CAPÍTULO 42
¡¡¡PENÚLTIMO CAPÍTULOOOOOO!!!
Chris
—Cariño, colócate bien la corbata.
—Mamá, está bien.
—No, porque está un poco a la derecha. Rápido, pronto pasarán a buscarte —ordena mi madre mientras sujeta la cámara con la que pretende sacarme unas cuantas fotos.
—Vale, un momento —cedo caminando hasta el recibidor donde hay un espejo donde poder verme.
Es la noche del baile de graduación, se supone que debería estar contento por celebrar este último acontecimiento, pero supongo que por razones obvias no lo estoy. Además, se acerca la graduación y aún no he escrito absolutamente nada sobre el discurso que me han encomendado. He estado pensando en cedérselo a quien vaya detrás de mí, pero, por otro lado, pienso que era algo que le pertenecía a Sam y creo que soy el mejor que puede sucederla. ¿Pero de qué se supone que debería hablar?
Mientras continúo con la tarea frente al espejo, escucho cómo alguien baja las escaleras y a través del espejo, logro ver a un sonriente Kaden. Minutos atrás, mamá le vociferó que bajara para hacer una foto todos juntos donde yo llevo un elegante traje y el resto tiene ropa de estar en casa, pero, en fin, si a ellos les entusiasma, quién soy yo para oponerme.
—Te despeinaría el pelo, pero no quiero recibir una paliza de mamá por hacerlo.
—Sabia decisión. —Sonrío intentando colocar de nuevo la corbata, aunque esta vez se cuelan las manos de Kaden apartando las mías.
—¿Irás solo finalmente? —cuestiona mientras deshace el nudo para volver a hacerlo.
—Sí, estaré bien.
—¿No le preguntaste a Georgina? La idea de ir con un amigo no estaba mal.
—Lo hice, pero dijo que estaba ocupada, así que no me quedan muchas más opciones libres y si lo estás pensando, pedírselo a otra chica no estaba en ningún plan, simplemente no podría.
—Y eso es totalmente razonable. —Asiente—. Bien, creo que ya estás perfecto.
—Gracias —le dedico una sonrisa para después volver con mamá y papá en el salón.
Vuelvo a la posición en la que estaba, justo delante de la chimenea del salón, el mismo lugar donde mi madre nos fotografió antes del baile de bienvenida, donde Sam era mi pareja y me esperaba en el instituto. Cuánto me gustaría volver a vivir ese día para dejar de ser tan capullo y llevarla yo mismo en mi coche, bailar con ella, hacernos fotos y después hablar durante toda la noche. A pesar de que no hice nada bien aquel día, para ella fue una noche increíble que nunca había vivido y estaba feliz por ello. Ojalá tenerla a mi lado, hacer todo lo que no hice ese día y tener un buen recuerdo del último baile de instituto, juntos.
—Chris, intenta sonreír, hijo —corrige mi padre a lo que actúo de inmediato.
—Estás guapísimo.
Añade mi madre justo antes de hacerse ver el flash que sale de la cámara de fotos. Después la deja sobre el trípode para que todos puedan unirse a mi alrededor, además de diversas fotos donde aparezco solo con mi madre, con mi padre, con ambos y con Kaden. Todo un álbum de fotos dedicado para este momento, pero me alegro de poder tener algo así con mi familia.
—Parece que han venido a recogerte —dice Kaden asomado a la ventana—. He de decir que es más grande que la que yo tuve.
Me acerco hasta la ventana también apartando las cortinas y en ese momento suena el pitido del coche que ha venido a recogernos, justo la limusina que habíamos alquilado para el día de hoy.
—Bueno, en algo tenía que superarte —bromeo golpeándole en el brazo—. ¡Me voy!
—¡Pásatelo bien, cariño! Y recuerda no pensar demasiado, disfruta.
Agarra mi mandíbula y deposita sus sonoros besos sobre mi mejilla izquierda, mientras que mi padre únicamente me otorga un cálido abrazo. Salgo de casa con lo necesario y camino hacia la limusina conducida por un desconocido de la empresa. Pero mis amigos se asoman por la ventana del techo con una botella de algún tipo de alcohol en la mano, solo espero que mis padres no lo hayan visto desde la ventana. Subo a la limusina siendo bastante bien recibido con una copa y música. Miro a mi alrededor y estamos los cuatro al completo, además de dos personas más, una de ellas se trata de PJ, obvia pareja de David, pero la que me sorprende es la pareja de Tyler.
Georgina me sonríe desde su asiento, se encuentra frente a mí al lado de mi amigo. ¿Cómo Tyler ha accedido a ser acompañado por una chica menor que él? Éste se encuentra muy ocupado rellenando la copa de su acompañante, la cual le dedica una sonrisa que puede hablar por sí sola.
Por lo tanto, si tenemos en cuenta que yo asistiré en solitario, solo queda por subirse a la limusina la pareja de Chad y he de decir, que ha sido una de las razones por las que me apetecía venir al baile. No todos los días puede verse a Chad con una pareja que no sea por conveniencia, y está nervioso, puedo verlo, ni siquiera está bebiendo como el resto. Sé dónde está la casa de Ada y es justo a donde se dirige la limusina.
—¿Quién queda? —cuestiono haciéndome un poco el loco.
—Pues a no ser que Chad tenga pareja, nadie más —se burla David.
—Tengo pareja —dice el mismo a punto de ahogarme en la copa, ha captado mi intención, tampoco lo dudaba—. Y antes de que se suba, quiero dejaros claro que, si os burláis en algún momento, os dejo de hablar de por vida.
Todos se extrañan ante su amenaza, la cual es poco creíble, pero eso hace que todos sientan curiosidad por saber el por qué se pone tan a la defensiva. Sin embargo, yo, le ofrezco una leve sonrisa, pero a la vez coloco una mano sobre su hombro para que calme sus nervios.
Minutos después, la limusina para frente a una casa que el resto se apresura en observar y cuando la persona en cuestión abre la puerta, puedo ver las caras de sorpresa, al igual que yo cuando lo supe.
Ada lleva un vestido liso y largo, de color lila, el pelo lo trae semi recogido dejando unos tirabuzones colgar por sus hombros y, además, va levemente maquillada a juego. He de admitir, que esta chica tan bruta, hoy está bastante guapa y estoy seguro de que Chad está de acuerdo conmigo. Cuando ésta abre la puerta y sube, deja asomar sus pies que se ocultaban bajo el vestido, no lleva tacones precisamente y eso llama la atención de todos los presentes que la saludan con una sonrisa. Ella se sienta al lado de su pareja, ninguno de los dos es capaz de mirarse y decirse algo delante de todos, lo cual comprendo.
—¿Has venido con zapatillas al baile de graduación? —cuestiona Chad con una ceja levantada, observando las converse rojas que asoman por debajo de su elegante vestido.
—¿Preferirías que me pusiera tacones y te sacara dos cabezas? Seríamos una pareja bastante cómica. Además, si no te gustan, no las mires y ya está. —Se cruza de brazos.
—No he dicho que no me gusten.
Ada se gira hacia Chad, y los dos se observan con especial atención, diría incluso que logro ver como salen fuegos artificiales de sus ojos. Entonces ambos se giran de pronto hacia el lado contrario. Menudo par. Lo tienen fácil, los dos sienten algo, pero anteponen su orgullo frente a todo. Supongo que todavía tienen que pasar por distintas fases donde se darán cuenta de que igual puede existir algo de amor entre tanta discusión. Les envidio tanto. Me gustaría volver a conocer a Sam, volver a pasar por todas las fases y sentir todo lo que sentía, la frustración por no obtener el resultado que yo imaginaba, mis ganas de besarla y no poder hacerlo, mis ganas de querer verla... Todo eso lo siento todos los días, pero nunca como las primeras veces porque es diferente, cuando te das cuenta de que no es tan sencillo y mueves el cielo y la tierra solo para verla sonreír.
El recinto donde se realiza el baile está repleto de personas, podría decirse que todos han llegado y nosotros somos los últimos. Aún están entrando, saludándose en la entrada, luciendo sus vestimentas como si de un pase de modelos fuera, pero es que hoy es nuestro día y todos merecemos ser estrellas esta noche. Y resulta increíble que este sea el último baile al que vaya a asistir, he ido a tantos durante tantos años, que no me creo que vaya a terminarse.
Cuando nos bajamos de la limusina, obtenemos las miradas de todos los que estaban en la entrada. Observan con atención qué llevamos puesto y quién nos acompaña, todo un clásico. Nos saludan con sonrisas y ademanes, en parte también porque la fiesta de esta noche continuará en la casa de David y todos están invitados.
Todo está perfectamente decorado, hay mesas con distintos tipos de comida y bebidas, también hay una zona para hacerse fotos y hay un DJ pinchando música sobre un escenario. Todo organizado por PJ y su equipo, he de admitir que es la mejor organización que he visto.
—PJ, te felicito, esto está genial —admito por una vez, puede que la última.
—¡No puedo creérmelo! ¿Me felicitas a mí? Vaya, Chris, es cierto que has cambiado. —Se ríe con dulzura—. Gracias, he estado cogiendo consejos de una organizadora profesional, influencer en Instagram, y le he dado mi toque.
—Por eso eres mi persona favorita —añade David con extra de ñoñería, dedicándole un beso demasiado apasionado para el lugar en el que nos encontramos, pero así son.
—Ahg —suelto sin más, para después seguir al resto que caminan directos a la mesa de comida.
Pico algo de lo que se ofrece, todo es pequeño para que puedas comer de pie y llevártelo a la boca de una vez. También hay platos por si quieres comer sentado en una mesa aparte, pero la mayoría prefieren comer de pie mientras conversan con sus amigos. Aquí es cuando veo que Tyler está rodeado de gente a la que saluda con efusividad, casi todos del equipo de fútbol, supongo que hablarán de las pruebas que tengan para entrar a equipos universitarios. Su acompañante, la cual no es de este instituto, está algo apartada con algo de bebida en su mano mientras observa la comida. Decido acompañarla mientras Tyler termina de conversar, sé que después no la va a dejar sola, así es él, por lo que aprovecho el momento.
—Así que, estos eran tus planes.
—Sí. La verdad es que no me lo esperaba —asegura con una sonrisa—. Bueno, lo cierto es que no me espero nada de lo que hace Tyler, es tan complicado.
—Siempre ha sido complicado. Créeme, nunca hemos entendido sus acciones. Cuando se fue de casa, sabíamos que no se llevaba bien con sus padres, pero pensábamos que lo haría un par de días y volvería. Al final fueron un par de años. Tampoco entendemos sus gustos, pero lo aceptamos y respetamos, siempre y cuando no le hagan daño.
—Bueno, en ese aspecto, yo no puedo simplemente aceptarlos y respetarlos.
—Ese es el punto, aquí es donde entras tú. Tienes que hacerle ver que hay excepciones.
—¿Y si tampoco funciona?
—Tendrás que aceptar que no le gustas como tú quisieras. Al final, es cosa de dos y si el sentimiento no es mutuo, no puede darse.
—Esto es un asco.
—Pues sinceramente, creo que vas por buen camino. —Observo a Tyler el cual dedica una mirada a Georgina comprobando que no está sola, eso le da más tranquilidad.
—¿Tú crees?
—Si no fuera así, no estarías en un baile de graduación de un instituto que no es el tuyo.
—Creo que solo me ha invitado porque soy su amiga.
—Georgina, yo quería pedírtelo a ti porque eres mi amiga, él te ha pedido a ti que seas su pareja porque le gustas. Tyler tiene mucho orgullo, y puede que no quiera aceptarlo, pero es la realidad. Y no te estoy diciendo esto para hacerte falsas ilusiones, te lo digo porque él no lo va a aceptar así como así, esto se basa en hechos, no en palabras.
—Vale, sí, me ha invitado para ser su pareja porque puede que le interese. Pero entonces, ¿por qué no está aquí? En lugar de hablar con sus amigos a los que ve todos los días.
—Tyler es posiblemente la persona más popular y admirada de todo el instituto, entiende que todos quieran un poco de su atención.
—¡Está bien! No me quejaré más, mientras tenga comida a mi lado, no importa lo demás. Por cierto, es un buen baile, ha quedado todo precioso, esperaba menos de un instituto público —comenta con una risa burlona.
—No te pases. —Señalo con el dedo.
—Oye. —David y PJ aparecen en escena cogidos de la mano, cada uno con un vaso en la otra—. ¿Es cierto lo que veo? ¿Chad y Ada? ¿Juntos? ¿Como pareja?
—Bueno, no son nada más allá que pareja del baile de graduación.
—Pero si no dejan de pelear, lo están haciendo ahora. —PJ señala con la mirada hacia donde están ellos, es cierto que están peleando, pero están juntos y eso ya es un paso.
—¿De qué habláis? —Tyler aparece en escena posicionándose al lado de su pareja, colocándole un brazo por encima de los hombros y eso hace que se ruborice.
—De esos dos —respondo.
—Ha sido una sorpresa la verdad. Espera... ¿Eso es lo que le ocurría el otro día?
—Exacto. Descubrí que a Chad le gusta Ada y le empujé a pedirle que fuese su pareja, literalmente.
—Sin duda alguna, lo más alucinante del año, incluso mejor que lo tuyo, Chris, no te ofendas.
—Estoy contigo, PJ, que Chad esté haciendo cosas por una chica a la que le gusta, supera mis expectativas.
Todos asienten dándome la razón, mientras observamos cómo discuten por algo relacionado a la comida. Procedemos a sentarnos en una mesa mientras el aperitivo termina, todos esperan a que el DJ ponga sus mejores canciones para comenzar a bailar. Algunos alumnos salen al escenario para demostrar y compartir sus talentos, como bailar, cantar o hacer monólogos, lo cierto es que son realmente buenos y no dudo sobre que a ello dedicarán el resto de su vida.
Llega el momento del baile de parejas, donde todas las parejas salen a la pista para tener su baile lento e íntimo. Me quedo solo sentado al lado de la mesa y observo cómo mis amigos sacan a bailar a sus parejas. Georgina está muy feliz en este momento, Tyler no se ha separado de ella después de hablar con sus amigos. Lo cierto es que hacen buena pareja, no entiendo qué es lo que se le pasa por la cabeza a mi amigo.
Muchos me observan a mí con compasión, otros tienen pinta de querer acercarse a invitarme a bailar, pero no se atreven y para el resto soy todo un cotilleo: Chris Cooper está solo en el baile de graduación. Me recordarán para siempre con ese dato, pero es mejor a que me recuerden como el chico que solía divertirse rompiendo el corazón de las chicas.
—¡Chris! —escucho la voz de Chad, quien se sienta a mi lado—. Necesito tu ayuda.
—¿En qué? ¿Dónde está Ada? Estabais muy juntos, ni siquiera os habéis sentado con nosotros.
—Ha ido con sus amigos mientras le he dicho que iba al baño, y no es mentira, he ido, pero antes de volver, necesito hablar.
—Vale, bueno, dispara.
—Es que no tengo ni idea de lo que estoy haciendo, intento tener una conversación normal con ella y no sé cómo, pero terminamos como siempre. Quiero decirle que está preciosa, pero no me sale porque nunca parece el momento indicado. Dime qué puedo hacer ahora.
—Te prometo que estoy alucinando en este momento.
— ¡Deja ya de reírte de mí y dime algo! —grita desesperado.
—¡Vale, vale! Relaja, Romeo. A ver, todas las parejas están bailando, ¿por qué vosotros no?
—Le he dicho que no me gusta bailar, ella ha dicho lo mismo.
—Sois un par de estúpidos. Deberíais aprender de Sam, le cuesta horrores mover su cuerpo al ritmo de la música y aun así lo intenta. Aunque ella te haya dicho que no le gusta, vas a ir allí y le vas a pedir que baile contigo.
—No sé bailar, Chris, prefiero no hacer el ridículo.
—¿Estás viendo a todas esas parejas? Solo están pegados mientras se balancean. Es solo una excusa para poder hablar de forma íntima y, el mejor momento para que le digas que está preciosa.
—¿Y si empezamos a discutir?
—Pues sé directo y mírala a los ojos. —Me levanto tirándole del brazo para que él también lo haga—. Vamos, corre antes de que se acabe.
—Esto va a ser un desastre.
— No, va a salir bien, ¡ve!
Por fin me hace caso y muy dispuesto se dirige a ella, la cual habla con sus amigos a los que parece que tampoco les entusiasma eso de bailar en parejas. Llega hasta su posición y de una forma muy escueta, llama la atención de la gran Ada que se gira frunciendo el ceño hacia mi amigo el cual le ofrece su mano. Segundos después, ella parece confundida, pero al final la agarra, llevándola hacia la pista donde ambos con algo de torpeza, se acercan hasta estar pegados y comienzan a bailar de un lado a otro sin mucho ritmo. Espero que sea capaz de decirle lo que piensa de ella esta noche o si no se las verá conmigo.
Cuando comencé a admitir lo que sentía por Sam, todo se me hacía cuesta arriba, me resultaba mucho más difícil hacerle ver lo que sentía por ella. Por eso ahora siento cierta rabia por aquellas personas que muestran esa química irremediable, pero no llegan a nada porque ninguno de los dos es capaz de dar el paso o admitir lo que siente. Desde fuera parece sencillo, solo deben expresarse y poder estar juntos. Incluso me gustaría poder agarrar sus cabezas con mis manos para que junten labios.
Pero creo que no estoy siendo justo, porque el amor no es tan sencillo como parece. No consiste solo en decirle a alguien que te gusta, ni siquiera si es recíproco. A mí me gusta Sam y yo le gusto a ella, pero, aunque eso ocurriera mucho antes, el proceso fue de vital importancia. Sam es distinta al resto, porque nadie es igual a otro. Todos tenemos nuestros más y nuestros menos, nuestras personalidades que otra persona debe analizar para poder entender. Me costó comprender la manera en la que debía expresarme hacia Sam para que entendiera cómo me sentía a su lado, tenía que conocerla a fondo y dejar que ella me conociera a mí para poder sentir esa química. Y a veces pienso que hablamos en nuestro propio idioma que solo nosotros entendemos.
Eso es lo bonito del amor.
Cuando miro a mis amigos, me doy cuenta de que ellos han crecido tanto como lo he hecho yo y me alegro de no estar solo. Antes éramos unos completos idiotas que nos creíamos superiores al resto, nos dedicábamos a hacer una entrada triunfal en el instituto y dar las mejores fiestas. A David solo le importaba ser el adolescente con fama en el instituto, Chad y su rebeldía se creían con el poder de hacer lo que le diera la gana sin importar quien saliese perjudicado, Tyler el rey en todos los deportes, y en cuanto a mí, ser el mayor rompecorazones.
Y míralos, ahí en la pista experimentando tantos sentimientos, compartiendo momentos y cambiando preocupaciones. Por no hablar de mí, sentado mirándolos, sintiendo un dolor en el pecho al recordar que la persona a la que quiero estará lejos de mí un tiempo. Incluso hemos agrandado el grupo de amigos, algo que antes era imposible. Todavía nos queda camino por delante, pero sé que superaremos cada barrera que se interponga y, sobre todo, no separarme de ellos nunca por muy lejos que estemos los unos de los otros.
«Estás muy filosófico.»
Sí, demasiado. Lo cual me recuerda que aún tengo un discurso que escribir y quizás no me vendría mal esta filosofía. No sabía muy bien sobre qué escribir aparte de los agradecimientos a los profesores. La graduación es dentro de una semana y no tengo absolutamente nada, pero puede que tenga una leve idea gracias a esta imagen que tengo delante.
Al cabo de unos minutos, la música cesa, para después dejar subir al escenario un par de personas con un sobre en sus manos. Ha llegado la hora, los reyes del baile. ¿Habrá alguna sorpresa este año?
—¡Chris! ¡Únete! —la voz de David resuena llamando mi atención.
Todos están reunidos frente al escenario para escuchar quienes serán los elegidos, yo ni siquiera he votado, para qué. Me levanto de la silla y me incorporo a mis amigos, quienes me reciben con una sonrisa. Me coloco al lado de Georgina y le guiño un ojo, el cual quiere decir te lo dije, por nuestra conversación de antes. Para mi sorpresa, alguien más se une al escenario, tratándose de PJ, la organizadora, quien saluda con una sonrisa a todo el mundo antes de comenzar a hablar por el micrófono.
—Muchas gracias a todos por estar aquí, ¿cómo va la noche? —Todos gritan lo que les parece, siendo todo halagos—. Oh, por favor, qué pelotas. Lo decís porque sabéis lo que viene —bromea mostrando otro sobre más, lo cual me extraña, suele haber dos—. Este año, como muchos sabéis, he sido la jefa de organización de este evento, es mi primera vez y ha sido bonito que fuese en mi baile de graduación. Conmigo y mi equipo, las cosas van a ser diferentes esta noche. Tendréis a vuestros reyes, pero, además, vamos a convertir este momento en los Oscars del Easton High. ¿Preparados?
La gente aplaude efusivamente, y he de decir que esto se está convirtiendo en algo distinto y emocionante.
—Bien, comencemos con la primera categoría. El mejor cómico, una persona de vital importancia, la cual nos hace reír en los momentos más tensos o tristes, le da vidilla a la clase y hace menos aburridas las clases de historia. Ha estado reñido en las votaciones, pero hay una persona elegida y esa es... ¡Rose McKellen!
La chica en cuestión sale de entre el público con bastantes aplausos y gritos, acompañada de música, todo muy bien coordinado. También aparecen imágenes de ella riendo en clase o en el patio, han sido sacadas sin que ella se diese cuenta, pero son bastante artísticas. Alguien trae el premio que se le ofrece a la chica, es muy parecido al Oscar, pero con algunos cambios. Tras un pequeño discurso, esta baja del escenario para que los presentadores vuelvan a hablar.
— La siguiente categoría, se la daremos a esa persona que más veces ha visto la sala de castigos, por cada bola de papel en la nuca de los profesores, por todas las veces que llega tarde o por verter alcohol en el ponche del baile. El ganador/a del premio a mejor rebelde es para... ¡Chad Patterson!
—Bueno, lo cierto es que lo merece —me apresuro a decir elevando el tono de voz para que él pueda escucharme.
Chad no sabe muy bien cómo actuar, sospecho que le incomoda haber sido nombrado como tal delante de Ada, pero es ella la que le empuja a subir al escenario con una sonrisa. En la pantalla aparecen varias de sus jugarretas, grafitis, papel higiénico por todo el centro, bromas a profesores, fumando junto a su moto, borracho en el pasado baile... Hay demasiado material, pero son los mejores momentos. Verlo ahí arriba siendo premiado por algo tan característico en él, me causa demasiada risa.
—Em... —balbucea delante del micrófono, está nervioso a pesar de haber sido el centro de atención tantos años—. Gracias por votarme, supongo... —El público no sabe muy bien cómo tomarse eso, ni siquiera yo, pero sé que no es de muchas palabras—. Quien quiera que pretenda ser mi sucesor, que sepa que no podrá superarme.
Entonces sí que aplauden apoyándole, porque después de todo, es el rebelde de nuestra generación, todos querían ser como él y por algo se hizo tan popular.
Después de su premio, vinieron muchos más, entre ellos el que más asistencias tenía, mejor músico, campeón en videojuegos —David, por supuesto—, mejor en cocina, la mejor letra, mejor obra de teatro, etc. Muchos eran absurdos, pero al final se trata de rememorar todos estos años atrás gracias a las fotos que se van poniendo, ni siquiera me he enterado de que hicieron una web para poder votar y enviar este contenido.
—Hay que hablar también de amores, porque el siguiente premio va para aquellas personas que se aman, a las que todos tenemos envidia sana, de las que decimos algo como "ojalá tener a alguien que me mire así". Han surgido muchas parejas en el Easton High, se han elegido a las mejores, pero solo ha quedado una. El premio a mejor pareja es para... ¡Christopher Cooper y Samantha Van der Walt!
Me pierdo entre el sonido de los aplausos. Imágenes comienzan a salir en pantalla mostrándome fotos hechas por la gente en las que salimos Sam y yo, unas son en los pasillos donde yo hablaba con ella mientras cogía sus cosas o cuando la cogía de la mano para acompañarla a clase, otra en una mesa donde yo la miro embobado en lo que ella jugaba a sus cartas y también una donde nos besamos en la entrada para despedirnos. Ver todo esto está creando múltiples sentimientos en mi interior, unos son de tristeza por recordar nuestra situación, pero también siento alegría por ver esas fotos.
—¿Está la pareja presente? —cuestiona el presentador al ver que nadie sale a recoger el premio.
—Chris... ¿Vas a subir? —escucho decir a Tyler quien me pone una mano sobre el hombro.
Entonces es como si la burbuja en la que estaba metido se explotara y todo vuelve a la normalidad. Miro a mis amigos quienes me observan fijamente esperando a que responda.
—Sí, voy a subir.
Comienzo a caminar abriéndome paso entre la gente y consigo llegar hasta las escaleras. Cuando las subo, soy arrollado por PJ la cual se acerca a mí con cara de preocupación.
—Oye, no tienes por qué hacerlo, es una tontería.
—No, no te preocupes, estoy bien.
Avanzo hasta donde están los presentadores que me esperan con el premio en sus manos. Los focos apuntan directamente en mi posición lo que dificulta que pueda ver bien a toda la gente. Acepto el premio sosteniéndolo en mis manos, es bastante ligero, y con ello, me giro hacia el micrófono donde esperan que dé unas palabras.
— Ahm... Gracias por votarnos en esta categoría. Sam no ha podido venir esta noche y tampoco podrá hacerlo en la graduación, pero sé que le hubiese encantado obtener este premio, aunque no entendería muy bien por qué —río levemente al imaginármelo, todas las personas presentes me acompañan, pero vuelven al silencio rotundo, queriendo escuchar lo que tengo que decir—. No os preocupéis por ella, es solo que debe estar en otro sitio durante un tiempo, pero se lo haré saber —estoy a punto de poner punto y final a mi pequeño discurso de agradecimiento, pero entonces se me ocurre que es el momento de algo más que necesito hacer—. Es irónico, ¿no? Yo ganando este premio. Ya sabéis la fama que tengo, y la verdad es que no estoy nada orgulloso. Sé que esto no soluciona nada, pero quiero disculparme con aquellas chicas a las que un día les hice daño, fui un gilipollas. Lo siento. No estoy muy seguro de si me lo merezco, ni si quiera me merezco a alguien como Sam, pero ella me abrió los ojos y le estaré eternamente agradecido. Gracias por escucharme.
Los aplausos son bastante sonoros, diría que incluso más que en las anteriores. Algunos gritan algo que no logro entender, otros me piropean y si no he entendido mal, hay quienes me han perdonado. Me alegro de haber soltado eso, habría sido un peso que acarrearía para toda mi vida. Puede que esto no cambie nada, pero es lo mínimo que puedo hacer.
Llego junto a mis amigos, quienes me felicitan por haber dado la cara y expresar mis lamentos. Siguen anunciando premios, pero no son muchos más hasta que llega el tradicional y el que muchos esperan.
—Gente aquí presente, este es el último premio y quizás el más esperado. Después de todo, estamos en un baile y nos gusta eso de tener reyes como en los cuentos de hadas. Así que, sin más dilación, la reina del baile de graduación, es... —Abren el sobre y toman su tiempo para leerlo—. ¡Becca Jones!
—Oh, vaya, qué sorpresa —dice David quitándome las palabras de la boca.
Sabiendo que la reina es la misma de siempre, no cabe ninguna duda de quién será el rey. Me acerco a Georgina y le doy un leve choque en su brazo para captar su atención.
—Espero que no vayas a ponerte celosa. —Miro hacia el escenario señalando a la reina, la cual están coronando como si nunca lo hubiesen hecho.
—¡Oh! —exclama al mirar lo mismo que yo—. Nunca he querido ser la reina del baile, no es para mí.
—No lo digo por eso, me refiero al rey.
—¿El rey?
—¡Toca presentar al rey del baile! Nuestro rey es... —Vuelven a abrir el sobre creando algo de tensión, cómo si no lo supiéramos ya—. ¡Tyler Gray! ¡Enhorabuena a los reyes!
Georgina mira a su pareja con sorpresa, está claro que es la única que no se lo esperaba. Tyler sonríe y le da un beso en la mejilla que la deja atontada, para después subir al escenario y recibir su corona. Cuando los dos ya han sido coronados, Tyler coloca un brazo en la espalda de Becca y ambos hacen una reverencia.
—De acuerdo, sí estoy algo celosa —admite Georgina mientras los mira bailar sobre el escenario del que comienza a salir confeti hasta llegar a todos nosotros.
—No te preocupes, nunca ha estado interesado en ella, ni en ninguna de este instituto al menos.
—¡Que empiece la fiesta! —grita el mismo del que hablamos, y de pronto la música comienza a sonar con más marcha, provocando que todos nos vengamos arriba.
Después del baile, todos fuimos directos a la casa de David donde la fiesta continúa acompañada de alcohol, juegos y más música. El resto de la noche fue genial, me lo pasé bien sin separarme de mis amigos.
A veces me sentía mal por pensar en que Sam se estaba perdiendo esto, aunque sé que tanta gente junta podría llegar a agobiarla, y es por eso que está recibiendo ayuda, por eso debe estar donde está. Y por estas cosas, sé que he tomado la mejor decisión.
Pero lo que más me llevo de esta noche, ha sido ver cómo hemos crecido, rememorar todo aquello que hicimos durante estos años y comprender que esto se acaba para empezar con algo nuevo y diferente. He entendido el sentido del discurso de graduación y aunque no estoy seguro de que sea el mejor haciéndolo, al menos ahora sé sobre qué debo hablar.
¿Preparados para el final?
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