11
Scott.
Me vestí de la forma más cordial que pude, tampoco muy elegante, no quería que esto pareciera una cita seria. Solo nos íbamos a conocer y ya.
Miré el reloj, eran las ocho.
Aún no llegaba.
Miré a los lados, comencé a sudar de los nervios, ¿y si no viene?
Todo esto me consumía por dentro, estaba simplemente nervioso, mi cabeza comenzó a arder y a doler como nunca antes, estaba acostumbrado a estas cosas desde mi niñez, mis padres me enseñaron a vivir con esto.
Pero ellos no están conmigo en este momento como para ayudarme.
Mis ojos comenzaron a pesar y a doler. Una siesta no hará daño.
Pandi_Pop
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro