[07]
07; Actuación fuera del libreto.
Hoseok, Yoongi, Namjoon y Jin se dirigieron a la cafetería para merendar un rato antes de asistir al taller de teatro. Los tonos eran suaves, con una que otra risa de por medio, creando un ambiente agradable que aligeraba la tensión acumulada.
El tiempo pasó volando y, cuando menos lo esperaban, ya se les había hecho tarde para asistir al taller. Su llegada interrumpió una charla dirigida por la maestra Soo, quien los recibió con una mirada desafiante desde la tarima. Sus uñas acrílicas apuntaban amenazadoramente hacia Jin, el autoproclamado "chico teatro", quien respondió con una sonrisa cariñosa, recibiendo los reclamos con gusto.
—Acérquense, chicos. Van a tener que calentar por su cuenta —sus ojos se abrieron con sorpresa al mirar a alguien en particular—. ¿Hoseok? ¡Qué milagro!
El aludido dio una breve y tímida sonrisa, mientras jala del borde del gorro y cubre sus orejas sonrojadas. Su mirada huye de la atención hacia cualquier otro punto, de preferencia vacío. Así, llega al fondo del salón y se encuentra con la imagen demacrada de Taehyung.
Extrañamente, el castaño no posee la frescura que lo caracteriza, incluso su vestimenta se ve más apagada al componerse de un pantalón y un hoodie de color gris. ¿Qué habrá pasado con él?
Mientras Hoseok continúa mirando a Taehyung en búsqueda de alguna señal particular, la voz de la maestra Soo sigue sonando en el fondo.
—¿Y tú, Namjoon, qué haces aquí? Debo recordarte que si solo tienes intención de estar de mirón te das la vuelta y te regresas —preguntó la maestra, con un tono juguetón. Namjoon negó con la cabeza y dejó su mochila en el suelo. Antes de que pudiera responder, la maestra Soo continuó—. ¡Vas a quedarte! Me alegra saber que finalmente te armaste de valor, ¡eso! —sonríe ampliamente y alza sus puños en alto como si se tratara de un grito de guerra.
Namjoon, avergonzado, imitó la acción de la maestra. Empieza a replantearse su decisión de quedarse ahí, pero sabe que la burla será peor si se va.
Por otro lado, detrás de las altas figuras de Namjoon y Jin, asoma la sigilosa mirada de Yoongi. Los ojos felinos se abren con sorpresa al convertirse en el objeto de atención de la maestra.
—Ábranse ustedes dos, no me dejan ver al otro sacrificio del día —bromeó la maestra, interesada en ver al chico más bajo. La entrada de los nuevos alumnos avivó los ánimos que antes estaban por los suelos—. Preséntate, por favor.
—Yoongi —respondió él, alzando la mano, y esa fue toda su respuesta.
El silencio se extendió en el aula. La maestra hizo un gesto con las manos, invitando a Yoongi a decir más.
Yoongi respondió imitando el gesto: —No tengo más que añadir.
La expresión confusa de la maestra desencadenó risas entre los alumnos, y Hoseok notó una sutil contracción en la mejilla de Taehyung, indicando que apenas pudo contener una sonrisa.
Por otro lado, Jungkook estalló en risas, mostrando una alegría contagiosa. Disfrutaba del momento, aplaudiendo ante cualquier broma. La fuente de su felicidad estaba en tener a todos sus amigos reunidos: Namjoon, Jin, Yoongi y Hoseok formaban parte de su círculo, al igual que Jimin y Taehyung, con quienes había compartido más tiempo debido a proyectos universitarios y las últimas clases de teatro. Nunca antes se había sentido tan acompañado.
Jungkook saltó de emoción cuando la maestra anunció que formarían equipos para trabajar, pidiendo de inmediato que ellos siete formaran un equipo.
—No lo sé —dudó la maestra Soo—. Son muchos y no tendríamos a ninguna chica en su equipo.
—Es lo de menos. Sabremos cómo salir adelante sin una actriz, ¿o acaso duda de nosotros? —desafió Jungkook, alzando una ceja de manera arrogante. Era una faceta completamente nueva de él.
Aunque Jungkook solía ser sociable y sonreír, rara vez mostraba tanta audacia al expresarse. Generalmente, respondía a lo que le preguntaban, sin tomar la iniciativa para expresarse más allá de eso. La maestra Soo, que había notado su falta de confianza, se sintió conmovida al verlo tan alegre.
—Pero se los pondré más difícil a ustedes —advirtió la mujer, aceptando indirectamente la petición.
Jungkook celebró su hazaña, pero al darse la vuelta, notó que 4 de sus 6 amigos lo miraban con resentimiento. Pasó por el rostro de cada uno, deteniéndose en Hoseok por la intriga que le había causado el sonrojo en su piel. ¿Se encontraba bien? Siguió la dirección de su mirada, llegando al otro lado del semicírculo donde Taehyung se encontraba tres pasos por detrás del resto, con una expresión sumamente apática.
En ese momento, Jungkook cayó en cuenta del error de sus precipitadas acciones. ¿Cómo pudo olvidarse del complicado enamoramiento de Hoseok hacia Taehyung? Ahora el pobre estaba presionado a convivir con él, y si sigue mostrando esa actitud, Taehyung se dará cuenta. O tal vez Taehyung ya se haya dado cuenta, y por eso su humor se ha vuelto amargo. Sea como sea, ¡sería sumamente incómodo!
A pesar de esto, era demasiado tarde para retractarse. La maestra Soo comenzó a explicar a los dos equipos formados lo que harían ese día: primero realizarían un ejercicio de expresión y corporalidad para sumergirse en las emociones, luego revisarían la teoría sobre los subgéneros dramáticos y al final montarían una improvisación basada en alguno de estos subgéneros.
Les advirtió que no se adentraran demasiado en detalles, ya que durante la puesta en escena ella iría dictando circunstancias que podrían cambiar por completo el flujo de la historia.
Y no solo sobre el escenario.
(...)
—Bien, nuestro género es el misterio. ¿Qué quieren hacer con eso? —cuestionó Jin, rompiendo el tenso silencio.
Una a una, las miradas se fueron retirando a medida que Jin los observaba. La tensión que se manejaba dentro del grupo era arrolladora: por un lado, Jimin y Taehyung se mantenían distantes y solo confiaban el uno en el otro, mientras que Jungkook permanecía cohibido en el centro del grupo, sintiéndose culpable por los inconvenientes causados a sus amigos.
Hoseok, por su parte, había optado por los monosílabos y encogerse de hombros como única manera de comunicarse. Era un caso perdido, atrapado en sus pensamientos y enviando "discretas" miradas hacia Taehyung de vez en cuando. Aunque de discretas tenían poco, y tampoco tenía la habilidad de ocultar su mirada de cachorro hacia el chico que no lo volteaba ni a ver; una escena lamentable de ver.
Esto dejaba el planteamiento de la historia en manos de Jin, Namjoon y Yoongi, sin considerar que estos dos últimos tenían que hacer un esfuerzo extra para superar la inseguridad que les producía el subirse a un escenario por primera vez.
Entre comentarios forzados, el equipo decidió que la historia giraría en torno a una fiesta en la que ocurre un asesinato. Habría dos anfitriones, Taehyung y Jin, que también serían hermanos. Jungkook, Jimin y Hoseok serían los invitados, mientras que Namjoon actuaría como uno de los camareros de la fiesta y Yoongi como el detective a cargo de la investigación.
—La muerte del viejito millonario es muy típica; hagamos algo más original —propuso Jimin.
Hubo un par de muecas torcidas aquí y allá, ni siquiera Taehyung respaldó a su amigo. No es que les pareciera una mala idea, sino que los ánimos estaban por los suelos y la apatía daba un tono desagradable a cualquier conversación que pudiera darse. Después de que la incomodidad aumentara, Yoongi se atrevió a intervenir.
—¿Y cuál es tu sugerencia? —preguntó Yoongi, con una mirada afilada y los brazos cruzados.
Jimin intentó encontrar algo que decir, luchando por activar su creatividad, pero la desesperación lo embargó cuando se vio incapaz de idear algo. La frustración creció al notar la expresión sarcástica en el rostro de Yoongi; le resultó tan desagradable.
En su mente, Jimin pensó: “Si Yoongi era así de pesado, su amigo Hoseok también debía serlo”. A Jimin no le agradaba Hoseok, al igual que Wooseok, Bogum o cualquier pretendiente de Taehyung que ponga a este mal.
Hoseok no se vio favorecido ante su inoportuna —y un tanto absurda— sugerencia.
—En vez de que sea un viejo, que sea una mujer joven —propuso Hoseok, pero quedó desconcertado ante la mirada molesta del amigo de Taehyung. Ese chico lo ponía nervioso, y lo hubiera confrontado de no ser porque Taehyung empezó a hablar.
Finalmente, cedieron a la idea de Taehyung de que el asesinato involucrara a una de las parejas de los invitados. Después de una ronda de piedra, papel y tijera, concluyeron que Hoseok interpretaría al personaje en duelo.
—¿Eso sería todo? ¿Ya no nos queda nada más por definir? —cuestionó Namjoon, mostrando una mezcla de preocupación y hastío. Daba por hecho que la interpretación saldría mal por lo mal que estaba resultando la planeación.
Jimin se encoge de hombros y Taehyung chasquea la lengua; consideraban que con lo que tenían era suficiente. Ellos ya habían tenido suficiente.
Mientras tanto, Jungkook se movía inquieto. Él tenía varias ideas para la improvisación, pero la tensión que irradiaba de los otros lo mantenía cohibido. Decidió callar para no cometer otro error que empeorara la situación.
La maestra Soo se percató de que habían terminado y les pidió que esperaran un par de minutos más mientras el otro equipo también finalizaba. Fueron los minutos más largos para Hoseok, donde la tensión comenzaba a repercutir en su cuerpo: los hombros le dolían y las manos las sentía agarrotadas. Su mirada, inquieta y errante, encontró un descanso en la imagen de Taehyung, cuya postura rígida delataba una guerra interna, de esas que Hoseok conocía demasiado bien.
El castaño levantó la cabeza, sorprendido por la mirada de Hoseok. Ojos abiertos y brillantes habían reemplazado la sombría actitud que antes cargaba, indicando que su aparente indiferencia era solo una fachada.
No obstante, Taehyung era un actor excepcional. Cuando la maestra Soo los llamó para tomar sus posiciones, Taehyung regresó a su rol y cambió su expresión por un gesto apático.
—El equipo de Jungkook irá primero, ya que estaba tan emocionado por hacer la actividad —comentó Soo, siguiendo con la actitud bromista que había adoptado con Jungkook cuando formaron los equipos.
El chico no respondió de la misma manera, lo que llamó la atención de la maestra y la hizo percatarse de la distancia entre los alumnos. Esto la preocupó y la dejó en una posición complicada.
Jin fue el único con la decencia de mostrarse entusiasmado. Se subió a la tarima e hizo de presentador, explicando el contexto de lo que harían. Detrás de él, Taehyung y Jimin, con la ayuda de Namjoon y Jungkook, movieron un sofá y unas mesas para montar una escenografía.
—¿Decidieron quién era el asesino? —cuestionó la maestra, para después ocultar su rostro detrás del vaso con café americano. Los actores se miraron alarmados, dándose cuenta de que se les había pasado por alto ese detalle—. Déjenlo así. Lo descubriremos sobre la marcha —mencionó mientras daba vueltas a los hielos, dedicando unos segundos para pensar—. Jin y Hoseok salgan de la escena. Namjoon, tú le contarás a Taehyung sobre el "asuntito" que acabas de descubrir. Jimin y Jungkook también están en la escena. El chico nuevo, el detective, será el último en entrar.
Cumpliendo con las indicaciones, cada uno ocupó su lugar. La maestra hizo la cuenta regresiva y la escena comenzó. De manera ágil, Taehyung y Jimin encarnaron sus roles y establecieron una conversación entre ellos, con gestos y tonos que aludían a las clases altas. Además, tuvieron la gentileza de involucrar a Jungkook con preguntas sencillas y menciones. Poco a poco, Jungkook asumió su papel, aunque no terminaba de estar completamente presente.
Mientras tanto, Namjoon, nervioso por las miradas puestas sobre él, intentaba llamar la atención de Taehyung.
—Joven Kim…
Sin embargo, Taehyung, inmerso en su papel, le hizo ademanes para que se mantuviera a cierta distancia. La frustración se reflejaba en el rostro de Namjoon, quien buscaba entre la maestra —o Jin— una respuesta sobre lo que debería hacer, o que alguien reprendiera a Taehyung como a él le gustaría hacerlo.
La maestra le indica que insista, lo que Namjoon hace. En respuesta, Taehyung gruñe y se acomoda en el asiento.
—Ugh, estoy ocupado. Cualquier asunto, consúltalo con mi hermano.
—No creo que eso sea posible —respondió Namjoon, con fastidio.
Finalmente, Taehyung voltea a verlo, dándole una mirada de arriba hacia abajo. Su actitud altiva no pasa desapercibida, generando un incómodo ambiente en el escenario.
—De acuerdo, pero cualquier cosa que quieras decirme tendrás que hacerlo aquí. Y si es tan personal como aparenta, te acercarás a mí.
Namjoon rueda los ojos; Taehyung lo va a terminar sacando de sus casillas. Arrastrando los pies, se acercó al castaño para susurrarle al oído.
La expresión de Taehyung cambia notablemente cuando Namjoon le habla al oído, mirándolo con incredulidad.
—¿Qué ocurre? —cuestiona Jimin, intrigado.
Taehyung se queda a media respiración y con los ojos desorbitados.
—Esto es terrible —una de sus manos cubre su boca mientras que la otra jala de su cabello—. Hay un muerto en el balcón del tercer piso.
Jimin y Jungkook están al borde de sus asientos, al igual que los espectadores que han quedado enganchados a la tensión de su actuación.
—No es posible —murmura Jimin, perplejo, para que después la impotencia cargue su voz—. Esto debe ser una broma.
Jungkook, boquiabierto, muestra una expresión de total tumulto. Se tumba en el sofá como si hubiera perdido la fuerza.
Y de pronto, la expresión de Taehyung se transforma en un gesto divertido.
—Deberías ver sus expresiones, son tan jocosas. ¿De verdad se lo creyeron? ¡Qué ingenuos! —manteniendo una socarrona sonrisa, se cruza de piernas y dirige su mirada hacia Hoseok—. ¿Y tú? ¿Qué buscas contando esto? No estoy para bromas y mi hermano mucho menos, seguro que esta vez no se va a rehusar a despedirte.
A Namjoon le da un tic en el ojo. ¿Desde cuándo Taehyung era tan patán?
Antes de que un verdadero arrebato pudiera darse, la maestra Soo interrumpe con una indicación:
—Jin y Hoseok, entren en la escena.
Ambos asienten y se suben a la tarima.
Jin cuestiona: —¿Han visto a Jihyo? Hoseok y yo tenemos un rato buscándola, sin que esta responda a nuestras llamadas o haya sido visto por alguien más.
Taehyung se revuelve en el asiento y desvía su mirada, huyendo de la atención de Hoseok que cae sobre él. Se rehúsa a hablar; y Jimin, al percatarse de eso, interfiere.
—La vi dirigirse al balcón del tercer piso, deberían de ir a revisar ahí.
Tanto Namjoon, como Jungkook y Taehyung miraron a Jimin con incredulidad. Esta acción no pasó desapercibida por Jin.
—Ahora que lo noto, hay una sensación extraña en este lugar. ¿Ocurrió algo?
—Es que nos preocupamos por Jihyo, justo hablábamos de que no la hemos notado bien durante estos días —comentó Taehyung, y su mirada cayó pesadamente sobre Hoseok—. Considero que, como su prometido, deberías ser más proactivo a las señales y entender sus necesidades.
Hoseok frunce el ceño. Debe recordarse que las acusaciones son actuadas, aunque la carga emocional es arrolladora. Se encoge de hombros y asiente, supone que es parte de la magia de Taehyung en el escenario.
—Lo tomaré en cuenta, gracias —dicho esto, se dio la vuelta y saltó fuera del escenario.
Jin lo siguió a traspiés, su confusión era tanta que había salido de personaje.
De vuelta en la escena, Jungkook encaró a Jimin entre tartamudeos.
—¿Por qué hiciste eso?
Jimin responde:
—Así podremos comprobar si lo que dice el mesero es real o no.
Jungkook, aún confundido por la estrategia de Jimin, frunce el ceño mientras intenta procesar la situación. Sus ojos buscan a Taehyung en busca de alguna pista sobre lo que está pasando, pero su amigo está ocupado estudiando el suelo como si estuviera buscando respuestas en las baldosas.
La maestra Soo, notando la tensión en el aire, decide intervenir nuevamente.
—Muy bien, chicos, sigamos con la escena. Emm, detective, es tu turno de entrar.
Yoongi entra en escena, aparentemente desorientado. Mientras tanto, Jimin, disfrutando de su pequeña venganza, apenas puede contener una sonrisa mientras observa a Yoongi tropezar con sus propios pies.
—Uhh… Disculpen la interrupción, soy Min Yoongi. La señorita Jihyo me pidió que la encontrara en la fiesta esta noche, pero parece que ha desaparecido. ¿Alguno de ustedes la ha visto?
Las respuestas son negativas, lo que aumenta la tensión en la habitación. La mirada de Yoongi pasa de un lado a otro, buscando alguna pista que lo ayude en su búsqueda. La maestra Soo, con una sonrisa, lo consuela.
—Tranquilo, intenta mantener la calma y sigue adelante —se dirige a los demás actores—. Alguno debería de preguntar quién es este personaje y sus motivaciones.
Asienten y vuelven a escena. Jungkook tiene la gentileza de acatar la orden.
—¿Por qué la señorita Jihyo quería verte?
Yoongi agradece la ayuda. Se acerca al asiento de Jungkook y se acomoda, tratando de reunir sus pensamientos.
—La señorita Jihyo... ella estaba preocupada por algo, algo relacionado con un evento próximo. No estoy seguro de los detalles exactos, pero parecía angustiada —explica cómo puede.
La atención de todos los presentes se centra en las palabras de Yoongi, mientras intentan decidirán como proseguir con la historia. Taehyung se muerde el labio inferior, pensativo, mientras que Jimin observa con atención, analizando cada gesto y expresión en busca de pistas.
La maestra Soo aprovecha el momento para agregar una nueva capa de intriga a la escena.
—El detective llama al número de Jihyo, el cual suena desde el bolsillo de Jungkook —narra, y Jungkook da un respingón, sorprendido por el inesperado timbre del teléfono en su bolsillo.
—Puedo explicarlo, lo juro. Encontré el celular en la recepción y lo guardé con la intención de hacérselo llegar a Jihyo —se apresura a explicar Jungkook, su voz temblorosa reflejando su nerviosismo por la situación.
—¡Esto es terrible! —exclama Jin, su voz resonando en el aula mientras se sube a la tarima con agilidad felina. Decidió integrarse a la escena para poner fin a la incertidumbre de una vez por todas.
Hoseok lo sigue, con menos destreza y tropezando ligeramente en su apuro por llegar al frente del salón.
—Esto es terrible —repite Jin, su voz temblorosa y cargada de angustia—. ¡Jihyo! Oh, no, Jihyo.
Namjoon se acerca rápidamente para sostener a Jin, quien parece a punto de caerse bajo el peso de la conmoción.
Jimin se levanta de su asiento con un fuerte impulso, su expresión llena de determinación y una pizca de desesperación.
—¡Habla de una vez por todas! —exige Jimin, su voz elevándose en un tono que refleja su frustración y ansiedad.
—Ella está muerta —comenta Hoseok, su voz grave y solemne, mientras el eco de sus palabras se desvanece en el tenso silencio del aula.
El impactante anuncio de Hoseok sumió a todos en un silencio sepulcral. Los ojos de los estudiantes se abrieron desmesuradamente.
—No puede ser… —murmuró Jimin, su voz temblorosa denotando incredulidad mientras se dejaba caer sobre el asiento.
—¿Qué ha pasado? ¿Cómo es posible? —preguntó Yoongi, tomando del hombro a Hoseok.
Jin se desprendió del agarre de Namjoon, y avanzó hacia Yoongi con pasos decididos.
—¿Quién es usted? —inquirió Jin, su voz resonando con una mezcla de curiosidad y sospecha.
—Min Yoongi. Soy detective privado. Jihyo me había contratado y se supone que nos veríamos esta noche —respondió Yoongi, tratando de mantener la calma ante la intensidad de la situación.
Hoseok apartó la mano de Yoongi de su hombro y la sostuvo entre las suyas, buscando consuelo en su amigo en medio de la conmoción.
—Entonces, ¿podría ayudarme a averiguar qué pasó con mi prometida? —preguntó Hoseok, su voz resonando con un tono de desesperación contenida.
Yoongi parpadeó un par de veces, desconcertado por el gesto de Hoseok. Era evidente que su amigo estaba sumergido por completo en el papel, dispuesto a romper su regla de cero contacto físico en favor de la dramatización.
—Aunque no me lo pidiera, tomaría el caso. La señorita Jihyo me pagó por una investigación, y eso haré —respondió Yoongi, asumiendo su papel con determinación.
La mirada de Jin se clavó en Jimin, cargada de acusación.
—¿Qué hiciste, Jimin? —preguntó Jin, su tono de voz oscilando entre la incredulidad y la molestia—. Fuiste tú el que nos mandó hacia el balcón, en donde se encontraba el cadáver de Jihyo, ¿cómo lo supiste?
Jimin levantó las manos en señal de inocencia, su rostro reflejando sorpresa ante el repentino señalamiento.
—Yo solo dije lo que Namjoon comento, no tenía idea de que fueran cierro —su voz temblorosa revela su desconcierto.
Namjoon, permaneciendo firme en su postura, intervino para aclarar la situación.
—Es verdad, yo sé los dije. Pero debes de creerme cuando digo que solo reporte lo que había visto, únicamente cumplí con mi labor.
Mientras tanto, Taehyung permanecía en su asiento, observando la escena con una expresión imperturbable. Su mirada era impenetrable, como si estuviera contemplando la escena desde una distancia emocional.
—Suponiendo que has sido el único que se topó con el cadáver de manera “accidental” —comenzó Taehyung, dirigiendo su mirada directamente a Namjoon—, ¿también habrás notado algo sospechoso, o no?
Namjoon emitió un gruñido inquieto. Sus pupilas se fijaron en algún punto de la esquina superior derecha, como si buscara la respuesta en algún rincón de su mente.
—No podría destacar nada más. A pesar de la multitud de invitados, muy pocas personas suben al tercer piso —respondió Namjoon, su voz cargada de incertidumbre.
Un chasquido de desaprobación resonó en la sala cuando Taehyung respondió con desdén.
—Tan solo Jihyo y tú lo han hecho, qué curioso.
Jin, visiblemente molesto, decidió intervenir.
—Taehyung, ¿qué insinúas con esto? Deja de acusar a Namjoon, sabes que él nunca haría algo así.
Taehyung bufó con desdén, sus ojos centelleando con una mezcla de desprecio y desafío.
—No me sorprende que lo defiendas. ¿Acaso no ves que es la explicación más lógica? No dejes que tu enamoramiento por el mesero te nuble el juicio.
Jimin asiente en acuerdo, ambos mantienen una mirada acusatoria y una actitud desafiante. Las palabras de Taehyung se habían entremezclado con la realidad, siendo un comentario amargo de procesar.
¿La razón de esto? En los últimos días que han pasado junto a Jungkook, este les contó acerca de su enamoramiento por “el chico teatro”. Una historia de amor frustrada por un tercero; de manera natural, Jimin y Taehyung le fueron tomando recelo a Namjoon.
Los labios de Jin se tensaron en una línea firme, muestra de su severo disgusto; mientras que Namjoon lo mira atento, con una mezcla de expectativa y preocupación.
Ante el incómodo silencio que siguió, la maestra Soo intervino con astucia, buscando desviar la atención hacia otro lado.
—Jungkook, ¿tienes algo que añadir?
El chico se estremeció ligeramente, evidenciando su nerviosismo ante la situación.
—Jihyo tampoco estaba de acuerdo con la relación entre Namjoon y su hermano —comenzó Jungkook, su voz temblorosa revelando la tensión que se había acumulado en la habitación. Hizo una pausa, es la que sus ojos se abrieron ampliamente abiertos y su expresión se llenó de vergüenza: lo había arruinado.
Es así que, de repente, Jihyo se convirtió en la hermana de Taehyung y Jin. Una revelación inoportuna que causó cierto recelo entre los espectadores; y uno que otro asombro entre los más impresionables.
—Por supuesto, a Jihyo no le gustaba nada esa relación, al igual que a nuestros padres. Prefería, o mejor dicho, prefería que Jin saliera con alguien como Jungkook —agregó Taehyung, su tono sarcástico revelando la amargura que aún albergaba.
La sospecha de Hoseok comienza a crecer mientras observa la interacción entre los demás, preguntándose si están actuando o si realmente están dejando salir sus verdaderos sentimientos. Encogiéndose de hombros con indiferencia, decide seguir expectante a la escena, aunque una sensación incómoda se apodera de él.
La intervención de la maestra Soo como directora de la escena trae consigo una guía clara: deben enfocarse en el asesinato y dejar de lado las historias personales. Con un tono firme, incita a Hoseok a mostrar más coraje después de haber encontrado a su prometida muerta.
Hoseok asiente, reuniendo sus pensamientos antes de hablar.
—Jihyo y Jungkook tuvieron una discusión, pero no tengo idea de qué se trataba.
Interrumpiendo, Taehyung suelta un bufido de desdén.
—Claro que no sabes nada de tu pareja, ¡nunca te enteras de nada! —Taehyung se ahoga con su propia respiración. Suelta el aire contenido en un fuerte suspiro y se deja caer sobre el asiento—. Jihyo estaba planeando deshacerse de Namjoon, darle un buen susto.
Hoseok se cuestiona que haría un novio ante aquellas mordaces acusaciones hacia su prometida, y actúa defendiendo a Jihyo con vehemencia:
—No puedo creer que la estes acusando de algo así. Jihyo podría tener sus rencores, pero era incapaz decometer un crimen.
Jimin interviene, con una mirada afilada.
—Lo que no es una falsa es que está muerta y alguien lo hizo —comenta con desdén, su tono desafiante deslizándose por el aire como una afilada hoja—. Señor detective, ¿no es esta la razón por la que Jihyo lo hizo llamar? Tal vez, su ayuda fue requerida para deshacerse de cierto individuo.
La inesperada atención que se posa sobre él, pone a Yoongi de los nervios. Ese chico rubio ha descubierto cómo sacarlo de sus casillas, de pronto lo invadió un creciente rencor hacia él. Yoongi es orgulloso, y no se dejará tumbar tan fácil.
Respira hondo y comienza a hablar, aunque lento, con determinación.
—Mi deber con la señorita Jihyo no se relaciona con lo que se comenta. No hago ese tipo de trabajos. Sin embargo, me resulta intrigante la actitud tan defensiva que usted a asumido.
Jimin responde con brusquedad, su tono cortante denotando una clara hostilidad.
—No sé sus razones para esto, pero desde su llegada se ha cegado por mí. Si fuera un verdadero detective, interrogaría a Hoseok. Después de todo, ¿no son las estadísticas las que apuntan a la pareja como el principal sospechoso?
Yoongi suelta una ligera risa, cree comprender hacia donde apunta esto. Le fue fácil notarlo: el verdadero problema de Jimin es Hoseok —no él—, y pareciera que todo esto es infundado por cierto castaño arrogante.
—Conociendo a Hoseok, diría que no encaja en el perfil de un asesino —comienza Yoongi, con un tono más altanero—. Él es más bien pasivo y simplón, no parece capaz de cometer un crimen en un evento tan importante. En cambio, cierto hermano ha sido el que más ha lanzado acusaciones sin fundamento.
Taehyung suelta una risa irónica.
—¿Qué motivo tendría para matar a mi propia hermana? Sangre de mi sangre. Me parece más plausible que este sea el desenlace de una tragedia romántica, ya sea por un amor no correspondido —mira a Namjoon y a Jin— o por una traición amorosa —observa a Hoseok, y después tuerce los labios—. Pero todos aquí parecen rehusarse a aceptar sus secretos.
Yoongi interviene, con un toque de ironía. Con mayor seguridad, se desenvuelve en el escenario, sentándose en el reposabrazos del asiento de Jungkook.
—Le doy la razón, mis historias de romance favoritas son las que terminan en tragedia. ¿Esta será una más para agregar a la lista? ¿Qué te parece la trama de un amor arrebatado por otro?
Taehyung frunce el ceño, reflexionando sobre la idea.
—Un amor arrebatado por otro... —sus ojos miran a Hoseok y brillan con cierto anhelo que rompe con la máscara de su personaje—, no es exactamente de mi agrado.
El murmullo inquieto entre los estudiantes se intensifica a medida que las acusaciones y los juicios se disuelven entre la actuación y la realidad. Cada palabra lanzada arroja una sombra más oscura sobre la situación ya de por sí sombría.
Pero entre el caos de las discusiones, es el aparente rechazo de Taehyung hacia Hoseok lo que verdaderamente conmueve a todos.
Jungkook, con el ceño fruncido y el corazón pesado, observa la interacción entre Taehyung y Hoseok con una mezcla de tristeza y decepción. Él, más que nadie, sabe lo difícil que puede ser lidiar con los sentimientos no correspondidos. Y odia tanto ser el responsable de que se diera está situación.
Taehyung padece la situación, sintiendo el peso abrumador de las emociones que lo agobian. No tenía la intención de crear aquella atmósfera. Se dejó llevar por el personaje, o al menos esa es su excusa. Jamás quiso lastimar a nadie, mucho menos a Hoseok, con quien aparentemente no tiene ningún problema; al menos, no uno que esté dispuesto a aceptar.
Mientras tanto, Hoseok, ajeno al torbellino de emociones que agita el corazón de Taehyung, se mantiene en su propio mundo, como si estuviera atrapado en una burbuja protectora que lo aísla del caos que lo rodea. Su mente, aún aferrada a la idea de que están actuando, sigue adelante como si nada hubiera ocurrido.
—Y no será ese propio disgusto lo que te llevó a actuar. Dices que no hay motivo para que mataras a tu propia hermana, pero la codicia me parece un buen motivo —expresa Hoseok con un tono acusador, su mirada fija en Taehyung.
Taehyung parpadea un par de veces, completamente desconcertado. Las emociones se arremolinan en su interior, ya no puede seguir ocultándolas. Sus ojos se llenan de lágrimas por la desesperación. Finalmente, comienza a quebrarse.
—Jihyo no era quien pensaban que era —continúa Taehyung, su voz temblorosa mientras las lágrimas corren por sus mejillas—. Era controladora, manipuladora. Era capaz de abusar de la confianza de otros para cumplir sus deseos. Es… era tan despreciable.
—Era capaz de dirigir su propia vida y tomar sus propias decisiones, eso era lo que envidiabas de ella —interviene Hoseok, con una expresión ya cansada. Esto se está alargando demasiado y pronto acabará la clase.
Su atención es nuevamente puesta en la escena cuando un grito atravesó la habitación.
—¡No lo entiendes! —exclama Taehyung, su voz quebrándose con el peso de la verdad que está a punto de revelar—. ¡Fui yo! ¡Fui yo quien la mató!
Taehyung siente como si su pecho estallara en mil pedazos, la presión emocional acumulada durante tanto tiempo finalmente se libera en un torrente de desesperación y dolor.
Las miradas de asombro y horror se clavan en Taehyung, mientras él se estremece en el asiento, luchando por mantenerse íntegro y no sucumbir en un llanto torrencial.
Hoseok da un paso adelante, con los ojos abiertos de par en par en shock. Pero es incapaz de hablar.
—¿Qué… qué estás diciendo, Taehyung? —pregunta Jin, su voz apenas un susurro ahogado por la incredulidad.
Taehyung levanta la mirada hacia ellos, sus ojos vidriosos y llenos de tormento.
—No podía soportarlo más —murmura Taehyung, su voz apenas un susurro roto por el dolor—. Jihyo… Jihyo estaba arruinando mi vida. Y yo… yo no podía permitirlo más.
La maestra Soo, que ha estado observando la escena en silencio, finalmente interviene con voz firme.
—Creo que es hora de poner fin a esta improvisación. La clase ha terminado, tómense un tiempo para reflexionar sobre lo que acaba de ocurrir y enfriarse. En la siguiente clase pasará el otro grupo.
Los estudiantes se levantan lentamente de sus asientos, todavía en estado de shock por lo que acaba de suceder. Se dispersan en la sala, algunos en silencio, otros murmurando entre ellos mientras intentan procesar la impactante revelación.
Mientras tanto, Taehyung permanece sentado en su silla, abrumado por un torbellino de emociones. Su cabeza está inclinada hacia abajo y su espalda encorvada. Jimin se acerca a él y lo abraza con ternura, ofreciéndole consuelo.
Yoongi, notando la angustia de Hoseok, lo toma del hombro y le indica que se vayan para dejarlos a solas. Sin embargo, Hoseok se niega y se acerca al par con una mirada llena de preocupación.
—¿De verdad estabas actuando? —pregunta Hoseok con voz suave, su rostro reflejando una mezcla de incredulidad y preocupación.
Jimin rechina los dientes, severamente molesto.
—Vaya imbe…. —el rubio calla cuando Taehyung se incorpora.
—Sí, estaba actuando, pero se me fue un poco de las manos —confiesa Taehyung, pasando una mano por su cabello desordenado mientras lucha por mantener la compostura—. Me sorprendió verte así, lo hiciste muy bien…
Hoseok niega con la cabeza efusivamente.
—Si estuvieras actuando, no te verías tan mal ahora —insiste Hoseok con convicción—. No me gusta verte así. Debe de habee otras formas de interpretar sin lastimarte a ti mismo.
Taehyung se encoge de hombros, es incapaz de ponerse a pensar sobre eso o cualquier otro tema. Simplemente, su cabeza está demasiado atormentada y su cuerpo resinte eso.
—Puede que sí, pero no lo conozco —murmura, su voz apenas un susurro apenas audible.
Hoseok no lo miraba. Su ojos iba a de un lado a otro, acompañadas de un mohin en los labios y el peculiar movimiento de sus manos que se abrían y cerraban.
De manera inoportuna, el cuerpo de Hoseok se estremece. Sus manos se dirigieron instantáneamente a los bordes de su sombrero, jalando de este hacia abajo, mientras que su mirada cayó directamente sobre Taehyung.
—Lo investigaré por ti —promete Hoseok, su voz no revela nada; ni determinación ni sarcasmo, absolutamente nada.
Y dicho esto, se volteó y se marchó sin más, dejando a Taehyung sumido en una profunda perplejidad.
Entonces, Jimin rompe el silencio con una pregunta brusca, sacándolo de su ensimismamiento.
—¿Qué tipo tan raro, no? ¿Crees que tenga alguna enfermedad o simplemente sea así: raro?
Taehyung frunce el ceño, molesto por la falta de tacto de su amigo, pero luego suspira resignado.
—Jimin, no seas grosero. Solo es… un tanto peculiar —responde Taehyung con calma, antes de recostarse en su asiento y observar a Hoseok retirarse junto con sus amigos.
Su mirada se cruza con la Hoseok, y este simplemente se va, tal cuál como en sus primeros encuentros. No tiene ni idea de que pensar al respecto.
🌙;
Cuando estaba escribiendo la parte de la obra de teatro, me sentí muy tentada a que hubiera un verdadero asesinato mientras llevaba a cabo la actuación; pero no, acá no entra eso... Jejeje
Verdaderamente fue algo interesante de escribir, y también todo un reto, espero que sean entendible todo lo que pasó y que les haya gustado.
Nos vemos en otros 8 meses (ahre).
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