“Subamos al carrusel, Go-kun”

Comentó la infante jalando de la orilla de la camiseta del susodicho que en ese instante estaba más que mareado, iba a vomitar.

Hace unos momentos atrás, Milk lo arrastró al parque de diversiones que reciente se había instalado a unas cuadra de sus hogares, él no se lo negó y subieron a varios juegos y a la vez comiendo, ella estaba intacta a comparación suya.

— Lo....siento, pero...

Milk beso su mejilla izquierda, él se sobresalto frustrado y sonrojado tocando su mejilla con su mano.

— Vamos —Sonrió tiernamente.

Esa escena era muy encantadora, le dijo que sí y fueron corriendo al carrusel.

Pagaron su entrada y subieron, ella a un caballo y él a otro, comenzó a dar lentas vueltas.
Goku un poco mareado levanto la mirada y elevó su puño.

— Es todo lo que tienes, buuh que lento —rio burlonamente.

El encargado del juego escuchó lo dicho, volteó su gorro y curvo una sonrisa malvada, sostuvo la palanca y la inclinó hasta abajo, que era su máxima potencia.

El carrusel comenzó a girar y a girar cada vez más rápido, ella se divertía, el sujeto también, él no.

En cuestión de minutos el juego se detuvo, bajaron, Milk hablaba de lo divertido que fue y Goku.... bueno, Goku encontró un basurero cercano y comenzó a vomitar.

Ella compró papas fritas y jugo de zanahorias, él lo vio, su rostro cambio a color verde y cayó exhausto al suelo.

El sujeto del carrusel quedo satisfecho con una sonrisa triunfante.

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