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Capítulo 31.-Los juegos de invierno

El tren de Hokkaido estaba ya en la estación, todos los alumnos bajaban del mismo junto con el profesor Klein. Se compartía una misma ilusión: ganar cuantas medallas se pudiera, si eran de oro, mucho mejor.

El frío era bastante más que en Tokio, por suerte eso ya era previsto, así que las chamarras y abrigos no faltaban en lo absoluto.

-Tropa, reúnanse. -Pidió Klein al tiempo que se subía nuevamente al camión, quedado a la vista de todos. -La primera función que tienen los hombres es de boxeo, así que estén bien listos para su primera pelea. Después del juego inaugural de esquí siguen ustedes, muchachos. Tras el boxeo es patinaje y basquetbol, ¡quiero que estén listos para todo lo que pueda venir, ¿de acuerdo?!

-¡Sí profesor!

-¡Llenen de orgullo a su academia y a la profesora Asuna, dedíquenles todas las medallas, por Dios les juro que tendrá la mejor de las recuperaciones!

Al mencionar a Asuna, Klein tocó una fibra sensible en casi todos los alumnos, por lo que ahora, y para no decepcionarla, darían más del cien por ciento, derrotando a cuanto tarado se les pusiera en frente.

Era una hora de descanso en el hotel para luego ir al estadio donde se llevaría a cabo los juegos, por lo que tras descansar del viaje, los seleccionados de esquí ya se preparaban.

Lo que era Kirito ya se preparaba de igual forma para el boxeo, haciendo sombra. Después de unos diez minutos, Eiji y Yuna le ayudaron a ponerse las vendas, tenía que estar a todo perfectamente para poder dar un buen espectáculo. Eran tres peleas, si tenía suerte iría a la final.

Alice de igual forma calentaba sus brazos y sus dedos para baloncesto, todas las chicas le tenían una gran esperanza.

En cuanto a Eugeo...las chicas lo animaban, tomándolo de los brazos o acariciándole el pecho. Yuuki intervino de nuevo para bien.

-¡Vamos, tiene que estar concentrado, así que fuera, sush!

-Vámonos chicas, dejemos tranquilo a su "novio".

-¡No es mi novio!

Klein tomaba una taza de café para despejar su mente, se tuvo que despertar muy temprano para prepararse para el viaje, por lo que sus energías no estaban al cien.

Algunos alumnos se encontraban con él para pedirle consejos en sus deportes o para que les diera la buena suerte de tonto que podía tener al ser tan despistado. Comía un croissant acompañado de su café...el cual se le cayó al ver algo que no le gusto para nada.

Raios, alguien que no le caía muy bien.

-Ah, profesor Klein, que bueno que lo veo por aquí.

-Muy bien chicos, váyanse antes de que se les peguen las pulgas. Ahora dime, Raios, ¿ya te exiliaron de España por tu activismo político?

-Quisieras. Me ofrecieron trabajar en Japón y dije ¿Por qué no? Tengo que propagar las ideas.

-¿Cómo hacerte manicura en las uñas? No seas perdedor, ¿Qué marca de crema usas ahora, fascista? No me digas que de lavanda.

-Imagino que no vienes por casualidad, ¿tus muchachos competirán en los juegos?

-Así es, Raios...y tenemos en mente patearle el trasero a cualquier baboso que se nos ponga en frente.

-La misma mentalidad tenemos nosotros, Klein. -Con el puño derecho, Raios se golpeó la palma izquierda. -¡Aplastaremos con puño de hierro a cualquiera que trate de robarnos nuestro oro!

-¿Por qué no me sorprende de un falangista? Ya veremos quien comerá tierra.

-Hecho, marxista.

Cuando Raios se fue, los alumnos de Klein le preguntaron quién era ése. Naturalmente, contestó que era otro profesor que conoció en una conferencia en España. Raios era parte de La Falange, algo que disgustaba claramente a Klein ya que los fascistas y los marxistas...son como el agua y el aceite, por lo que siempre se llevaron mal.

No siendo Klein y Raios la excepción, ambos eran como Aquíles y Héctor: enemigos a muerte...aunque sinceramente Klein sería Héctor, echándose a correr alrededor de las murallas de Troya, en este caso, la entrada del hotel.

Ahora era mucho mayor menester ganar cuantas medallas fuera posible. Ya no era exclusivamente por llenar de orgullo a Asuna...si no también para que Klein pudiera restregarle en la cara a Raios que sus planes fracasaban, algo que gozaría infinitamente.

Daba la casualidad de que el primer enfrentamiento, el inaugural, era entre Kirito y uno de los muchachos de Raios, por lo que el orgullo entre falangistas y marxistas se haría presente.

Pero eso era traducido...en mayor presión por parte de Klein. De igual forma Kirito tendría en su mente a una sola persona durante sus peleas: a su padre.

El torneo inicial de Esquí no dejó nada que desear, los jurados y los ayudantes de los competidores los veían desde lo bajo de la montaña por donde descendían a toda velocidad. Yuuki iba tercera, ella era bastante ligera en su peso, pero tenía que ir más rápido.

Para su desgracia, quedó en segundo lugar tras una buena maniobra de aceleración. Era el primer torneo, un segundo lugar en una de tres carreras no estaba nada mal.

Ahora seguía el boxeo. El estadio era pequeño pero estaba a llenar. El ring side era profesional, muy grande para una pelea de novatos. Pero no importaba.

-¿Seguro que ese va a ser tu apodo?

-Por supuesto, ahí está escrita la razón. -Contestó Kirito con una sonrisa.

-Lo que tú digas.

-¡Vamos Kirito, dale duro a ese fascista! -Le gritaban sus compañeros desde las gradas.

-¡No pasarán! ¡Ellos no pasarán a la siguiente llave!

Klein guiaba a Kirito hacía el ring. Raios también guiaba a su peleador hacía la lona. Ambos cruzaron miradas, lanzando una observación de reto.

-En la esquina roja, con cincuentaiocho kilos de peso, oriundo de Tokio y de la academia de Adachi, él es... ¡Kirito, el espadachín negro, ya que en vez de golpear, corta a sus enemigos!

Las ovaciones no se hicieron esperar, le aplaudían tanto sus compañeros como miembros de otras escuelas.

-Espero que le pateé el trasero. -Comentó Eugeo desde una de las gradas.

-Sólo Dios sabrá que va a suceder. -Respondió Yuuki, quien se sentaba a su lado derecho. A su izquierda, era Alice.

Eiji y Yuna estaban tomados de la mano y sentados a la izquierda de Alice, todos tenían fe y esperanza en que Kirito pudiera ganar. Yuna, al tener una buena cámara en su celular, grabaría el evento.

-¡Peleen!

El rival de Kirito se le soltó a la brava, él lo logró evadir por muy poco. Era lento, pero sin duda uno de esos golpes bastaría para mandarlo a la lona, o incluso mucho más lejos de ahí.

Kirito daba una combinación de tres golpes rectos seguidos, luego un gancho al cuerpo, con lo que calmó a su rival. El resto del round fue similar, Kirito se alejaba y se acercaba para golpear. La confrontación de su enemigo no lo cansaba mucho.

Al acabar el round, Raios descargó su furia en contra de su peleador. Klein felicitaba a Kirito por su buena pelea.

-Sigue así, ganaste éste, pero debes de atacar un poco más, a las zonas blandas, no se te olvide ese gancho de izquierda, cabecea más.

-Gracias, profesor.

En el segundo round, el muchacho de Raios soltó a los treinta segundos un golpe que desmayó la defensa de Kirito, llevándose un derechazo en la mandíbula. Todo el estadio se puso de pie ¿eso llevaría a un nocaut? Todavía no era momento de cantar victoria, Kirito se lanzó al contragolpe, atacando tres veces por cada dos que le atacaban a él.

Veía a su padre, la sangre le empezó a hervir. Toda esa rabia estalló en un gancho izquierdo en la mandíbula que mandó a la lona al chico de Raios.

-¡¡¡Sí!!! -Gritaron todos sus amigos.

Mientras celebraban, Yuuki se había abrazado de Eugeo, ambos saltaban y gritaban por la euforia de ver al rival de su amigo en la lona. Alice, quien se ubicaba al lado, vio eso con ojos celosos, por lo que al levantarse el sujeto, ella recargó su cabeza en el hombro de Eugeo.

Yuuki cerró los ojos y sonrió, dándole unas palmaditas a Eugeo.

-¡Vuélvelo a tumbar, noquéalo como hiciste con Eugene! -Gritó Eiji a todo pulmón.

En seis segundos, el rival de Kirito se levantaba para dar una nueva pelea. El round acabó, pero su rival estaba entero todavía.

-¡Ya ganaste, ya ganaste, muchacho, sólo tienes que mantenerte a raya, no te vayas a dejar noquear! ¡¿Entiendes?!

-Entiendo, entiendo. -Respondió Kirito notablemente emocionado.

La pelea se reanudó, el peleador de Raios se levantó con muchas ganas de pelear, llevando a la esquina a Kirito. Al principio le acertó algunos golpes, pero tras bloquear el resto y ponerse a contragolpear, un gancho en el cuerpo fue suficiente para tranquilizarlo.

El contrincante ya se sentía cansando por toda la actividad de la pelea, le dio un golpe a Kirito en el rostro que lo movió bastante, por lo que se echó a las cuerdas, contragolpeando nuevamente.

La campana final sonó y todos se levantaron para ovacionar a ambos peleadores que regalaron tan emocionante pelea. Yuna y Eiji se dieron un beso para celebrar la victoria de su amigo. Yuuki aplaudía fervientemente. Eugeo gritaba y Alice, tomando la mano del muchacho, celebraba con los brazos en alto.

Klein abrazó a Kirito y lo cargó. Él era parte de la celebración al tener el puño en alto, agitándolo fervientemente.

-Y el ganador por decisión unánime: ¡Kirito, el espadachín negro!

Ya tenía una llave avanzando. Ahora tocaba patinaje, Yuna y Yuuki se alistaron de inmediato.

Nuevamente era patinaje de velocidad, así que ambas chicas estaban bastante adelantadas al ser delgadas. Yuna era muy veloz al correr, patinando era aún más.

Eiji se encontraba aterrado al ver a su novia pasar por la pista de patinaje a toda velocidad. Le daba vértigo que ella tuviera un accidente, pero siempre tan luchadora, que no se lo iba a permitir en lo absoluto.

-¡Vamos chicas, ustedes pueden! -Animó Eugeo.

-¡Gánenles a todas, hagan que Asuna se sienta orgullosa! -Gritó Kirito, quien tenía una bolsa de hielo en su ojo derecho.

En la tercera vuela, que era la decisiva, Yuna pensó en Asuna, por lo que su cuerpo dio más del cien por ciento, adelantándose por mucho a todas las chicas que le venían para atrás. De por sí ya era la que estaba en primer lugar.

Cuando atravesó la meta, todos sus compañeros estallaron en gritos, Eugeo y Eiji se abrazaron. Kirito trataba de celebrar pero su cuerpo estaba muy cansado para ello.

Yuuki quedaba en cuarto lugar, pero la victoria de Yuna fue totalmente aplastante al estar adelantada casi cinco metros de distancia del segundo lugar.

Era evidente que pasaba a la siguiente llave, Yuuki también pasó pero casi a regañadientes.

En el baloncesto, Alice era la estrella, en cuanto tocaba el balón la canasta era segura, corriendo y botando el balón para lanzarlo contra la canasta. De diez canastas que hacía, dos entraban completamente limpios.

Cada que ella anotaba un punto, Eugeo le aplaudía y la ovacionaba. En una ocasión, estando más emocionado que consiente, le mandó un beso, por lo que ella se ruborizo.

Esos pensamientos le invadieron la mente, por lo que el balón comenzó a irse de sus manos, sus tiros dejaron de ser certeros. En fin, pensar en que Eugeo le mandaba un beso la dejó muy desconcentrada, algo que le molestaba pero le alegraba a la vez.

Al final de los periodos, la academia Adachi ganaba 90 a 30, siendo una muy buena victoria. De esos noventa puntos, Alice acertaba cincuentaicuatro de los mismos.

-Bien hecho, chica. -Una de sus compañeros la abrazó para felicitarla.

Eugeo bajó corriendo para celebrar con Alice. Ella se secaba el rostro y la nuca con una toalla, al tener al chico enfrente, ella se volvió a ruborizar.

-Lo hiciste en grande, Alice. -A pesar de estar sudorosa, Eugeo la abrazó con el pretexto de "felicitarla".

-El beso que me mandaste me desconcentró, torpe. -Se quejó ella con intensión de descubrir que decía el muchacho.

-¡¿Be-beso?! ¡¿Te mandé un beso?!

-No trates de deslindarte tan fácilmente, ¿acaso te gusto o algo así? -Preguntó ella para obtener una respuesta.

Eugeo se quedó en blanco, rojo de la pena y tieso como un muerto. -Bu-bueno...¿Cómo decírtelo? Desde que tengo recuerdos... -Eiji tomó a Eugeo de la playera.

-¡Nos necesitan para lanzamiento y atletismo!

-¡Es-espera, tengo algo que decirle a Alice!

-¡Al rato, ahora mueve ese trasero para que te lo pateé como el imbécil que eres!

Eugeo volteó a ver atrás para encontrase con que Alice se llevaba las manos al corazón, la decepción se notaba en todo su rostro. Simplemente pudo sonreírle y guiñarle un ojo, ¿esa sería respuesta suficiente para ella?

En realidad fue un indicio. Alice se sentía segura que Eugeo estaba enamorado de ella, pero quería escucharlo de los labios del muchacho.

Todas las chicas del salón, y Kirito, veían a Eiji y a Eugeo calentar. Ambos eran la esperanza de la escuela para llevarse muchas medallas de oro. Los dos chicos se sonreían mutuamente. Esa sonrisita molesta que decía "Te voy a ganar" los impulsaba a dar todo de sí. La carrera era de doscientos metros planos, la segunda sería de cien.

Para ver que no era rivalidad muy a pecho, Eugeo y Eiji chocaron los puños.

-Que gane el mejor, sin llorar y sin rencores. -Pidió Eiji.

-No te preocupes, aquí acabaremos todo.

Ya los velocistas se ubicaban en posición. Esa sería la entrega de la primera presea, por lo que decir que esa era una lucha de ego sería erróneo. Era una lucha por el orgullo escolar.

-¡Listos...corran! -La pistola de salva fue accionada.

Todos corrieron como rateros siendo perseguidos por la policía. Eiji era primera lugar, al verlo adelantado, Eugeo trató de acelerar lo más que pudo. Alice juntaba las manos y miraba preocupada lo que pudiera suceder, quería ver esa medalla de oro en el cuello de Eugeo.

-¡¡¡Eugeo, gana, por favor!!! -La plegaria de Alice llegó hasta sus oídos. Los ojos incluso se le abrieron de la sorpresa.

Lanzando un grito, Eugeo dio todo lo que podía de si, incluso más, por lo que dejó atrás a Eiji por cosa de dos centímetros que le valieron la victoria al remontar en los últimos cincuenta metros.

Naturalmente Alice, Yuuki, Kirito e incluso Yuna, saltaron al ver que él era el ganador. Eiji quedaba segundo lugar y uno de los falangistas de Raios era tercero.

Los dos rivales se abrazaron para dejar en claro que no había resentimientos. El cuarteto bajó a la pista para felicitar a sus aguerridos corredores.

-Hiciste una buena carrera, pero Eugeo tuvo más corazón. -Yuna acarició la mejilla de Eiji para luego darle un beso. Él no tenía problemas en ser derrotado, todavía quedaban varios deportes en los que podía dar batalla.

Alice se abalanzaba sobre Eugeo para abrazarlo y darle un beso en la mejilla, algo que hizo que el corazón se le acelerara al muchacho.

-Sabía que podrías con todos...bien hecho. -Dijo ella sin separarse del abrazo.

Kirito entonces se aclaró la garganta. Ambos jóvenes se separaron, sonrojados. Él chocó los cinco y le dio un abrazo a Eugeo, celebrando su victoria.

-Bien hecho colega, primera medalla de oro que gana la escuela y la ganaste tú. Y pensar que en las elecciones todos te abuchearon y te insultaron, las vueltas que da la vida.

En el podio, se alzaban dos de las banderas de la academia Adachi y una de Osaka. Klein lloraba de la alegría al tiempo en que varios alumnos se burlaban de él.

-¿Qué tiene, puñetas? Son lágrimas de ganador. -Disuadió él.

Primero le dieron el bronce al falangista de Raios, quien estaba bastante furioso de ser derrotado por los alumnos de un marxista. Raios se encontraba también muy molesto con Klein, tenía ganas de ahorcarlo. Eiji agradeció la plata, quien la levantó con orgullo a pesar de no ser lo mejor. Y Eugeo, cuando a él le dieron el oro, todos aplaudieron y ovacionaron su logro, en especial Alice, quien también tenía unas lagrimitas que querían salir de la felicidad.

Al bajar, todos los seleccionados se les unieron en la celebración. Cargaron a Eiji y Eugeo en hombros hasta el hotel sin dejar de festejar o de gritar. Las primeras dos medallas para la academia, y una de oro.

Por el calor que hacía en el hotel debido a la calefacción y a que todos estaban arrinconados en la celebración de las medallas, Eugeo se quitó la playera, mostrando el físico de dos semanas de intenso trabajo en el gimnasio. Todas las chicas, menos Yuna, se le quedaron viendo bastarte sorprendidas.

Nuevamente las chicas se le iban encima para "felicitarlo" por tan grandioso logro. No fe hasta que Yuuki y Alice lo tomaron una de cada brazo.

-¿Cuántas veces les tengo que decir que él ya tiene pretendiente? -Cuestionó Yuuki.

-Vamos chicas, déjenlo en paz, Eugeo es muy tímido.

Ambas chicas se miraron. Alice infló ligeramente su mejilla izquierda, estaba celosa. Yuuki le sonrió, soltando a Eugeo de inmediato no sin antes darle una palmada en el brazo.

-Como dije, él ya tiene pretendiente. -Sonrió una vez más y se fue a un lado de Yuna.

El silencio fue ensordecedor, todos los veían a ellos dos. Eugeo se encontraba infinitamente apenado. Alice también se sentía un poco apenada, pero no era por ello, era por los celos que le tenía a Yuuki ¿Por qué ella le causaría celos si ambas eran amigas?

-Beso. -Exclamó Kirito distorsionando la voz, buscando una forma de molestar a su buen amigo. -¡Beso!

Todos comenzaron a gritar lo mismo "¡Beso, beso!". Eugeo se puso a temblar de los nervios, Alice lo miraba con una ligera sonrisa maliciosa. Al final, ella lo tomó de las mejillas, todos miraron expectantes, parecía que el beso sería en los labios. No obstante, fue en la mejilla, pero muy cerca del costado izquierdo del labio de ambos.

Eso fue fulminante. Eugeo cayó al suelo con los ojos revueltos y echando humo de la cabeza por lo apenado que se sentía. Alice dio una pequeña risita y se marchó al instante.

Klein trataba de asegurar que la dieta de sus alumnos fuera buena, les daba de comer bastante arroz y bastantes verduras para que estuvieran fuertes, no olvidando la cantidad de proteínas necesarias; al igual que frutas.

Kirito, quien era el favorito de la academia en boxeo, comía bastante bien, siendo todo supervisado por Klein. Él había ganado bastante popularidad tras su espectacular pelea, uno de sus otros dos compañeros había perdido, pero no se perdía la esperanza de remontada.

Todos dormían plácidamente. Eran las doce de la noche, mañana necesitaban estar bien descansados para todos los deportes que fueran a practicar.

No obstante, Yuna despertó, tenía la garganta completamente seca. Ella compartía habitación con Yuuki y otras tres compañeras más. Buscaba su mochila, donde guardaba su botella de agua, pero se llevó la sorpresa de escuchar un ruido leve, algo que la tomó completamente por sorpresa.

Era un ruido fácilmente distinguible, y eso era preocupante. Eran gemidos que venían del baño ¿Alguno de los novios de las demás chicas se había colado y tenían algo indebido?

Todo el suelo se hallaba ocupado, las camas japonesas se encontraban ocupadas menos una: la de Yuuki. Eso era imposible, ella no tenía novio. Yuna avanzó silenciosamente por la habitación sin hacer ruido, al asomarse por la puerta entreabierta del baño, algo la sorprendió muchísimo.

Yuuki se encontraba en ropa interior golpeándose la pelvis menor con la esquina del lavabo. Se amordazó con la toalla de mano para tratar de contener el ruido de sus acciones, pero al estar tan hundida en ese golpeteo, se le cayó de la boca.

Pronunció un nombre en un tono muy tenue. Por la gesticulación de la boca, Yuna supo al instante quien pasaba por la cabeza de Yuuki en ese momento tan íntimo de ella. Se llevó la mano al corazón, sufriendo.

Sí, Yuna conocía al portador de ese nombre que despertaba esos deseos sexuales en Yuuki. Eso le sorprendió mucho. Para ella, Yuuki era la última persona que haría eso, por sus pensamientos al respecto.

La sed se le espantó por aquella impresión tan fuerte. Era tan compareciente con su amiga que ahora era ella quien se amordazaba...pero para que sus ligeros llantos no se escucharan. Estaba triste porque ese nombre no podía ser alcanzable.

Al día siguiente, Yuuki despertó de un humor muy especial, apresuraba a todas las chicas para que se despertaran, en especial a Yuna. Le parecía impresionante, no creía en el hecho de que tener placer sexual mejorara el estado de animo de las personas...hasta que le tocó verlo en persona.

Kirito, Eiji y Eugeo se levantaron a las siete de la mañana con el profesor Klein para entrenar en sus diversos deportes. El boxeador hacía saco en el gimnasio del hotel. Los otros dos levantaban pesas para tener fuertes sus brazos a la hora del lanzamiento de peso.

A Raios se le ocurrió lo mismo. Entraba al gimnasio con cinco de sus muchachos, quienes eran competidores directos de los tres oriundos de Tokio.

-Vaya, vaya, ¿Qué tenemos aquí? A Karl Marx, Engels, Kautsky...¿y este chico de aquí quien podría ser? -Preguntó Raios revolviendo los cabellos de Eugeo.

-Si nos vamos a apodos quien quieres ser ¿Franco o Primo de Rivera? Uno tuvo una muerte muy agonizante y al otro lo fusilaron, ¿Qué prefieres, fascista?

-Ser fusilado hizo a Primo de Rivera un Mártir, en España lo veneran por ello ¿sabes?

-Púdrete Raios, tu serías mártir de las moscas solamente.

-Que serás tú cuando este humilde "mártir de las moscas" te derrote a ti y a tus pequeños aprendices.

Al ver la pelea de egos entre su profesor y Raios, los chicos decidieron que lo mejor era esforzarse más todavía. La siguiente pelea de Kirito era contra otro falangista, por lo que dejó de golpear el costal, evitando que sus movimientos fueran espiados.

Asuna despertaba en su cama, Yuna le había mandado el video de la pelea de Kirito. Ella lo veía con nerviosismo debido a que no le dijeron como acababa. Miraba horrorizada al pobre muchacho ser golpeado, no obstante se emocionó mucho y saltó de la cama cuando Kirito mando a la lona a su rival.

Al no estar recuperada todavía, eso le valió de un pequeño tirón en la cadera que le provocó bastante dolor. Simplemente se talló la cadera mientras se enojaba por ese incidente.

-Demonios...

Era la segunda vuelta de esquí, por lo que Yuuki se había puesto su ropa liviana pero caliente para no perder velocidad. Era segunda en la carrera, no tenía problema alguno con ello.

Al descender la montaña nuevamente, sus piernas estaban débiles, no tenía la misma velocidad de antes, por lo que empezó a bajar de puestos. De segunda, Yuuki quedaba relegada a cuarta y después a quinta, eso la desesperaba profundamente.

Por más que trataba de acelerar, no podía, sus piernas no se lo permitían. Por si fuera poco, sentía que si ponía más presión, se terminaría cayendo por completo.

Al finalizar la carrera, quedó en sexto lugar. Ella se notaba triste y algo confundida. Sus compañeros de igual forma se encontraban confundidos, ¿Por qué de haberle ido tan bien, bajó tanto? ¿Qué había sucedido?

La única que conocía la respuesta era Yuna, quien hizo un ligero gesto de desaprobación, tomando a Yuuki de las manos para llevársela lejos de sus compañeros.

-Yuna...¿Por qué? -Ya estaba al borde del llanto. Su clasificación se encontraba en juego.

-Eso te pasa por hacer travesuras en la noche...¿desde cuándo lo haces?

A Yuuki se le abrieron los ojos y se sonrojó bastante. Había sido pillada en su momento más personal.

-¿Quiénes más lo saben? -Preguntó, avergonzada.

-Sólo yo...pensé que tú no eras de las que...

-Yo tampoco, pero no pude soportar la curiosidad. Tch, soy tan patética que perdí la virginidad con el que era mi oso de peluche favorito cuando era niña, pero me sentí tan bien...fue algo tan...me da pena decírtelo, perdóname.

-Ya sé que sientes, no soy tonta para no saberlo. No lo hagas durante los juegos. No puedo prohibirte que hacer con tu cuerpo y que no, pero no te sientas mal, es normal hacer ese tipo de cosas. No es patético, ¿comprendes?

-Gracias Yuna, ¿Qué podía esperar de mi mejor amiga? -Las "dos Y" se abrazaron fuertemente, esperando el dictamen de si Yuuki era menester de pasar a la última fase.

Los tres muchachos se despedían, cada uno iba a sus respectivos deportes. Sus funciones eran al mismo tiempo, por lo que no estarían para apoyarse. Alice iría a apoyar a su buen amigo y a Eiji, ella no tenía partido hasta dentro de una hora. Yuna también se quedaría con su novio y con Eugeo.

Yuuki, al sí ser clasificada, iría con Klein para ver a Kirito boxear contra otro de los falangistas, grabaría con el celular de Yuna para tener mejores detalles.

A Kirito lo estudiaron la pelea pasada, así que ya tenían una leve noción de como contrarrestar sus ataques y de cuál era su estilo de pelea. Lo que les fallaba era ese estilo "Berserker" en el que entraba tan de súbito.

-Ya sabes cómo acabarlo, no dudes en pelear sucio, ¿vale? -Cuestionó Raios antes de la pelea.

-Perfectamente. ¿Pero él es en verdad marxista?

-¡No preguntes! Sólo has lo que te dije...nosotros siempre nos debemos imponer ante ellos, no te puedes dar el lujo de perder.

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¿En quién estaría pensado Yuuki al darse auto placer? HUMMMM esa es una buena pregunta.
Apartando los asuntos setzualez quizá no vieron venir la introducción de Raios...y sobre todo su enemistad con Klein, cuando canónicamente ni se conocen xd pero siento que estaba bien ya que Raios es un hijo de su puta y desgraciada madre, por lo que sería un Nazi seguramente 😂😂
Pobrecita de Alice, el Che yuyio ya se le iba a declarar y el wey de Eiji llegó a arruinarlo todo, pero bueno ya es un enormeeee avance por parte del rubio
Ya veremos que pasa entre Kirito y el boxeador que planea hacer trampa D: nos vemos el lunes

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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