flores, y de mortales engaños, y de sublimes dolores... -Finalizó, aquella pequeña estrofa.

Kirito dio unos pocos aplausos por aquel lindo espectáculo, haciendo a Alice sonreír con leve rubor en sus mejillas.

-Vas mejorando muy rápido. Eso es bueno, sigue así y serás el mejor número de todos.

-Siento que me voy a poner nerviosa. En la obra de teatro me controlé ya que no hacía mucho y estaba acompañado de ustedes...pero aquí estaré sola y no puedo tener errores.

-Ya cometiste uno. –Kirito se levantó de donde estaba sentado y se paró a unos metros de Alice, siendo una distancia muy prudente para la situación en la que estaba. –Y fue no ser tan indulgente contigo misma. Si te ejerces demasiada presión de no equivocarte, lo terminarás haciendo.

-¿Cómo sabes eso?

-Me lo dijo una vez la profesora Asuna cuando fui a su casa.

-¿Fuiste a la casa de la profesora Asuna?

Tratando de disimular su propia estupidez y su propio error, Kirito se relajó a sabiendas de que no debía ponerse nervioso o eso sería ponerse la soga al cuello.

-Vivimos a unas cuadras de distancia, somos casi vecinos. Pero la acompañé una vez que estaba lloviendo y ella llevaba muchos trabajos, claro que fue por causalidad.

-Ya...ya veo...no me lo esperaba para nada. Por cierto, la profesora Asuna dice que eres guapo. –Rió Alice, ignorante de que él ya sabía eso, y lo sabía muy bien.

-¿D-de verdad?...pues ella también es muy linda, que malo que no somos de la edad o intentaría algo con ella.

-Por cierto, ¿a ti te gusta alguien? –Alice se acercó unos pasos, poniéndose nerviosa de recibir un "sí" por respuesta.

-N-no... -Kirito no se sonrojó, pero la pregunta lo hizo sentir bastante incomodidad. Ella se acercó un poquito más. Para balancear un poco las cosas y ser cordial, hasta cierto punto, él regresó la pregunta. -¿Y a ti?

-Sí. A mí me gusta alguien, pero no te lo puedo decir...esas cosas son muy personales.

-¿Y entonces por qué me lo preguntaste a mí? –Kirito puso una cara de "¿Qué carajos?".

-Es muy personal para las chicas. Los chicos no importan mucho en los temas del amor. –Ella soltó una risita.

-Lo que tú digas.

-Volvamos al ensayo...Kirito.

Ese calor en su corazón se prendió al verlo sentado, con el sol reflejando sus ojos negros, siendo simplemente hechizante para ella, un sabor dulce al que no se podía resistir.

Para Yuuki y Eugeo, la pareja se la pasaban bastante bien al ser los que ayudarían con el adornamiento de la escuela para esa fecha, que sería el día de mañana.

Se ponían varios banderines con el escudo escolar para conmemorar la fecha. Cada uno de los dos tortolitos se encontraba montado en una escalera para ponerlos en una biga del techo, decorando así los pasillos.

En algunos de los casilleros, que eran pedidos por el alumnado, se colocaban flores de papel con el color del escudo, siendo verde olivo, blanco y negro.

Las paredes tenían colgadas varias cintas con esos mismos colores, o los tenían envueltos en los soportes que iban del piso al techo.

Cada que Yuuki se subía a una escalera, Eugeo se encontraba al borde del infarto de que Yuuki pudiera caerse al suelo, lastimándose así fuera el dedo meñique del pie. Sí, se puede decir que el chico era muy sobreprotector, agarrando la escalera de mano casi como si fuera algo que pudiera desatar una Tercera Guerra Mundial.

-N-no te vayas a caer... –Pidió Eugeo, a quien le temblaban las manos, sudaba a chorros y le temblaban las piernas del miedo.

-Gallina. –Se burló Yuuki cerrando los ojos y sacándole la lengua.

-¡Mi-mira para el frente! ¡N-no cierres los ojos!

-Ay me tratas como mi papá. Así no te quiero.

-¡¿Qué?! ¡No me digas eso, por favor!

-Eres tan manipulable, Eugeo...

Yuna y Eiji los miraban con bastante gracia...pero con cierta envidia. Eiji no era nada cariñoso más que algunas veces cuando estaba de un humor "especial".

Eso era algo que le molestaba mucho a Yuna. Naturalmente ella era muy tierna y amorosa, ¡un poco violenta de vez en cuando! Pero una chica muy amorosa, al fin y al cabo.

Ella le dio un zape a Eiji, teniendo que estirarse un poco para ello.

-¿A ver, por qué no eres como él? –Se quejó Yuna.

-Por qué no somos la misma persona... -Respondió él, con recelo.

-Yo que siempre soy romántica y te saco platica y te hago reír. ¿Por qué no eres cariñoso? Eras muy coqueto al principio, pero agarraste confianza y dejaste de ser encantador.

-¿Por qué sigues conmigo entonces?

-Pues...quizá porque nunca me importaron esos detalles, en realidad. –Yuna se sonrojó un poquito, escondiéndose tras una de las flores de los casilleros.

-Ay que linda te ves así. Pareces una gatita así. –Sonrió el chico, dándole un beso en la mejilla a Yuna.

-Eso mismo me dijo la profesora Asuna...

Eiji sintió como si le dieran con una piedra en la cabeza, jalando la oreja de su novia.

-¡¿Además cómo quieres que sea romántico contigo si te la pasas coqueteando con la profesora Asuna diciendo que es tu chica?!

-El tener novio no quiere decir que no pueda darme un "bocadito dulce" de vez en cuando.

-Degeneras lo amoroso en algo vulgar y carnal.

-Hum, delicadito.

-¡Ay ya, como sea, debemos ponernos de acuerdo para sacar la canción de una desgraciada vez!

-En vez de romántico eres un maltratador de mujeres.

-Yuna, no digas cosas que no son.

Los dos se fueron ligeramente enojados el uno con el otro a pesar de que hacía apenas unos segundos estaban entrando en el terreno de lo romántico.

Quienes siempre que podían entrar al romanticismo y sus tierras, eran justamente Kirito y Asuna, quienes se encontraban en el almacén del gimnasio de la escuela, en completo secreto.

Él se encontraba fuera con el pretexto de ser de ayuda para poner las decoraciones de mañana y de ser el encargado de vigilar la declamación de Alice, que a cada momento era más hermosa todavía. Ella no tenía clase para impartir, era su hora para comer...pero prefería comer el amor del muchacho, aquel sabor que le gustaba mucho, ya que le era tan delicioso como la comida que ella preparaba.

Se encontraron, viéndose unos segundos a los ojos. Entonces el amor explotó en ambos, corriendo el uno hacía al otro para darse un abrazo.

El chico sintió un especial "afecto" por Asuna, besándole desesperadamente el cuello. Con las hormonas más alborotadas de lo normal conforme pasaban los años de la juventud en él, trató de desabotonar la blusa de Asuna.

Ella lo separó de inmediato del abrazo, viéndolo tan enojada, que ese cólera le atravesó el alma al muchacho, tranquilizándose de inmediato.

-Ni se te ocurra ponerme una mano encima antes de casarnos, ¿te quedo claro? –Cuestionó Asuna con mucha autoridad en su voz.

-S-sí...en verdad lo siento, perdóname. No sé en que estaba pensando cuando... -Los labios de Kirito se vieron silenciados al ser puesta una mano en los mismos.

-Estoy molesta contigo, pero comprendo la razón de tus acciones. Esos arranques de pasión son normales a tu edad. –Rió Asuna, burlándose del muchacho. -¿Pues que viste o escuchaste para andar así de coqueto?

-No vi nada. –Él se ruborizó, tratando de desviar sus ojos de la mirada acusadora de ella, quien sonreía con una ligera malicia.

-¿Fueron unos videos? ¿O quizá una revista?

-¡Fue una película!...de esas que pasan a la una de la madrugada.

-Además de ser un pequeño malandro, eres un pillo. –Asuna sonrió mostrando los dientes y dándole una palmada en el dorso de la mano al muchacho. –Sólo te digo que esas cosas no son reales, son actuaciones.

-Ya lo sabía...ni que fuera tan estúpido.

Al momento de acabar la practica con Alice, Kirito se había marchado a toda prisa para estar con Asuna, dejando sus cosas en el salón de la primera.

Naturalmente para poder "sumar puntos" con su enamorado, Alice tomó las cosas y se dispuso a buscar a Kirito lo más pronto que pudiera, antes de entrar a clases, pero sobre todo, antes de que él se regresara por ellas y ya no las viera ahí.

Yuuki, Yuna, Eiji y Eugeo arreglaban aun las cosas para el festival de mañana, por lo que se los topó casi al instante, siendo un buen punto de referencia para empezar o terminar.

-Oigan chicos, ¿han visto a Kirito? Olvidó sus cosas en mi salón y quería dárselas. –Dijo ella.

-Hum...si mal no recuerdo fue al gimnasio. Según tenía algo muy importante que hacer ahí. –Contestó Eiji sin dejar de poner los adornos, pero hablando con Alice al mismo tiempo.

-Gracias, Eiji. –Ella se fue con su caminar rápido de venada, teniendo prisa por encontrar al muchacho.

Caminaba dulcemente por los jardines de la academia, yéndose con dirección al gimnasio, deseando encontrarse con Kirito en lo que iba para allá, con el pretexto de ser un encuentro sellado por el destino.

La puerta del mismo estaba entre abierta, por lo que se asomó cuidadosamente, pensando en darle un susto para echarse unas buenas risas y que eso se quedara por un buen rato en la mente de ambos. Fue extraño escuchar unos tacones en el gimnasio, era imposible que Kirito los usara...entonces fue muy claro lo que vio.

No podía verle los ojos a Asuna, pero veía claramente que ella era presa de un ataque romántico en su más pura expresión.

Kirito le besaba desesperadamente el cuello, para luego desabotonarle los botones de la blusa. Alice no pudo ver ni un solo segundo más y se fue haciendo pasos para atrás de forma lenta, con el corazón completamente destrozado, los ojos cristalizados y un rubor en sus mejillas por la pena de encontrar al chico que le gustaba en lo que parecía ser un futuro acto sexual.

Al derramar las primeras lágrimas, Alice se fue corriendo tan rápido como le permitían sus pies y su destrozado corazón, ella fue directamente a su salón, pasando a un lado del profesor Klein, quien simplemente la miró con cara de "¿Y ahora qué pasó con ella?" Siendo no de una forma a burla, sino un cuestionamiento de verdad.

Pasaba de igual forma por donde se encontraban Yuna y Eiji colocando las decoraciones, haciéndose la misma pregunta.

Ella persiguió a Alice para saber que pasaba, pero ésta última no quería saber nada de nadie, ni siquiera de sus amigas del salón, al que entró siendo observada por todos.

Se quedó en el umbral de la puerta unos instantes, derramando cuantas lágrimas podían. Le sucedía otra vez, su nuevo pretendiente le rompía el corazón de una forma brutal y sin apelaciones, ni siquiera con algún "primer aviso" como pasó con Eugeo.

Alice se sentó en su banca, acostando el pecho y el rostro en la paleta de la misma, cubriéndose con los brazos para que nadie la viera llorar.

Sin embargo, los ruidos eran tan claros que hasta un medio sordo lograría identificar que ella lloraba, sintiéndose humillada y traicionada por ambas partes. Kirito le mintió, según él no tenía intereses amorosos con nadie, pero lo encontró (desde su punto de vista) a punto de tener relaciones sexuales con la profesora Asuna.

Al llegar Yuna, ella fue y le dio un abrazo, anunciado quien era, compartiendo el dolor de Alice, quien en ese preciso momento tenía en sus oídos los sonidos de Kirito y Asuna haciendo un amor salvaje y carnal, por lo que su dolor iba en aumento.

-¿Qué tienes, Alice? –Preguntó Yuna, haciendo un puchero.

-Me rompieron otra vez el corazón. –Susurró ella, entre llantos.

-¿Quién fue ahora?...nunca nos dijiste que alguien más te gustaba.

-Sólo Eugeo lo sabía...y ese era Kirito.

-¿Te rechazó?...

-Peor... -Alice se acercó al odio de Yuna para que eso quedara entre ambas. –Lo vi besándole el cuello a la profesora Asuna, le estaba quitando la blusa. –Ella rompió en sollozos, abrazando a Yuna, quien estaba completamente blanca como fantasma.

Los únicos que sabían acerca de la relación amorosa entre esos dos eran Eugeo, Yuuki y Klein, los demás ni en cuenta, por lo que fue una auténtica sorpresa para mal.

Era receso y se suponía que Kirito y Alice estarían de regreso en las prácticas de declamación...más la chica no llegaba.

Más curioso aun...él estaba solo. Apenas puso su trasero en la banca donde se solía juntar el cuarteto, Yuna se marchó de inmediato, notoriamente molesta. Pero ella ya planeaba su venganza una muy dulce venganza.

Al ser él y Asuna quienes sabían lo verdaderamente sucedido en aquel gimnasio, Yuna se quedó con la idea de que "su chica" y uno de sus "amigos" habían hecho el amor, siendo algo doloroso y colérico para ella, por lo que no quería ver a Kirito ni en pintura.

Asuna iba a tener cosas que hacer durante el receso, por lo que no tendría oportunidad de estar con él, así que Kirito emprendió una búsqueda por Alice. Búsqueda...que fue muy rápida.

Apenas entró a su salón, vio que ella estaba muy triste, sentada en su banca y sin ganas de hacer apenas algo más que anotar los apuntes de clase y del pizarrón. Se encontraba sola, puesto que les pidió a sus amigas que la dejaran en ese estado.

Kirito tocó la puerta, extrañado, pero sin pasar al salón.

-Oye...¿no se supone que íbamos a...?

-Cállate. –Le dijo Alice en un tono neutro.

-¿Eh?

-Cállate. Eres un mentiroso, eres un poco hombre y un inmoral, ¿Por qué hiciste "eso" con la profesora Asuna en el gimnasio?

Al repasar mentalmente lo ocurrido en ese lugar, Kirito supo de inmediato a que se refería Alice.

-¿Nos descubriste?...

-Vi lo suficiente...ahora vete. –Kirito hizo caso omiso y pasó al salón, cerrando la puerta tras de sí. -¿Estas sordo? Te pedí que te fueras... -Alice apretó los puños, tratando de contener las lágrimas, volteándose para no ver al muchacho directamente a los ojos.

-Pues no viste lo suficiente. Ella casi me abofetea por eso que hice, pero entiendo el por qué te fuiste sin esperar a que las cosas terminaran.

-No. Si vi lo suficiente para darme cuenta de que eres un mentiroso. ¿Por qué no me dijiste la verdad de que tu corazón ya le pertenecía a alguien más?...

-Porque ya sabía que te gustaba...no tuve el corazón para hacerlo...además no es lo más fácil del mundo decir: "Oye Alice, la verdad es que estoy saliendo con la profesora Asuna, ¿no te parece eso curioso?" ¿Cómo decírtelo?

-Buen punto...pero con decirme "me gusta alguien" hubiera bastado, créeme que no te preguntaría más. Por cierto ¿Tan obvia fui? Qué pena me doy.

-Eugeo me lo dijo...con un buen golpe en el proceso, pero así fueron las cosas.

-Ya vete...ya no tengo más que decirte.

Kirito obedeció, abriendo la puerta y parándose en el umbral de la misma, dándole la espalda a Alice.

-Yo aún tengo algo que decirte...no dejemos de ser amigos por algo como esto. Comprendo si ya no quieres que tengamos los estudios en los recesos...pero pregúntame cualquier cosa en la que tengas duda. Por último: no renuncies a tu declamación por algo así.

Al quedarse sola, Alice lloró un poco más. ¿Qué tan mala suerte tenía que tener ella para perder a dos de sus pretendientes en menos de un mes? ¿Qué fue lo que hizo mal?

Sus amigas le dijeron que ella era la chica más linda del salón. De hecho, lo era, ¿pero qué fallaba entonces? Esa pregunta jamás se la podría contestar.

Pasando las clases, y con el profesor Klein detrás de ellos, los alumnos ya tenían preparado todo para el festival de mañana. Bastante suerte que no tendrían clases ese día.

Kirito estaba pensativo ¿Alice diría algo acerca de él y Asuna como una especie de venganza por su corazón destrozado? Cual fuera el resultado...eso lo tenía con mucho pendiente, ya que era algo de pensarse bastante.

Eugeo y Yuuki caminaban juntos tomados de la mano, platicando acerca de ese día. Irían a la casa de Yuuki para hacer tarea...y algo más que eso, razón por la cual ese día Kirito se iría solo a casa.

Caminando solo afuera de la escuela, de repente sintió un escalofrío recorrerle la espalda, extrañándose bastante. De la nada sintió un golpe en la misma, cayendo derribado, Yuna lo levantaba con la furia del infierno detrás de ella.

-¿Có-cómo te atreviste a hacer algo así con la profesora Asuna? ¡Juro por Dios que te mataré, desgraciado! –Farfulló ella, sujetando del cuello de la playera a Kirito.

-¿Ha-hacer que cosa? –El chico estaba confundido, teniendo una idea de que pasaba, pero deseando estar equivocado.

-¡No le vuelvas a poner un dedo encima, degenerado asqueroso! –Yuna tomó el dedo índice de Kirito, tronándoselo. -¡Ahora vas a saber lo que es el dolor, perro!

-¡Que alguien me ayude, por favor!

-¡Ya estás muerto!

El día había llegado, Asuna y Klein estaban como locos tratando de atar los últimos cabos suelos, siendo básicamente que no se encontraba una guitarra para Eiji, quien no tenía la suya debido a que dos cuerdas de misma se le habían roto la noche anterior mientras la afinaba.

Yuna casi lo quería matar ya que no podía tocar ella sola...se pondría demasiado nerviosa al estar rodeada de gente que no conocía del todo, por lo que la presentación de ambos pendía de dos cuerdas...literalmente.

El otro cabo suelo era Alice, quien no llegaba a pesar de faltar veinte minutos para que las clases empezaran. Ella llegaba más o menos a esa hora, por lo que era ya cosa de preocuparse.

Kirito de igual forma no había llegado, pero eso era observado únicamente por Eugeo, quien no lo vio ni siquiera en la parada del tren, teniendo que irse sin él o de lo contrario se le haría tarde de igual forma.

-¿No te dijo nada al respecto? –Preguntó Yuuki.

-En lo absoluto, no me ha mandado mensaje ni nada. Pero no creo que ya no deba de tardar, seguramente le surgió algún imprevisto.

-Es lo más seguro.

Lo que en realidad pasaba, era que Kirito corría a casa de Alice. Adelantando juicios que podían ser verdaderos, pensó en que ella no iría a la escuela al no encontrar motivación para su recital.

Sin equivocarse en lo más mínimo, Kirito no encontró a Alice por ninguna de las calles del recorrido que siempre hacía con ella cuando iban a su casa a estudiar, por lo que todo se resumía a una sola cuestión: tratar de convencerla.

Tocando la puerta de su casa con cierta desesperación, fue su madre la que abrió la puerta, llevándose una curiosa sorpresa al ver al muchacho con uniforme de la academia.

-Kirito, vaya sorpresa. Alice me dijo que hoy no habría clases por cosa del aniversario de la academia, ¿entonces por qué?...

-Hubo un cambio de planes...al final sí dijeron que iba a ver clases pero Alice ya se había ido a casa cuando eso pasó.

-Que atento eres por venir a decirle, iré a avisarle...

-¡No! Prefiero hacerlo yo, ¿puedo pasar para decirle?

-Hum...claro, ¿Por qué no?

Kirito caminó con bastante prisa al cuarto de Alice. Ella miraba a la nada, acostada en su cama aun con pijama y con el cabello completamente desalineado.

-A-Alice...soy yo, Kirito. –Ella abrió los ojos al instante al ir esa voz, cristalizándoseles en el proceso. –Sé que seguramente no quieres saber nada mí...pero por favor ve a tu recital...y-yo si quiero escucharte, te lo digo de corazón.

Aquello era verdad. Kirito podía no tenerle afecto amoroso a Alice, pero si un afecto de amistad, disfrutando de las cosas lindas que pasaba a su lado, siendo algunas de risas o de bohemia, como lo era escucharla declamar en los salones vacíos y en silencio.

-Por favor...en verdad te lo pido. –La puerta fue abierta, Alice tenía la mano levantada, preparándose para descargar una agresiva bofetada en contra de Kirito al estar molesta con él por mentirle y darle esa ilusión de oportunidad, pero se detuvo.

-Está bien...lo voy a hacer, pero si me mientes lo vas a lamentar...

Al lado de ellos se abrió la puerta del cuarto de Selka, quien miraba a los dos jóvenes con su carita de sueño e indiferencia.

-¿Ya te peleaste con tu novio?

-¡Que no es mi novio!... –Alice se dolió de verdad al gritar eso. -¡Y tu espera allá abajo mientras me cambio!

-No es por apurarte, pero tenemos veinte minutos... -Sonrió Kirito, tratando de calmar a Alice.

Ella cerró la puerta de su cuarto de un azotón, dejando a Kirito sin saber que iba a pasar, si en verdad ella iba a cambiarse para ir a la academia.

En la cocina de la casa, Kirito bebía una taza de té sentado a un lado de la madre de Alice, quien le sonreía de forma amplia.

Selka desayunaba cereal con su misma carita de antes, siendo un poco graciosa para Kirito hasta cierto punto, quien veía su reloj con algo de desesperación, pensando en que las cosas estaban perdidas.

Faltando doce minutos para la hora de la entrada, Alice bajaba como un rayo, sin la chaqueta de la escuela y sin peinar, corriendo por la cocina para tomar un beiguel de la mesa, poniéndoselo en la boca y tomando la mano de Kirito.

-¡Nos vemos al rato, mamá! –Balbuceó ella al no poder hablar bien por el pan en su boca.

-Suerte, ojala lleguen a tiempo.

Los dos corrían a toda prisa, Kirito tomó la mochila y la chaqueta de Alice para llevarlas él mientras ella se comía el beiguel, siendo muy gracioso.

-¡¿No se te olvidó el poema?!

-¡Claro que se me olvidó, me rompiste el corazón, maldito idiota, sólo pensé en ti y en que yo era un fracaso para el amor!

-¡Oye, no me eches la culpa, yo no tengo la culpa de que te hayas enamorado de mí!

-¡Sí la tienes, imbécil! ¡Si no hubieras estado ahí para consolarme esto no me estaría pasando!

-¡Rayos, tienes razón!

Corriendo, los dos llegaron cinco minutos antes del toque de entrada, sacándole un enorme suspiro de alivio a Klein y a Asuna, quienes pensaban que el aniversario iba a ser un desastre al no tener el evento principal.

Las amigas de Alice preguntaban por qué había llegado tan tarde, con el cabello desarreglado y el uniforme a medio poner, siendo tan impropio de ella.

Naturalmente puso de pretexto que se había levantado tarde, siendo alcanzada por Kirito en una de las esquinas de la academia, siendo esa la razón por la cual llegaron juntos. Él puso el mismo pretexto, lo planearon al tiempo en que corrían para llegar a punta de regañadientes, pero llegando al fin y al cabo.

Teniendo suerte con Eiji, ya que si le encontraron una guitarra a tiempo, siendo una que quizá no era la que tenía mejor sonido o mejor pinta, pero era una que servía al fin y al cabo, siendo toda una bendición para esa situación tan apretada.

Los minutos antes de los números y los descansos que se tomaban entre uno y otro eran usados por Kirito y Alice para ensayar la declamación. Eiji y Yuna no desperdiciada nada de tiempo, tocando varias veces la canción "Imagine" de John Lennon, siendo elegida por los dos.

Cuando ya era momento de pasar, Yuna se notaba notoriamente nerviosa, pero viendo la sonrisa de confianza de Eiji y escuchando las ovaciones de Yuuki, ese nerviosismo fue superado apenas se acomodó en la silla donde estaría sentada.

Al saberse ya gran parte de la canción, ninguno de los dos muchachos tuvo problemas para terminar de aprenderla para ese día, jalando un poco de aire para comenzar a tocar y cantar.

...Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único. Espero que algún día te unas a nosotros, y el mundo será uno solo. Imagina que no hay posesiones, me pregunto si puedes. Sin necesidad de gula o hambruna, una hermandad de hombres. Imagínate a todo el mundo, compartiendo el mundo...

-Y pensar que a John Lennon lo acusaron de comunista por esa canción...sí que tiene un leve mensaje, pero no es para exagerar. –Dijo Klein.

-¿En verdad acusaron a Lennon de ser comunista, profesor Klein?

-Y a los Beatles por oponerse a la guerra de Vietnam...¿Vi-Vietnam? –El profesor Klein se tumbó al suelo, golpeándolo. -¡Maldita sea la guerra de Vietnam, me arrebató a toda mi maldita unidad!

-Y aquí vamos de nuevo... -Yuuki y Eugeo se pusieron a consolar a Klein...de su "participación" en la guerra de Vietnam.

Acabando la canción, Yuna y Eiji hicieron una pequeña reverencia, siendo aplaudidos por todos en la academia, algo que les hizo sonreír y darse un abrazo, compartiendo el éxito.

-Y ahora toca cerrar el homenaje a la academia con el último número: Versos Sencillos, de José Martí, interpretado por la alumna de sexto semestre grupo A, Alice. –Anunció Asuna por el micrófono, tomando a la chica de los hombros para que ella pasara al escenario.

Fue algo amargo para ella tener que estar al lado de la mujer que era dueña del corazón de Kirito, pero tenía que superarlo.

En el centro del escenario, Alice meció su brazo derecho, haciéndolo pasar como si fuera un arco.

-Yo soy un hombre sincero, de donde crece la palma. Y antes de morir yo quiero echar mis versos del alma...Cultivo una rosa blanca en julio como en enero, para el amigo sincero, que me da su mano franca.

Escuchando esa línea, Kirito se hundió en su asiento, sintiéndose culpable por mentirle a Alice a sabiendas de lo que sentía por él.

Y para el cruel que me arranca el corazón con el que vivo. –Ella hizo énfasis en esa parte, viendo a Kirito directamente a los ojos. –Cardo ni ortiga cultivo: cultivo una rosa blanca. –Ella sonrió al decir eso, dándole a saber a Kirito que, a pesar de todo, ella lo perdonaba...

La presentación había sido corta pero muy hermosa, con todos los movimientos de las manos y brazos de Alice, el énfasis que usaba en las partes que le dedicaba a Kirito...siendo un poco incomodas para él.

En la salida, todos estaban despidiéndose de Alice, felicitándola por su buena representación del poema, preguntándole de dónde sacó la inspiración para darle esos matices al poema de Martí.

-De ningún lado en específico. –Esa fue su respuesta, acompañada de una sonrisa.

Finalizando con los cometarios y elogios de sus demás compañeros, Kirito y Alice se vieron de frente. Él tenía una manzana verde en cada mano, ofreciéndole una a ella.

Cuando parecía que Alice iba a tomar una de las manzanas, ella le pegó una muy fuerte bofetada, sacándole incluso unas lágrimas por tan fuerte impacto.

-¡¿Y eso por qué?! –Farfulló Kirito, tallándose la mejilla.

-¡Por mentiroso, por engarme, darme esperanzas de que tenía oportunidad contigo y por romperme el corazón!...me contuve antes de venir a la academia ya que estábamos en mi casa...pero aquí nadie podía detenerme.

-¡Ouch!...espero tengas el consuelo de que al menos una parte de tu dolor lo tengo ahora mismo.

-¡Esa era la intensión, idiota!...pero no te dolió tanto como a mí.

-¡Si el que recibió la bofetada fui yo!

-¡No me refiero a ese dolor!...yo hablo del dolor de que te rompan el corazón, ¿te ha pasado?

-No, nunca.

-La verdad es que espero que no te pase nunca, se siente muy horrible y sólo quieres morirte. Ahora me voy a mi casa, nos vemos mañana, Kirito. Pero no te has librado de mí, aún tengo dudas de la clase de historia. –Ambos sonrieron, viéndose el uno al otro.

-Cualquier duda que tengas, estaré más que dispuesto a resolverla.

-Eso espero...pequeño mentiroso.
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F por Alice 😢😢 atrapó al que le gustaba besándose con una profesora. Corrió la misma suerte que Eugeo xd eso es karma alv. No obstante...aun hay un ultimo asunto que tiene que ver con ella D:

Ay los dos tortolitos de Yuuki y Eugeo, me da la impresión de que los hice muy tiernos <3 pero creo que a nadie le molesta ese asunto...espero 😂😂😂

No sé que piensen ahora de Alice, seguramente que se lo tiene bien merecido 😂😂 o que tambien debía sufrir pero no tanto, quien sabe...

No obstante, considero menester decirles que el capítulo del lunes estará, puta, escurriendo de miel, acá bien romántico 7u7, y el del viernes, UFFFF ese está  ( ͡° ͜ʖ ͡°) nos vemos el lunes.

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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