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Capítulo siete

—Tenías razón. —suspiró TaeHyung colocando su bandeja con comida encima de la mesa y tomando asiento, JiMin haciendo lo mismo a su lado.

—Siempre tengo razón —respondió JiSoo quien estaba ya sentada en frente suyo—. Pero en este caso, ¿de qué hablamos exactamente?

—De JungKook. Es como lo dijiste: ego por las nubes y parece que se quiere coger a todo lo que respira. —TaeHyung explicó mientras desahogaba su enojo en su botellita de leche de banana, clavando el pitillo con fuerza en la parte superior.

JiSoo levantó sus cejas al escucharlo y luego sonrió con interés hacia JiMin.

—Mis diez mil wones. —dijo la chica estirando su mano hacia el pelirosado quien hizo una mueca de molestia antes de con resignación sacar un billete de su bolsillo.

—¿De verdad tenías que decirle? —JiMin recriminó esta vez hacia TaeHyung mientras que la única chica entre ellos guardaba contenta su dinero.

—¿Qué acaba de pasar? —cuestionó el rubio sin entender.

—Hace unos días cuando les dije sobre los rumores de JungKook, JiMin no me creía así que hicimos una apuesta y él claramente perdió —la pelinegra explicó contenta hasta que se llevó un poco de su ensalada a la boca y sus labios se fruncieron con disgusto—. Esto sabe a planta.

—¿Apostaron sobre JungKook? —indagó el menor de los tres.

—Más exactamente sobre que él se daría cuenta sobre tu interés y lo usaría como pase directo a estar entre tus piernas —respondió ella concentrada en mirar sin nada de ganas su insípida ensalada, hasta que se dio cuenta de lo que acababa de decir sin más y levantó la mirada con una sonrisa avergonzada—. Bueno, eso sonó bastante mal.

—¿Yo estoy sufriendo y ustedes simplemente apuestan sobre eso? —TaeHyung estaba molesto e indignado. ¿Sus amigos creían que sus desgracias eran un juego?

—Hay unos zapatos que quiero comprar, necesito ahorrar dinero. —la chica respondió encogiéndose de hombros y TaeHyung rodó los ojos antes de que su mirada cayera en JiMin.

—A mí no me mires, por creer en ti perdí mis diez mil wones. —habló el pelirosa desviando la mirada y dirigiéndola a su propio plato de comida dispuesto a devorar lo que había allí.

—Gracias por ser mis amigos. —terminó diciendo resignado con bastante sarcasmo pintando su voz.

—Si vieras los zapatos entenderías que es por una buena causa —dijo JiSoo y con la mirada que le dirigió el rubio entendió que sería mejor dejar el tema—. Entonces... ¿qué tan mal estuvieron las tutorías?

TaeHyung clavó su tenedor con fuerza en una papita al escuchar la pregunta y aunque eso había sido una excelente respuesta, habló.

—Pésimo —dijo sin dudarlo—. Es decir, aprendo, pero ya no tolero a JungKook. Y apenas van unos días.

—La otra vez me hizo ir a su casa sólo para escucharlo quejarse. —añadió JiMin como si fuera un detalle importante y TaeHyung lo miró.

—Se te olvida que yo invité la pizza esa noche. —recriminó.

—Omitiendo el hecho de que se reúnen a comer pizza a mis espaldas. Necesito más detalles —dijo, su mirada dirigiéndose a TaeHyung—. ¿Qué ha hecho JungKook específicamente?

TaeHyung le dio una mordida a su sándwich por lo que tardó unos instantes antes de tragar lo que tenía en la boca y poder volver a hablar.

—Fumó en mi casa, me da órdenes, se me acerca demasiado, literalmente me ha acorralado un par de veces y su rostro lo he tenido tan cerca como para que su respiración me choque y sus perfectos ojos me queden a centímetros y sus rosados labios...

—Ya, pero sin sonrojarte —interrumpió la chica con una sonrisilla refiriéndose al suave color rojo que se había subido a las mejillas del rubio mientras hablaba.

TaeHyung abrió sus ojos y de repente sintió sus mejillas calientes y entendió a qué se refirió su amiga, por lo que automáticamente llevó sus manos a su rostro y lo cubrió con ellas soltando un pequeño y agudo ruido de frustración.

—A eso llamo un grito de macho. —se burló el pelirosa palmeando suavemente la espalda de su amigo a su lado.

—No lo molestes, suficiente tiene con que le gusta un pedazo de... —JiSoo tenía muchos insultos que podrían encajar con JungKook, pero estaba intentando ser family friendly así que se contuvo—, lo que sea que sea JungKook.

—No me gusta. —se quejó TaeHyung, su voz siendo amortiguada por sus manos.

—"Sus perfectos ojos y sus rosados labios..." —replicó ella cambiando su voz e imitando lo que había dicho momentos atrás como justificación.

—Ya le he dicho que aunque lo niegue, aún le gusta, pero no me cree. —JiMin habló alejando su mano de la espalda de su amigo, y concentrándose de nuevo en su comida.

—No me gusta —insistió el rubio, despejando su rostro y mirando a sus amigos, odiando por dentro que sus mejillas aun siguieran un poco calientes—. Que me parezca inevitablemente atractivo y que la tensión entre ambos sea demasiado fuerte, es totalmente diferente.

—Que te gusta dices. —dijo JiMin.

—Me parece que tiene una apariencia agradable a la vista y una manos grandes y venosas perfectas para ahorcar a alguien. —corrigió el rubio.

—Que te gusta dices. —JiSoo estuvo de acuerdo con el pelirosa.

TaeHyung respiró hondo intentando calmarse.

—Creo que no están entendiendo lo que intento decir —les dijo—. Puede que antes me gustara pero ahora que conozco su arrogancia y personalidad, esa palabra es demasiado para él. Simplemente es... atractivo.

Sus amigos lo miraron y luego se miraron entre ellos antes de volver a mirarlo. JiMin tomó su bebida y por el pitillo comenzó a beber como reteniéndose de decir algo.

—Te gusta su físico y la tensión que hay entre ambos, pero no te gusta él. —comentó JiSoo casi como pregunta.

—Exacto. —el rubio respondió. Por fin empezaban a comprender.

—Entonces deberías acostarte con él y matar las ganas.

JiMin casi se atraganta con su bebida y a TaeHyung casi se le cae su sándwich al suelo.

—¿Qué? —cuestionó la pelinegra al ver las miradas que le dirigían sus amigos.

—¿Cómo que qué? Acabas de decir que me acueste con JungKook —expresó el menor de los tres como si fuera algo obvio—. JungKook.

¿Y tú? —curioseó la chica, esta vez dirigiéndose a JiMin para entender el porqué de su reacción.

—Ah no, yo sí estoy de acuerdo. Sólo me gusta ser dramático. —musitó con una sonrisa angelical, y TaeHyung lo miró con signos de pregunta saliendo disparados de sus ojos.

—Es sencillo —comenzó a decir JiSoo—. Si es sólo atracción como dices, entonces así ambos matan las ganas, dejan el jueguito y todos contentos.

TaeHyung no podía creer lo que escuchaba, ¿qué tipo de consejo era ese? Siéndose sincero, la idea de acostarse con JungKook no era algo que lo disgustara, es decir, él no era ciego, y el chico se tenía gran potencial de ser excelente en la cama, pero... ¡era un cretino! Además que, él sentía tensión entre ambos, ¿pero y si no era así? ¿Y si en realidad a JungKook sólo le gustaba joderlo?

—Eso no es viable —respondió después de unos segundos considerando toda opción relacionada—. Ni siquiera sé si él está interesado en mí de esa manera.

—Estamos avanzando. —sonrió la pelinegra compartiendo sonrisas cómplices con JiMin.

—¿Qué? —indagó sin entender el rubio. ¿En qué momento sus amigos aprendieron a comunicarse por miradas? Se sentía excluido.

—Técnicamente nos acabas de decir que tú sí te acostarías con él. —explicó JiMin y JiSoo asintió apoyándolo.

Por el multiverso, sus amigos necesitaban dejar de escuchar cosas que no había dicho. Aunque no es que eso estuviera muy lejos de la realidad.

—Ahora, volviendo a tu preocupación, es obvio que JungKook está interesado en ti. —la azabache continuó, haciéndolo fruncir el ceño.

—¿Cómo lo sabes? Si hasta ahora te enteras de lo que ha sucedido con él estos días. —TaeHyung recriminó.

—Porque desde hace un buen rato que JungKook te ha estado dirigiendo miradas —respondió—, o a tu culo. No estoy muy segura, es difícil diferenciar desde tan lejos.

Automáticamente TaeHyung se giró hacia dónde su amiga le acaba de señalar con la cabeza, y no tardó ni un segundo en ver a JungKook. Justamente sus miradas se chocaron y confirmó lo que la chica dijo, aún más cuando el pelinegro no tuvo la más mínima decencia de disimular pues claramente le había guiñado un ojo.

Con rapidez volvió a su posición original de nuevo mirando de frente a su amiga sin entender lo que había sucedido. Hacía unos días no estaba seguro de que JungKook supiera de su existencia, y ahora lo había encontrado mirándolo y tras de todo el chico le había dado un guiño.

—Sí, debía estar mirando tu culo, no hay nada más interesante en tu parte trasera. —habló JiSoo después de haber hecho un corto análisis.

—Deberías estar feliz, JungKook te tiene ganas. —JiMin intentó animar y TaeHyung lo miró.

¿JungKook le tenía ganas? ¿Jeon JungKook le tenía ganas? ¿Esa tensión que había sentido cuando estaba con él había sido real?

El guiño que el chico le dirigió instantes antes se repitió en su memoria.

—En un caso hipotético de que fuera así —comenzó a decir no muy seguro, sus amigos prestándole atención—. ¿Creen que esto acabaría si me acuesto con él?

—En teoría no —la mayor de los tres dijo y al ver la mirada del rubio se explicó mejor—. Digo, tendrás que seguir tomando sus tutorías hasta que terminemos este ciclo escolar, pero la tensión o todo esto de lo que hablas entre ustedes, sí.

Bueno, en definitiva que JungKook dejara de atormentarlo durante sus clases sonaba muy bien. Y el acostarse con él... Por más que le doliera admitirlo, también sonaba bien.

—¿Por qué me aconsejas esto? —TaeHyung cuestionó preguntó desviando un poco el tema central—. La última vez que hablamos de esto dijiste que tuviera cuidado y que me mantuviera alejado.

—Porque ahora dices que es sólo atracción, así que no hay manera de salir lastimado —justificó ella—. Además, si no haces algo para acabar con esa tensión, JungKook no te dejará de atormentar, no hasta que consiga lo que quiere.

El rubio se mordió el labio inferior al escuchar aquello, y pensando un poco, después de unos segundos volvió a hablar.

—¿Y cómo... Cómo haré eso? —estaba cediendo, Kim TaeHyung estaba cediendo ante la alocada idea.

JiMin y JiSoo sonrieron cómplices.

—Sólo déjate llevar. Si las cosas son como las cuentas, la tensión entre ustedes hará todo el trabajo —respondió la pelinegra. En definitiva ella era el cerebro entre sus dos amigos—. Pero recuerda, esto funciona sólo si es atracción, nada más.

—Lo es —confirmó sin dudarlo—. Aunque no estoy diciendo que vaya a hacerlo.

—Si no lo haces tú, alguien tomará la iniciativa —JiMin dijo girando su cabeza de nuevo para poder ver a TaeHyung, parecía que antes había estado viendo detrás suyo—. ¿De verdad no sientes su mirada? Y yo que creía que antes tú eras el perturbador.

—Deja de observarlo y concéntrate en comer que no debe faltar mucho para que suene la campana. —TaeHyung farfulló un poco enojado.

—No te preocupes, no es mi tipo. —habló JiMin con una sonrisa y TaeHyung quiso mandarlo fuera de la cafetería de una patada.

—Pequeño engendro.  —susurró entre dientes el rubio pero decidió hacer como que no lo escuchó y centrarse en terminar la comida frente suyo, aguantando la risa.

Bueno, TaeHyung no sabía en qué se estaba metiendo, y mucho menos si debía confiar en una idea que surgió al juntar las cabezas de JiSoo y JiMin, cosa que hacía que todo fuera aún menos confiable.

Decidió que sería mejor de pensar en ello. No descartaría la idea pero tampoco significaba que lo haría, sólo lo dejaría para pensarlo mejor después, por ahora sólo quería centrarse en comer su sándwich pues su estómago comenzaba a rugir.

<...>

—¿Quieres que te acompañe a casa? —JiSoo le preguntó.

Hacía unos minutos que la última campana del día había sonado, significando que los estudiantes podían irse a sus hogares, por lo que ahora TaeHyung y JiSoo se encontraban con su mochila en la espalda y camino a la salida de la escuela.

—¿Y eso? —curioseó extrañado, hacía ya un tiempo desde que su amiga no le proponía algo así.

—Bueno, mi hermano me dijo que no fuera a casa hasta tarde en la noche porque llevaría a su novia —explicó sin mucha cosa—, así que no tengo nada que hacer, ni a donde ir.

—¿Vas a dejar que tu hermano te eche así nada más de la casa?

—¿Por quién me tomas? —replicó ella luciendo indignada—. Le dije que le cobraría diez mil wones la hora.

Eso sí sonaba más como Kim JiSoo.

—¿Cómo es que siempre logras sacar dinero de cualquier situación? —curioseó sin detener sus pasos, ya estaban casi en la salida de la escuela.

—Es un don —se encogió ella de hombros con una sonrisa—. Entonces, ¿puedo ir a tu casa? Yo invito la cena.

—Siempre eres bienvenida. —respondió feliz, sobretodo por el hecho de que obtendría comida gratis.

Ambos siguieron caminando, mientras mantenían una animada conversación, sin embargo, no lograron alejarse mucho de la escuela cuando TaeHyung sintió que alguien jaló de su mochila.

No dudó mucho en girarse pensando que tal vez sería JiMin, por lo que puso una sonrisa en su rostro, una que se desvaneció apenas vio que el responsable no era pelirosa, sino pelinegro.

—Hey, TaeHyung —le dijo el chico, y automáticamente hizo el amague de girarse para ignorarlo y seguir con su camino, lastimosamente JungKook fue más rápido y lo agarró del brazo—. Irse en medio de una conversación es de mala educación, ¿no lo sabías?

—Se te olvida el pequeño detalle de que no estamos teniendo ninguna conversación. —respondió y JungKook ahuecó su mejilla con su lengua.

La mirada del pelinegro pasó de él a la persona a su lado, es decir, su amiga JiSoo. La observó de arriba a abajo y la sonrisa que se posó en los labios del chico hizo que TaeHyung tuviera más ganas que nunca de patearlo.

—¿No me vas a presentar a tu amiga? —cuestionó él sin dejar de mirar a la única chica entre ellos. Ni siquiera se atrevía a disimular lo mucho que parecía detallarla.

—No. —dijo sin duda alguna e iba a tomar a JiSoo del brazo para salir de allí, sin embargo, la voz de ella le ganó.

—Kim JiSoo, un placer. —fue lo que dijo ella, con una sonrisa brillante, y a TaeHyung casi se le cae la mandíbula al suelo.

—Lindo nombre —alagó el azabache—. Jeon JungKook, a tus servicios.

—¿A tus servicios? Esto es ridículo. —TaeHyung dijo fastidiado y se llevó una mano a su boca tapándola al darse cuenta que no había soltado eso en su mente, sino que en voz alta.

JungKook lo miró con una ceja arqueada.

—¿Algún problema, Tae? —indagó él, y TaeHyung no encontraba un momento más perfecto para que la tierra se lo tragara que ese mismo instante.

Esperen un momento, ¿lo había llamado Tae?

—Sí, y no me llames Tae.

Ahí estaba de nuevo, sus miradas chocando en una lucha que se balanceaba en un hilo entre el enojo y la tensión que iba más allá de lo que ellos mismos podían explicar. Sin embargo, sus ojos hablaban y decían mucho más de lo que ellos lo hacían.

—Oh, se está haciendo tarde y me esperan en casa —la voz de JiSoo se hizo escuchar instantes después, haciendo que las miradas de ambos cayeran en ella—. Me tengo que ir, pero ustedes pueden seguir en lo suyo.

Dicho eso, la chica comenzó a caminar a pasos rápidos y tan largos como sus piernas le permitían haciendo que TaeHyung quedara con las palabras en la boca.

"Me esperan en casa". Por la luna, ¿quién la esperaba? ¿Su hermano y la novia en medio de su sesión +18? En ese momento esperaba que sí, porque el trauma de ver eso por lo menos sería algo equivalente a que lo había dejado ahí abandonado con JungKook.

—Es una lástima que se haya ido, tu amiga es bastante bonita —JungKook negó con decepción fingida—. ¿Cómo es que dijo que se llamaba?

—Eres un imbécil. —fue todo lo que TaeHyung atinó a responder, esta vez sí logrando su cometido de empezar a caminar y alejarse del pelinegro.

Lamentablemente no logró mucho, ya que contra todo pronóstico JungKook poco después había acelerado el paso, llegando a su lado en un instante.

—Debes aprender a controlar esa boquita. —musitó el menor, adelantándose y quedando en frente suyo, impidiendo que siguiera su camino.

¿Que JungKook no se cansaba? ¿Qué era lo difícil en dejarlo en paz?

—Imbécil. —volvió a decir, esta vez recalcando cada sílaba, y mirando directo a esos oscuros orbes en frente suyo.

JungKook sonrió.

—Te gusta retarme, ¿eh? —le dijo relamiendo sus labios.

—Sólo te recuerdo lo que eres, porque parece que se te olvida —replicó. Si ese chico no lo iba a dejar ir, él también podía jugar—. Ahora, ¿puedes dejar de meterte en mi camino? Intento llegar a mi casa.

—Te acompaño.

—¿Qué? —preguntó con el ceño fruncido TaeHyung, no entendiendo.

—Eso —dijo JungKook sin más—. Te acompaño.

—No —habló moviéndose e intentando apartar el cuerpo contrario, pero fallando—. Quítate.

—El que da las órdenes soy yo, así que se un buen chico y obedece.

Si seguía así, a TaeHyung se le llenaría de canas la cabeza antes de pasar los veinte. No podía dejarse afectar por esas palabras, ni por el tono de voz bajo que había usado el chico, y mucho menos por la penetrante mirada que le había dirigido.

—¿Y qué? ¿También debo llamarte "papi"?

TaeHyung había hablado con sarcasmo evidente. Creyó que lo mejor sería burlarse de la situación, así alejaba sus pensamientos de la corriente eléctrica que JungKook generaba en su cuerpo cuando usaba sus sucias indirectas.

—No me suelen ir esas cosas, pero podríamos probar. —JungKook le sonrió pasando con lentitud su lengua por su labio inferior.

Bueno, TaeHyung no se esperaba esa respuesta.

—Probar tu cola. —dijo, sonando como niño de primaria, sólo faltándole el sacar la lengua.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar. No le importaba si su casa quedaba en la dirección opuesta y le tomaría mucho más tiempo llegar, todo era mejor que JungKook.

Aunque sabía que esa no sería una forma de librarse y lo comprobó cuando sintió que el chico volvía a su lado.

—Eso tampoco me va, prefiero ser yo el que pruebe las colas.

TaeHyung quiso maldecir cuando sintió que sus mejillas se empezaban a calentar. ¿Por qué cada mínima cosa sugerente viniendo de JungKook causaba tanta reacciones en su cuerpo? Él no era un santo como para andarse sonrojando con cualquier estupidez, y sus búsquedas en modo incógnito en la madrugada eran la prueba.

Siguió caminando, intentando acelerar cada vez más su paso e ignorar la masculina presencia que se mantenía a su lado a pesar de todo.

—Por si no lo habías notado, tu casa es hacia el otro lado, genio. —JungKook le dijo, lucia demasiado divertido con la situación y eso hizo que su irritación llegara a nivel máximo.

—¿Qué es lo que quieres? —rechistó deteniéndose de golpe, haciendo que JungKook chocara levemente con él.

—Hay muchas cosas que quiero —le respondió metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón—, ¿quieres escucharlas todas? Es una larga lista.

—¿Qué quieres de mí? —se corrigió TaeHyung.

JungKook ladeó la cabeza, fingiendo inocencia ante su pregunta.

—Mh, ¿yo? Nada —el pelinegro lo observó, su voz sonando sincera, pero su expresión demostrando que simplemente lo decía para molestarlo.

—Puedes dejar de jugar por un puto instante y...

Y la voz de TaeHyung fue callada por unos labios que atraparon los suyos.

TaeHyung abrió sus ojos a más no poder, sintiendo como esos gruesos labios tomaban autoridad sobre los propios, moviéndose con audacia y descaro.

Apenas reaccionó empujó a JungKook con todas sus fuerzas, haciendo que se despegara por él. Su corazón de repente latía con fuerza y su cerebro no parecía trabajar lo suficientemente bien como para comprender lo que acababa de suceder.

—Qué demonios. —susurró TaeHyung pasando su mirada del suelo a JungKook.

—Dijiste que dejara de jugar. —el chico se encogió de hombros como si lo que acabara de hacer fuera lo más insignificante.

—¿Y eso en dónde dice "bésame"? ¡Porque eso es lo que acabas de hacer! —sonaba alterado y no era para menos.

—¿Por qué sigues negándote? Si sabes que lo quieres. —JungKook dijo, comenzando a acercarse de nuevo.

TaeHyung empezó a retroceder.

—¿Querer qué? —cuestionó, mirando hacia sus lados para ver si veía a alguien, algún rostro conocido, pero agradeció cuando por la calle solo pasaban una que otra persona desconocida.

—Lo mismo que yo. —JungKook respondió, de un movimiento rápido, logrando agarrar el mentón de TaeHyung.

El rubio intentó bajar la mirada pero el azabache se lo impidió, jalando levemente de su barbilla para que lo mirara, sus miradas chocando y sus rostros demasiado cerca de nuevo.

—No sé que es lo que quieres, no sé por qué haces esto. —Kim formuló, su aliento chochando contra los labios del menor, y su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

—Sí lo sabes, TaeHyung. Lo sabes tan bien como yo.

La voz de JungKook sonaba tan peligrosa como sus palabras, como su mirada, como sus acciones. Pero lo peor era la mente de TaeHyung que entendía perfectamente a lo que se refería el contrario.

Sus pensamientos comenzaron a maquinear intentando lidiar con la situación, pero le era difícil centrarse con el casi inexistente especio que había entre él y JungKook. Por eso en su mente apareció automáticamente la idea de sus dos amigos.

"Deberías acostarte con él y matar las ganas."

Pasó saliva. ¿Eso funcionaría?

—Si no... Si no me dices qué es lo que quieres, no sabré si es lo mismo que yo quiero. —respondió sin saber si estaba haciendo lo mejor, pero esperaba que sí porque después de que eso abandonó su boca no había vuelta atrás.

Y su teoría se confirmó con la sonrisa ladina que JungKook le dirigió. Estaba satisfecho de que por fin TaeHyung había cedido y se había unido a su juego.

Las grandes manos del azabache no esperaron y tomaron posición de la cintura del rubio, atrayéndolo hacia sí, haciendo que el especio entre sus cuerpos se volviera inexistente.

Luego, de imprevisto, una mano se dirigió a su trasero sin pudor alguno, y apretó con levedad. Una pequeña corriente eléctrica recorrió su cuerpo al sentir aquello, pero no se molestó en alejarse.

—¿Es suficiente explicación para ti o debo decirlo en voz alta?

Y TaeHyung perfectamente entendió su cerebro desconectándose por un momento y permitiendo que su cuerpo cediera antes sus más bajos deseos, así que se abalanzó a los labios ajenos, rogando porque no se arrepintiera de eso luego.

JungKook no se esperó aquel movimiento, pero no se iba a quejar en lo absoluto. Su manos se apretó más alrededor de la cintura ajena, mientras que la otra del esponjoso culo del rubio a allí también, para apretar de igual forma notando que aquella zona era bastante fina. Sus labios se empezaron a mover correspondiendo.

No era un beso dulce y lleno de amor, era un beso cargado de emociones que habían estallado en ambos en el momento en que la tensión entre ambos los había inundado por completo.

Ambos luchaban por el control del beso, pero al final fue JungKook quien lo consiguió, mordiendo levemente el labio inferior del rubio, haciendo que este abriera la boca y permitiéndole ingresar su lengua.

TaeHyung mantenía sus manos en el formado pecho ajeno, apretando levemente la tela de la camisa entre sus puños.

Luego de unos pocos segundos más, tuvieron que esperarse por la falta de aire. Sus posiciones se mantuvieron intactas hasta que TaeHyung desvió la mirada, pero JungKook separó una de las manos de su cintura para dirigirla a su mentón. Jaló un poco haciendo que sus rostros quedaran frente a frente de nuevo, y sin pudor alguno, lamió los hinchados labios de TaeHyung.

—Tus labios saben a cereza. —fue lo que dijo, pareciendo disfrutar de la situación.

TaeHyung lo miró, aún sintiendo la presión que esa gran mano hacía en su cintura, su corazón agitado y sus labios ahora hinchados y un poco maltratados por el rudo beso.

Muchas sensaciones recorriendo cada centímetro de su cuerpo y poco razonamiento, eso fue lo que hizo que TaeHyung soltara su lengua.

—Acuéstate conmigo.

Lo había dicho, sin rodeos, sin nada más. Le acababa de decir a Jeon JungKook que tuviera sexo con él.

Lo vio levantar las cejas, levemente sorprendido, y creyó que sería mejor volver a hablar antes de que él le tomara ventaja y tornara la situación aún más incómoda.

—Acabemos con esto, con esta jodida tensión. Tenemos sexo, matamos las ganas, y todos felices. —se intentó explicar, fingiendo que su pulso no iba a mil por minuto, y como si fuera la propuesta más casual del mundo.

JungKook se quedó en silencio unos segundos y TaeHyung comenzó a pensar que tal vez no había tomado la mejor decisión, que aún estaba a tiempo de decir que todo fue una broma y...

—Está bien. Follemos.

TaeHyung sintió que una corriente eléctrica recorrió su cuerpo. "Follemos", JungKook acaban de decir "follemos", había aceptado.

—Pero no hoy. —terminó de decir el menor antes de retirar sus manos del cuerpo ajeno, y luego retirar las del chico que aún se mantenía en su pecho.

—¿Qué? —el rubio cuestionó confundido.

—Tengo cosas que hacer, y por hoy he tenido suficiente diversión. —JungKook dijo acomodando su camisa.

—¿Entonces cuándo...?

—Tú sólo preocúpate por seguir aplicando ese bálsamo de cerezas en tu boquita.

Y dicho eso, JungKook le guiñó un ojo y comenzó a caminar, pasando por su lado como si nada acabara de suceder.

TaeHyung se giró y lo vio alejarse. Probablemente hubiera podido ir tras él pero eso no hubiera servido de nada, porque con Jeon JungKook las cosas siempre eran como él quería, no importaba cuan fuerte te fueras, él encontraría la forma de hacerte ceder.

Y eso tal cual había hecho TaeHyung, había cedido al punto que le había pedido que se acostara con él. Su cabeza había estado tan caliente en ese momento que lo dijo sin escrúpulo alguno, y ahora que lo pensaba sólo quería desaparecer, pero por la vergüenza.

Porque en el fondo no se arrepentía, pues creía que a pesar de muy descabellado que sonara, tal vez eso funcionaría, y por fin podría estar en paz, sin que JungKook lo jodiera durante sus tutorías o ahora aparentemente en la escuela.

Aún no estaba totalmente seguro, pero era mejor eso a quedarse de brazos cruzados tolerando cada sucia jugada que JungKook le haría.

Se giró y retomó su camino en dirección a su casa, sólo esperaba poder terminar con eso rápido, acostarse con JungKook y por fin sacarlo de su sistema.

capítulo largo en honor a jk peliazul 🛐

en fin, veremos qué sucede después. lxs amito, y muchas gracias por leer ♡

©gguktaebae

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