"¿Y el beso por que?"

Pregunto Goku aun con el semblante un poco fruncido, teniendo las mejillas levementes rojizas. Milk le miro directamente a los ojos con las palmas en el rostro del muchacho.

- Estas dejando que las palabrerias de Raditz te abrumen como hace un tiempo atras, Goku, solo deja que hable lo que quiera, solo nosotros sabemos lo que hacemos, lo que ellos dicen son simples palabras de envidia -Suspiro pesadamente y respiro para tranquilizarse y escuchar a su novia.

En parte, Raditz, fue el que lo provoco en la pelea escolar hace un año, consecuencia por su aplazamiento de curso, literalmente, Goku le golpeo hasta dejarlo insconciente.

Razón: Casi tomaba a Milk a la fuerza.

En los pensamientos de Milk, pasaban lo dicho de la fémina, de cabellos negros con la mayor parte azul, ojos grises y piel blanca. Hermana de Raditz, y al parecer, la que mandaba sus fotos con Goku en una situacion de pareja, al colegio. Su novio no lo sabia, ella quería solucionarlo a como de lugar, y ahora que sabia quien era. No se quedaría de brazos cruzados.

- Esta bien...ignorare todo de Raditz...por ti -Eso le ocaciono un sonrojo, pero en parte le hizo feliz. Cerro sus ojos y movió sus labios al par que los de él.

Dando un giro y esta vez, siendo él quien estaba encima suyo, sobre el sofá de la casa de Goku. No habia nadie.

Sus piernas daban espacio a Goku para que este hiciese lo que sus caricias los conllevaban. Beso sus labios, su cuello, hombro y por encima de su ropa sus pechos.

- Hace calor...¿no crees? -Insinuo esta coquetamente. Goku solto una risa ligera para luego quitarle su blusa y quedar en lencería. Estaban excitado, demasiado.

Dio un empujón, rozandose sus intimidades y gemir suavemente, se miraron a los ojos, volviendose a besar con mas intensidad. Milk comenzaba a acariciar su zona erecta de Goku, mientras este le apretaba sus pechos y tiraba de sus pezones.

- Estamos de vuelta hermanito -Su hermana, de cuatro años ingreso subiendo directamente las escaleras sin haberlos vistos en esa situacion.

Ellos se acamodaron y vistieron con las mejillas rojas. Hubieran arruinado la infancia de la pequeña.

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