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Capítulo 36.-Verdad dolorosa

Kirito y Asuna comían juntos después de unos días de no haberlo hecho. Era por esa misma razón que la comida les sabía muchísimo mejor que antes, lo que les daba una razón más para no perder la costumbre de esos encuentros.

Se encontraban ahora jugando cartas tras recoger la mesa y los trastes. Curiosamente era el turno de Kirito, pero su cuerpo estaba, su mente no. Pensaba en lo que había pasado los dos días anteriores respecto a Alice.

-Es tu turno. –Avisó Asuna al ver que él no reaccionaba. –Oye...¿me estas poniendo atención?

-¡Perdón!...tengo un asunto en el que estoy pensando.

-¿No será sobre alguna mujer? –Preguntó ella con una mirada de sospecha.

-¡No, para nada! –En sus ojos se delataba la mentira, por lo que Asuna dejó las cartas a un lado, tomándolo de las manos.

-¿Seguro?

-O bueno...creo que Alice me está coqueteando. No, ¡estoy convencido de que lo hace!

-¿Pero no ella estaba enamorada de Eugeo?

Kirito tuvo que contarle lo del incidente sufrido entre Eugeo y Yuuki durante los juegos, sacándole una verdadera sorpresa, en especial por el hecho de la discusión a gritos.

-Vaya...pero ahí mismo lo afirmó, ¿Por qué estas convencido de que te coquetea?

-Ella no habla mucho con los chicos, únicamente lo hace conmigo y con él. Y si ella le tuviera esos "acercamientos" claramente Eugeo me lo hubiera dicho para asegurarme de que sus esfuerzos se encontraban funcionando.

-Pero el detalle está en que es muy tímido ¿Qué tal si esos detalles se los guardaba para sí?

-Imposible, se le hubiera notado a Eugeo en la cara. Decir que se quedaba atontado por un simple beso en la mejilla es muchísimo que decir, estoy convencido de que no es así.

-No te sientas muy galán. Yo creo que estas exagerando las cosas. Tú me gustabas y nunca te demostré muchos gestos de amor, así que puede ser el mismo caso con Alice.

-Jamás lo sabremos hasta que Eugeo no se anime a declarársele a Alice para saber que le dice ella. La verdad es que trato de convencerlo pero no quiere.

-Con este asunto arreglado...volvamos al juego. –Asuna tomó un poco de vermouth al tiempo en que tomaba sus cartas.

-Lo mismo digo. –Ambos siguieron jugando y le restaron importancia a aquel asunto.

Desde ese día en que lo prácticamente lo humilló, Eugeo no había vuelto a hablar con Alice, no se sentía de ganas para hacerlo tras esa ocasión.

Seguía preguntándose si valía la pena continuar con lo que él llamaba "ese juego cruel" debido a que era muy doloroso para su corazón. Si Alice en verdad quisiera hablar con él como llegó a pasar en algún momento antes del malentendido con Yuuki, ya hubiera pasado, más nada nunca llegaba.

Eso lo entristecía un poco, por la misma razón que comía menos en la academia, cosa de lo que sus amigos se percataron.

-¿Quedaste satisfecho? –Preguntó Yuuki al ver que estaba por acabar el receso y Eugeo llevaba nada más ¼ del tazón de arroz.

-En realidad no tengo casi hambre...

-Es por ella, ¿verdad?

-Tal vez, solamente.

-Pobre de ti... -Yuuki se cambió a la banca de Eugeo para darle un abrazo...el pobre muchacho lo respondió con bastante necesidad.

-Quizá deba renunciar a toda esta porquería del amor...doce malditos años esperando y ahora que no la volveré a ver en mi vida se me ocurre intentarlo. Cada día que pasa es uno que pierdo para poder estar con ella. Debería aceptar que todo fue una miserable fantasía.

-¡No digas eso! no debes rendirte tan fácilmente, no cuando estás a nada de lograrlo, ¿Por qué no se lo confiesas? ¿Qué tienes que perder?

-Si lo ponemos así...la verdad es que no pierdo nada...pero me da miedo.

-Quizá no lo hizo de mala fe, ¡no pierdas la esperanza!, ¿de acuerdo?

-Supongo...

En el transcurso de las clases, Eugeo siempre volteaba a ver a Yuuki, quien siempre le sonreía, le levantaba el pulgar y le sacaba la lengua, entregándole su apoyo con su dulce alegría, la cual relajaba al muchacho a sabiendas de lo que estaba por suceder.

Para la entre clase de matemáticas y sociología, Eugeo escribió una pequeña nota con su libreta, arrancándola y doblándola para entregársela a Kirito.

-Me he dado cuenta que pasas mucho tiempo con Alice...¿se la puedes dar en cuanto la veas? –Preguntó con notoria tristeza.

-Vamos, solo nos ayudamos para estudiar. Hoy no planeaba estar con ella, dos días sin ver a mi mejor amigo ¿y no recibirlo como se merece? Jamás lo haría. –Sonrió Kirito.

-Gracias por ello. Aun así entrégale esta nota a Alice cuando la veas, tiene que ser en receso.

-Lo haré, ¡tú despreocúpate, compañero! –Farfulló Kirito al tiempo en que le daba una palmada a Eugeo.

-¿Solo estarás con nosotros porque hoy es viernes y no tenemos clases con la profesora Asuna?

-Sí, la verdad es que sí.

-Eres un pésimo amigo, ¿te lo habían dicho?

-Algunas veces, quizá.

Klein entró al salón tropezándose con una grieta en el suelo, estuvo a nada de caerse pero se reincorporó al instante, acomodándose la corbata.

-Buenos días chicos, ¿Cómo les fue con la tarea? –Al dejar su portafolios en el escritorio, éste cayó al suelo, tirando todo su contenido en el suelo. -¡Ay por un carajo!

Esa no fue la mejor clase que Klein impartió en toda su carrera...estuvo llena de tropiezo tras tropiezo. El proyector no prendía, sus plumones no pintaban, el borrador se caía incluso si era colocado en medio del escritorio.

Al final de la clase, Klein terminó con los nervios hechos trizas y con sus alumnos riéndose de él. Sin duda estaba bastante jodido. Al llegar a su oficina y poner su cafetera, se dio cuenta que se había quedado sin café, por lo que se llevó las manos al tabique de la nariz, resistiendo todo el enojo que tenía.

Curiosamente, la profesora Asuna también tenía la costumbre de tomar algo de café en las clases y en algunos descansos que se daba cuando no impartía alguna materia...pero ella no estaba en la escuela, por lo tanto no había nadie a quien pedirle café.

Esa fue la razón por la cual Klein estuvo de malas casi todo el día al no poder beber ni una sola gota de café. Aunque la profesora Asuna si tuviera clases ese día, no tendría café para obsequiarle, el doctor le pidió que redujera su consumo. Se puede decir que el destino estaba para fastidiar a Klein ese día.

Haciendo fila para la cafetería, el cuarteto se encontraba platicando de manera animada al tiempo en que veían el menú de ese día. Nada convencía a Kirito ya que él prefería la comida de Asuna, la cual de tan solo recordarla le hacía agua la boca.

-Se nota que tienes mucha hambre. –Se burló Yuna.

-Ligeramente...pero de otro tipo de comida, para ser sincero.

Eugeo no se decidía en lo más mínimo por que iba a decidirse al tener su mente preocupada en otros asuntos que eran más complicados que escoger que comer ese día.

Yuna le picó una de las mejillas para hacerlo despertar. Sin duda, Eugeo se encontraba en otro mundo.

-Creo que todos están un poco distraídos el día de hoy, ¿es por qué es viernes? –Preguntó ella.

-Yo tengo algunos asuntos en la cabeza que son prioridad para mí. De hecho...creo que ni siquiera tengo hambre. –Eugeo se salió de la fila.

Mientras Kirito ordenaba, Alice llegó junto a él de pura casualidad, así que, y para llamar su atención, puso su mano en el hombro del muchacho, quien la volteó a ver. Ella le sonrió de forma amable.

-Hoy no podré estudiar contigo, estaré con las muchachas. –Adelantó él, siendo una respuesta muy fría de su parte.

-Ah. Ya...ya veo, no te preocupes, de igual manera no es bueno matarse estudiando.

-Y quería darte esto, te lo manda Eugeo. –Kirito entregó el papel que era encomendado por su buen amigo, sacándole un suspiro a Alice...y no precisamente de amor.

-Sigue siendo muy tímido...justo como cuando lo conocí.

-No es malo ser tímido. Yo lo creo como un sistema de defensa ante lo desconocido, Yuna también es muy tímida con las personas que no conoce, pero cuando les toma aprecio, ya vez lo que sucede.

-¿Lo dices por tus ojos?

-Y por el hacha... -Kirito hizo una cara de inconformidad al tiempo en que Alice soltaba una pequeña risita.

La nota tenía un mensaje claro, pero era raro para Alice que fuera de esa manera, ya por lo regular Eugeo siempre se andaba con rodeos por culpa de su ineficacia al expresarse. De igual forma así era mejor para ella.

El mensaje era: "Ven afuera de la cafetería, más precisamente en la parte de afuera del edificio".

Tentador, pero no dejaba de ser algo cuya respuesta le era medianamente desconocida. Sospechaba de lo peor, pero no podía estar segura hasta escucharlo.

Cuando Kirito llegó a la mesa, se dio cuenta que únicamente estaban Yuuki y Yuna. Eugeo no se encontraba ahí.

-¿No se supone que hoy íbamos a festejar a Eugeo tras regresar a la escuela?

-Dijo que tenía algo importante que hacer y se fue. –Suspiró Yuna. –Entiendo que tenga cosas que hacer, pero que grosero de su parte.

-No...creo que es mejor que haya ido a resolver lo que tenía pendiente. –Yuuki se llevó las manos al corazón, se le notaba muy preocupada, ¿Por qué exactamente?

Y justamente como se dejaba claro en la nota, Eugeo se encontraba recargado en una pared afuera de la cafetería, escondiéndose del sol matutino.

Alice caminaba lentamente, cuando el muchacho la vio, se enderezó al instante y se acercó a ella.

-¿Tenías algo que decirme, Eugeo?

-Sí...pero no sé cómo empezar...trataré de ser claro.

-Típico de ti. –Sonrió Alice, sus cabellos se mecieron junto con el viento.

-Alice...y-yo ¡estoy enamorado de ti desde que éramos niños! Perdí la cuenta de los años de tantos que son, solo sé que desde la primera vez que te vi siempre me gustaste y me gustaras siempre. Seguramente nunca notaste mi presencia hasta esa vez que nos topamos por culpa de Kirito, ¡pero estoy agradecido con todo porque eso haya pasado!

-No creo que eso sea todo lo que quieras decirme, Eugeo...no te guardes nada, por favor. –Pidió Alice con notoria tristeza.

-¡Fui muy feliz al haber sido tu amigo, perdóname si te hice llorar alguna vez, pero quiero que volvamos a ser los mismos, como lo éramos antes del incidente con Yuuki, te juro por Dios que nunca le puse una mano encima y ella tampoco me la puso a mí!

-¿Se-seguro que quieres volver a ser como antes? –Eugeo se ruborizo, Alice estaba ejerciendo presión.

-¡Cla-claro! ¡Pero no solo eso! Alice, ¡Por favor, se mi novia, eso es lo que más he anhelado desde que tengo memoria! –Eugeo se agachó, haciendo una reverencia. –Nos queda muy poco tiempo, lo sé...pero el tiempo contigo será invaluable.

Al levantar la mirada, Alice tenía la mirada ensombrecida. Aun así se notaba que varias lágrimas corrían por sus mejillas.

-Tu también me gustaste, Eugeo...fuiste la razón por la que me levantaba cada mañana para venir a la academia. No importaba que hicieras las cosas mal, para mí era perfecto siempre y cuando estuviéramos juntos...pero tardaste mucho tiempo.

Eugeo se sobresaltó, el corazón le comenzó a latir rápido, siendo causado por que sentía miedo.

-Ay Eugeo, eres la persona más tierna y linda que haya conocido en mi vida...pero eres muy penoso. –Alice levantó la mirada, sollozando. –Perdóname... pero en verdad siento algo aquí en el pecho y eso es porque...me gusta Kirito.

-Ah caray, ahora me llamo Kirito. –Eugeo también comenzó a llorar.

-No puedo mentirte, pero tampoco debo mentirme a mí misma. Creo que debo decirte lo que en verdad siento y lo que alguna vez llegué a sentir por ti...en verdad, sé que te estoy destrozando, pero perdóname, no eres el único que va a llorar por esto.

-Alice...de igual forma me alegra que yo haya sido la causa por la que venías...ser la causa d-de-de. –Eugeo no pudo más y se soltó a llorar muy fuerte, incluso sus llantos se escuchaban adentró de la cafetería con todo ese ruido.

Se trataba de secar las lágrimas con el antebrazo, pero su dolor era más fuerte. Alice fue y lo abrazó, dándole un beso en la mejilla.

-Quizá lo nuestro nunca podrá ser, pero no quiero que dejemos de ser amigos por esto...será difícil, pero en verdad eres una persona muy linda y amigable...no me quites al único amigo que tengo.

-N-no lo haré...trataré de olvidar lo nuestro, también disfruté mucho de todo lo que hicimos antes de que esto pasara...lo guardaré en mi mente.

-Yo no guardaré en mi mente. –Eugeo se sintió más destrozado todavía. –Lo guardaré en mi corazón, porque ahí es donde pertenece.

Los dos se abrazaron una vez más, consolándose mutuamente por aquella relación...que murió antes de nacer.

En la mesa donde se encontraban los muchachos, la única que comprendía a la perfección que pasaba era Yuuki, la cual se sentía ligeramente desanimada. Ya sabía el por qué de aquellos llantos.

-Pobre de él...no merecía que fuera de esa manera. –Dijo Yuuki con tristeza en su voz.

-¿Entonces ella lo rechazó? –Preguntó Yuna.

-Parece ser que sí.

La situación no le daba tristeza a Kirito, le daba agobio. No quería ser él quien fuera la causa de que Alice rechazara sin apelación a Eugeo.

Al final todo acabó...en una verdad dolorosa para aquel triángulo amoroso.

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Eugeo al enterarse que Alice estaba enamorada de Kirito 😢😢😢 y al pobre rubio le rompieron todo el corazón por no actuar cuando fue debido. Lo bueno que ella no lo mandó alv de forma tan fea xd hasta eso que Alice le tuvo compasión

Pues ya para el viernes entramos en la recta final de la historia :0 se vendrán giros argumentales que los harán decir "oh Dios mio, vaya historia" siendo el primero de ellos el próximo viernes :D me emociona mucho por lo que representará.

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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