Scott.

-¿El qué? -solté con preocupación, sintiendo un corto recuerdo sobre un pequeño llorando y suplicando, antes de que un cuchillo se pose frente a él.

Moví mi cabeza y le miré, casi de inmediato.

Sus manos comenzaban a presionar el vidrio cada vez más, comenzó a soltar pequeño quejidos de dolor y múltiples insultos y maldiciones, mientras sus ojos comenzaban a transformarse de un negro total, a excepción de la pupila.

Parpadeaba rápidamente, sus ojos volvían a como eran antes por unos segundos, luego, extrañamente, eran negros otra vez.

Me miró y sonrió de forma retorcida-Si tanto quieres deshacerte de mí... Toma las pastillas de una buena vez...

Es verdad, miré el frasco en mis manos, al tratar de abrirlo me detuve, ¿estaba dispuesto a dejar encerrado a la persona de la que me enamoré?

No logré responderme, de forma involuntaria las pastillas se esparcieron por el suelo, y el sonido del frasco de plástico caer me regresó a la realidad.

-Muy tarde -dos brazos me agarraban el mío, estos salían del espejo...

-¡¿Qué?! -me sorprendí e intenté retroceder, pero presionó más el agarre, intentando que no me vaya.

-Has utilizado este cuerpo por veinticuatro años... No seas egoísta... ¿no crees que es mi turno ya?

Pandi_Pop ♪