12: Confesiones
Mérida y Rapunzel estaban junto a las hermanas Hofferson Arendelle en un bar, ya que Astrid las había invitado diciendo que "eso las ayudaría a olvidarse de Jackson y Hiccup por un momento".
Rapunzel había querido invitar a Kristoff y Tadashi al bar, pero Astrid se lo había prohibido ya que era una noche de mujeres y ellos solo irían si "cambiaban su sexo". Esas habían sido las palabras exactas que Astrid había utilizado.
- ¿Acaso sucede algo malo? - Preguntó Astrid al ver que Mérida, Rapunzel y sus hermanas estaban sentadas junto a la barra de tragos.
- No, todo en orden - respondió Rapunzel -. ¿Por qué lo preguntas?
- Por que no estuve durante horas maquillandolas y eligiendo su ropa solo para que estén sentadas sin disfrutar de la noche - respondió, colocando sus manos en sus caderas -. Bailarán. Ahora.
- Pero...
- Nada de peros, Elsa - la interrumpió -. Si no bailan yo misma las arrojaré a la pista. ¿Entendido?
Todas asintieron, sabiendo que Astrid era capaz de hacer lo que acababa de decir y mucho más. Las cinco chicas bailaban juntas en la pista, guiándose con el sonido de la música y dejándose llevar.
Luego de algunas canciones, regresaron a la barra de tragos y pidieron un vaso de cerveza para cada una. El clima era muy agradable y Astrid y Anna buscaban a algún joven atractivo con la mirada, inspeccionando el lugar.
- ¿Y qué opinas de él? - Preguntó Anna a su hermana, señalando a un muchacho rubio.
- No - Astrid negó con la cabeza -. Me gustan los chicos castaños.
- Hablando de eso... - Rapunzel sonrió - ¿Quién es el chico que te gusta?
El rubor se instaló en las mejillas de Astrid, quien intentó hacerse la desentendida.
- No sé de qué estas hablando.
- ¡Vamos Astrid! - Exclamó Mérida -. ¿Somos tus amigas ahora, verdad? Tenemos derecho a saberlo.
Astrid cruzó ambos brazos sobre su pecho luego de dejar su vaso con cerveza en la barra. Ella sabía que no dejarían de fastidiarla hasta que confesara. Luego de unos segundos debatiéndose entre si contarles o no, decidió hablar.
- Bien, pero si llegan a decírselo a alguien haré que sus rostros queden irreconocibles por la paliza que les daré - amenazó, provocando que todas la miraran con temor -. ¿Está claro?
- Sí - asintieron, esperando las palabras de la rubia con expectación.
- Es... Eugene - confesó.
- ¿Qué sucede conmigo?
Elsa, Anna, Rapunzel y Mérida miraron a la persona que se encontraba detrás de Astrid, mientras que ella no movía ni un músculo. Allí estaba Eugene, con un vaso que contenía agua en sus manos, mirando con curiosidad a las muchachas.
- ¿Oiste... algo? - Preguntó con temor Elsa.
- No, solo oí mi nombre y sentí curiosidad - se encogió de hombros el castaño.
Todas suspiraron y pareció que el alma regresó al cuerpo de Astrid, quien volteó y miró al muchacho.
- ¿Qué haces aquí? - Preguntó con curiosidad.
- Oh, estoy junto a Jack, Hans, Hiccup y GoGo - respondió él mientras que señalaba a sus amigos, los cuales estaban bailando en la pista -. Pero no desviemos la conversación. ¿Por qué estaban hablando de mí?
- Eh... Solo... Decíamos que tu eres... - Mérida intentaba que su mentira se oyera creíble - ¿Gay?
Astrid controló sus ganas de asesinar a la pelirroja, ya que ella misma parecía dudar de lo que acababa de decir.
- Yo no soy gay - se defendió Eugene -. Me gustaba Elsa.
La platinada bajó la mirada con las mejillas sonrojadas.
- ¿Acaso ella ya no te gusta? - Preguntó Rapunzel, sorprendida por las palabras del muchacho.
- Ya no - elevó sus hombros, restándole importancia al asunto -. Creo que a Hans le gusta ella, y la verdad es que no quiero ningún conflicto con él, es mi mejor amigo. No te ofendas Elsa, eres muy bonita pero creo que yo sólo estaba obsesionado contigo.
- Tranquilo - Elsa sonrió -. Eso no me ofende.
GoGo, al ver que su amigo estaba hablando con las amigas de Hans se acercó a él.
- Hola - saludó a las muchachas mientras que se colocaba junto a el castaño, respirando agitadamente.
- Hola - respondieron todas al saludo.
- ¿Estás cansada? - Preguntó Eugene a su amiga mientras que rodeaba sus hombros con su brazo izquierdo - ¿Quieres agua?
- Tu eres la única persona que bebe agua en un bar - dijo la morocha, quitándole el vaso a él de las manos para luego beber un poco -. Y sí, estoy un poco cansada. ¿Podrías llevarme a casa?
- Claro, yo también estoy cansado - Eugene besó la frente de su amiga, provocando los celos de Astrid.
- ¿Ustedes dos son novios? - Preguntó la rubia.
Ambos comenzaron a reír, confundiendo a las muchachas.
- Claro que no, solo somos amigos - respondió GoGo.
- Algunas veces parece que somos novios, pero es porque somos así - explicó Eugene -. GoGo tiene toda mi confianza y sé que ella nunca malinterpretará las cosas.
GoGo asintió con la cabeza mientras que sonreía.
- Vaya, eso sí que es extraño... - dijo Rapunzel - ¿Eso significa que son amigos con beneficios?
- No, solo nos tenemos muchísima confianza - aclaró Eugene para luego mirar a su amiga -. ¿Nos vamos, preciosa?
GoGo asintió con la cabeza, se despidieron de las muchachas y salieron del bar sin siquiera saludar a sus amigos.
Hans había visto que sus amigos acababan de marcharse.
- Se fueron - murmuró y miró a sus dos amigos -. ¿Creen que volverán?
- Lo dudo, ya sabes que a Eugene no le llama la atención salir a algún lugar en las noches - respondió Jack -. Solo vino con nosotros para acompañarnos.
- Sí, y GoGo estaba cansada - habló Hiccup -. ¿Ustedes no están cansados? Yo sí, creo que me iré a casa.
- ¡Oh, vamos Hipo! - Exclamó Jack -. Nos costó muchísimo lograr que vinieras, disfruta de la noche.
Frost tenía razón, desde que había llorado frente a Eugene en la cafetería de la escuela estaba un poco deprimido, ya que se había dado cuenta de que había sido un completo idiota con los que él llamaba "nerds", sin que ellos le hubieran hecho nada.
- Bien... Iré por un trago.
- Buena idea Hipo, yo también beberé algo - Jack miró a Hans, quien en ese corto instante había comenzado a hablar animadamente con una chica de cabello negro -. ¿Te gustaría acompañarnos, Hans?
- No, gracias - se negó el pelirrojo -. Muchachos, ella es Mavis, mi ex novia. ¿La recuerdan?
- ¡Claro que si! - Exclamó Hiccup -. Va a nuestro colegio.
- ¿Tú no eres la novia de Johnny? - Preguntó con curiosidad Jack, ya que aquel muchacho era su compañero en las clases de Literatura.
Mavis rodó los ojos y cruzó ambos brazos sobre su pecho.
- Es mi ex novio - aclaró ella -. Era un poco infantil, y eso me frustraba demasiado. Ahora solo quiero divertirme.
Hiccup y Jack miraron a Hans, dándose cuenta de que quería estar a solas con Mavis.
- Okay, iremos por unos tragos - dijo el castaño sonriendo con complicidad.
Jack y Hiccup se acercaron a la barra de tragos, captando la atención de Mérida y Rapunzel, quienes se encontraban un poco alejadas de aquel lado de la barra, pero aún así podían verlos con claridad.
- Oigan... Creo que debo irme, allí está Hiccup - dijo Mérida al ver al chico bebiendo un vaso de cerveza junto a la barra.
- ¡Claro que no! - Exclamó Anna -. No dejarás de disfrutar de esta linda noche solo por un chico - luego miró a Rapunzel -. Tu tampoco te irás.
- No planeaba hacerlo - la rubia sonrió y miró a Jack, quien también la estaba mirando -. ¿Saben? No me arrepiento para nada de haber hecho aquel plan, ya que él me dijo que me quería. En cierta forma obtuve lo que quise.
- Eso está genial, Punz - opinó Elsa con una sonrisa en su rostro.
- Sólo a ti te salió bien el plan, Rapunzel - dijo Mérida mientras que cruzaba ambos brazos sobre su pecho -. No entiendo porqué hice toda esta locura, ahora ni siquiera puedo mirar a Hiccup a la cara y todo fue por tu estúpida idea.
Todas se quedaron sorprendidas ante las palabras de la pelirroja, ya que nunca se hubieran imaginado que le hablaría de aquella forma a su mejor amiga.
Rapunzel sólo bajó la mirada, ella sabía que Mérida había hecho todo eso solo por ella, y había sido quien más había sufrido. La rubia había logrado que Jack le dijera "te quiero", mientras que Mérida solo había obtenido lágrimas en los pasillos del colegio.
- Yo me largo.
Mérida comenzó a caminar hacia la salida, sabía que si continuaba frente a sus amigas las mandaría al demonio y no quería hacerlas sentir mal. Hiccup, quien había visto que la chica se marchaba, decidió seguirla.
- Iré con ella, creo que debo decirle lo que siento de una vez por todas - le dijo a su amigo.
- ¿Acaso le pedirás que sea tu novia? - Preguntó con asombro el peliblanco.
- Sí.
Hiccup se alejó de allí prácticamente corriendo, dejando a Jack más que sorprendido.
- Vaya, eso no me lo esperaba - se rascó la nuca y rió, luego miró a Rapunzel, quien parecía un poco triste -. Creo que ya estoy listo para confesarle mis sentimientos, pero... ¿Y si cambió de opinión? ¿Y si yo ya no le gusto? - se quedó unos momentos en silencio, mirando hacia la nada -. Debo parecer un completo demente hablando solo.
Negó con la cabeza y volvió a mirar a Rapunzel, caminó con decisión hacia ella y le dedicó una cálida sonrisa.
- Hola - le dijo, ignorando la presencia de las hermanas Hofferson Arendelle -. ¿Podemos hablar?
Rapunzel lo miró, sorprendida. ¿Acaso estaba alucinando o algo por el estilo? Ya que nunca antes se hubieran imaginado una situación como esa.
Anna, al ver que su amiga no respondía, le golpeó ligeramente con su codo en las costillas. Rapunzel pareció volver a la realidad, pestañeo un par de veces seguidas y luego sonrió con nerviosismo.
- Cla... Claro - respondió la rubia.
Mientras tanto, Mérida se encontraba fuera del bar, temblando un poco debido a la fría noche. Se estaba arrepintiendo de no haber llevado alguna chaqueta para abrigarse un poco, aunque pensaba que Anna sufriría más el frío ya que había sido la única que había decidido utilizar shorts aquella noche.
Mérida sacó su móvil del bolsillo trasero de sus pantalones oscuros y buscó el nombre de la única persona que podía llevarla a su casa en aquel momento, ya que el auto de sus padres estaba en reparación.
- ¿Hola? - Preguntó una voz un tanto somnolienta desde el otro lado de la línea.
- Lo lamento Kristoff, ¿te desperté?
- No te preocupes - se oyó un bostezo -. Estaba terminando un trabajo para la universidad. ¿Por qué me llamabas? ¿Sucedió algo malo? ¿Le sucedió algo a Punzie? ¿Algún chico te embarazó? ¿Fue Tadashi? ¡Yo te dije que no debían haber sido amigos con beneficios! O quizás el culpable fue ese chico que te gusta... ¿Cuál era su nombre? ¿Hoccop? O acaso...
- ¡Ya cállate, Kristoff! - Exclamó la pelirroja, cansada de que su amigo no parara de hablar -. Solo necesito que vengas a buscarme a un bar, luego te explico lo que sucedió... Si no puedes venir está bien, puedo llamar a alguna otra persona.
- Claro que puedo ir.
- ¿En serio? No quiero que te sientas obligado a hacerlo.
- Mérida, iré ahora mismo - desde el otro lado de la línea se oyó el ruido de unas llaves -. ¿Dónde estás?
La pelirroja miró a su alrededor, reconociendo a la perfección aquel lugar.
- En el bar que está frente al lugar donde festejamos tu cumpleaños número dieciocho.
- Estaré allí en menos de quince minutos - y así él acabó con la llamada.
- ¿Mérida?
Al oír aquella voz detrás de ella, no pudo evitar sentir nervios. Se volteó y lo miró, guardó su móvil en el bolsillo trasero de sus pantalones y preguntó:
- ¿Qué haces aquí? Deberías estar adentro, con tus amigos.
Hiccup metió sus manos en los bolsillos delanteros de sus pantalones, ya que el frío lo había tomado por sorpresa, dentro del bar hacía calor.
- Quiero hablar contigo.
Mérida no pudo evitar sentir temor, ya que quizás le diría que el plan que había hecho por él había sido algo completamente idiota, pero obviamente no demostró aquel sentimiento que la había invadido.
- Dime.
- Yo... - Hiccup bajó la mirada - Quisiera pedirte disculpas, fui un idiota todo este tiempo. No entiendo cómo es que a pesar de mi estúpida forma de pensar acerca de los que llamo nerds, tu te enamoraste de mí - la miró a los ojos -. Tu confesión me hizo reflexionar, y ahora entiendo que fui un completo idiota. Por comportarme de aquella forma con los supuestos inadaptados, no te presté atención hasta que cambiaste. Yo... te quiero mucho, Mérida, y quisiera darte las gracias por abrirme los ojos.
La pelirroja no podía creer todo lo que acababa de oír. ¿Él en verdad había dicho aquellas palabras tan hermosas? ¿Él en verdad le había dicho que la quería?
- Me alegra oír eso - le dedicó una sonrisa genuina.
- Mérid, hay algo más que quiero decirte - se acercó a ella -. ¿Te gustaría ser mi novia?
En ese mismo instante un auto se estacionó en la calle, justo a un lado se ellos. La puerta del asiento del piloto se abrió, dejando ver a un muchacho rubio con una chaqueta marrón en sus manos.
Era Kristoff.
Mérida volvió a mirar a Hiccup.
- Yo... No creo estar lista para eso, Hiccup.
Ella se acercó a Kristoff quien le colocó la chaqueta sobre los hombros.
- Creí que tendrías frío - dijo el rubio mientras que la observaba con preocupación.
- Gracias Kris, ya podemos irnos.
Ambos se subieron al auto, Kristoff le dedicó una fulminante mirada a Hiccup y comenzó a conducir. Él podía llegar a ser muy sobre protector con Mérida y Rapunzel algunas veces.
Mientras tanto, Jack había llevado a Rapunzel a un lugar un poco apartado de todas las personas que se encontraban en el bar, mas específicamente cerca de los baños.
- Bien, creo que ya es tiempo de que lo sepas - dijo Jack, mirándola a los ojos -. Me gustas mucho Rapunzel, y te quiero - la rubia no pudo evitar sonreír mientras que él continuaba hablando -. Me arrepiento muchísimo de no haberme fijado en ti antes de tu cambio de aspecto, ya que no sabía de la persona maravillosa que me estaba perdiendo.
- Yo... No sé que decir, Jack - ella estaba realmente asombrada.
Rapunzel siempre había estado enamorada de Jackson Frost, y que él le dijera aquellas cosas era como un sueño hecho realidad.
- Solo... respondeme algo - hizo una pausa, provocando que los nervios se apoderaran de la rubia -. ¿Te gustaría darme un tiempo... Para conocernos mejor?
- Claro que sí - respondió ella, sonriendo ampliamente.
- Me encantaría pedirte que seas mi novia, pero siento que debemos conocernos aún más.
- Yo siento exactamente lo mismo.
Ambos se miraron fijamente a los ojos, y luego de unos segundos Rapunzel lo abrazo, sorprendiéndolo.
- Gracias por ser sincero, Jack - susurró, provocando que él sonriera.
En ese mismo instante, Anna se acercó a ellos, un poco apenada por tener que interrumpir aquella hermosa escena.
- Punz... Debemos irnos, ya es un poco tarde.
Al oír a la pelirroja, Rapunzel se separó de Jack aún sonriendo.
- No vemos luego - se despidió para luego besar la mejilla del peliblanco.
Cuando Rapunzel y sus amigas abandonaron el lugar, Jack buscó a Hans con la mirada, encontrándolo junto a la barra en una situación que jamás se hubiera esperado.
Hans estaba besando a Mavis.
Jack se acercó a su amigo, sabía que debía interrumpirlos lo cual no le agradaba demasiado. Él conocía muy bien a Hans, y que él se acercara a alguna chica de aquella forma era difícil, ya que solo lo hacía cuando sentía mucha confianza.
- Eh... Hans - dijo, provocando que su amigo se separara de la chica -. Debemos irnos, Hiccup está afuera y quizás nos esté esperando.
El pelirrojo asintió con la cabeza y volvió a mirar a Mavis.
- Debo irme - le dio un corto beso en los labios -. Adiós, Mavis.
- Adiós - se despidió ella, dedicándole una pequeña sonrisa.
Ambos amigos salieron del lugar, encontrando a Hiccup afuera, junto al auto de Hans.
- ¿Por qué estabas besando a tu ex? - Preguntó Jack una vez que todos habían ingresado al auto, acomodándose en el asiento del copiloto.
- ¿Hans besó a Mavis? - Preguntó esta vez Hiccup, desde los asientos traseros.
Hans puso en marcha el auto y elevó sus hombros, restándole importancia al asunto.
- Quizás vuelva a pedirle que sea mi novia - confesó, provocando la sorpresa de sus amigos.
- Creí que te gustaba Elsa, ya que estabas pasando mucho tiempo con ella últimamente - dijo Hiccup, aún sorprendido por lo que su amigo acababa de decir.
- Yo también creí que me gustaba, pero... - el pelirrojo suspiró - Estar con Mavis hoy me hizo recordar a cuando éramos novios, y ella en verdad me agrada - Jack y Hiccup asintieron con la cabeza, comprendiendolo -. ¿Y a ustedes les sucedió algo interesante en esta noche?
- No mucho... - Respondieron ambos, luego les explicarían todo a sus amigos.
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PREGUNTA: ¿Qué piensan acerca de que a Astrid le guste Eugene?
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