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Aniversario de bodas.

Tanto Asuna como Kirito lo sabían, era su aniversario de bodas. Malamente, un día antes era una visita al doctor por parte de Kirito para una revisión de cadera.

Ya no usaba el aparato, pero de todos modos tenía que ir seguido a sus revisiones para que todo estuviera viento en popa.

De cualquier forma, eso tenía algo triste a Asuna, ya que Kirito le informó que debía quedarse toda la noche en el hospital debido a que sucedió un siniestro y todos los doctores estaban ocupados.

Era mentira.

Con ayuda de Klein, y tras ir a su revisión, supo que tenía que hacer algo. Ella solía despertarse a eso de las siete de la mañana, su aniversario era un día sábado, por lo que Asuna no tenía que dar clase en la academia, por lo que eso no le preocupaba mucho.

Pero ese no era el asunto...no podría estar con Kirito, darle su beso de las buenas noches, amanecer juntos, abrazarlo, decirle "te amo" "no me arrepiento de haberme casado contigo tras tantos años". No podría decirlo.

Sin embargo, las cosas serían contrarias a lo que pensaba. Tanto Klein como Kirito se encontraban afuera de la casa a eso de las seis y cuarenta y cinco de la mañana, cinco minutos antes de que Asuna despertara, la que se fue a dormir con un terrible sabor de boca y mucha tristeza de no poder celebrar como ella quería el estar con su amado esposo.

-¿seguro que funcionará? -Preguntó Klein, indeciso.

-Tch, soy su esposo, claro que sé que va a funcionar. -Respondió Kirito, orgulloso.

-Cómo digas,.,

La sorpresa que tenía era traer una "serenata" una tradición mexicana que leyó en una revista de esas que lees por matar el tiempo y que, aun así, le pareció una muy buena idea.

Yuna y Eiji estaban metidos en el asunto, tenían sus dos guitarras cada uno. Yuna aceptó únicamente por presión de Eiji, pero a ella le mataba de celos el tener que soportar el hecho de que cantaría y tocaría una canción de amor a la chica que siempre amo...pero en representación de su peor enemigo.

Eso claro que la hacía retorcerse un poquito de los celos...aunque nada a lo que no estuvieran acostumbrados Kirito y Eiji.

-Tres dos:

Las guitarras comenzaron a sonar, el sonido hizo despertar a varios vecinos que se fijaban por las ventanas qué era lo que sucedía. Asuna pasó por lo mismo, claro, despertándose medio adormecida, pero, reconociendo las voces de sus antiguos alumnos, es que se llevó una gran sorpresa que todo rastro de sueño se le quitó de inmediato.

Ella se asomó por la ventana, viendo que Kirito sostenía en sus manos un cartel que decía "Te amo, Asuna, feliz aniversario de bodas". Asuna se llevó las manos a la boca, lagrimeando de felicidad.

Después de todo, Kirito siempre lograba sorprenderla, así como esa vez que le regaló a Mussolini y ella lo golpeó con un paraguas. Esos tiempos eran tan lejanos, pero su recuerdo tan cercano.

Cuando el pequeño concierto acabó, el que duró cerca de diez minutos que Asuna escuchó desde la ventana de su cuarto, ella bajó de inmediato, Kirito recogió del suelo un paquete de flores que tenía forma de corazón, que estaba lleno de rosas rojas exclusivamente para ella.

Se podía ver su nombre pintado bellamente en laja en forma de corazón, la fecha de su boda, que era el 24 de octubre, dos anillos de boda juntos, seguido de la forma del remitente: Kirito.

Se abrazaron y se dieron un beso digno de un aniversario de bodas. Era un momento tan feliz para ambos que hasta Klein sentía un poco de celos. Para su aniversario de bodas con Lizbeth, era más que seguro que hiciera algo bien parecido, dándole su toque, claro.

Yuna miraba para otro lado, inflando la mejilla, bastante molesta. Eiji se reservó el derecho de regañarla, ya que no era el momento para eso. Quizá en su casa...ya lo haría, sin pensarlo mucho ya que llevaban ellos dos más años de casados que Kirito y Asuna y no podía superar su amor de preparatoria... ¡pero ese amor no era él!

-Feliz aniversario, Asuna.

-Pensé...pensé que no podríamos celebrarlo. ¡Eres un...! -Ella le dio un par de golpes en el pecho.

-¡Perdón, pero es que quería que fuera una sorpresa!

-¡Piensas con los pies en vez de con la cabeza, hubiera sido igual si es que ellos llegaban pero tú te quedabas en casa! ¡Casi me hiciste llorar ayer en la noche, desconsiderado!

Kirito quedó blanco como la nieve...quería decir algo, pero únicamente respiraba fuerte un poco y regresaba a sus ganas de decir algún pretexto...aunque no encontraba nada.

-Ok, tienes razón, fui muy torpe en ese aspecto. -Kirito se tiró al suelo, siendo alumbrado por un reflector.

Asuna se agachó igual, dándole un beso en la mejilla.

-Nunca dije que no me gustara... -Sonrió, dándole ahora un beso en los labios para ayudarlo a levantarse del suelo. -Feliz aniversario de bodas, Kirito.

Se volvieron a dar un beso en los labios, pero uno como Dios manda: tomados de la cintura y de la espalda, compartiendo su alma y compartiendo el sentimiento del amor.

-¡Viva los esposos! -Gritó Klein, lanzando serpentinas desde un tubo, las que cayeron directamente en las cabezas de Kirito y Asuna. Ellos torcieron los ojos, pero luego rieron para tomarse de la mano.

-Felicidades. -Dijo Eiji, aplaudiendo.

-Ojalá se la pasen bien. -Mencionó Yuna, disgustada en muchos aspectos. Eiji le hizo una mala cara.

-Les agradezco que hayan venido. En especial a ti, Yuna. -Sonrió Asuna.

-S-sí, profesora. -Ella echó corazoncitos de la cabeza. Eiji abrió los ojos del disgusto.

-Maldi-ta sea.

-Me alegra que pudiera contar con ustedes, les agradezco mucho.

-No hay de que, Kirito. Son diez mil yenes.

-¡¿De qué estás hablando, Klein?!

-Hum, tienes razón. Es muy temprano, entonces sin quince.

-Te daré quince golpes y espero te estés satisfecho.

-Ya, Kirito. Él se los pagará con gusto, pero es mejor que sea después. Tenemos muchas cosas qué hacer.

-Claro, Asuna. Ya sabes, Kirito, quince.

-Te odio...

Ambos esposos entraron a su casa, abrazados, relajados. Se sentaron para desayunar, y era un desayuno especial, eso sí. Ambos lo planearon, y para Asuna era más que especial ya que pensaba que ese desayuno especial lo pasaría sola.

Estaban sentados juntos, tomados de la mano, ya no frente a frente como solían hacerlo normalmente. Ese no era un día normal, por lo que claro que todo sería especial, hasta la forma de desayunar.

-Te amo... -Se dijeron al mismo tiempo, dándose un sentimental beso en los labios antes de empezar a desayunar.

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Uff, a minutos de acabar el día oficial del Kiriasu uwu

Cortito el manuscrito pero tiene la esencia de todo el fic, eso es lo que vale :3 tantos recuerdos me da este pequeño manuscrito ya que da a entender que han pasado varios años de que Asuna y Kirito están casados...y siguen igual de enamorados que cuando se conocieron y se confesaron por primera vez, ki ermozo <3

Nos vemos luego con otro manuscrito, que ya tengo reparada mi pluma fuente (cuando digo manuscritos es que literalmente son manuscritos :v), por lo que en teoría deberé aumentar el ritmo un poco, que creo que fueron casi 3 meses sin capítulo cuando en teoría debo sacar uno mensual...

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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