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1: Cambio de aspecto

Eran las 5:30 de la mañana, Mérida salió de su casa con una gran mochila negra que parecía estar apunto de explotar. La pelirroja cruzó la calle y caminó a la casa que se encontraba frente a la suya, le envió un mensaje a su amiga y en menos de un minuto la rubia abrió la puerta.

- Wow, veo que trajiste mucha ropa. - Dijo Rapunzel al ver la mochila de su amiga.

Mérida ingresó a la casa, Rapunzel cerró la puerta y subieron las escaleras.

- Sigo creyendo que todo esto es una locura, y nada nos garantiza que vaya a funcionar. - Dijo la pelirroja mientras ingresaban a la habitación de Rapunzel.

- No perderemos nada intentándolo.

Mérida rodó los ojos para luego sentarse en la cama con acolchado rosa de su amiga, abrió su mochila negra y comenzó a sacar la ropa. Rapunzel abrió su gran armario y comenzó a inspeccionar la ropa duque nunca utilizaba, arrojándola al suelo.

Luego de aproximadamente quince minutos, ambas amigas habían encontrado la ropa que usarían ese día.

- ¿Ya te dije que esto es una locura? - Preguntó Mérida mientras su amiga salía del baño.

- Sí, unas cien veces. - Respondió la rubia.

Rapunzel estaba utilizando una falda muy corta de color blanco y una blusa con flores de color rosa con botones, unas sandalias marrones, su cabello rubio suelto y no tenía sus lentes.

- Ahora ve y cambia esa ropa horrible. - Dijo Rapunzel mientras empujaba a su amiga dentro del baño junto a la ropa que se pondría.

Luego de unos minutos, Mérida salió del baño con una falda muy corta color negro de un material de lo que parecía ser cuero, pero no lo era, una blusa blanca con botones y unos zapatos negros con poco tacón, su cabello sujeto en una coleta y no tenía lentes.

- Te vez genial, Mer, pero... - Dijo la rubia para luego acercarse a su amiga y soltar su cabello - Mucho mejor, nunca llevas el cabello suelto y se ve genial.

- Vale, vale. - Dijo Mérida mientras rodaba los ojos, ella no estaba muy convencida de que aquel plan funcionaría, pero lo intentaría por su amiga. - ¿Acaso también vamos a maquillarnos? Porque si es así, desde ya me estoy negando.

- Tranquila, Mer, nosotras no nos maquillaremos - Respondió Rapunzel a su amiga -. No lo necesitamos, estamos bien así.

Mérida se acercó al espejo ovalado que Rapunzel tenía en su alcoba y miró su reflejo con una expresión de horror.

- Parezco una puta - la pelirroja luego miró a su amiga -, parecemos putas.

- ¡Oh, vamos, Mer! - Exclamó Rapunzel y se acercó a su amiga para luego acariciar los brazos de esta - Solo hay que intentarlo, si no funciona volveremos a ser las mismas de antes.

- ¿Y si funciona?

- Pues, tendrás que acostumbrarte a vestir como... Zorra. - Respondió la rubia, luego de unos segundos, ambas comenzaron a reír.

Luego de desayunar en la casa de Rapunzel, ambas amigas se dirigieron al colegio caminando, ya que tenían bastante tiempo para llegar. Justo antes de cruzar la calle para así poder llegar al instituto, Mérida comenzó a dudar.

- Punz, ¿y si no funciona? - Preguntó la pelirroja.

Rapunzel sonrió para luego entrelazar su brazo izquierdo con el derecho de Mérida.

- Si no funciona, volveremos a ser las mismas de antes. - Respondió la rubia, provocando que una sonrisa de dibujara en el rostro de su amiga.
Mérida y Rapunzel cruzaron la calle y caminaron entre los estudiantes del colegio con sus brazos entrelazados, todos se volteaban a mirarlas, los hombres silbaban y algunos eran golpeados por sus respectivas novias.

- Estoy tan nerviosa - dijo Mérida mientras observaba a todas las personas que las miraban -, ¿por qué nos miran tanto?

- No debes estar nerviosa, nos miran porque... Nos vemos diferentes. - Respondió Rapunzel - Tú solo sonríe.

Ambas amigas sonreían mientras caminaban entre los alumnos del colegio. No muy lejos de Mérida y Rapunzel, Hiccup Cameron Haddock y Jackson Andrew Frost estaban conversando.

- ¡Hey, idiotas! - Exclamó Hans De las Islas den Sur, un buen amigo de Jack y Hiccup.

- Maldito imbécil. - Dijo Jack y ambos chocaron sus puños en forma de saludo.

- ¡Hey! - Exclamó Eugene Fitzherbert mientras llegaba corriendo hacia ellos, los cuatro eran muy buenos amigos - ¿Acaso no vieron a DunBroch y Corona?

- Ni siquiera sé de quién hablas. - Dijo Hiccup mientras despeinaba su cabello, provocando varios suspiros de chicas a su alrededor.

- Las nerdsde la clase - Explico Eugene -. Se ven... Realmente sexys.

- ¿Ah, si? - Preguntó Hans - Esas chicas parecen monjas, debes de haberte drogado.

- No estés tan seguro. - Dijo Fitzherbert mirando hacia un costado de sus amigos.

Todos miraron en la dirección que miraba Eugene y sus bocas se abrieron con asombro.

- Joder... - Susurró Jack mientras Rapunzel y Mérida caminaban frente a ellos, la rubia le sonrió a Jack pero ninguna de las dos se detuvo e ingresaron al colegio con todas las miradas masculinas fijas en ellas.

- ¿Ellas son DunBroch y Corona? - Preguntó Hans, a lo que Eugene asintió con la cabeza - Se ven...

- Jodidamente sexys. - Terminó la oración Hiccup.

Luego de dos horas seguidas de Literatura, la campana del almuerzo sonó, Rapunzel y Mérida se dirigieron a la cafetería con varias miradas fijas en ellas. Ninguna de las dos amigas se sentía cómoda con tanta atención, pero Rapunzel no dejaba de pensar en el momento en que vio a Jackson Frost mirándola y ella le sonrió. Mérida no dejaba de pensar en que se veía como una zorra, y también quería mandar a todos al demonio ya que ella sabía que algunos hombres miraban su trasero, pero simplemente reprimía su enojo para no estropearlo todo.

Ambas amigas llegaron a la cafetería y se dirigieron a buscar sus charolas del almuerzo de color rojo, Rapunzel cogió una hamburguesa y una pequeña botella de jugo de naranja, Mérida también cogió una hamburguesa, pero eligió jugo de manzana. Las hamburguesas eran el platillo especial de la semana, pero la mayoría de nas chicas escogían ensaladas.

Rapunzel y Mérida se sentaron en la misma mesa de siempre, cerca del lugar donde se pedía el almuerzo. Todas las mesas eran circulares y tenían diferentes cantidades de sillas, eso dependía de la cantidad de personas que se sentasen allí, la mesa dónde se encontraban las dos amigas tenía cinco sillas, de las cuales tres estaban desocupadas.

- No puedo creer que el aspecto influya tanto en las personas - dijo Mérida mientras Rapunzel bebía de su jugo de naranja -, antes nadie nos miraba, éramos prácticamente invisibles, y ahora todos los hombres del colegio nos miran los traseros.

Rapunzel casi se ahoga con el jugo de naranja, luego de toser durante algunos segundos, comenzó a reír por lo que su amiga había dicho.

- Tienes toda la razón, pequeña Meri. - Dijo la rubia mientras elevaba su botella pequeña de plástico con jugo de naranja.

- Brindo por nuestros traseros, pequeña Punzie. - Dijo Mérida repitiendo la acción de su amiga, y ambas chocaron ligeramente sus botellas con jugo, haciendo un brindis.

- Hola - Oyeron a alguien hablar, Mérida y Rapunzel levantaron las miradas, encontrándose con Hiccup Haddock - ¿Me puedo sentar con ustedes?

Rapunzel miró a Mérida, pero la pelirroja prácticamente no respiraba.

- Claro. - Respondió la rubia para luego sonreír, pateó a su amiga por debajo de la mesa y esta pareció volver a la realidad.

- Mi nombre es Hiccup Haddock, ¿cuales son sus nombres? - Se presentó el castaño.

Mérida se desilusionó un poco en ese momento, él no sabía ni siquiera su nombre, y ella prácticamente lo amaba. Rapunzel se percató de que la pregunta de Haddock había hecho sentir mal a su amiga, por lo cual hablo para que la pelirroja no se sintiera peor.

- Ella es Mérida DunBroch y yo soy Rapunzel Corona.

Hiccup sonrió e iba a decir algo, pero Jackson Frost se sentó junto a el sin siquiera preguntar si podía hacerlo.

- Hola, ustedes deben ser las muchachas de las que hablan todos, ¿verdad? - Habló Frost - Yo soy Jackson Frost, y no deben presentarse, ya se sus nombres.

Rapunzel se veía normal, pero por dentro estaba hecha un manojo de nervios y emoción. Jackson Frost estaba frente a ella, dirigiéndole la palabra y diciendo que ya sabía su nombre, por lo cual la rubia estaba muy emocionada.

- No debías presentarte, Rapunzel sabe muy bien tu nombre. - Dijo Mérida.

Jack sonrió y Rapunzel le golpeó a su amiga en el estómago,  provocando que Haddock y Frost la miraran extrañados. Rapunzel se estaba muriendo de vergüenza, su amiga no decía ni una palabra cuando Hiccup había llegado, y cuando Jack llegaba, su amiga se encargaba de humillarla.

- Mérida solo esta bromeando. - Dijo Rapunzel para que la vergüenza que sentía en ese momento no se hiciera aún mayor.

Hiccup y Jack sonrieron mientras miraban a ambas chicas, Jack no podía creer que nunca antes las había notado.

- Dicen que ustedes son muy inteligentes, ¿verdad? - Preguntó Hiccup.

- Sí, pero principalmente se nos dan muy bien la Psicología y la Química. - Respondió Rapunzel.

- A ti se te da bien la Química, yo odio esa materia - Dijo Mérida -. La materia que más me gusta es la Psicología.

- Justamente tengo problemas con esa materia - mintió Hiccup -, y necesito a alguien que me ayude.

- Pues deberías preguntarle a Elsa... - Mérida comenzó a hablar, pero Rapunzel le cubrió la boca con la mano izquierda.

- Mérida podrá ayudarte. - Dijo la rubia para luego quitar su mano de la boca de su amiga. 

- Claro - dijo Hiccup mientras sonreía para luego mirar a Mérida a los ojos - ¿Te parece bien mañana luego del colegio? En mi casa.

Mérida no podía hablar, estaba sorprendida por lo que lograba una falda corta.

- Cla... Claro. - Respondió la pelirroja tartamudeando.

...

Luego de cinco extenuantes horas en el colegio la campana había tocado, Hiccup y Jack salieron del instituto con la mirada de casi todas las chicas sobre ellos. La novia de Hiccup no había ido al colegio ese día, por lo cual se acercaron a hablarle más chicas de lo habitual. Eugene y Hans se habían quedado en detención, al parecer habían roto varias cosas del laboratorio.

- ¿Por qué le mentiste a Mérida? Te va genial en Psicología y es tu materia favorita. - Dijo Jack mientras caminaban por el campus.

- ¿Cómo que por qué? - Preguntó Hiccup - ¿Acaso no haz visto a esa chica? Es jodidamente sexy.

- Pero tú tienes novia. - Dijo Jack y ambos cruzaron la calle puedo de mirar a ambos lados.

- ¿Acaso crees que Astrid me importa? Comparada con aquella pelirroja, mi novia se puede ir al demonio. - Dijo Hiccup mientras caminaban por la acera.

- Sí, Mérida tiene... - Comenzó a hablar Jack, pero su amigo lo interrumpió.

- Unas piernas increíbles, el mejor trasero que he visto y un cuerpo esculpido a la perfección por los mismísimos dioses.

- Iba a decir que tiene naturalidad - dijo el peliblanco -. Tú eres un baboso.

- Oh, eso dolió, justo aquí - dramatizó Hiccup mientras se llevaba una mano al lugar dónde estaba ubicado su corazón -. Y tu no puedes decime nada, ¿o acaso no recuerdas a Rapunzel Corona? - Jack bajó la mirada al suelo mientras ambos continuaban caminando - ¡No puedes mentirme! ¡Estabas viendo su escote!

- ¡Callate! - Exclamó Jack mientras golpeaba a su amigo en el brazo, provocando que este se desestabilizara un poco - Y sí, admito que estaba viendo su escote, pero es la rubia más sexy que he visto en mucho tiempo.

- Prefiero las pelirrojas. - Dijo Hiccup.

...

Rapunzel y Mérida estaban terminando con sus deberes, el escritorio de la rubia era un completo desastre de papeles, lápices y hojas arrugadas. Rapunzel observaba a su amiga, la cual parecía estar muy concentrada completando sus deberes de Biología.

- ¡No lo resisto más! - Exclamó la rubia, provocando que Mérida se asustara.

- Tranquila, solo tienes que colocar las funciones de...

- No es eso, Mer - dijo Rapunzel -. Hiccup Haddock te pidió que lo ayudes en Psicología, ¡y tú te comportas como si nada hubiera sucedido! 

Mérida se quitó las gafas para leer y miró fijamente a su amiga durante algunos segundos.

- Punzie... - Comenzó a hablar Mérida - Yo en verdad estoy feliz por eso, siempre esperé que Hiccup Haddock me notara, pero... 

- ¿Pero? - Preguntó Rapunzel para que su amiga continuara hablando.

Mérida suspiró para luego acomodar su cabello detras de sus hombros. 

- Pero el tiene novia, no puedo coquetear o intentar conquistar a un chico que tiene novia, además yo no podría competir contra Astrid Hofferson.

Rapunzel no pudo evitar enternecerse por las palabras de su amiga, Mérida podría mostrarse fuerte, pero ella la conocía muy bien, y sabía que era muy sensible. 

- Mérida, tú eres mucho mejor que Astrid Hofferson - dijo Rapunzel -. Ahora las personas nos están notando a ambas, y les demostraremos que no somos los que ellos piensan, nosotras podemos ser bonitas e inteligentes a la vez. 

- ¿En verdad crees que las personas podrán cambiar de opinión? - Preguntó Mérida.

- Claro que lo creo. - Respondió la rubia. 

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