
Capítulo 16.-Veintitrés para Asuna
Era un día especial para ella, no había nada mejor que ese día, que era aquel en que cumplía los veintitrés años.
Asuna nunca le había mencionado a nadie la fecha de su cumpleaños...pero vaya que algunos hacían cosas bastante extraordinarias para saber algo tan simple como ello.
Naturalmente no esperaba que nadie la felicitara, puesto que nadie conocía esa fecha en especial. No era la primera vez que nadie la felicitaba por su cumpleaños, eso ocurría bastante en los años de secundaria y preparatoria.
En la universidad solamente una persona la felicitaba por su cumpleaños, debido a que era la única que lo sabía: su maestra.
-Felicidades por tus diecinueve, Asuna. –Ella le dio un abrazo maternal.
-Muchas gracias, maestra. Se lo agradezco como no tiene una idea. –Esa era de las situaciones en que Asuna se sentía bien con la vida.
Pero de ello ya habían pasado cuatro años, nadie la había vuelto a felicitar desde entonces, algo que la deprimía. No era como tal que nadie la felicitara, si no que la única persona que lo hacía...ya no estaba con ella.
Los chicos, sin embargo, tenían preparada una sorpresa para que ese fuera el mejor cumpleaños de su querida profesora.
La persona que les había facilitado aquella información era el profesor Klein, quien sabía la fecha de cumpleaños de casi todos los profesores. Él sería la única persona que felicitaría a Asuna y los demás harían como si nada. Era mero formalismo.
Tenía en las manos una pequeña taza de café de color rojo claro, seguramente sería de su agrado. La tenía puesta en una pequeña caja de cartón envuelta en papel de regalo completamente blanco con un listo del mismo color que la taza.
Al encontrársela en los pasillos, le dedicó una sonrisa rápida, mirándola a los ojos cálidamente.
-Un obsequio de mi parte, ¿Cuántos años cumple? –Preguntó él.
-Veintitrés, ahora solo soy un año menor que usted. –Contestó Asuna.
-Naturalmente en unos meses las cosas cambiaran. Ahora, espero que le guste. –Klein entregó el regalo para dedicar una última sonrisa e irse caminando tranquilamente.
Ella agitó ligeramente la caja para tratar de saber cuál era su contenido: golpes secos, además se escuchaba algo así como papel de estraza.
Ahora el quinteto estaba viendo detrás de una pared, casi como si nada más sus ojitos fueran visibles.
Cada uno de los cinco tenía un regalo muy diferente al del otro, prácticamente Asuna recibiera algo que jamás había visto.
El único que no había querido decir que tenía para regalar era Kirito, a lo que Eugeo lanzó un ataque bien dado.
-Seguramente planeas llevarla a algún hotel y ahí traes condones y quien sabe cuántas vulgaridades. Espero que te dé una buena bofetada. –Al terminar de hablar, Eugeo sonrió.
-No digas ¡tonterías! Sabes perfectamente que no sería capaz. –Eugeo simplemente lo miró incrédulo. -¡Bueno, tal vez si lo haría pero no con ella!
-Vulgares. –Mencionó Alice, quien tenía un simpático osito de peluche en sus manos.
-¿Y cómo se llama? –Preguntó Yuna, quien tocaba el osito con su dedo índice.
-Lo llamé Aika, y es una osa. –Respondió ella.
-Así se llama mi gata. –Sonrió Yuuki, mirando también a la osa Aika.
-¡La profesora viene, actúen natural! –Farfulló Kirito, a lo que todos ocultaron sus regalos.
Cuando ella pasó con sus tacones sonando, todos estaban estudiando menos Yuna, quien fingía estar afinando su guitarra.
Ella los miró ligeramente extrañada, seguramente ya se estaban preocupando para los exámenes, sobre todo para el de ella.
-Buenos días, muchachos. –Saludó.
-Buenos días, profesora Asuna. –Respondió el quinteto al unísono.
-¿Qué lleva en esa caja? –Preguntó Yuna. -¿Quién se la regaló?
-El profesor Klein, solo es un pequeño detalle de colegas. –Mintió ella.
-¿No será que le gusta al profesor Klein? –Sonrió Yuuki, tomando del brazo a Asuna.
-Ni si quiera lo pienses, Yuuki. –Ella la miró sospechosamente.
-¡Ay, nada más decía! –Se burló la chica.
-Hum. Nos vemos en clase. –Asuna se retiró haciendo mover su cabello, el cual desprendía un delicioso olor frutal.
Cuando Kirito y Yuna lo olieron, ambos suspiraron de amor, luego se miraron para comenzar a reír con cierta hipocresía, puesto que no les agradaba la idea de que alguien más suspirara por Asuna.
Al momento de que ella llegó al salón de Alice, quien entraba tras ella, todos le preguntaron acerca del regalo. Dijo lo mismo "un pequeño detalle" pero de igual forma como lo hizo Yuuki, los alumnos le mencionaron que no era un "pequeño detalle" si no algo como una declaración romántica.
Esperaban que al ser abierto se encontraran corazones de papel y una carta que tuviera escrita a puño y letra una declaración formal...pero vaya decepción se llevaron todos al ver la simplona taza.
Asuna la analizaba de sobremanera, viendo que era simple, pero la ocasión la convertía en la mejor taza que ella pudiera tener, además de que no le venía nada mal.
Alice se sintió un paso delante de todos por el regalo que ella le iba a dar a Asuna, ya que la osa Aika tenía una linda bufanda de color rojo y blanco. No era un oso de navidad pero sin duda se veía muy lindo, con sus cabellos suaves y brillantes de color café avellana.
Ella iba a ser "el mejor regalo".
En el salón del cuarteto, Yuna y Yuuki no dejaban de platicar del regalo que Klein le había dado a Asuna. Ya sabían que era por el cumpleaños de la profesora, pero estaban expectantes de que le había obsequiado.
Seguramente iba a ser algo formal, algo así como un reloj de pulsera, una botella de vino, un paquete de donas, un libro, o una taza para café...
Incluso habían apostado que le había regalado. Yuna apostaba que era un libro de sociología y Yuuki justamente una taza de café.
La ganadora se llevaría un desayuno completo de la cafetería, que era equivalente a unos mil yenes con todos sus ceros.
Eugeo estaba más concentrado en que su regalo no lo fuera muy exagerado o egocéntrico. Se trataba de un marco con una fotografía de la Torre Eiffel, aunque él no tenía ni la menor idea de que Asuna había estudiado en Paris.
Cuando la clase del profesor Klein fue concluida, él sacó al cuarteto del salón.
-Muy bien, tengo todo planeado para receso, así que ya saben qué hacer. Le diré a la profesora que tengo algo que decirle en la sala de maestros, ahí estarán ustedes con todo lo que tenemos planeado, ¡así que por el amor de Dios no lo vayan a arruinar!
-¡Señor no señor! –Respondió el cuarteto.
-Ahora mismo tengo clases con el grupo de Alice, así que también se lo diré a ella.
-¿Decirle que a quién? –preguntó Eiji, quien había salido del salón para ir a la máquina expendedora.
-Oh, you motherfucker. –Sentenció Yuna, quien sacaba una cinta canela de su mochila.
-O-oigan, ¿Qué es lo que está pasando?
-Ya sabes cómo es esto, así que quédate flojito y cooperando.
-Yuna considera que después de esto estaré muy molesto contigo. –Entre todos amarraron a Eiji con la cinta canela para meterlo en el cuarto de limpieza.
-Y quédate ahí. –Farfulló Yuna.
-¿No era mejor simplemente decirle lo que pasaba y explicarle que no dijera nada a nadie? –Preguntó Kirito.
-Eso le quitaría lo divertido. –Mencionó Klein.
-Hum...
El regalo de Yuna era algo simple pero no por ello despreciable: un bollo relleno de chocolate con almendras, que era una de sus semillas favoritas. Sin duda alguna aquel día se estaba llenando de muchas coincidencias, como si los astros se hubieran alineado para que Asuna tuviera el mejor cumpleaños de su vida.
Cuando las "Dos Y" le preguntaron a Klein que le había obsequiado a la profesora, él en un principio se negó, puesto que eso era algo muy personal...hasta que se cansó de escuchar las suplicas de las dos amigas.
Únicamente lo convenció el hecho de que existía una apuesta de por medio. Cuando escuchó lo que Yuuki pensaba era el regalo, simplemente sonrió con bastante gracia.
-Creo que Yuna te debe un desayuno. Mi regalo para ella fue una taza.
Yuna solamente volteó a ver a Yuuki con una cara de enojo, poniendo sus manos como si la fuera a ahorcar.
-Yo no te dije que apostáramos, ¿o sí? –Cuestionó Yuuki con una sonrisa coqueta y soportando la risa.
-Rayos...tienes razón. –Masculló ella, conteniendo su enojo.
Asuna iba pasando por los pasillos, por lo que de inmediato los cuatro alumnos y el profesor actuaron de forma "natural".
-Me gustaría poder darles una guía de estudio, pero ya tiene los apuntes. –Improvisó Klein.
-Vamos, vamos, profesor. Nadie tiene por que enterarse, ¿o sí? –Continuó Eugeo.
-Sí, nadie tiene que enterarse. –Añadió Yuuki, a lo que Asuna se les quedó viendo mientras Klein le hacía algunos gestos con los ojos.
-Dejen en paz al profesor Klein. Ahora sush, sush, váyanse, váyanse ya. –El cuarteto regresó a su salón levantando el pulgar, todo había salido a la perfección. –Y en cuanto a usted.
-Yo negué todas sus peticiones, por lo que no tengo vela en este entierro.
-No es tanto eso. Gracias por la taza, la verdad me vendrá de perlas.
-Eso mismo pensé al momento de comprar. –Klein se despidió con la mano. –Que tenga una buena clase, traté de no enojarse tanto con los muchachos.
A la hora del receso, Yuna tuvo que sacar a Eiji del cuarto de limpieza ya que ese era uno de los días que pasaban juntos. Por obvias razones él se negó, yéndose con sus amigos.
Ella al principio le rogó ligeramente para que olvidara lo que había pasado y que fue únicamente por un asunto de extraordinaria importancia, algo en lo que no se podían dejar cabos sueltos de ninguno tipo, por ejemplo dejarlo a él con una información importante.
Después de dos minutos con tres segundos Yuna se enojó con Eiji y lo mandó al demonio...curiosamente quien tenía todo el derecho de estar enojado era él, no ella.
-Ay mi amor, perdóname. No tenía por qué haberme enojado. –Rogó Eiji, quien estaba sentado a un lado de ella.
-No. –Sentenció Yuna.
Kirito, Eugeo y Yuuki se le quedaban viendo feo a Yuna, puesto que si no perdonaba a Eiji, él no se iría y no podrían platicar de lo que estaban planeando.
-¿Me pasan la ensalada de huevo? –Preguntó Eugeo, a lo que Yuuki se la entregó.
-¿Me perdonas?
-No.
-¿Por favor?
-No.
-¿Segu?...
-¡Si te perdona, ahora lárgate! –Yuuki empujó a Eiji fuera de la mesa, haciendo que rodara un poco por el suelo. -¡Y tu también, fuera, luego te contamos! –ahora tomó a Yuna y la aventó junto con Eiji.
-Recuérdame no hacer enojar a Yuuki. –Susurró Kirito en el hombro de Eugeo.
Klein llegó corriendo y derrapando los zapatos en el suelo, para después tomar una gran bocanada de aire, viendo a Yuna y a Eiji en el suelo.
-Al final vamos a necesitar tu ayuda, Eiji. –Mencionó Klein. –Así que te debo un punto extra por haberte encerrado en el cuarto de limpieza.
Eiji se quedó viendo bastante feo a sus compañeros y al profesor...esos cuarenta minutos de estar a obscuras y sin poder moverse habían sido bastante horribles para él.
Los jóvenes y el profesor fueron hacia el gimnasio, aunque ese no era el punto de reunión original. En el gimnasio estaba el cuarto donde se guardaban los instrumentos musicales, así que Klein tomó dos guitarras y se las entregó a Yuna y a Eiji, pidiéndoles que cantasen algo muy alegre.
La pareja se quedó mirando...sabían que tocar perfectamente. Después de salir de ahí, el cuarteto corrió hacia el salón para sacar los regalos. Eiji en un momento de Eureka recordó que tenía El perfume debajo de su banca, por lo que para ser un regalo improvisado no estaba nada mal.
Iban caminando con sumo cuidado para la sala de maestros, abriendo la puerta lentamente. Klein se asomó por la puerta y no vio a Asuna, así que entró.
-¿Y qué era lo que quería decirme? –Preguntó ella recargada en la mesa y fumando un cigarro.
-Espero no le moleste, pero le dije a alguien acerca de su cumpleaños...
-Sigh. Imaginó que a esa persona no le importó, no me ha felicitado, aunque la verdad ya estoy acostumbrada, nunca nadie me felicita en mis cumpleaños.
Yuuki rompió con todos los protocolos y planes para empujar a Klein a un lado y correr para darle un abrazo a Asuna, la cual casi cae en la mesa por el impacto del mismo abrazo.
-¿Cómo que nadie la felicita nunca en su cumpleaños? –Le preguntó con ojos de perrito en su rostro.
Los demás entraron tímidamente seguidos de Alice, quien había sido citada ahí mismo, ahora mismo estaba llegando.
Al ver que los alumnos tenían algunos regalos en sus manos, los ojos de Asuna se cristalizaron al tiempo que soltaba el cigarro que estaba fumando.
Alice fue la que se acercó con la cajita de regalo en sus manos, ofreciéndoselo a Asuna, quien con manos temblorosas lo aceptó.
Al quitarle la tapa y ver cuál era su contenido, el corazón se le cayó al suelo. Sacaba poco a poco a la osa Aika hasta tenerla frente a sus ojos.
-¿Le gus...? –Asuna ahora abrazó a Alice, quien abrió los ojos como platos.
-Gra-gracias. –Asuna se rompió a sollozar de la felicidad. –La última vez que me regalaron un oso de peluche fue hace años.
-No es un oso...es una linda osa. –Bromeó Eugeo.
Asuna trataba de limpiarse las lágrimas pero no lo conseguía, no dejaban de salirle más al ver los regalos de los demás.
Yuna entregó el bollito de chocolate, que tenía escrito en el envase: "La quiero mucho, profesora Asuna". Naturalmente ambas se abrazaron, pero cuando Asuna trató de quitarse del abrazo...Yuna se lo impidió abrazándola más fuerte, sacándole una risa y regresándole un abrazo mucho más fuerte que el de ella.
Yuuki tenía una pequeña cajita en sus manos, Asuna hizo ojos misteriosos ya que ni deseaba que eso de ahí fuera un anillo. Por suerte no lo era, pero si era un broche para el cabello con varias piedras brillantes de color verde olivo y el broche en si era color plata.
-Déjeme... –Yuuki le quitó el broche de las manos para ponérselo en el cabello.
-¿Cómo me veo? –Preguntó Asuna limpiando las lágrimas.
-Bastante linda, le queda como la mantequilla al pan. –Sonrió ella.
Al recibir el cuadro de Eugeo, muchos recuerdo vinieron a su mente, por lo que sacó su celular y le mostró una foto al muchacho: era ella posando con su ropa francesa con la Torre Eiffel de fondo.
Vaya que fue una sorpresa para los presentes... menos para Kirito, puesto que él ya conocía ese pasado de Asuna, aunque no pudo suprimir una sonrisa de oreja a oreja.
Eiji le entregó El perfume. Asuna sonrió alegremente. –Ya lo había leído cuando estaba en universidad, pero la verdad es que el libro se me perdió, así que gracias. –Terminó por abrazar al muchacho que estaba ligeramente apenado.
Ahora seguía Kirito, cuyo regalo le causaba mucha intriga y emoción...sin saber por qué le causaba esos sentimientos.
Él tenía las manos en la espalda, como ocultando algo que parecía ser muy importante... ¡¡¡Perooooo!!!
Lo que Kirito tenía tras de sí, era un sobre blanco, sin el más remoto adorno o algo que pudiera ser impresionante.
-Dicen que lo más sencillo es lo mejor, así que espero que esto sea de su agrado. –Sonrió él al entregarle la carta.
Cuando el sobre fue abierto, una hoja de papel casi vacía fue sacada. Había unas pocas palabras, muy sintetizadas. El papel decía en letras medianas: "La quiero mucho." Algo que le sacó una sonrisa a Asuna.
Ella esperaba que Kirito fuera una persona bastante más detallista y que pusiera bastante esmero en los regalos que obsequiaba, sobre todo a ella, que se suponía era su profesora favorita.
Se limitó a darle un abrazo ligeramente forzado, que él correspondió verdaderamente con corazón, aunque se percató que Asuna no lo abrazaba como lo había hecho con Alice o con Yuuki.
-Gracias por este detalle, profesor Klein. –Asuna se limpió las últimas lágrimas para darle un abrazo también a él, agradeciéndole por haber contado ese secreto que ya no era tan secreto.
La ocasión aun no acababa, Yuna y Eiji tomaron las guitarras y le tocaron con mucha alegría una canción folclórica a Asuna, quien escuchaba con mucha alegría e incluso con alguna que otra risita. Alice y Yuuki la tomaron de las manos y comenzaron a bailar con ella, mientras que los otros tres hombres estaban observando con bastante satisfacción.
Las risas, lágrimas y diversiones se habían pasado ya. Asuna estaba caminando con los regalos en sus manos para su auto, en donde cierta persona lo estaba esperando, sonriendo.
Ella no quería saber mucho de Kirito en ese momento, vaya que su regalo la había decepcionado completamente. Sin embargo no dejaba de ser un lindo detalle.
-Pensé que ibas a necesitar ayuda para poder abrir la puerta y para meter los regalos en el maletero. –Mencionó él.
-Que atentó eres. –Contestó ella en tono cortante.
-No es necesario que lo digas. Tu abrazo me lo dijo todo...mi regalo fue una mierda, lo sé.
-No digas groserías frente a mí al estar en la escuela. No fue malo, me importa más la intención que el costo.
-¿De verdad? Que lastima, entonces tendré que cambiar esto que tengo aquí. –Kirito sacó de su mochila el tomo de una novela anime que le mostró a Asuna.
Ella abrió los ojos y la boca, incrédula de lo que veía. -¡No, ¿de dónde lo sacaste?! –Ella tiró los regalos al suelo de la sorpresa, corriendo hacía Kirito.
-Un amigo de mi madre trabaja en las editoras de este tipo de literatura, aunque lo venderé ahora que dices que la intención es lo que cuenta.
Asuna tomó del cuello a Kirito, apretando fuerte para que él soltara el libro al instante, el cual antes de caer al suelo terminó en las manos de ella.
-Muchas gracias. –Sonrió, dándole un abrazo con todo su corazón.
-Vaya que eres es bipolar, ¡primero quieres matarme y después me abrazas!
-Gracias...eso es todo lo que tengo que decirte. –Kirito regresó el abrazo, cerrando los ojos.
Al llegar a su casa, Asuna corrió para ponerse a leer de inmediato la novela. El muchacho había observado su estante las veces que estaba en su casa, viendo cuidadosamente que era lo que ella leía, quedando sin ninguna duda.
Al abrir el libro para revisar la primera página, encontró una pequeña nota escrita a mano.
Puedo darte una hoja de árbol como regalo de cumpleaños, pero eso no quitaría que todos los días nos regalamos mutuamente experiencias inolvidables, risas, alegrías y si sigo haré de esta carta una maldita tesis de cientos de hojas, así que lo resumiré en quince palabras: desde que nos conocemos, nuestras vidas han cambiado para mejor, siendo una aventura día a día. Por último: ¡¡¡Ya no fumes!!!
Vaya que ese era el mejor regalo de cumpleaños...y eso sin contar su tan amada novela.
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Estuvo lindo el capítulo ¿no? Nunca se trató el tema de los cumpleaños en el anime así que no me pareció mala idea sobre todo cuando podía salir algo bonito
Ahora, me doy cuenta que la historia es verdaderamente larga ya que contará con 48-47 capítulos...y vamos en el 16 por lo que estaba pensando en subir dos capítulos a la semana para acelerar la finalizacion de la historia y además para tener más acción 7u7
está idea no me convence del todo ya que por lo regular el promedio de visitas se logra como a los 3-4 días de publicado el capítulo, y siento que eso los dejaría con más para leer y no todos tienen ese tiempo.
Lo dejo a votación, nada mas comenten X2 si quieren dos capítulos o x1 si quieren uno :v
Nos vemos en una semana :D
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes
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