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3.29

La casa de Jeon durante la noche estuvo llena de risas y de mucha felicidad.
Jimin es realmente feliz, no hubo ningún momento en que su hermana se alejara de él, lo cuidaba demasiado desde que le confeso frente a todos que espera un nuevo un bebé.

Iseul, se sienta al lado de su hermano mayor y le acaricia su estómago, el tío de Jimin tuvo que quedarse en un hotel, el cual, será pagado por Jeon, el menor dijo que no correra el riesgo de poner la vida de su tío en peligro.

Taehyung, por su parte, no desaprovecho la oportunidad de alardear de su embarazo frente a todos, mientras Yoongi coloca una de sus manos en su sien y la acaricia.
El amigo de Jimin se acerca a su pareja y toma asiento en sus piernas, para luego enrollar sus brazos en el cuello del chico de piel blanquecina.

—No te enfades —murmura Taehyung, en los labios de Yoongi frente a todos.

—Es solo que prometiste controlarte —dice entre dientes, Yoongi.

Todos ignoran esas palabras para no incomodarse.

Iseul continúa junto a su hermano, observa como su pequeña sobrina la mira a lo lejos con un puchero de molestia en sus labios y su entrecejo fruncido.
La hermana de Jimin le sonríe y lo único que hace Injae es sacar su lengua y girar su rostro hacia otro lugar, para no ver a su pequeña tía.

Jungkook, que sale de su habitación con una camisa blanca fresca, con una sonrisa en su rostro se acerca a Iseul.

—Ven acá, mocosa —le pide Jeon, sonriendo, cuando está a solo unos cuantos pasos de Iseul.

La hermana menor de Jimin, se pone de pie y camina a pasos rápidos hasta donde Jeon se encuentra esperando por ella con sus brazos abiertos.

—Has crecido —menciona Jeon, tomándola entre sus brazos y dando unas cuantas vueltas con ella en sus fuertes brazos. —Bueno, ya abajo, has aumentado de peso —agrega, colocándola en el suelo, depositando un beso en la sien de Iseul.

—Papá —se escucha un quejido por parte de Injae.

Sin dudarlo, Jimin se pone de pie y va hasta su hija, intenta tomar la mano de su hija y en un reproche mueve su mano e impide que su appa la tome.

—Injae —la llama Jimin, un poco dolido por el gesto que su hija ha tenido hacia él—. Ven acá.

Jimin trata de ayudarla a ponerse de pie, la pequeña agita su cabeza junto con su cabellera fuertemente negando con molestia en sus ojos.

—Jae mala —protesta Dae, observando junto a Iseul la forma en la que su hermana está actuando.

—Dae —lo reprende Jeon.

—Bien, es hora que nos vayamos —Yoongi ayuda a Taehyung, ponerse de pie para luego caminar hacia la puerta.

Jimin no se despide de nadie ya que se encuentra de cuclillas frente a su hija esperando que actúe como suele actuar frente a él.

—Injae, por favor deja de comportarte de esa manera, y déjame acercarme a ti —le pide el rubio.

La pequeña niega de nuevo y se aleja más de su appa.

Jimin siente enojo y remordimiento, sus sentimientos estan compartidos eso es lo que le pasa cuando se encuentra en estado de embarazo.
El rubio suspira y observa a su hija, intentando entender su comportamiento, pero no puede.

—Lejos, lejos —espeta la pequeña mirando con desprecio a Jimin.

Jungkook camina hacia Jimin y le ayuda a ponerse de pie, besa su mejilla derecha y le guiña uno de sus ojos.

—Vas a dejar de comportarte como una niña malcriada —se acerca Jeon, con seriedad en su mirada.

Injae pispílea unas cuantas veces, observando como su padre se acerca a ella, intenta escapar para que no la alcance, pero Jeon logra tomarla de su mano.

—Con cuidado —le pide Jimin a Jungkook, al observar que la detiene de su brazo.

Jeon la toma entre sus brazos mientras su hija trata de que la suelte.

—Hablare con ella —susurra el pelinegro, pasando de largo al lado de Jimin el cual solo asiente débilmente.

—Jiminie ¿estás bien? —pregunta su hermana, preocupada.

—Claro —suspira, y luego sonríe al observar a su hermana sostener la mano de Daewan—. Porque no van a jugar.

Ambos asienten y van a la habitación de juegos.
Jimin saca a Sang de su corral, habla con él un poco mientras el bebé hace sonidos extraños con su boca y babea.

—Eres muy lindo, lo sabias —dice Jimin observando a Sang, limpiando la baba de la comisura de los labios del pequeño.

El pequeño lleva una de sus manitas hecha pucho a su boca y comienza a chuparla, Jimin, retira la manita de Sang de su boca y le da su biberón, se acomoda en el enorme sillón y atrae al niño hacia él para acogerlo en sus brazos.

Siente como algo en su estómago se remueve un poquito, sonríe al recordar que tiene un bebé dentro de él, lleva una de sus manos a su estómago y lo acaricia lentamente.

—Sang y yo estamos contigo ahora, mi vida —susurra Jimin, cerrando sus ojos para imaginar el movimiento de su hijo dentro de él.

Jeon, por su parte, llega al jardín con su hija en brazos, la deja en una enorme banca en la cual se pueden columpiar.
Jungkook, observa que la pequeña quiere bajarse, la mira un poco molesto y niega sin dejar de mirarla.

—No hagas que te castigue —la adivierte, tomando asiento al lado de su hija. —¿Te duele algo? —pregunta.

Sin responder nada solo agita su cabeza en negación.

—¿Dae, te hizo algo?

La pequeña niega de nuevo.

—Bien, sino te duele algo y Dae no te hizo nada —suspira Jeon, observando a su hija—. ¿Estas molesta?

La pequeña asiente sin mirar a su padre.

—¿Estas molestas conmigo?

La niña alza su rostro y mira a su padre.

—No —responde, negando con su cabeza de un lado hacia otro.

—¿Estas molesta con tu appa?

La pequeña se queda inmóvil por un momento y luego asiente.

—Pero tu appa no te ha hecho nada para que estés molesta con él —Jeon le acomoda el cabello a su hija detrás de sus orejas, para poder observar sus lindos ojos.

—Appa no me quiele más —solloza la pequeña.

Los ojitos de Injae se llenan de lágrimas, Jungkook, no deja de mirarla, cada facción y acción de su hija es como ver a Jimin.

Jeon limpia las pequeñas lágrimas del rostro de su hija con una sonrisa en su rostro, es la niña de sus ojos y no duda que la de su ángel también.

—Tienes razón, tu appa no te quiere —habla Jungkook, mientras trata de recoger el cabello de Injae en una cola.

La pequeña lo mira asombrada al escuchar lo que le ha dicho, está más que claro que no son las palabras exactas que ella espera escuchar de parte de su padre.

—Él te ama, y te ama mucho.

La niña se mueve un poco en la banca de madera y trata de tomar asiento en las piernas de su padre.

Jeon la toma entre sus brazos y la acomoda en sus piernas sin dejar de observar a su linda princesa.

—¿Estas celosa de Iseul? —cuestiona a su hija de nuevo.

Injae juega con sus dedos.
Jungkook no puede dejar de recordar a Jimin al verla, la pequeña asiente con un poco de pena ante la mirada de su padre.

—Jimin te ama a ti, ama a tus hermanos, ama a Iseul y por supuesto que me ama a mí —dice Jungkook, buscando la manera de que su hija entienda que su ángel tiene suficiente amor para todos.
—Él nos ama a todos, y estoy seguro que a ti te ama locamente —acaricia la mejilla de su hija quien lo mira un poco dudosa—. Recuerdas cuando te alejaron de tu appa a las afueras de la tienda.

Al recordar eso, Injae, abre sus ojos grandemente y se aferra a uno de los brazos de su padre, mientras asiente.

—Tu appa lloró tanto por ti. En lo único que pensaba era en ti.

El rostro de Injae decae un poco al escuchar lo que su padre le comenta.

—Tal vez no lo entiendas ahora princesa, pero el amor que tu appa tiene hacia ti es enorme, y distinto al amor que siente hacia mi o hacía Iseul. Cuando crezcas entenderás a lo que me refiero —le explica a su hija.

—Peldon —dice Injae.

Jeon niega.

—A mí no, a tu appa.

Injae se baja de las piernas de Jungkook, y observa hacia dentro de la casa.

—Eres tan hermosa, mi princesa.

Jeon no puede dejar de admirar a su hija, está completamente loco por ella.
Sus ojos son igual a los de Jimin, no duda porque su hija es hermosa, la manera en la que su corazón late al verla sonreír es perfecta.

—Vamos.

Injae toma la mano de Jeon para que ambos entren juntos a la casa.

Cuando estan dentro, Injae apresura sus pequeños pies para dirigirse donde Jimin se encuentra, cuando lo observa su rostro se entristece. Su appa está dormido junto a Sang en el sillón de la sala.

—Mañana será —susurra Jungkook, tomando un par de sábanas de uno de los estantes que se encuentran en la enorme sala.

La pequeña asiente débilmente y camina a su habitación, ve a su tía Iseul en su cama y niega un poco molesta, pero recuerda las palabras de su padre.

—Duerme conmigo —le indica Jungkook.

Injae asiente y sin protestar sigue a su padre.

Todos duermen plácidamente, Jimin solo abre sus ojos cuando Sang se remueve entre sus brazos y luego los cierra de nuevo y vuelve a dormirse.

Daewan e Iseul, solo se mueven para acomodarse en la cama, Jungkook trata de obligarse a dormir, pero le resulta inútil se ha acostumbrado tanto a Jimin que no puede dormir sin él a su lado.

La mañana llega de manera rápida, Jeon después de tanto luchar por dormir logró cerrar sus ojos un poco, pero lo poco que durmió le fue interrumpido de manera rápida.
Su celular suena, desganado abre sus ojos y en la suave claridad que entra por los espacios de la cortina, trata de encontrar su celular.

—Jimin —murmura, pensando que duerme junto a él. —Jimin —repite, se pone de pie molesto y observa el pequeño cuerpo de su hija.—Mierda —dice al recordar que Jimin está en el sillón de la sala junto a Sang.

Observa una pequeña luz por los pies de Injae, lo toma rápidamente y atiende.
Su hija se remueve con disgusto entre las sábanas de la enorme cama de sus padres.

—Mas vale que sea importante —protesta Jeon, al atender el celular.

—Debemos viajar a Busan —escucha la voz de Nam por la línea, igual de adormilada y molesta que la suya.

—¿Paso algo con el envió? —pregunta Jungkook, mientras camina en la habitación en busca de ropa.

—Todo bien con el envío, pero los que lo reciben quieren verte a ti para cerciorarse que ese cargamento es distribuido por ti —le explica Namjoon.

Jeon abre la puerta de su armario y observa una mudada colgada en uno de los percheros de la puerta, la ve detenidamente y piensa en que, si Jimin la ha dejado allí, es porque la ha elegido para que se la coloque.

La toma, cierra la puerta con su pie y camina hacia el baño.

—¿Qué hay de Mark y Mino? —cuestiona Jeon, ya que ambos viajan con los conductores para entregar el cargamento.

—Esperan por nosotros en Busan junto a los conductores —a lo lejos Jungkook escucha como Jin se despede de Nam, y luego el sonido de una puerta cerrarse y por último el sonido del motor de un auto encendido.

Jeon sale del baño completamente vestido, toma una de sus chaquetas al azar y se la coloca, se mira en el espejo y ve a Injae sentada en medio de la cama viéndolo.

—Llama a Chanyeol, que aliste el Jet privado. Nos vemos en la pista de aterrizaje —corta la llamada, se gira, guarda su celular en uno de los bolsillos de su chaqueta mientras camina hasta la cama.

Su hija se pone de pie un poco tambaleante debido a lo aguado de la cama, Jeon la toma entre sus brazos, pasa por la habitación que JB y Kenji estan compartiendo en su casa.
Por alguna extraña razón que obviamente Jungkook ignora, su ángel le ha pedido al japonés que se quede en su casa.
Abre la puerta del lugar y ambos se despiertan de manera rápida.

—JB, es hora de salir, no olvides traer municiones —ordena.

El mencionado se pone de pie, busca su camisa se la coloca al igual que sus zapatos, toma su chaqueta y se detiene al lado de Jeon, para luego acariciar el brazo de Injae.

—Kenji, cuida de mi familia.

El japonés asiente de manera rápida.

Enciende la luz de la sala y Jimin se remueve un poco, Jeon, se acerca a él aun con Injae en brazos, mientras que por su parte, JB, abandona la casa para ir por municiones y alistar el auto.

—¿Sucede algo? —indaga Jimin, con sus ojos un poco hinchados.

—Tranquilo, no pasa nada —responde y luego besa la sien de Jimin y le sonríe.—Debo salir —susurra Jeon, evitando despertar a Sang.

—¿Qué tan lejos y peligroso es? —imquiere nuevamente el rubio.

El menor se apoya en uno de sus brazos para alzar un poco más su rostro.

—Busan, espero y no corramos ningún peligro.

Jungkook es sincero y Jimin lo sabe.

—Está bien —dice con un poco de suavidad en su voz.

—Se quedará contigo —pronuncia refiriéndose a Injae.

Jimin niega recordando la actitud que su hija ha tenido hacia él por la noche.

—Bye papá —se despide Injae de Jungkook, depositando un beso en una de las mejillas de su padre.

Se acomoda en el hueco que el cuerpo de Jimin y Sang dejan en una de las esquinas del enorme sillón.

—Jungkook —lo llama Jimin.

Jeon al instante mira a Park a los ojos.

—Antes que te vayas, colócate un chaleco antibalas —le pide Jimin.

El mayor niega rápidamente.

—No es una pregunta, Jeon Jungkook. Es una orden —específica Jimin, alterándose un poco frente a su hija.

—Jimin —protesta Jeon, como un niño. —Está bien —dice para que el menor se tranquilice.

—Ve por el chaleco, y colócatelo frente a mí —le ordena Jimin.

—No me jodas —habla Jeon, un poco indignado y molesto. —No soy un niño, Jimin —continúa protestando, mientras va por el chaleco antibalas que se encuentra en el armario.

—Claro que no eres un niño, eres el padre de mis hijos, el amor de mi vida y mi futuro esposo. Ahora deja de quejarte como un niño y colócatelo.

Injae mira a sus padres con una sonrisa en su rostro.

Jeon se coloca el chaleco sobre su camisa, no se atreve a retirarse su camisa, no frente a su hija. Se coloca su chaqueta y observa de forma retadora a su ángel.

—¿Feliz? —pregunta arqueando sus hombros, alzando sus manos a los costados de su cuerpo.

—Ya puedes irte, amor —dice dulcemente, Jimin.

Jungkook se acerca a Jimin, coloca su mano derecha en el cuello de él y lentamente acerca sus rostros.

—Sino te amara...

El menor lo interrumpe y lo besa lentamente.

—Sino te amara, no te pediría que te colocaras el chaleco —habla Jimin, sobre los labios de Jungkook, rosándolos dulcemente.

Jeon de reojo observa que Injae cubre sus ojos con las palmas de sus manos, para no ver cómo sus padres se besan.

—Jin —susurra Jimin, para luego ser callado por los labios del mayor.—Jungkook, no te quites el chaleco —le pide, cuando ambos dejan de besarse.

—No lo hare —espeta Jeon, poniéndose de pie al escuchar el claxon de uno de los autos.

Jimin lo observa dudoso, Jungkook se despide nuevamente de su hija con un beso sobre su cabello, regresa al lado del menor y besa sus labios de nuevo.

—Lo prometo —habla entre el beso, Jimin sonríe triunfante y aliviado.

Jeon sale de la casa rumbo a la pista de aterrizaje para luego viajar a Busan.

El menor se queda junto a Sang, con cautela observa a Injae, ha decidido esperar a que su hija tome la iniciativa de hablar de nuevo con él. Sabe que no puede molestarse con ella, es solo una niña que apenas va entendiendo todo.

Injae se acerca a Jimin con mucho cuidado de no golpear su estómago, Jeon siempre la reprende porque ella intenta sentarse sobre el estómago de su appa.

Con sus manitas toma el rostro de su appa y lo mira fijamente, aparta unos cuantos mechones de cabello que caen sobre la frente de Jimin.

—Appa —verbaliza Injae, sin dejar de mirarlo.

—Sí, princesa —contesta Jimin, dulcemente.

—Peldon —articula su hija, dejándolo asombrado.

—Solo no vuelvas a actuar de esa forma conmigo. Promételo —le pide Jimin, en un tono un poco demandante.

Injae toma la mano de Jimin y le alza el dedo meñique, la pequeña hace lo mismo con su dedo, entrelaza su dedito contra el de su appa y lo observa con una sonrisa en su rostro.

La pequeña piensa en que, si su padre sella sus promesas con un beso sobre los labios de su appa, ella las sellara como lo ha visto en los programas de televisión que su tío Jin, mira mientras cuida de ella y de sus hermanos. Solo que Injae le agregara algo más.

La pequeña sin soltar sus meñiques acerca sus labios regordetes y los posa sobre la mejilla derecha de Jimin.

—Lo pometo —dice niña luego de besar la mejilla de su appa.

Jimin es feliz, sabe que Injae ha escuchado a Jungkook, y sea lo que sea que su lunático favorito le hubiera dicho a su hija, le agradece demasiado.
Sus hijos seran buenos en un futuro no solo por su educación y regaño, sino también por su padre y por la ayuda del resto de sus tíos, tal vez sus hijos no tendrán una vida un tanto tranquila debido a la vida de su padre, pero si de algo está seguro es de que él y Jungkook siempre los protegerán.

Injae cae dormida al lado de Sang, Jimin trata de volver a conciliar el sueño, pero no lo consigue, solo le pide a Dios que al lugar donde Jeon se dirige no surja algo malo.
Lo único que quiere es que regrese a casa junto a él y sus hijos, de la misma manera en la que había salido, con vida.

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