Capítulo 32.-Las finales
Eiji lanzaba una jabalina a una buena distancia, era el que había llegado más lejos. Eugeo entonces le soltó una pequeña sonrisa. Cuando él fue quien lanzó otra jabalina, quedó a cosa de unos cuarenta centímetros de distancia, siendo incluso tercero.
Todos aplaudieron a los tres competidores ganadores de las finales de jabalina. Yuna fue corriendo a abrazar a Eiji, quien ganaba su primera presea de oro. Alice y Yuuki se acercaban a Eugeo para felicitarlo, un tercer lugar no estaba mal, lo importante era ganar medallas para la escuela.
-Bien hecho, campeón. –Dijo Alice.
-Sé mejor que yo en básquet...todos tenemos confianza en que nos puedes hacer ganar. –Contestó Eugeo.
Lo que era Yuuki, Klein y Kirito, el primero de ellos gritaba y farfullaba a su peleador, "golpéalo abajo" "cúbrete", esas eran algunas de las cosas que se llegaban a oídos de Kirito, quien trataba de pelear con la fuerza que le quedaba.
En un golpe muy traicionero, justamente uno de los que Raios le exigió a su peleador, él le dio un golpe en los riñones, algo prohibido en el boxeo.
Kirito se dolió bastante, cayendo sobre sus rodillas al tiempo en que escupía el protector.
-¡Falta, falta! –El referí separó a los dos peleadores, tomando de la mano al muchacho de Raios, señalando a los jueces que debían bajarle un punto por la conducta antideportiva.
Justamente Raios se enjuagó los labios. Lamentablemente para él, había sucedido ese descalabro.
El referí ahora fue con Kirito, revisando que todo estuviera bien. -¿Estas bien? ¿Seguro que puedes continuar?
-Apostaría a que si puedo... -Kirito se levantó siendo ovacionado por el público. El referí tomó su protector bucal para dárselo a Klein, quien lo lavó con agua para ponerlo una vez más en la boca del muchacho.
-¡Desquítate con ese maldito! –Farfulló Yuuki desde las gradas.
Y así fue, cual Rocky Balboa, Kirito se abalanzó sobre el falangista, llevándolo contra las cuerdas, golpeándole el cuerpo y el rostro. En frente de él se encontraba su padre burlándose de sus intentos de ser el hombre de la casa.
Cuando su furia llegó a un extremo tan radical, un upper cut en la mandíbula mandó a la lona a su oponente. Todos se pusieron de pie para gritar, Yuuki celebró de igual forma con bastante emoción.
Al mandar a Kirito a una esquina, el referí empezó la cuenta atrás. El falangista de Raios no se podía poner de pie, estaba muy mareado y muy lastimado del resto del cuerpo por aquellos golpes que explotaron en su cuerpo unos segundos atrás.
-¡Fuera! –Gritó el referí, todos estallaron una vez más en gritos y aplausos. Klein fue corriendo hacía Kirito para levantarlo en brazos, celebrando el pase a la final tan esperado por todos. Al ver a Raios, Klein levantó su dedo medio al tiempo en que le sonreía.
Sus planes habían fracasado...justamente como Klein deseaba. Se sentía muy feliz por la victoria de su muchacho y por la suya propia ante Raios.
Al bajar del ring, Kirito caminaba muy adolorido recibiendo abrazos y chocando la mano con sus compañeros de escuela, quienes no dejaban de felicitarlo por llegar a la final a pesar de ser un novato.
Yuuki le jaló la oreja para llamar su atención. –Cuando la profesora Asuna vea como caíste al recibir ese golpe se va a desmayar del susto. –Se burló ella.
-Es lo más seguro, pero estará orgullosa de lo que lograremos.
El partido de futbol y basquetbol se llevaba a cabo al mismo tiempo. Habían empezado con quince minutos de diferencia. Eugeo dejaba atrás a sus rivales, pasándole el balón a Eiji, quien no logró acertar a la portería. Se llevó las manos a la cara por la frustración de no pegarle ni al poste, pero Eugeo llegó a animarlo, dándole unas palmadas en la espalda para que siguieran jugando.
-Vamos empates y aún faltan veinte para que se acabe. –El partido era de sesenta minutos, media hora menos como en un partido profesional.
-Vamos, Eugeo. Sigamos con la misma técnica.
Las chicas en basquetbol seguían arrasando a pesar de ser la semifinal del torneo. Eso era en parte gracias a Alice, quien de los cuarenta puntos logrados, veintidós eran de ella, más de la mitad del marcador.
Alice y Eugeo pensaban mutuamente en su contrario, lo que les daba alientos para seguir esforzándose con más coraje y más valentía de lo que ya lo hacían.
Eugeo, a pesar de ser mediocampista, se adelantó a la par de Eiji. Esa era una técnica secreta que ambos platicaron y ensayaron unas veces antes en las canchas escolares. Eugeo le pasó la pelota a Eiji, quien parecía la iba a patear contra el portero. En un movimiento sorpresa, y con el lado izquierdo de la portería desprotegida, el balón regresó a Eugeo, quien anotó un gol perfecto.
Los dos muchachos celebraron el desempate. Lo que tendrían que hacer ahora era tratar de mantener ese marcador, y si les era posible, anotar un tanto más.
Ya en los vestidores de boxeo, varios de sus compañeros siguieron a Kirito para festejarlo un poco más. Tenía asegurada la plata, pero él quería el oro. Debía hacerlo por Asuna.
En un breve descanso, él fue a hacer sus necesidades...llevándose un susto que casi lo llevo a un grito al ver que orinaba sangre. Ese golpe en los riñones lo dejó muy jodido por dentro.
Saliendo de la caseta, Kirito estaba pálido como un muerto. Los presentes se quedaron callados, ¿Qué había pasado tan de repente?
-¿Dó-dónde está el profesor Klein? –Preguntó con un notorio miedo en su voz.
Varios de los chicos lo fueron a buscar al instante, casi corriendo para ver que sucedía. Al llegar, naturalmente Kirito pidió que todos se retiraran, ese hecho le daba un poco de vergüenza.
-Decirle a Raios que es un idiota por consentir esa conducta no es suficiente...la verdad es que debes de quedarte tranquilo, el sangrado en la orina tras un golpe en los riñones desaparece en unos días...pero no tenemos unos días, la próxima pelea será mañana ¿quieres que...?
-No. Prefiero arriesgarme nueve minutos a decepcionar a Asuna. Debo de cuidarme el riñón malo y eso es todo.
-Pero es de tu guardia normal...tendrás que cambiar a guardia surda si quieres defender ese riñón.
-Ya nos las arreglaremos, profesor. Ganaremos esa medalla, profesor Klein.
-Ganarás. Yo no hago más que darte consejos y secarte el sudor. El mérito es para ti, Kirito, no para mí.
Y justamente como Yuuki había predicho, la profesora Asuna casi se desmaya del susto al ver caer sobre sus rodillas a Kirito tras ese golpe. Le consolaba el hecho de que la pelea fue ganada por ko...no obstante, se preguntaba si ese golpe tendría alguna repercusión.
Tanto el partido de futbol y básquet se habían acabado. El equipo de Alice ganaba con una aplastante diferencia de sesenta puntos. Lo que fue de Eiji y Eugeo, lograron anotar otro gol más, ganando dos a cero.
Para finalizar la jornada deportiva ese día, iban a hacerse los cien metros planos de atletismo. Era seguro que una medalla iba a terminar en el cuello de Eugeo y Eiji, pero quien iba a ganar la de oro era la verdadera pregunta. El primero había ganado en los doscientos metros por una diferencia mínima y por remontar en los últimos cincuenta metros.
Ahora se vería quien de los dos era el más rápido.
Yuuki, Alice y Kirito apoyaban fervientemente a Eugeo, quien solo les podía sonreír desde la pista de carreras. Klein y Yuna apoyaban a Eiji, quien de igual forma sonreía pero de una forma más carismática.
-¡A correr! –Una vez más la bala de salva fue disparada, todos los atletas corrieron, siendo muy ventajosos Eugeo y Eiji, quienes estaban en la misma distancia.
Faltando solamente diez metros, Eiji adelantó a Eugeo por cosa de quince centímetros o menos, pero rompió el listo de la meta antes que él, llevándose los aplausos de la multitud.
Al ver a Alice, ella se estaba notoriamente triste, aunque al final lo entendía. Estaba triste por su derrota. Yuna fue corriendo para abrazar a Eiji, quien la cargó en brazos para celebrar una segunda medalla de oro en el día. Alice abrazó a Eugeo y escondió su cabeza en su pecho. Kirito le revolvió el cabello y le dio un pequeño abrazo.
-De ganar se aprende, Eugeo...y de perder también. –Le dijo Yuuki al tiempo en que le daba un abrazo. –No deberías estar triste, diste lo mejor de ti y eso es lo que debes de tener en cuenta y que puedes mejorar para la próxima vez.
-Ese es un buen consejo...no lo había pensado de esa manera.
-¡Eugeo, ven al podio! –Gritó Eiji, invitándolo con su mano.
Para el día de mañana eran las finales de casi todos los deportes, muchos planeaban las estrategias y estudiaban a sus rivales para tratar de ganar el oro.
Los falangistas casi no habían ganado medallas de oro, pero tenían algo de que jactarse al final del día. Eso sí, ya no peleaban ninguna de ellas debido a no poder lograr llegar a las finales de los deportes.
Yuna tenía bien vigilada a Yuuki para que su rendimiento para mañana no se viera comprometido y que la profesora Asuna se llevara cuanto mayor orgullo fuera posible.
-Y también hazlo por él... -Eso hizo que algo muy sensible en Yuuki despertara, quien vio a Yuna con ojos que le pedían piedad. –Tu secreto está a salvo conmigo, nunca le diría a nadie.
-Que estúpida debí de verme...
-Chicas, a cenar. –Apuró Kirito, sacándole un susto a Yuuki, a lo que Yuna le sonrió de forma comprensiva.
-Danos un segundo, por favor. –Yuna se llevó la mano al pecho, tratando de contener el dolor que sentía por su mejor amiga.
Ya era el gran día. Se estaba iniciando la clausura de los juegos de invierno con el esquí de velocidad. Yuuki era la esperanza de la academia para llevarse una más de oro, así fuera una más.
Al bajar por la enorme montaña, la velocidad volvió a ella, subiendo de su sexto lugar al tercero en menos de la mitad del recorrido.
Si seguía a ese ritmo, quedaría en primer lugar, tirando y tirando de los bastones de nieve para ganar cuanta velocidad de le fuera posible. Ya iba por finalizar la carrera, Yuuki adelantaba al segundo lugar, estando a unos centímetros de la victoria. Casi faltando un cuarto de la carrera, Yuuki se adelantó a primer lugar por algunos segundos, pero su competidora se colocó a la cabeza nuevamente. Lamentablemente, Yuuki quedaba en segundo lugar.
Sus amigos fueron para festejarla, no pudo lograr el primer lugar, pero casi, por poquito y lo conseguía. Yuna fue quien la abrazó más fuerte, tallándole un poco la espalda en el mismo abrazo.
-Ya ni modo, al menos conseguiste una medalla, eres la mejor de la academia y eso debería serte suficiente. –Consoló ella.
-Ya habrá otra oportunidad, puedes ganarle a Yuna en patinaje. –Dijo Eiji con un tono de burla para su novia.
-Hum, que apoyo me das, torpe. –Todos rieron, incluso la misma Yuna.
Eugeo quedó frente a Yuuki, él simplemente puso su mano en la cabeza de la chica, sonriéndole. -De ganar se aprende, Yuuki...y de perder también. ¿Qué fue lo que aprendiste?
-De que eres un copión. –Contestó ella con falsa molestia, arrojándole bolas de nieve a Eugeo al tiempo en que él reía.
-Oye, oye ¿de qué te sirve dar consejos si ni tu misma los sigues? Deberías tener eso en mente. –Eugeo se revisó el reloj. –Iré a ver el partido de Alice y después me alistaré ara lanzamiento de peso, ¿vienes?
Ella negó con la cabeza. –Iré a patinaje de velocidad. Deséame suerte, quizá la llegue a necesitar.
-Ambas ganaran, trata de quedarte con el oro, debes ser la mejor en lo que te propongas...pero no olvides apoyar a Yuna. Al final ganará la que tenga más corazón.
Los dos muchachos se fueron para rumbos diferentes.
Kirito meditaba en su vestidor al tiempo en que Klein le vendaba las manos. No sabían con quién iba a pelear, sólo sabían que la tendrían difícil, Kirito debía de cambiar de guardia, lo que complicaba más la pelea, y ese riñón lastimado suyo podía ser muy problemático. Las confianzas no podían estar en ellos, mientras mejor preparados estuvieran era perfecto.
-Suerte, muchacho. La vas a necesitar. –Klein le dio un beso en la cabeza a Kirito para después darle una pequeña bofetada con tal de despejarle las ideas.
-No me vuelva a besar, por favor. –Se rió el muchacho.
-Perdón...me metí demasiado en ese papel del entrenador que forma lazos de paternidad con su discípulo. –Sonrió Klein.
-¡Y en la esquina azul, el que sin duda es el peleador que nos ha regalado los mejores combates: Kirito, el espadachín negro! –La gente ovacionó al chico, quien sonreía al caminar con dirección al ring.
-Y en la esquina roja, alguien que es muy de temer, él es Atay "El manilo" Jiménez. –Los aplausos tampoco se hicieron esperar.
Kirito se quedó ligeramente confundido. ¿"El manilo" Jiménez? El chico no parecía hispanoamericano ni nada por el estilo ¿Por qué ese apellido?
Klein, viendo la confusión del muchacho, simplemente le sonrió. –En Filipinas muchos apellidos son españoles por ser una ex colonia de ese país.
-¡¿Entonces ese sujeto es filipino?!
-Por el nombre me di cuenta...la tendrás difícil pero confió en que podrás ganar.
-Malditos estudiantes de intercambio...
La pelea comenzó muy mal para Kirito, Atay era rápido como un rayo en sus golpes y en su defensa. No lograba acertarle ni un solo golpe mientras que él era vapuleado por el filipino, que en una combinación de gancho al cuerpo y jab en la cara, le inflamó el pómulo izquierdo a pesar de la careta.
-¡Vamos, trata de golpearlo, llévalo a las cuerdas! –Por más que Klein trataba de ayudar con sus consejos, no había mucho que hacer.
Atay le conectaba a Kirito un gancho en la mejilla que lo dejó contra las cuerdas, golpeando su cuerpo en varias ocasiones. Únicamente no le lastimo más el riñón debido a que Kirito se cubría en esa zona, dejando al descubierto su rostro, que también fue golpeado sin piedad.
El round terminaba de forma muy estrepitosa para Kirito, quien estaba mareado. Klein lo llevó directamente a la esquina, echándole agua en el rostro y tratándole el ojo inflamado. La sangre de igual modo le corría un poco por la nariz.
-¡Demonios Kirito, esta es la parte en donde te acuerdas de toda tu vida, una luz blanca te envuelve y suena en tu cabeza el maldito opening!
-Supongo que no soy esa clase de persona...¿o tal vez si?
-¡Independientemente de ello tienes que enojarte, empieza a golpear! Vamos Kirito ¡explota!
-Hecho. Gracias, profesor.
Yuuki y Yuna miraban muy preocupadas la pelea, sabían que las cosas no iban bien.
Al iniciar el segundo round, Kirito se vio un poco más ágil y rápido, contragolpeando a su rival cuando estaban en el centro del cuadrilátero. Uno de esos golpes lo agarró muy mal parado, un gancho en la mejilla lo dejó tambaleante, pero continuaba golpeando.
Al seguir en el contragolpe, Atay le dejó llover un upper cut al mentón que derribó a Kirito a la lona, haciéndolo sangrar de lleno de la nariz.
Todos sus compañeros veían su cuerpo en la lona. Para él, los segundos pasaban como minutos, sin poder moverse al no tener reacción alguna de su cuerpo. El silencio era absoluto y nadie se encontraba en su asiento.
-¡...Diez, se acabó! –Gritó el referí para de inmediato tomar a Kirito en brazos, quitándole el protector bucal de la boca.
Klein de igual forma corrió para ayudar a Kirito, quien ya se estaba despejando tras ese golpe tan fulminante. Seguía mareado, poniéndose de pie con algo de dificultad.
Los amigos y compañeros de Atay comenzaron a gritar de forma impresionante, estaban muy felices de tener una medalla de oro. Era una academia local de Hokkaido, así que con mayor la alegría. Antes de la pelea estelar, ya se acababa la pelea del tercer lugar, así que la premiación sería ahí mismo.
La verdad era que Kirito se sentía muy triste debido a que Asuna había confiado en él, le pidió traer el oro a casa...pero le llevaría la plata.
El bronce lo obtenía uno de los alumnos de Raios que no se enfrentó a Kirito. Al no ser falangista, no tenía problemas en tener esa presea.
Cuando le colgaron la medalla a Kirito, el agradeció y la levantó con algo de orgullo. Yuuki y Yuna le aplaudieron al igual que Klein, quien estaba, también, un poco triste por no tener el oro para su alumno. De igual forma para él era más importante que Kirito no saliera tan mal de la pelea con esa plata a tenerlo en el hospital con la medalla de oro.
-Ni modo, ¿Qué le vamos a hacer? Para ser un novato no estuviste nada mal. –Dijo Klein al tiempo en que abrazaba a Kirito.
-Me jode el hecho de que le prometí a Asuna obtener la medalla de oro, ¿Qué cara me va a poner cuando me vea?
-Lo comprenderá...pero no le digas que peleaste con el riñón lastimado o nos matará a ambos. –Tanto alumno y profesor rieron al pasar un segundo de silencio. –Es enserio, Kirito. Si Asuna se entera de eso nos va a colgar y no precisamente del cuello.
Las carreras de patinaje de velocidad estaban casi declaradas, Yuna se posicionaba en primer lugar con una ventaja muy grande, casi de cinco metros. No debería ser sorpresa para nadie que en su corazón solo se encontraba Asuna y nada más.
Yuuki alcanzaba la tercera posición, no estaba muy cerca de alcanzar a la chica en el segundo lugar, pero hacía lo que podía. Eiji nuevamente tenía vértigo de que Yuna se pudiera accidentar por alguna razón incomprendida para los demás.
Al final, ella llegó a la línea de meta en una explosión de ovaciones. Dos segundos después llegaba el segundo lugar seguida de Yuuki, quien por poco y perdía el tercer lugar.
Las "Dos Y" se abrazaron para celebrar sus posiciones. Eiji fue corriendo, casi resbalándose en el hielo para tomar a Yuna en sus brazos, dándole un beso en los labios al tiempo en que ella se colgaba del cuello del chico.
Seguido de él se encontraba Eugeo, quien abrazaba a Yuuki, tomándola de la cintura para levantarla en brazos, algo que a ella le sorprendió bastante, casi asustándola.
Cuando la bajó de regreso al piso, y por tener aun los patines puestos, Yuuki resbaló, teniendo que sujetarse del cuello de Eugeo para no caer al suelo. El corazón del muchacho se aceleró bastante, teniendo a su mejor amiga en brazos, casi como si bailaran algún vals.
Cuando se recuperaron de ese pequeño descalabró, Eugeo seguía tomando de la cintura a Yuuki, quien posaba sus manos en el pecho de su contrario.
-¿Me podrías soltar?...las demás chicas se nos están quedando viendo. –Susurró Yuuki con algo de pena, no porque Eugeo la tomara de la cintura, sino por los comentarios de sus compañeras.
-¡Quítale lo tímido Yuuki, dale un beso que le robe el alma!
-¡Ah, pe-perdón, perdón, d-de verdad esa no fue mi intención! –Eugeo se escondió en su abrigo y se fue casi corriendo de la situación. Yuuki soltó una pequeña sonrisa.
En el juego de futbol era el minuto setenta y ocho con tiempos extras añadidos y todo, faltarían unos cuarenta segundos para que se añadiera el tiempo extra y de ahí a penales. Esas eran malas noticias. Por más que intentaran hacer algo al respecto, Eugeo y Eiji no lograban anotar un gol por más pases y tiros buenos que tuvieran.
El dúo dinámico estaba problemas, en especial por que Eiji comenzaba a entrar en pánico.
-Tranquilo, solo debemos probar nuevas ofensivas, ¿Qué dices si?... –Comentó Eugeo.
-No lo sé...no creo que funcione, no tenemos tiempo suficiente. –Respondió Eiji.
-No perderemos mucho si no lo intentamos.
-Sigh...está bien, ya me convenciste.
Tras robarle el balón al rival, uno de sus compañeros se echó una carrera de veinte metros, al ser bloqueado, lo pasó a Eiji, quien estaba tres metros atrás de él, taconeándolo a otro compañero.
El balón cambió de pies otra vez, el chico corrió unos dos metros para hacer rodar el balón a un último compañero más, quien se lo iba a pasar a Eiji, adelantado algunos metros y con ventaja en la portería.
El balón que iba para Eiji era rechazado por el equipo contrario, pero cayó cerca de Eugeo, quien lo tomó en sus pies para al instante pasárselo a Eiji en diagonal.
Pudo correr cerca de cinco metros hacía la portería perseguido por dos rivales, Eiji veía todo en cámara lenta, escuchando nada al momento de patear el balón. Eiji ya sabía en qué iba a terminar eso.
El portero estuvo cerca de pararla, pero no bajó la mano derecha a tiempo, permitiendo que el balón lograra pasar a la portería. Todo un lado del estadio grito al unísono ¡¡¡Gol!!!
Tras anotar el gol, Eiji se quitó la playera, girándola en el aire al tiempo que corría hacía una de las esquinas del estadio. Eugeo se le echó encima, subiéndose en su espalda al tiempo en que gritaba lo mismo que todo su equipo: gol.
El entrenador de sus rivales hizo un gesto al aire, seguramente en penales hubiera logrado la victoria. Ese impedimento tenía nombre, y era Eiji.
¡¡¡Eiji de mi vida!!! -Farfulló Eugeo. (Los que más o menos sepan de fútbol sabrán esta referencia :v)
Yuna lloraba de la emoción abrazada de Alice, quien también gritaba y festejaba. Al finalizar la celebración, a Eiji le pusieron tarjeta amarilla por quitarse la playera, agregaron dos minutos de juego, pero la moral del enemigo estaba destruida y destruida en serio.
Ya sólo se jugaba por obligación. No obstante, al escucharse el pitazo final, todos los de la academia Adachi corrieron con Eiji para abrazarlo y levantarlo en hombros por ser quien les había dado el gol del oro.
Los que fueron parte de esa jugada también fueron cargados. Eugeo y Eiji se abrazaron estando en los hombros de sus compañeros, quienes seguían festejando la medalla de oro.
Kirito y Klein celebraban de igual manera, pero ellos no se juntaban con las chicas, quienes justamente bajaban a la cancha para felicitar a Eiji. Yuna se lo comió a besos, Alice y Yuuki lo abrazaron y le revolvieron los cabellos. Al llegar con Eugeo, las tres chicas lo abrazaron al mismo tiempo, casi cayéndose junto con él por todo el peso que lo hicieron cargar.
Mientras eso sucedía, Kirito y Eiji se abrazaban y se daban un pequeño cabezazo de amigos a la vez que se carcajeaban de la felicidad.
Las medallas de oro fueron entregadas, sólo contaban como una pero no importaba mucho, con que todos tuvieran la suya propia era más que suficiente.
El festejo quedaría para después. Ahora quedaban las finales de basquetbol femenil y varonil, en donde la academia de Adachi se colaba en ambas final. Con Alice a su lado, las chicas tuvieron una victoria segura y aplastante. No obstante, cuando Alice iba a hacer una canasta, una de sus contrarias la tiró accidentalmente, haciéndola caer al suelo.
Eugeo se levantó dando un jadeo de sorpresa, horrorizado por ver a la chica que le gustaba en el suelo y con una rodilla sangrante.
Yuuki sonrió al ver a Eugeo casi al borde del infarto. Kirito de igual forma le hacía burla.
-No se va a romper por esa caída, eres tan paranoico, amigo.
-¡Cállate, tu interrumpirias el partido si es que la profesora Asuna estuviera jugando!
-En realidad no...
Alice salió de la chanca, cojeando. En verdad se había lastimado la rodilla más por la caída que por la raspada. Ella misma decía que en unos minutos estaría bien.
Sin estar la mayor tiradora de todas, el marcador de inclinó a quince puntos de diferencia cuando antes era de treintaicuatro. Si se habían anotado varias canastas con Alice pero ya no era con la misma regularidad de antes.
Al dar el pitazo final, Alice se levantó con algo de dolor de la banca donde se encontraba sentada, abrazando a una de sus compañeras. Se podía decir que gracias a esos quince puntos anotados por Alice les concedieron la victoria.
También la cargaron a ella por ser la líder del equipo y por su participación tan marcada a pesar de su lesión. Nunca dejó de guiar a sus compañeras, incluso les gritaba consejos estando fuera del juego.
Eugeo fue y la cargó en sus manos al tiempo que reía, ella simplemente se sorprendió. Al bajarla de sus brazos, ambos quedaron bien cerquitas, podían verse reflejados en los ojos del otro.
-¡Beso! –Gritó Kirito, haciendo que los dos se separaran al instante, sonrojados.
-Qué cosas dice Kirito, ¿no crees, Eugeo? –Preguntó Alice.
-Sí... ¡qué cosas dices! –Farfulló él al tiempo en que se ponía delante de Kirito.
Yuuki se abalanzó sobre Alice y Yuna la abrazó por la espalda, riendo y festejando para luego llevarla al podio. Faltaba que le pusieran la medalla de oro en su cuello.
Para mala suerte de los chicos, ellos fueron postergados a segundo lugar y, por ende, a la medalla de plata. Las chicas estaban sumamente contentas y alegres que daba la impresión de que todo el recinto explotaría por los sentimientos encerrados en la cancha.
Al momento en que a Alice le pusieron la medalla de oro, Yuna tomaba una foto, mandándosela a Eugeo por mensaje. Él la revisó y quedó sorprendido, ella simplemente le guiñó el ojo para sonreírle.
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Menos mal Alice no estaba cuando Yuuki y Eugeo se abrazaron por que se hubiera muerto de celos 😂😂😂 ay solo yo sabré que pasará con esos tres :v
Pinche Kirito le partieron toda la madre 😂😂 ¿Pensaron que iba a ganar o a perder? Eso me da curiosidad xd
El viernes, uff el viernes se prenderá la mierda, ya verán que quiero decir con ello, pero ese capítulo estará sumamente intenso.
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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