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Capítulo 4.-Primer flechazo de un trio amoroso.

Tras la noche de pasión entre Eugeo y Quinella, el primero de ellos sentía mucha pena, más de lo que ya lo hacía, aunque eso no afectó su relación con ella. Se puede decir que se hicieron buenos confidentes, incluso con bastantes rastros de amistad. Eran todo, menos amantes.

Esa noche quedó enterrada por deseo de ambos. No se hablaría más de ellos, y si alguno de los dos quería volver a probar "El fruto prohibido" acordaron mandarse al diablo.

Refiriéndose al trabajo con Yuuki, fue bastante bueno, por lo que ambos se quedaron con ciertas ganas de volver a hacer equipo en alguna ocasión...cosa que lamentablemente no sucedería otra vez.

Lo mismo era con Yuna y Eiji. De vez en cuando se saludaban, se hablaban o trabajan juntos con cierta "regularidad" cosa que disfrutaban ambos. Por esa misma razón, Yuna no se fue nada penosa cuando Eiji le coqueteó, aunque eso es harina de otro costal.

Ya era la graduación de Quinella, ella era el promedio más alto de la generación, por lo que no era raro que sus padres le tuvieran enormes globos y un regalo envuelto en una enorme caja de cartón.

Eugeo se encontraba presente, aplaudiendo con actitud a la que fue su única amiga, o medio amiga. Su relación no era la mejor o más unida...aun así, él se sentía triste porque ya quizá no vería nuevamente a Quinella, a pesar de saber su dirección.

Un ramo de flores se encontraba entre sus manos. Quinella sabía que era para ella, queriendo rechazarlo ya que pensaba que era por una cuestión amorosa, algo así como una declaración de último momento.

Cuando ella fue con su familia, Eugeo esperó, parado a unos metros de ellos viendo todo lo ocurrido. Naturalmente, Quinella quería llorar de tristeza porque se separaría de sus amigos y por la felicidad del que sería entonces el logro más importante de su vida. Siendo fuerte y manteniéndose firme, Quinella logró evadir las lágrimas para no arruinar su maquillaje.

Acabando de abrazar a sus familiares y amigos, Quinella volteó hacía su izquierda, observando que Eugeo si lloraba, algo que le dio mucha ternura a ella.

-Te irás...y quizá no nos volvamos a ver.

-Sé lo que vas a decir, por lo que mejor date la vuelta y tira ese ramo de flores, ya que no lo pienso aceptar.

-No me conoces lo suficiente a pesar de que me has visto como ninguna otra persona. Quería despedirme de mi única amiga, nada más eso. Espero que te gusten. –Extendiendo sus brazos, Eugeo ofreció el ramo a Quinella, quien lo recibió gustosa.

-Supongo que tienes razón, no te conozco tanto como yo creí. –Ella le dio un beso en la frente, alzándose de puntillas para tal cosa. Eugeo había crecido en ese pasar de meses. –Te extrañaré mucho, hombrecito.

-Yo también. –Los dos se abrazaron. Eugeo soltó unas últimas lágrimas antes de secarse los ojos. No se volverían a ver...o no en mucho tiempo.

Un año y algunos meses después...

Su deseo se cumplió: Eugeo era León Trotsky en la obra de teatro, por lo que haría pareja con Alice, quien era la esposa del revolucionario, Natalia Sedova.

-Supongo que tienes suerte. ¿Planeas coquetear con Alice en los ensayos? –Preguntó Klein, quien fumaba un cigarro, estaba sentando en su silla y tenía los pies sobre su escritorio.

-No le diga a nadie, por favor...y sé que eso es irresponsable de mi parte, pero así lo quiero.

-Tch, ¿sabes con quien hablas? No sé cómo no me han corrido del trabajo por lo irresponsable que soy ¿Recuerdas cuando se quemó un archivero durante las elecciones?

-Fue su culpa ¿verdad?

-Se supone que no debo fumar allí, pero me dio igual. Prendí el aire acondicionado para que no hubiera olor, pero cuando varios alumnos se acercaron, eché el cigarro en uno de los cajones del archivero...y se quemó.

-Igual me pregunto cómo no lo han despedido, profesor Klein. –Eugeo se dio una palmada en la frente.

Saliendo de la oficina del profesor Klein, Eugeo iba de la forma más tranquila posible, cuando de la nada se atravesó una chica pelirroja y de primer semestre. Se le cayeron las libretas mientras corría a su clase.

Siendo un buen amigo de ella, Eugeo fue y la ayudó a levantar sus libretas y demás hojas que las mismas tenían.

-Gracias por ayudarme, Eugeo-senpai.

-No hay de que, Tieze. –Ése era el nombre de la chica: Tieze.

La chica tuvo un amor a primera vista con Eugeo, siendo bastante curioso aquel momento que los dos tuvieron durante los primeros días de clase.

Ella corría para alcanzar al profesor Klein, quien iba con algo de prisa para poder ingresar en sus asuntos "políticos".

-¡Profesor, espere!

-Dame un segundo, Tieze. Entremos a mi oficina. –Pidió él. Dentro de ésta, se encontraban Eugeo y Kirito.

Al ver a Eugeo, Tieze se ruborizó ligeramente. Nunca antes en su vida ella vio a un muchacho tan guapo, tan atractivo.

-¿Eres de los Radicales o Conservadores? –Preguntó Kirito.

-N-no estoy interesada en esas cosas, Kirito-senpai.

-No seas tan rudo con ella. Puede escuchar libremente, no creo que sea una espía de los Conservadores. –Mencionó Eugeo, sonriéndole a Tieze.

-M-mejor regreso después, profesor Klein. Se nota que está muy ocupado. –Tieze caminó de espaldas, chocando con la pared, tratando de alcanzar la puerta, siendo muy torpe en lograrlo.

-Eso fue raro... -Confesó Kirito tras la retirada de la joven muchacha.

Tieze sentía que el corazón se le quería salir, ¿nuevamente se enamoraba? Sabía que algún chico le gustaría de la preparatoria...pero no tan rápido como lo fue en realidad.

Desde esa ocasión, Tieze le pedía ayuda y consejo a Eugeo, tratando de dejarle "las cosas en claro". Siendo su enamorado una persona muy lerda en cosas bobas del amor, nunca entendió alguna indirecta o señal.

Lo que sí, cualquier pequeña movida que hacía Tieze para llamar su atención era muy bien lograda.

Ese día ella había cambiado de perfume, algo de lo cual Eugeo se dio cuenta cuando recogían los papeles y libretas del suelo.

-¿Cambiaste tu perfume de acuerdo a la temporada? Muy inteligente, Tieze. –Elogió Eugeo. Ella se ruborizó.

-Gr-gracias, Eugeo-senpai. –Al levantarse del suelo, los dos quedaron frente a frente, siendo muy notoria la distancia entre uno y otro.

Eugeo le sacaba a Tieze una cabeza de distancia.

-Nos vemos después, si tienes dudas con Klein me avisas, por favor. –Él se despidió usando su mano, ella suspiró de amor, disimulando ese hecho.

-Sigh. Siempre tan atento...pero tan torpe a la vez.

La razón por la cual Eugeo se sentía muy responsable con Tieze era algo así como para pagarle a la vida cuando Quinella lo ayudó a él, sabiendo perfectamente lo necesario que era la ayuda de alguien de último semestre.

Yuuki se quedaba con el papel de Frida Kahlo, lo cual la emocionaba bastante. Al leer el guion, ella se carcajeaba de la risa al ver las escenas románticas que tendría con Eugeo, ya se imaginaba como es que se moriría de pena en las mismas.

Yuna de igual forma se carcajeaba junto con su mejor amiga ya que le pegaba la risa, no tanto por la escena.

Cuando Kirito pasó por ahí, sintió curiosidad de cuál era la razón por la cual las dos se carcajeaban. Naturalmente, al mostrarle las escenas...él también se soltó de la risa.

Pensar que Eugeo no se apenaría en esas partes era imposible, en especial cuando debía de interpretar lo que era una escena de sexo.

-Seguramente no va a querer que te pongas encima de él. No, no. Lo mejor será cambiar esa escena. –Dijo Yuna, sacándoles una desilusión a sus dos compañeros.

La escena era en una cama, Trotsky se acostaba en la misma, luego Kahlo se acostaba sobre él, se acariciaban un poco y se cerraba el telón.

Así fueran diez segundos o menos de esa escena, Eugeo sufriría un colapso de forma segura por la cercanía que se debía tener.

-Probemos una vez, y si no funciona, lo cambiamos. –Propuso de forma inteligente, Kirito.

-Tch, ni modo. Solo espero no sentir nada raro cuando me acueste sobre él. –Se rió Yuuki. Yuna y Kirito se miraron mutuamente, haciendo una cara de "¿Qué?"

Alice andaba en su caminar de venada hasta su casillero, por lo que Eugeo aventó una de sus libretas a los pies de ella, haciendo como que se le había caído.

-Hum...¿pero qué? –Cuestionó.

-¡Ah, Alice! Perdón, perdón, se me cayó mi libreta. –Alice levantó la libreta del suelo, dándosela a Eugeo. -¿Ya leíste el guion? ¿Qué te parece?

-Creo que hacen más falta escenas de Trotsky y Natalia ¿Ya lo leíste también?

-Má-más o menos. –El comentario de Alice le hizo latir el corazón, ¿ella quería más escenas con él? -¿Lo dices por algo en especial?

-Claro que sí. La última frase de Trotsky es "Oh Natalia...sólo Dios sabe cuánto te amé" pero tienen muy poca interacción, es algo hasta ilógico.

-Ah...ti-tienes razón...¿n-no lo decías por algo más?

-¿Por algo más? Hum...¿Cómo por qué? –Alice se acercó un poco a Eugeo, él se puso un poco nervioso.

-¡P-por nada, no es por nada en especial! Me tengo que ir ya, nos vemos luego, Alice. –Eugeo se fue casi corriendo, con algo de decepción al saber que Alice no quería más tiempo con él.

Ella también se sintió decepcionada, llevándose una mano al corazón.

-Algo me dice que sí era por algo en especial...yo quiero tener más escenas contigo, no con Trotsky... -Naturalmente, Eugeo se encontraba muy lejos para escuchar el susurro de Alice.

En la carrera que el chico se aventaba, tropezó con Yuuki. Al caer los dos al suelo, ella simplemente lo vio con una sonrisa perversa.

-¡Lo siento! ¡Perdóname Yuuki!

-No te preocupes...mejor hazlo al momento del primer ensayo.

Los dos muchachos se levantaron del suelo, sacudiéndose el polvo. Eugeo tenía una herida en el codo, puesto que cayó sobre el mismo. Él y Yuuki fueron a la enfermería para tratar la herida.

El joven no dejaba de quejarse, por lo que Yuuki lo reprendía o se burlaba de él.

-Algo me dice que si estuvieras con Alice te portarías como hombre y no te quejarías.

-¡N-no la incluyas a ella!...y quizá no actuaría así...no tanto.

-Torpe. –Rió Yuuki, viendo fijamente a Eugeo a los ojos, pellizcándole el brazo sin mucha fuerza.

Llegando al lugar, Eugeo se quitó la chaqueta y se remangó la camisa, dejando que Yuuki le limpiara la herida.

-No llores mucho. –Se burló. Al pasar el algodón con alcohol por la herida, se hizo notorio que Eugeo se aguantaba el dolor, sonrojándose por esa misma razón. –¿Ya leíste el guión?

-No todo. –Masculló él, soportando el ardor.

-¿Ya leíste las escenas que tendrás conmigo?... ¿Hum?

-No ¿Por qué lo dices?

Para disfrutar más de la pena de Eugeo, Yuuki se acercó a su oído para susurrarle algo.

-¿Ya leíste cuando Trotsky y Frida hacen el amor?... tendremos que representarlo muy bien para que se vea creíble. –Al separarse, Yuuki quedó frente a Eugeo, viendo como hasta los dientes se le ponían rojos.

Nunca antes, ni siquiera esa vez que trabajaron juntos, lo había visto tan detenidamente. Esa vez era centrada en su relación con Quinella...pero ahora en la suya propia y nada más.

Hubo algo, una chispa pequeña que se prendió. De pronto, Yuuki también se sintió apenada, por lo que se apartó al instante, ruborizada.

-¿E-en verdad hay una escena así?...no me digas que en verdad...

-¡No! Quizá exageré demasiado. Por favor, por favor, perdóname.

-Oh bueno...de cualquier modo ¿Dónde dice eso?

Aprovechando que Eugeo iba a sacar el libreto de su mochila, Yuuki emprendió la retirada, metiéndose en el baño de mujeres de forma inmediata. No entró a ninguna caseta, simplemente se recargó en la pared, sintiendo como el corazón se le quería salir.

Nunca antes ella sintió algo así ¿Qué sucedió para que ese chispazo sucediera? La confusión estaba clarísima.

El muchacho también se sentía confundido...Yuuki lo abandonó en medio de la enfermería. Sin mejor cosa que hacer, Eugeo se puso a leer las escenas que tendrían con Yuuki...sonrojándose en más de una ocasión.

-¡¿To-tomarla de la cintura y por la espalda?! –El solo hecho de pensarlo, hizo que Eugeo se sonrojara de arriba abajo, echando humo de las orejas.

Él no sentía pena al hablar con Yuuki, un abrazo estaría bien...pero tomarla de la cintura y pegarla a su cuerpo por la espalda no era algo que su corazón pudiera soportar.

Lo mismo era ahora con Yuuki. Pensar que tendría que ponerse sobre el muchacho, que sus manos la tocarían...el rubor en sus mejillas iba no más que en aumento.

No se lo podía comentar a Yuna ya que era no era mucho de ser callada...¿pero con quien debería consultar?

Saliendo del baño, ella chocó con Jun, cayendo al suelo una vez más.

-Ouch...Yuuki, deberías tener un poco más de cuidado.

-Pe-perdón, Jun. Lo que pasa es que no me siento muy bien ahora. –Levantándose, Yuuki se fue, dejando a Jun en el suelo, quien olfateó un muy delicioso aroma.

-Wow...¿ese es el perfume de Yuuki?

Viendo a Eugeo en la cama de la enfermería, ella sintió esa sensación en su corazón una vez más, por lo que se llevó la mano al pecho, como tratando de detener ese sentimiento y ese palpitar tan anormal en ella.

¿Por qué de la nada se sintió así? Era muy extraño. Topándose con el profesor Klein, él bebía su taza de café como lo hacía de forma normal.

-¡Profesor Klein, lo necesito! ¡Tengo que preguntarle algo de suma importancia!

-Pregunté si tenían dudas en la clase de hoy ¿Te dio pena preguntar?

-¡No es eso! ¡Venga por favor, profesor Klein!

Llevándose de la mano a Klein a otro lugar un poco más privado, fue que Yuuki revisó en todos los lugares y rincones para no ser escuchada. En esos segundos, Klein miraba con cara de ¿Qué carajo? Sudando una gota gorda.

-¿Qué se le ofrece, señorita Yuuki?

-¿Usted sabe...lo que se siente amar a alguien? –Yuuki se ruborizo. –He escuchado como es la sensación de amar a otra persona...pero no lo sé.

La primera reacción de Klein fue de confusión...pero luego pasó a una sonrisa de compresión, por lo que le acarició los cabellos a Yuuki.

-¿Se te quiere salir el corazón del pecho? ¿Te sientes nerviosa al ver o estar frente a una persona y no sabes por qué sucede?

Ella asentó con la cabeza un par de veces, siendo de forma muy ligera. –Chi...

-Te felicito. –Klein usó su mano para darle un pequeño golpe en el hombro y en la cabeza a Yuuki. –Ahora eres una chica enamorada.

-Rayos...estar enamorada es como estar enferma ¡Estoy enojada, confundida y decepcionada!

-¿Por qué enojada y decepcionada?

-Primera vez que me enamoro...y es de un chico que lleva años enamorado de una misma persona. Mi suerte apesta. –Yuuki se arrodilló en el suelo y un reflector lo empezó a alumbrar, siendo otra mártir del amor.

-Ay ya. No te preocupes, sinceramente apuesto a que Alice no lo va a pelar, el pobre Eugeo es tímido como un gatito de casa, jeje.

-No me dé esperanzas, profesor Klein...ahora no sé cómo pueda soportar ver a Eugeo en la obra de teatro.

-¿Quieres un consejo? Seguro te funcionara ya que tú eras más extrovertida: simplemente relájate, tómate las cosas con calma y trata de alcanzar objetivos pequeños; conseguir, tal vez, intercambiar teléfonos, puedes intentar quedarte a solas con él en la cafetería, ve paso a paso.

-¿Y así podré llamar su atención?

-Si Alice lo rechaza, tendrás acceso libre a su corazón.

-Podrá ser muy torpe y bobo algunas veces, profesor Klein...pero sin duda usted es alguien muy inteligente.

-Gracias... ¡Oye! ¡¿Cómo que torpe y bobo?!

-No es nada, fu fu. –Yuuki se fue dando algunas risitas al viento...Klein se quedó en su lugar, molesto.

El ensayo era general, se repasaría por primera vez la obra...vaya que todos se sentían muy, muy, pero muy nerviosos. Podían tener ya el papel...lo que no era seguro, era conservarlo.

Era momento en que Jun actuaba la primera escena. Su autoconfianza era lo que le daba la esperanza de no ser echado de la obra, por lo que respiró hondo, tomando de la cintura a Yuuki como era debido.

Eugeo y Alice caminaban del brazo frente a ellos tras el papel de Trotsky y Natalia. En eso, Jun soltó la cadera de Yuuki, tocándole accidentalmente el trasero en el proceso, por lo que ella se exalto.

-¡Pe-perdón! ¡No fue a propósito, te lo juro, Yuuki!

-Hum...te creeré esta vez, pero si vuelve a pasar te daré una buena bofetada. –Se enojó Yuuki, mirándolo feo.

-No pasa otra vez...te lo prometo. –Observando la sonrisa preocupada de Jun, fue que ella miró en sus ojos que efectivamente no estaba mintiendo.

-Bien...te creo, Jun. Perdóname por exaltarme tanto, pero el cuerpo de una mujer es un altar que el hombre debe respetar. –Sonrió ella, activando algo en Jun...algo que llevaba dormido un buen rato.

-Cla-claro...

-¿Qué pasó? –Preguntó finalmente Yuna.

-No es nada, jeje. Solo tuve una ilusión extraña, pero no pasó nada. –Siguió sonriendo Yuuki, aumentando esa sensación en Jun.

Cuando llegó la hora de la verdad, Eugeo y Yuuki se encontraban en un intento de cama...él acostado, y ella a un lado...era un momento demasiado incómodo para el primero.

Todos se aguantaban la risa de ver al pobre de Eugeo sufrir de esa manera. Yuuki también se sentía muy apenada, salvo que ella si lo sabía disimular perfectamente, haciendo que su risa nerviosa se transformara en una de gracia.

Le consolaba el hecho de que Eugeo se sintiera más avergonzado que ella, además recordaba los consejos del profesor Klein.

-¿Po-podemos cambiar un poco esa escena?...si no es mucho pedir.

-Aun no la hacemos ¡Así que acción! –Farfulló Yuna. Fue allí que Yuuki se acostó sobre Eugeo. Él podía sentir los muslos de su contraría apretando los suyos...luchaba por no tener una erección. –Ahora hagan como que se besan.

Los corazones de ambos se aceleraban al escuchar eso. Nunca antes tuvieron un acercamiento tan radical, por lo que se sentían muy nerviosos. Ella, siendo tan juguetona, pensó en darle un beso para molestarlo...pero recordó que ella nunca había dado su primer beso, así que se contuvo para no arruinar algo que solo ocurría una vez en la vida.

Por alguna extraña razón, Jun se sentía molesto, celoso...no quería que esos dos tuvieran esa escena, así tuviera que pegar el grito en el cielo pero no toleraría eso.

Cuando menos se lo espero, Eugeo se cubrió el rostro, tratando de zafarse sin directamente quitarse a Yuuki de encima.

-¡N-no puedo! –Tras rendirse Eugeo, todos estallaron en carcajadas, avergonzándolo muchísimo, incluso haciéndolo enojar.

-¿Por qué no me sorprende? Cuestionó Eiji, secándose las lágrimas de la risa.

Cuando parecía iba a parar, Kirito se soltó a reír mucho más.

-Sentí algo raro contra mi cuerpo...¿Qué pasó allí, Eugeo? –Secreteó Yuuki, soltando una pequeña risita. Eso era falso...pero el chico si tenía una leve erección, por lo que se puso más rojo todavía.

-¡Y-ya, no se burlen de mí! ¡Saben que soy tímido, por eso no quería hacer esta escena!

-Eugeo tiene razón. –Intervino Asuna. –Déjenlo en paz de una buena vez. A quien se ría le irá mal en mis clases ¿de acuerdo?

-Gracias, profesora Asuna.

Ya cuando finalmente el guión fue modificado, Eugeo se sintió más tranquilo. Los que modificaron y dieron ideas para ello, fueron él y Jun...en especial Jun. Suya fue la idea de que el acto sexual se "realizara" fuera de escena, justo como en las tragedias griegas, donde los peores actos nunca se mostraban al público.

Nadie sospechaba que esa idea la dio no para facilitar la obra de teatro...era más bien algo así como un ataque de celos. Esperando dar un primer paso muy apresurado con Yuuki, tejiendo un pequeño plan para invitarla a salir ese mismo día, ya que el receso había pasado ya.

Era la última clase, Jun se movió de su banca hasta un lado de la de Yuuki, quien lo vio con una sonrisa afable, acelerándole el corazón, pero sabiendo controlarse.

-Oye Yuuki, me preguntaba si querías venir conmigo a una cafetería que queda cerca de aquí, jeje. Es para platicar acerca de la obra.

-Hum...lo que pasa es que hoy ya tenía un compromiso, perdóname, Jun.

-Ah...lo entiendo, así que no te preocupes. –Él devolvió la sonrisa, una que no reflejaba un pequeño dolor en su corazón.

Ese rechazó fue bastante fulminante para su recién enamorado corazón, aunque Jun trataría de soportarlo, maldiciéndose a sí mismo y llamándose idiota. ¿Por qué le preguntaría a Yuuki tan de repente?

Era claro que ella tendría algún compromiso desde antes, cosa que él no vio en ese momento, aunque no era para tanto, ese detalle martirizó a Jun por un buen rato.

Tieze guardaba algunas cosas en su casillero cuando vio a Eugeo caminando con Alice. Ese día tenían una "cita" o estudiar para historia en la casa de la chica, algo muy parecido a lo que tenía planeado Jun.

Ella vio eso con malos ojos, inflando la mejilla derecha. Le daban un poco de celos, aunque los controlaba ya que Alice no le desagradaba.

-Eugeo-senpai, me enteré que harás el papel de Trotsky en la obra. Es el papel principal ¿No? –Preguntó ella, con emoción.

-Jeje, no. El papel principal es el de Raúl Mercader, curiosamente. –Rió él.

-Te equivocas. Es Ramón Mercader, no Raúl. –Corrigió Alice. –Yo seré la esposa de Trotsky, Natalia. Aunque casi no aparecemos juntos.

-Eso está bien. Que lástima que no seas el papel principal, pero al menos eres de relevancia, la obra lleva tu nombre.

-Más bien de mi asesinato, pero bueno ¿Qué le vamos a hacer? Hasta mañana, Tieze, hoy estoy apurado con los exámenes.

-Necesitaré de su ayuda para ciencias sociales, Eugeo-senpai.

-Cuenta conmigo, Tieze. –Él y Alice se fueron por la puerta principal...Tieze se llevó las manos a la cara, echando humo de las orejas por el amor que sentía por su senpai.
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El princeso: -bien alegre por que tiene un harem-
El 🍅: -bien emperrado por que el rubio princeso le robó el protagonismo en el spin off :v-

Ay, el amor <3 ya se había dicho que Yuuki se enamoró de Eugeo durante la obra de teatro, pero jamás se dijo como...Hasta ahora :D el capítulo de la próxima semana tendrá una escena final BIEN bonita, así que esperanla xd

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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