3.15
Después de lo sucedido con los taiwaneses. Jeon, incrementó la seguridad en Jimin y en sus hijos, paso que da el rubio es seguido por D.O y por si eso no es suficiente JB, Mino y Mark, cuidan de él y los mellizos cuando deciden tener una salida.
Pero como siempre hay cosas imprevistas que suceden, Jungkook, decidió ser la sombra del menor y salir con él a cualquier lugar que necesite ir.
Muchas veces pospone encuentros para cerrar negocios por acompañar a su ángel a algún lugar, lo único que quiere es protegerlo.
La razón de Jungkook es simple, Jimin, todas las noches tiene el mismo sueño y eso le devasta el corazón al mayor. Ya que le recuerda su pequeño error al dejar que fuera solo con J.B, y el no haber llegado antes de que el menor jalara el gatillo y le quitara la vida al malnacido que trataba de llevárselo.
El progreso de Jimin es bastante bueno en una semana, cada día que pasa puede controlar ese horrible sueño que le recuerda lo malo que ha hecho.
Por su parte, Jeon, siempre trata de estar para su ángel recordándole que a pesar de lo sucedido continúa siendo el mismo de siempre y que eso no lo convierte en una mala persona.
El rubio se encuentra en la enorme cama vistiendo una de las camisas de Jeon como pijama, siendo envuelto por las sábanas blancas sobre su cuerpo.
Su cabello desordenado mientras deja salir pequeños suspiros, a eso Jungkook le llama la perfección en persona.
—Injae y Daewan, dejen de pelear —dice Jeon, al percatarse que sus hijos tratan de tener el mismo cubierto.
—Dae, malo —verbaliza la pequeña.
Injae le saca la lengua a su hermano, coloca sus manos en forma de jarra y luego forma un pequeño puchero con sus labios.
—Basta los dos —los reta su padre, acercándose a ambos.—Toma este —habla Jeon, dándole otro cubierto.
La pequeña niega y señala el que su hermano tiene en su boca, dándole a entender a su padre que quiere el cubierto que Dae, utiliza.
—Tomaras este y finaliza tu drama —le pide de manera autoritaria a su hija, ya que, según él, Jin consiente demasiado a sus hijos en especial a Injae.
—No —alza la voz, Injae, para luego lanzarse al suelo.
—De pie, ahora —le ordena Jeon a su hija, mientras la mira la pequeña niega. —Injae, obedece, sé buena niña —recita Jungkook, sonando un poco más relajado.
—Elo ese —reniega la pequeña.
—Te daré este. Ahora de pie, tu appa no te ha enseñado esto, ¿o sí?
La pequeña alza su rostro, ve a su padre y niega rápidamente.
—Muy bien, ahora arriba.
Toma las manos de su hija y juguetonamente la levanta y la lleva hacia la habitación donde se encuentran Dae y Sang, junto a Jennie la cual se encarga de ayudar a Jimin a cuidar a los niños.
—Debes ser obediente, y cuando te ordene que tomes algo lo harás sin renegar y sin drama.
Jeon deja el desayuno de su hija en la pequeña mesa que tienen en la habitación de los mellizos.
—Shi appa —dice Injae, para luego dejar un beso en el dorso de la mano de su padre.
—Iré a despertar a su appa, obedezcan a Jennie —les indica.
Sale de la habitación de sus hijos, llega a la cocina, toma una bandeja que contiene tostadas, y un vaso con jugo de naranja.
Mientras Jeon se dirige a su habitación, Jimin, se remueve en el colchón tratando de encontrar en algún lugar de la enorme cama el cuerpo de su hermoso narco.
Al no sentirlo abre sus ojos de manera rápida y luego los cierra de nuevo ya que la luz del sol que entra por la ventana, ha lastimado sus ojos.
—Jungkook —lo llama, mientras el mayor entra y observa como Jimin se sienta en la cama, mientras mantiene sus manos sobre sus ojos.
—Estoy aquí —menciona Jeon, retirándose las pantuflas para sentarse a un lado de la cama frente a Jimin.
—Creí que te habías marchado —susurra el menor con voz adormilada, retirando sus manos de su rostro observando frente a él al amor de su vida.
—Solo fui por tu desayuno.
Toma una tostada y la coloca en los labios del menor, el cual no tarda en abrir su boca y cortar un pedazo de tostada con sus dientes.
—Los mellizos están despiertos y alimentándose —le informa mientras le da un mordisco a la misma tostada.
—Gracias —murmura Jimin, apenado, ya que siente que es algo que él debe hacer.
—Gracias a ti hermoso —dice Jungkook, para luego tomar otra tostada y llevarla de nuevo a la boca del menor.
—No me digas hermoso —le pide el rubio con una sonrisa tímida.
Ya que le recuerda cuando ambos se conocieron.
—Decías lo mismo cuando te conocí —recuerda Jeon, luego de beber un sorbo del jugo de naranja.
El pelinegro retira las sábanas que cubren las piernas de Jimin, mientras el menor bebe el jugo de naranja. El mayor observa las blanquecinas piernas de su ángel, las cuales tienen pequeñas marcas que han sido dejadas por él.
—Eres hermoso y solamente mío.
El mayor le retira el vaso vacío a Jimin de sus manos y luego lo coloca en el suelo de la habitación junto a la bandeja.
En menor gatea hasta donde el mayor se encuentra y lo abraza por la espalda, pasando su mano derecha en su pecho y su izquierda dejándola sobre el hombro del pelinegro, mientras deja pequeños besos en el cuello.
—Tú, sigues siendo igual de lunático y guapo —susurra Jimin, en el cuello del mayor.
Poco a poco sube una de sus manos al cabello del mayor para comenzar acariciarlo, mientras Jungkook cierra sus ojos y siente esa paz y amor que solo Jimin le logra transmitir.
—No me arrepiento de nada, Jimin. No me arrepiento de haberte obligado a ser mi acompañante esa noche, tampoco me arrepiento el haberte obligado a salir a cenar junto a mí. Y mucho menos me arrepiento de haberme enamorado de ti y dejar que te apoderaras de este maldito lunático que solo te ama y te amara a ti —confiesa el pelinegro, tomando la mano de Jimin, pidiéndole que se acomodé en su regazo.
—Tampoco me arrepiento de haberte conocido. Aunque en un principio juro que me arrepentí de haberte acompañado a esa maldita cena, pero ahora no me arrepiento de todo lo que hemos pasado. Te amo y el poder verte y saber que estarás junto a mi es lo que me hace feliz —dice el rubio, mientras acaricia el cabello del mayor con ambas manos y lo mira a los ojos.
—Me has hecho feliz. Me haces feliz y no tengo duda que continuaras siendo el motivo de mi felicidad, ángel mío.
Jeon rodea la cintura de Park con sus brazos y lo apega más a él para abrazarlo fuertemente.
—Amaneciste romántico —bromea Jimin, el cual desciende sus manos y las pasea por la espalda del mayor.
—Es lo que provoca estar enamorado de ti —agrega el mayor.
Jungkook suelta un poco el agarre de la cintura del menor y lo observa fijamente.
—¿Tienes algo que decirme? —pregunta Jimin.
Ambos se conocen a la perfección que con una simple mirada saben lo que el otro quiere hacer o decir.
—Es solo que... —vacila el pelinegro.
Park, acerca sus labios a los del mayor y los besa tiernamente.
—Tranquilo —susurra el rubio sobre los labios de Jeon.
—Quisiera poder hacer que olvidaras todo lo malo de tu mente. Quisiera que olvidaras todo lo que sufriste, quisiera poder retroceder el tiempo e impedir que pasaras por todo el sufrimiento. Quisiera que estés bien siempre —confiesa Jungkook.
El menor toma el mentón de Jeon y lo obliga a que lo vea.
—Jungkook, mi amor. No puedes cambiar el pasado, lo hecho, hecho esta. De las caídas y errores aprendemos, todo lo sucedido nos ha enseñado a que es mejor mantenernos juntos que distanciados. Y queda más que claro que no importa lo que venga, tú y yo nos pertenecemos el uno al otro y eso no lo cambiara nadie.
Jimin besa las mejillas de Jeon y luego le sonríe dulcemente.
—Estoy bien si estas junto a mí —recita el menor, tratando de hacer que el mayor se sienta mejor.
—Cásate conmigo, Park Jimin —suelta de sopetón, Jungkook, haciendo que Jimin ría.
—Te di el sí, hace mucho —responde el menor, rodeando el cuello del mayor con sus brazos.
—Esta vez sí nos casaremos, planea todo. No importa el precio, no importa el lugar —habla ancioso el pelinegro, mientras el rubio lo observa con desdén.
—Podemos casarnos en esta casa y listo —dice entre dientes el menor, evadiendo todo lo difícil que se debe hacer para planear una boda.
—No —replica Jeon, molesto.
—Jungkook —se queja con voz chillona, Jimin.
—Dije que no. Te mereces lo mejor y yo me encargare de dártelo.
Jeon besa los labios del menor.
—¿Sabes lo difícil que es planear una boda? —lo cuestiona. —Creo que no. Es agotador y no quiero descuidar a los niños —se excusa el menor.
—Contrata a alguien, no me interesa. Y solo dile: si me gusta o no me gusta, dile lo que quieres con especificaciones —le indica Jungkook.
Y es que a Jeon, no le interesa el dinero que costará la boda. Quiere darle una linda boda a Jimin y nada se lo impedirá.
—Quiero casarme en la playa, y que sea fuera de Corea —comenta el menor, comenzando a ilusionarse con el simple hecho de pensar en lo hermoso que seria.
—Sí a todo lo que quieras —contesta Jungkook a la idea que Jimin ha dicho anteriormente.
—¿Es en serio? —pregunta el menor, impresionado de la respuesta.
—Sí —repite Jungkook, con una sonrisa en su rostro al ver tan feliz a su ángel.
—Iseul, estará feliz. La imagino con su vestido junto a Injae, se verán hermosas —pronuncia emocionado, el rubio.
El menor, el cual, al principio se negaba a planear su propia boda, ahora se encuentra más que emocionado imaginando como su hija y su hermana se verán en los vestidos que utilizarán.
—Pero primero —interrumpe Jungkook—. Debo acabar con los enemigos. Luego haremos que Iseul regrese y...
—Y conseguirás un trabajo para ocultar tu vida como narcotraficante. ¿Has pensado en ser el dueño de una empresa? algo así como importador —interrumpe Jimin.
Jeon sonríe ya que la idea que su ángel le ha dado no se escucha para nada mal.
—Hare eso, ese será mi trabajo. Buscare una buena compañía de importación y la comprare —expresa decidido.
El mayor retira a Jimin de su regazo en el momento que escucha que su celular suena.
Mientras Jungkook va por su celular Jimin se encuentra de pie en la habitación observándolo, sabe que algo le oculta , ya que ha aceptado su sugerencia de manera rápida.
El menor carraspea su garganta para llamar la atención del mayor el cual antes de atender la llamada de Kenji le da una mirada burlona.
—Dime —atiende Jeon, mientras es observado por la mirada retadora de Jimin.
—El tipo de cabello verde está listo para hablar contigo —anuncia Kenji.
—Soy Gd —se escucha la voz del chico al fondo.
—No creí haber pedido tu opinión —replica Kenji, para luego escuchar un fuerte golpe y un jadeo del chico.
—Estaré allí en menos de diez minutos.
Jeon cancela la llamada, toma una camisa negra de vestir de su ropero, se retira la que tiene puesta y se coloca la que ha tomado.
Jimin, toma el pantalón que hace combinación con la camisa que Jungkook se ha colocado y se lo extiende.
—Dime que piensa tu loca mente —le pide el menor seriamente, mientras el mayor se coloca el pantalón.
—Es un trabajo de importaciones, podre hacer mis dos trabajos, cariño —dice feliz Jungkook, mientras Jimin organiza en su mente lo que el mayor le ha dicho.
—Hablas de que también lo utilizaras para tus cargamentos —duda el rubio.
El mayor asiente rápidamente, mientras se coloca el cinturón.
—¿Para eso no necesitarías también exportar? —inquiere el menor.
El pelinegro camina hacia Jimin con una enorme sonrisa.
—Sí. Le pediré a Nam que se encargue de eso —balbucea.
Jeon toma de la cintura a Park y lo acerca a él.
—Volveré pronto. JB, Mark y Mino, están en sus habitaciones, si escuchas o ves algo fuera de lo común, llámame e informales a ellos.
El menor asiente y luego besa los labios del mayor.
—Te amo —susurra Jimin, sobre los labios del mayor, mientras lentamente se alejan el uno del otro.
—También te amo, mi ángel —dice el mayor para luego salir de la casa, y dejar a Jimin y a sus hijos bajo el cuidado de sus hombres.
En la bodega se encuentra un desesperado, Kenji.
Lo que más quiere es cortar la lengua del chico de cabello verde, pero Namjoon se lo impide.
—Juro que, si Jeon decide matarte, seré yo mismo el que se encargara de hacerlo —verbaliza Kenji, frustrado, mientras la puerta de la bodega se abre y Nam ríe como loco por el comentario del japonés.
—Tengo prisa —pronuncia Jeon, observando al chico de cabello verde con un calcetín en su boca. —¿Qué mierda pasa aquí? —pregunta, burlándose del chico flacucho frente a él.
—Déjame matarlo —ruega Kenji.
—Tengo que escuchar lo que tanto quiere decirme —habla Jeon, tomando una silla de hierro y colocándola frente al chico—. Bien, haremos esto rápido. Kenji ¿tienes tus navajas?
El nombrado asiente rápidamente.
—Si no me convence para nada lo que vas a decirme, él te matara y lo disfrutara. ¿Has entendido?
El chico asiente.
—Retírale el calcetín —le ordena Jungkook burlonamente a Kenji.—Habla —demanda el pelinegro.
—Soy Gd —es lo primero que el chico dice.
Nam se pone de pie y con una tableta en sus manos camina hacia Jeon. Cuando llega donde su jefe le da el aparato electrónico el cual tiene toda la información del chico frente a él.
—Si me mientes estas muerto —le advierte Jeon.
—Soy un asesino, pero tengo una enorme deuda con Yuan. Cuando me pidió que hiciera el trabajo me negué, pero el amenazó con matar a mi pareja. No podía negarme —comentan el chico descendiendo su mirada, mientras Jungkook lo observa seriamente.
—¿Por qué le debes a Yuan? —indaga Jeon.
—En un tiempo consumía demasiada droga. En desesperación robe uno de sus cargamentos y tengo que pagar el dinero de lo que me consumí —se explica el chico.
—¿Por qué te negaste a hacer el trabajo de secuestrar a mi chico? —cuestiona Jeon, por segunda vez.
—Sé quién eres y el poder que tienes. Sabía que, si lo hacía estaba muerto, sé que tienes infiltrados en la policía y que algunos de tus hombres son de inteligencia, me encontrarían pronto y me matarían —el chico habla con Jungkook, sin temor y está claro el porqué, ambos saben de lo que es capaz la persona que se encuentra enfrente.
—¿Y quién soy según un asesino? —interroga Jeon, poniéndose de pie.
—Eres el narcotraficante más poderoso de todo Seúl. Tu poder y tus hombres dominan esta ciudad —contesta el chico.
—¿Qué tienes para ofrecerme? —inquiere Jungkook, colocándose detrás de él.
—Puedo entregarte a Yuan —acota el peli verde.
—Tengo a alguien que me entregara a ambos —refuta Jeon.
—Conozco a Yuan, su avaricia es más grande que su alianza con el ruso —suelta el chico.
Jeon ve a Nam y luego a Kenji.
—Trabajé para Yuan por mucho tiempo, mate a muchos por él —menciona el peli verde, tratando de convencer a Jeon y sus hombres.
—Bien —accede Jungkook, llamando la atención de todos en la bodega. —Kenji, trabaja con él, quiero a Yuan lo más rápido posible. Si hace algo estúpido haz que tu navaja perfore su cuello —ordena.
Jeon introduce sus manos en los bolsillos de su pantalón y camina hacia la salida.
—Una cosa más. Kenji, si no te obedece dile a JB que mate a su pareja —indica Jeon.
—¡Namjoon! —alza su voz, Jeon, cuando sale de la bodega y camina hacia su camioneta.
—Busca una empresa de exportaciones e importaciones, no me importa si son juntas o separadas —le explica.
Jungkook saca la llave de la camioneta de su bolsillo y luego abre la puerta.
—Cuando tenga la información te llamaré —dice Nam.
—Cuando tengas la información cómpralas, sin importar lo que cuesten —le pide Jungkook, mientras entra en la camioneta—. Llama a Bobby y dile que se apresure junto a Jov. Quiero a Revìch.
Nam asiente de nuevo.
—Voy a casarme pronto y no quiero que ningún imbécil arruine mi boda —aclara Jeon, para luego cerrar la puerta, mientras Nam sonríe.
—Hare que todos se apresuren para acabar con Yuan y Revìch —le asegura Namjoon.
—Confio en ti —dice Jeon, para luego sacar su mano derecha por la ventana de la camioneta y estrecharla con la de su amigo y mano derecha.
—Ve con tu familia —le pide Nam, para luego golpear con una de sus manos la camioneta.
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