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Capítulo 2.-Romance del enamorado y de la muerte.

Segunda semana de clases y ya todo iba viento en popa. Los amigos recientes ya se sentían como conocidos de toda la vida, los enemigos "no declarados" ya se encontraban puestos en la mesa. Entre ellos se hallaban Eugeo y Eiji.

Su rivalidad empezó por una completa tontería, ambos eran fuertes y tenían un cuerpo considerablemente atlético, faltando más afinación por parte de Eugeo, aunque era un fiero oponente.

-Muy bien chicos, es hora de tirar de la soga. –Avisó el profesor, teniendo una en las manos.

Fue por pura casualidad que Eugeo y Eiji quedaran como rivales...pero lo que fue continuación de ello sería algo que nunca podría cerrarse de forma definitiva.

-Le ganaré fácilmente, se ve muy debilucho. –Pensó Eiji, con una sonrisa altanera en su rostro.

-No la tendré fácil...pero tampoco se la daré regalada. –Pensó Eugeo, estirando su espalda y sus brazos. Quinella lo veía a lo lejos, sonriendo con ligera malicia.

Ambos rivales tomaron un extremo de la soga, preparándose, mirándose fijamente, esperando el momento del reto.

-¡Comiencen! –Exclamó el profesor.

Los dos tiraron de la cuerda, tensándola bastante fuerte. Se suponía que uno de los dos debía ceder al momento del tirón...aunque se mantenían, tirando mutuamente de la cuerda, no cediendo ni un solo centímetro, ni siquiera se arrastraban sus pies por la fuerza.

La cosa llegó a un punto de quiebre...cuando la soga se rompió, lanzando a ambos para atrás.

-Rayos...creo que eso sería un empate.

-¡¿Empate?! –Farfulló Eiji. -¡Esto no puede quedar en un empate!

-¿Alguna idea? –Preguntó Eugeo, de forma retadora.

-Que sean carreras.

Tras correr, anotar goles, hacer canastas, arrojar objetos. Siempre quedaron empates, nunca pudieron ganarse en ninguna sola disciplina.

-Solo les queda boxear. –Propuso Klein, quien vio todo el espectáculo desde las gradas.

-Yo no sé boxeo...¿Qué hay de ti, Eiji?

-Tampoco. Tch, entonces tendremos que dejar esto en un empate forzoso.

En el salón, las chicas platicaban del espectáculo que recién vieron. Les parecía sorpréndete que ambos muchachos fueran tan impetuosos.

Aunque, y para ser los primeros días de clase, claramente no faltaba ninguna sola de las chicas que preguntara quien era el chico más atractivo del salón.

Unas decían que Eugeo, otras que Eiji, otras que Jun, otras que quien sabe quién. Kirito no se quedó atrás, teniendo también sus "enamoradas", aunque fuera solo por su físico. De personalidad, Kirito era muy tosco y parco, debido a que casi no hablaba con nadie.

-¿Será gay? –Cuestionó una de ellas.

-¿Le preguntamos?

-Solo se habla con Eugeo...¿no creerán que ambos?...

-¡No! Esperemos que Eugeo no sea gay...sería una lástima total que no tenga interés por las mujeres, con lo guapo que es él.

-¿Quién se te hace el más guapo del salón, Yuna?

-¡¿A mí?! –Exclamó ella, notoriamente nerviosa. - ¡N-no lo sé!...no he visto a los chicos a detalle. Pero... creo que en todo caso sería Eiji. –Yuna se sonrojó a la par en que todas las chicas lanzaban un "uyy".

-¿Y qué hay de ti, Yuuki? ¿Quién se te hace el más guapo de los chicos?

-Quizá Eugeo, la verdad es que es bastante lindo. –Dijo ella, sin pena. –Y en cuanto a ti, Yuna, ¿Por qué no le hablas a Eiji? Se ve que es un chico muy animado. –Sonrió Yuuki, con malicia.

-Soy tímida con las personas que no conozco... -Lamentó ella, haciendo un puchero. –Además, nuestro primer encuentro fue algo incómodo.

-Al menos fue un avance significativo.

Y hablando del diablo, Eiji pasó frente a ellas, saludando con su mano. –Hola Yuna. –Sonrió él...ella se exaltó de inmediato.

Se podía decir que en cuanto a los chicos era el mismo asunto. Preguntaban quién era la más linda, la que tenía los pechos más grandes, toda una combinación de fetiches desde los más convencionales hasta...los más extraños, la verdad.

Cosas de adolescentes, quizá.

Quien no era participe de ello era Kirito, manteniéndose ajeno a la conversación, escuchando de forma secreta que era lo que decía su nuevo mejor amigo. Los dos eran ya como uña y carne... únicamente por que relegaban a Kirito por ser callado y serio.

Eso no le importaba mucho, en realidad las pláticas sostenidas por los chicos no le eran de su muy enorme interés, por lo que solía hablar con el profesor Klein de vez en cuando para "allanar el terreno" en la preparatoria, algo así como saber qué era lo que funcionaba.

De hecho, Kirito únicamente platicaba con el profesor Klein ya que era el único...que no lo tenía tachado de vago. Él se dormía en clase, no hacía tareas y se la pasaba distraído...aun así con esas pasaría los exámenes y las materias con un ocho de promedio...

Quizá Kirito y Eugeo fueran unos vagos y unos cabezas huecas en muchos sentidos, pero al final de todo, eran bastante listos los pequeños cabronazos.

Regresando a lo de las chicos, le preguntaron a Eugeo, siendo muy obvia su respuesta.

-Alice. –Respondió él, sacando corazoncitos de las orejas.

-Hum...¿Qué hay de ti, Eiji? Se puede decir que eres el foco de atención de las chicas.

-La verdad es que ninguna, por ahora. Es cosa de esperar, conocer a alguien, formar una linda amistad...y después a ver qué pasa. Sería muy curioso que me termine casando con una novia de la preparatoria, no dudo que pueda llegar a pasar.

-¿Y cómo fue que te enamoraste de Alice, Eugeo? ¿Fue amor a primera vista?

-No soy muy creyente de eso...la verdad es que digo que fue amor a primera vista para que suene más romántico, aunque tomó un poco de tiempo...quizá tres días.

-Que poético nos saliste, Eugeo. Aunque no deberías ser tan mitotero, deberías decir las cosas claras como son.

-¡Oye!, ¡¿Y por qué no les dices de la chica de quinto semestre que está loca por ti, colega?! –Farfulló Kirito con una sonrisa perversa.

-¡Cállate, ellos no tienen por qué saberlo!

-¿A ti quien se te hace bonita, Jun? ¿Qué chica te gusta? –Preguntó Eiji

-Estoy igual que tú, no me gusta nadie, por ahora.

La clase de historia, y ciencias sociales tenía su buena complejidad, por lo que causaba muchos dolores de cabeza a más de un alumno que no entendía mucho de la materia.

La clase de historia era interesante ya que la profesora la hacía así. Y en cuanto a ciencias sociales...pues ver a Klein desesperarse por no prender el cañón o por tropezarse con cualquier cosa era oro puro, de ahí en fuera la clase era aburrida para casi todos, incluso para Kirito, quien era el que mejor se llevaba con Klein.

Al ser algo así como el "coordinador", Klein tenía su propia oficina en la academia y regía algunas funciones que normalmente haría un director o un encargado de la disciplina...cuando él era el más indisciplinado e irresponsable de los profesores. Ni el mismo Klein se explicaba que carajos hacía en ese puesto, pero no se quejaba porque era un pago extra por sus "demás servicios".

Ya para el día siguiente, Klein se levantó tarde, como no era raro, salvo que esa ocasión, su retraso fue más de lo normal, por lo que no tuvo ni tiempo de tomar su café mañanero, estando de muy mal humor.

Su cólera era comparable con la de Aquiles al momento en que le quitaron a Briseida, siendo capaz (si la tuviera a la mano), de desenvainar una espada y cortarle la cabeza al primer alumno que se le pusiera en frente.

Llegó al salón de Yuuki y Eugeo dejando tras de sí un aura de "ñañaras", incluso provocando que el mismo Eugene temblara al solo sentir esa presencia.

Al ser otra de las costumbres de Klein, se tropezó, casi cayendo de llenó al suelo.

-¡Ah, su puta madre! –Farfulló, dejando en silencio a los alumnos...más de lo que ya reinaba el silencio.

-¿Está bien profesor? –Preguntó Yuuki.

-Estoy bien, estoy perfecto, salvo por el hecho ¡De que no bebí mi puto café mañanero y por eso vengo de malas! ¡Así que si saben lo que les conviene, mejor no me vayan a hacer enojar más de lo que ya estoy o pasaré de ser un Marx a un Stalin a la décima potencia!

-¿Ustedes es marxista, profesor Klein? –Preguntó Kirito.

-Claro. De hecho he visitado Cuba y Rusia ¡Pero ese no es el tema de hoy, así que saquen sus libros y sus libretas, carajo!

Ese receso era otro de los cuales Eugeo pasaría con Quinella. Ella era una chica, no lista, sí una genio. No era la típica chica guapa pero sin cerebro, su inteligencia era equivalente a su belleza.

Los dos "tortolitos" como fueron nombrados por Kirito y Eiji, platicaban en una mesa de la cafetería, notándose muy tentativamente sus aspectos que los diferenciaban.

Quinella era una mujer casi hecha y derecha, siendo una flor casi madura. Eugeo, por su parte, era algo así como una flor que ya no era un retoño, encontrándose esa etapa de transición de retoño a flor medio madura.

Ella tenía ya dieciocho años, él tenía los quince cumplidos, por lo que su diferencia era notoria, al igual que la vergüenza que sentía Eugeo al mirar a Quinella a los ojos, siendo casi palpable por lo mucha que era.

-Y-y dime, Quinella, ¿Para ti era muy difícil la clase del profesor Klein? –Preguntó él.

-En lo absoluto. La realidad era que sus clases las hacía muy sencillas, siempre ha tenido la costumbre de ayudarnos en el examen cuando no sabemos, solo no abuses o no te volverá a ayudar en todo lo que resta del ciclo escolar.

-Gr-gracias por el consejo.

-Puedes ir a mi casa a que te dé clases "particulares" ¿Qué dices, Eugeo?

-¡¿Eh?! –Su rostro se sonrojó de arriba abajo, incluso un poco de las orejas. -¡N-no sé, llevamos casi dos semanas de conocernos! ¡¿No sería muy pronto?!

-¿Desconfías de mí? Hum, vaya tristeza. –Quinella puso el semblante triste, sin embargo, se reía para sus adentros.

-¡Confío en ti, claro!...pero nunca he visitado la casa de una chica, tú sabes...¿Qué hay de tus padres?

-No debería haber problemas. Ellos son flexibles a ese tipo de cosas, me tratan como a una reina por ser hija única, me cumplen los caprichos que quiero con la condición de que sea la "niña modelo" en la academia, así que no tendrían problemas con que estudies un rato en la casa.

-S-sí tú lo dices...aunque me gustaría que fuera para el examen final, siento que pedirte ayuda ahora sería abusar de tu confianza, siendo bastante tonto cuando puedo estudiar por mí mismo.

-Cuando necesites ayuda, dímelo con confianza, hombrecito. –Quinella tocó con las yemas de sus dedos el mentón de Eugeo, haciéndolo sonrojar nuevamente. –Eres muy tímido, ¿verdad?

-Sí. –Masculló él, sacando humo de la cabeza.

-Los tímidos son tiernos...ocultando un lado que nunca se esperaría de ellos. Algo me dice que tú eres de esos que dan un beso que le robaría el alma a cualquier chica.

-Nu-nunca he dado mi primer beso...

-Qué lindo eres. –Sonrió Quinella, besándose la mano para después aprisionada contra los labios de Eugeo. –¿Considerarías eso como un "primer beso"? Porque yo, no.

Eso bastó para que Eugeo se fuera para atrás, echando humo de las orejas, casi como si fuera una tetera.

Las chicas miraban llenas de celos aquella escena tan "lamentable". Daba la impresión de que Quinella y Eugeo eran novios, aunque fuera un juego, por el momento.

Especialmente, Yuuki veía a Eugeo apenarse, echar humo de las orejas y sonrojarse con bastante ternura, sacándole más de una risa en ese día. A ella no le lastimaba ni le ponía celosa que el muchacho tuviera una "amiguita" con la cual jugaba a darse de besitos.

Eiji y los chicos lo miraban con envidia. Esa Medusa era muy cautivadora, dejando hechos piedra a cualquier hombre que la mirara por lo cautivadora de su belleza.

-Perro, que suerte tiene.

Kirito no dejaba de carcajearse al ver los patéticos intentos de su amigo por no sonrojarse, apenarse o verse como un idiota, no lográndolo en ninguna sola de las ocasiones.

-Pobre de él, aunque de igual forma es un desgraciado afortunado.

Regresando a la mesa de su buen amigo Kirito, Eugeo se encontraba muy tieso en sus movimientos, justamente, parecía una piedra.

Echó su plató en la mesa, derrumbando el tronco superior en la misma.

-Maldita sea, Alice va a pensar que salgo con Quinella ¡Pero ella no me gusta!

-Vamos, no seas tonto ¿Qué tiene de malo esta tal "Quinella"? Es muy hermosa, demasiado hermosa. Y en cuanto a lo que dirá Alice...más bien sería ¡¿Qué le dirás tú a Alice, genio?! –Farfulló Kirito, acercando su rostro al de Eugeo para dejarle bien claro lo que pensaba.

-Y-ya se lo diré...só-sólo dame tiempo, aun no me siento preparado.

-Como tú digas, gallina.

Justamente, antes de entrar a clase o a cualquier otra cosa, Kirito se desvió del lado de Eugeo con el pretexto de visitar el baño, no teniendo eso por objetivo ni de lejos.

Se la pasaba espiando en las esquinas de los pasillos, hasta que finalmente la vio: Quinella sacaba un libro "extraescolar" de su casillero, caminando de prisa para su clase de letras. Allí, fue cuando era hora de actuar. Tratando de chocar con ella, Kirito fue evadido por Quinella, algo que lo sorprendió muchísimo.

-Deberías tener un poco más de cuidado. –Le pidió Quinella, de forma dulce, acomodándose su largo cabello, el cual le llegaba más abajo de la cintura.

Ver a Quinella a los ojos le arrancó parcialmente el alma a Kirito, estuvo a nada de sucumbir ante su enorme belleza, siendo su frialdad de corazón lo que logró que eso no sucediera.

-¿T-tú eres la chica que está enamorada de mi amigo? –Al acabar de preguntar, Quinella se soltó a reír.

-Él es mi fetiche, no es tanto así que me sienta enamorada de él. ¿Tú sabes por qué es tan tímido?

-Hem...¿es hijo de mami? –Quinella se rió nuevamente ante la respuesta de Kirito.

-Es encantador, a su manera. Mándale saludos de mi parte, por favor. –Quinella agachó la mirada de forma ligera, haciéndola ver como un pequeño ángel caído.

-Cla-claro...no te preocupes por ello.

-Gracias. –Quinella se retiró medianamente apurada con sus largas piernas, las cuales eran hermosas.

-Ahora entiendo por qué Eugeo se siente tan nervioso estando con ella. –Pensó Kirito, con algo de nervios, aplacando el latir de su corazón.

Aquellos dos serían como El Enamorado y La Muerte, teniendo Eugeo una chica que no le abría la puerta (más que nada porque él nunca le pidió tal cosa), y Quinella, quien lo buscaba, dándole una hora de vida. O, en este caso, un año.

Ese año de vida no era de forma tan literal, era el tiempo que tendría para convivir con el muchacho, quien seguía tratando de esconderse en el corazón de Alice, quien le echaría un cordón de seda, en su momento, rompiéndose el cordón.

Ese mismo día, y ya casi en la salida, Quinella esperaba a Eugeo en el umbral de su puerta. La profesora se despidió con bastante afecto de Quinella, a quien le tenía bastante apego.

Las chicas nuevamente miraban de forma celosa e inconforme, ya les habían quitado a uno de los chicos más guapos del salón. Yuuki y Yuna platicaban alegremente, viendo que Eugeo tenía un aura de preocupación.

-¿Harás esperar a tu novia? –Preguntó Yuuki, con cierto tono malvado.

-¡N-no es mi novia! Pe-pero de igual forma trato de no hacerla esperar mucho. –Respondió Eugeo al tiempo en que se apresuraba a guardar sus cosas.

-Hum. Te la pasas con ella en los recesos ¿Qué es de ti? ¿Te gusta? –Al notar que Eugeo se ruborizaba y comenzaba a sudar, Yuuki se sintió realizada.

-M-me pones en una situación difícil, ¿Yuuki? ¿Verdad?

-Sí, ese es mi nombre. –Sonrió ella, calurosamente.

-T-te lo contaré después, ¿d-de acuerdo?

-¡Okey! Nos vemos mañana Eugeo...no hagas esperar a tu novia. –Rió ella.

-¡N-no digas eso!

Al salir del salón, Quinella lo esperaba con una mirada de inconformidad. Naturalmente no le era muy de su agrado lo que escuchó decir a Eugeo.

-¿Cómo que no soy tu novia? –Preguntó ella, levantando una ceja. –Pensé que ya éramos novios.

-¡Pe-pero si ni siquiera te lo pregunte! ¡¿A qué hora se supone que empezamos a ser novios, Quinella?!

-Desde que me besaste. –Las chicas escucharon eso y miraron con más celos y furia.

-¡No lo digas tan alto, por favor! Además no fue un beso...

-¿Entonces que fue? –Quinella se posó delante de Eugeo, mirándolo bien de cerca.

-Eh...esto ¿Un beso a medias? –La respuesta hizo explotar en carcajadas a Quinella.

-Entonces te daré uno de verdad. –Quinella besó la mejilla derecha de Eugeo, quien de inmediato se puso rojo como tomate, incluso el rostro le brillaba por lo rojo que estaba.

Para Quinella el molestar a Eugeo y hacerlo sonrojar era lo mejor, disfrutando incluso cuando Yuuki lo puso en una mala posición al preguntarle que era de ella. Ese chico era el mejor de los fetiches por lo tierno que era, casi sería como disfrutar de un helado de vainilla en una ola de calor, sólo que un poco más placentero todavía.

Y con lo manipulable que era Eugeo...pues la diversión sí que era a montones.

Para el día siguiente, y en la clase de ciencias sociales, Klein pondría en juego un naipe muy importante.

Él ya había notado una muy pronta división entre los alumnos, los llamados "grupitos" de amigos que se juntaban en cierta parte del aula. Eso era algo que molestaba a Klein, ya que él creía en un grupo unido e indivisible...lo que justamente no sucedía, por lo mismo tomó a dos personas al azar para que formaran equipos, vigilando que no se hablaran o se conociera.

-Muy bien, el trabajo es para el lunes y consta de una investigación de su entorno social, no con ello me refiero a la escuela ¿De acuerdo?

-Sí, profesor Klein. –Respondió el salón con bastante desanimo.

-¡Bien Yuna, será nuestro primer trabajo juntas! –Exclamó Yuuk,i tomando las dos manos de su amiga.

-¿De que podríamos hacer la investigación?

-¡Alto ahí, chicas! Aún no he terminado de explicar. Los equipos de dos personas serán...al azar, ¡sin apelaciones y sin quejas! Así que mencionaré su nombre y el de su pareja, ¿de acuerdo?

-Sí, profesor Klein. –La indiferencia era notoria.

-El primer equipo será...Yuuki y Eugeo.

-¡¿Eh?! –Eugeo, quien estaba medio dormido, se despertó completamente de golpe. Miró a Yuuki, ella le sonrió y lo saludó con la mano, provocando un leve rubor en las mejillas de muchacho.

No era tanto así porque a chica le produjera alguna vergüenza, si no pensar en que tendría que explicarle su situación con Quinella, el tener que sufrir sus burlas, etc.

-Y la segunda pareja será...Yuna y Eiji.

-Hum. –Eiji miró a Yuna, ella se cubrió el rostro con su libreta, apenada.

-¿N-no puede estar Yuuki en mi equipo, profesor Klein?

-¡Dije equipos de dos!

-Rayos...

Al voltear a la banca de Eiji, él se encontraba bastante cerca, sacándole un pequeño grito del susto a la chica.

-Perdón por asustarte, ¿me prestas un lapicero? –Preguntó Eiji, con una sonrisa.

-D-de acuerdo...

Siendo ya épocas de lluvias, Eugeo se abrazaba a sí mismo por culpa del viento y del frío que hacía ese día. Nadie sospechaba que fuera a llover por aquellas épocas, y aun así sucedió.

Él maldecía a su suerte. Kirito sí que tenía una chamarra extra además de su chaqueta, la cual no era suficiente para aplacar el frío.

De la nada, una sensación de calor apareció en sus hombros y en su espalda, algo que claramente se le hizo extraño. Una mano fría se posó en la mejilla de Eugeo, no sobresaltándolo debido a que su rostro se encontraba más frío todavía.

Al ver de quien era esa mano, Eugeo se ruborizó como era costumbre. El olor a perfume era más que notorio, un perfume fino de mujer.

-Estás congelándote, Eugeo ¿No viste la predicción meteorológica de hoy? –Quinella, ella era la portadora de esa fría mano.

-N-no...nunca veo eso más que en noviembre y diciembre que es cuando empiezan las nevadas.

-Tapate con esto, quizá sea muy estrafalario para ti pero...no tenemos de otra.

Quinella había puesto en los hombros de Eugeo un abrigo bastante ostentoso, siendo blanco, afelpado y cálido como las mañanas de primavera.

-Gr-gracias, Quinella.

-El profesor Klein me dijo que harían una investigación ¿Te gustaría venir a mi casa para que te ayude con el trabajo?

-Qui-quizá, aunque aún no estoy seguro de qué lo pueda hacer, gracias por preguntarme, lo tomaré en cuenta.

-Nos vemos mañana, Eugeo. No olvides devolverme mi abrigo. –Sonrió Quinella, dándole un beso en la mejilla para despedirse de él.

Las mejillas de Eugeo parecían carbones al rojo vivo por lo apenado que se encontraba. Kirito simplemente le dio unas pequeñas bofetadas en las mismas.

-Eres todo un galán, compañero.

-¡Cá-cállate!

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Siempre es divertido ver a Eugeo ser apenado 😂😂😂 pobrecito :v

Ya para el siguiente capítulo inicia la relación de "amistad" entre Eugeo y Yuuki, que es la queremos ver 7w7 ahorita es MUY importante la relación de Eugeo con Quinella por cosas que pasan más adelante.

Por cierto, gracias por este cover, Victor. Hasta siempre ☭
Nos vemos en una semana

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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