3.10
Jeon tiene enormes ojeras en su rostro, se encuentra en una esquina de su celda sentando en el frío suelo con sus rodillas dobladas y su cabeza recostada en ellas.
No descanso nada, no después de darse cuenta que tal vez todo por lo que ha peleado se irá a la mierda una vez más, pero esta vez no irá tras su ángel. Esta vez lo dejará volar, no lo presionará, no lo seguirá, esta vez dejará que él decida y todo fluya como Jimin se lo pida.
Jungkook, escucha como poco a poco cada celda es abierta por los carceleros dejándolos libres.
Su celda es abierta, pero el decide no salir al instante, su plan, el plan que no pensó en toda la noche por pensar en la decisión que Jimin llegará a tomar sobre su relación no lo ha dejado dormir y mucho menos pensar en lo que hará con los rusos y los taiwaneses.
Por eso mismo decide no salir, ya que prefiere pensar en algo rápido que le ayude a matarlos a todos de una vez por todas. Piensa en algo en lo que todos deben morir, junto al oficial a cargo quien también tiene mucho que ver con la muerte de Sehun.
Cuando tiene todo en mente decide ponerse de pie, se asoma a la puerta para luego llamar a uno de los prisioneros para pedirle que saque todo el explosivo de su celda.
Por su parte, Kenji, se encarga de trabajar con la salida de emergencias, practica como poder desbloquearla en el momento que este lo necesitará, Jeon.
Trata de ser lo más discreto posible, intenta actuar normal conviviendo con algunos prisioneros y dejándose ver por los carceleros que le informan a Wonho, sobre él.
Mientras Jeon trata de no alertar a todos, en las afueras de Seúl justo en la casa de Wonho, se encuentra JB, cuidando del pequeño Jeon, como él le dice al pequeño hijo de Baek y nuevo miembro del enorme imperio de Jungkook.
Baek observa a su hijo y pequeñas lágrimas salen de sus ojos.
—Por favor, no lo hagas —suplica Baek, mientras JB, instala un explosivo programado para cuando el salga de la casa junto al pequeño.
—No creí haberte pedido que suplicaras. Cierra la boca antes de que te la cierre a golpes —lo amenaza.
JB, toma al pequeño y lo coloca en un porta bebés.
—Eso es pequeño, Jeon. Aquí estarás mejor —le coloca un pequeño gorro para luego acariciar su mejilla rosadita y regordeta.
—¡Mierda! ¡solo déjame ir! —grita desesperado, Baek, causando que su hijo se asustase y comience a llorar.
—Es mejor que no veas lo malo que es tu tío —le habla JB al pequeño, mientras lo gira para que no observe lo que está por hacer con su padre.
Toma un pequeño chupete y se lo coloca al pequeño en su boquita, provocando que cese su llanto.
—Así está mucho mejor —sonríe y luego llega hasta Baek, dejando caer su pie contra su abdomen.
—Lo diré una última vez, cierra la maldita boca a no ser que quieras morir antes de escuchar a tu amado oficial.
JB toma el cabello de Baek, para alzar su rostro.
—En silencio estas mejor —sonríe ladinamente.
JB se pone de pie por completo y camina hacia el pequeño mientras escucha los jadeos de dolor por parte de Baek, antes de llegar al pequeño su celular suena, lo atiende al instante cuando observa el nombre de Nam en la pantalla.
—Quiero que estés listo —escucha al atender la llamada.
—Lo estoy desde que amanecio —fanfarronea JB.—¿Cuál es el plan? —pregunta el hermoso asesino, que juega con el pequeño, Jeon.
—El plan es que, Jungkook, obligue a Wonho a que retire sus cargos y borre todo su expediente, luego que este hecho tú matas a Baek y Jeon al oficial, a los rusos y a los taiwaneses —le informa Nam.
El asesino sabe que todos los planes que Jeon o Namjoon, hacen son una maldita locura, pero el porcentaje de que estos fallen es el cero punto uno por ciento.
—Tengo la señal de Jeon —le informa Nam.
Al instante, JB, se coloca un pequeño bolsón en su espalda y toma el porta bebés con el pequeño dentro de él. Revisa el explosivo por una última vez y luego observa a Baek.
—Estoy listo —dice claramente.
—Espera la señal de Jungkook. En estos momentos todos estaremos conectados, nos vemos pronto.
Nam cancela la llamada, pero por su parte un impaciente asesino espera la señal de su jefe.
Volviendo a la prisión, Jeon, ha observado cada movimiento de Wonho, cuando le confirman que se encuentra en prisión le ordena a Nam que le llame y le informe de las condiciones en las que se halla Baek.
—Nochu —se acerca a él uno de los prisioneros más temidos.
—¿Qué se te ofrece? —pregunta Jeon, molesto y a la vez un poco alerta.
—Solo quiero saber si cumplirás tu promesa —espeta el hombre.
Ambos se miran seriamente, ya que los dos saben de lo que son capaces.
—Tienes mi palabra —asevera Jeon, observando como se abre la puerta por donde los carceleros entran y salen, dejando ver a un furioso Wonho entrando.—Solo una cosa más —musita, tomando el antebrazo del prisionero y se acerca a él. —Quiero tu encendedor, y cuando veas a un oficial en llamas explotes esa celda con personas dentro —le indica.
El prisionero asiente de manera rápida y luego ambos se alejan un poco.
—Él te dará los explosivos —señala al prisionero que ha retirado los explosivos de su celda.
—¡¿Qué mierda crees que haces, Jeon?! —grita Wonho, a unos cuantos pasos de distancia.
—Un placer —dice el prisionero y luego se aleja.
—Voy a matarte —le advierte el oficial.
Wonho toma del cuello a Jeon y ejerce presión en este.
Kenji, quien observa todo desde la entrada de su celda, trata de concentrarse y no perder los estribos, para no ir hacia el oficial y quitarle la vida.
—Harás lo que te ordene —articula Jeon, con dificultad.
Jungkook saca el radio de su bolsillo, lo alza y presiona el botón para comunicarse con todos, pero en especial con JB.
—Jeon —se escucha la voz de JB.
—Esta asfixiándome —gesticula con dificultad.
Al instante se escucha un fuerte jadeo por parte de Baek, el cual desconcierta a Wonho en gran manera hasta el punto de soltar a Jeon, y dejar que tome su arma.
—Ahora el control lo tengo yo —espeta Jeon, cargando el arma para luego apuntarle al oficial.
—No saldrás de esta mierda —le asegura Wonho.
—Si lo hare. Y adivina, tú me dejaras libre —le coloca el arma en su sien y lo observa furioso.
—¡Eso no pasara! —grita con sorna, Wonho.
—Claro que sí, porque si no lo haces tú amado Baek morirá y créeme que no estoy bromeando —presiona más el cañón del arma en la sien del oficial.
Mientras Jeon se encarga del oficial, Nam y D.O, observan el pequeño punto que se mueve en la pantalla dándoles la señal especifica en donde su jefe se encuentra.
Y si se preguntan porque más carceleros no ayudan al oficial, es sencillo de responder. El abogado, Mark y Bobby, estan con ellos, tratándolos de una no muy buena manera para que no salgan.
—No tengo todo tu tiempo —habla entre dientes, Jeon, golpeando con la cacha del arma el rostro de Wonho. —Saca tu celular y ordena que borren todo mi expediente y haz que los ruso y taiwaneses entren en esa celda —le ordena.
Niega al instante.
—JB, haz lo tuyo —le pide Jeon, por medio del radio.
—Como órdenes —se escucha la voz de JB, el cual toma un enorme cuchillo.
—Detente, lo hare —alza un poco su voz.
Al instante, Wonho, toma su celular y le da las órdenes a la persona correspondiente tal y como Jeon se lo ha ordenado.
—Listo, me enviara una fotografía con tu perfil en unos momentos —dice el oficial con su voz temblorosa.
—¡Rusos y taiwaneses, adentro de esa celda! —grita en una orden, Wonho.
Estos no quieren, pero al instante el carcelero que Jeon ha comprado, junto a los demás prisioneros empiezan a acorralarlos para que entren a la celda.
—Déjame hablar con él —le suplica a Jeon.
—JB, el maldito quiero hablar con Baekhyun —le indica Jeon.
—Eso no puede ser posible —dice JB, el cual esta por salir de la casa de Wonho, pero una mancha de sangre en su zapato le ha impedido salir de una manera limpia.
—¿A qué se refiere con que no es posible? —se acerca el oficial molesto.
—Quieto —demanda Jeon, apuntándole de nuevo.
Jungkook sabe que JB, no se ha podido detener y le ha quitado la vida a Baek, pero está más que claro que no se lo hará saber al oficial. No hasta que este le confirme que sus cargos han sido retirados.
—Atiende —le ordena Jeon, cuando escucha que el celular del oficial suena.
—Es la confirmación —contesta y luego le muestra la prueba.
—Buen trabajo, no eres tan bueno después de todo. Eres la misma mierda que yo —le arrebata el celular y lo lanza hacia Kenji. —Escucha por qué Baek no puede hablar contigo —extiende su mano y deja que escuche lo que JB, tiene que decir.
—Bueno... Baek no puede hablar porque hice que su aorta se vaciara, de manera lenta —recita el asesino.
JB abre la puerta de la casa, toma al pequeño, ni siquiera observa de nuevo el cuerpo de Baek.
—Pronto estarán sus cenizas —agrega, cierra la puerta, mira el reloj de su muñeca, entra al auto acomoda al pequeño y luego arranca.—¡Boom! —hace el sonido con su boca, luego de unos segundos.—Nos vemos pronto, Jeon —corta comunicación.
Por su parte, el oficial aun trata de entender lo que ha escuchado, es como si su mente no se encontrará conectada con su cuerpo y sus sentidos, hasta que siente como algo moja todo su cuerpo.
—Todo se paga en esta puta vida, hasta lo bueno —dice Jungkook, saca el encendedor de su bolsillo y lo enciende observando al oficial.
—Vete al infierno —dice Wonho.
—Espera por mí, porque hacia allí te diriges.
Jeon se acerca más a él, cuando se encuentra frente a la celda donde se estan los rusos y taiwaneses, le arroja el encendedor y el cuerpo del oficial se incendia al instante.
—Es hora —habla Jeon por el radio, informándole a sus hombres que esta a punto de salir.
Kenji rápidamente introduce a Jeon a la celda que compartía con Sehun antes de que este muriera.
Antes de entrar al pasadizo observa hacia la prisión por última vez, mira el cuerpo de Wonho y luego al carcelero hace una reverencia hacia él y luego entra al pasadizo.
—Mark está en un auto, al parecer tendremos compañía. ¿Me escuchas? —se comunica Nam.
—Te escucho, debemos salir una de las celdas explotara.
Nam y Jeon, se informan mientras Kenji lucha por abrir la puerta de emergencia.
—Al parecer se filtró información de tu salida. Confirmo que tendremos compañía sal de una puta vez, Jungkook —le pide un desesperado, Namjoon.
—Abre de una puta vez —le ordena Jungkook a Kenji.
—Es lo que intento hacer, pero esta mierda no funciona —se pone de pie y le propina unos cuantos golpes a la puerta.—¡Se abrió! —articula emocionado.
Kenji sale primero, ya que quiere asegurarse de que este despejado para que Jeon, pueda subir al auto de Mark.
Por su parte, espera unos cuantos segundos, pero no resiste más y decide salir, ve el poco reflejo del sol antes de salir, escucha como el motor de una motocicleta se escucha cada vez más cerca conforme él sale por completo de la prisión.
Lleva una de sus manos a su frente para poder impedir que el sol lastime sus ojos, observa una silueta, pero no logra distinguir de quien se trata.
Comienza abrir y a cerrar sus ojos tratando de que estos se acoplen a la luz del sol y puedan enfocar bien a la silueta de esa persona que se ve a lo lejos. Continúa caminando a pasos no muy lentos ya que, Nam, siempre lo alerta, pero se detiene cuando sus ojos, su corazón y todo de él reconocen esa silueta.
—Jimin —dice para sí mismo, mientras su corazón palpita como loco.
Comienza a caminar de nuevo, pero esta vez a pasos acelerados hasta quedar a solo unos cinco pasos de distancia el uno del otro.
—Mi ángel, viniste —gesticula Jeon.
El menor asinte con una sonrisa en su rostro para luego acortar la poca distancia que los separa.
Se lanza a los brazos de Jeon, el cual lo recibe rápidamente con una enorme sonrisa en su rostro. Jimin, se aferra al cuello de su amado con sus manos, mientras este acaricia su espalda lentamente.
—Jungkook —el mayor al escuchar la voz de Jimin, rompe el abrazo y lo observa directamente a los ojos.
—Solo quiero que me escuches. Mierda, has cometido muchos errores y no dudo que los continuaras cometiendo, pero te juro que te amo tanto, que por ti soy capaz de mandar mis miedos a la mierda.
Jungkook observa a Jimin, percatándose que trae un hermoso pantalón ajustado, pero además de eso lleva un chaleco antibalas puesto.
—Jimin....
Intenta hablar, Jeon, pero el menor se lo impide colocando una de sus manos en la boca del mayor.
—Te amo, Jeon Jungkook. Estoy total y completamente enamorado de ti, amo al lunático que hay en ti, amo al romántico que hay en ti. Amo el buen padre que eres, juro que te amo con la misma locura que tú me amas a mí. Amo al narcotraficante más guapo y dueño de mi corazón. Te amo hasta el día que muera —el rubio se coloca de puntillas y deja un casto beso en los labios de Jeon.
—Hasta el día que muramos —lo corrige el mayor, perdiéndose en los hermosos ojos de Jimin.—Esos ojos, esos hermosos ojos —repite Jeon, acariciando el rostro del menor. —Estos hermosos ojos, ponen a mis demonios de rodillas —el mayor besa los suaves labios de Jimin y luego deja un pequeño beso en su sien.
—Jungkook, estaré contigo siempre. Lo prometo mi amor.
Jimin besa los labios del mayor sellando la promesa que acaba de hacerle a su amado narco.
—¡Mas vale que se muevan ahora, tienen compañía! —se escucha el grito molesto de parte de Nam.
Ambos se separan y sonríen. Jimin, llega a la motocicleta y toma un chaleco antibalas y se lo entrego a Jeon.
—No utilizare eso —se opone el mayor, observando la sub ametralladora que se encuentra en el volante de la motocicleta.
—Claro que lo utilizaras, no pienso escuchar un no como respuesta. Así que apresúrate —replica el rubio.
Lanza el chaleco al pecho del mayor sin dejar de mirarlo hasta que, Jeon, se coloca el chaleco.
—Ahora si podemos irnos —dice Jimin, tomando la sub ametralladora.
—Hey, hey, hey. Ni lo pienses —espeta Jungkook, arrebatándole el arma.
—Se como utilizarla —protesta, molesto Jimin.
—Que bueno, utilízala cuando yo no te pueda proteger.
La carga y la coloca en su pecho con una correa.
—¿Quién fue el que te enseñó a usar un arma? —pregunta Jeon, molesto.
—Bueno, el vivir con ustedes tiene su lado bueno —tontea el menor,. mientras sonríe.
—El nombre, Jimin —brama molesto.
—Mark, Mino y Yoongi antes de venir por ti —sonríe dulcemente para que Jungkook, no se enfade más de lo que ya se está.
—Mierda, estamos rodeados —habla Kenji, saliendo del auto junto a Mark.
—¿Qué haremos? —pregunta Jimin.
—Podríamos salir nosotros primero y ustedes detrás de nosotros, pero Jeon, debes disparar —menciona Mark.
—Bien, haremos eso. El auto es blindado, ustedes serán el señuelo y yo tratare de matar a todo el que pueda.
Jungkook ve a Jimin, revisando que su chaleco este bien puesto.
—Markie, dame tu cinturón —le ordena Jimin, ganándose la atención de todos—. No me vean así, yo conduciré la motocicleta, tú necesitas ir un poco estable, con mi cinturón y el de Markie nos amarraremos y así podrás disparar tranquilo.
El rubio, camina hacia la motocicleta dejando a todos sorprendidos.
—Te amo —dice Jeon, cuando estan listos para lo que se viene.
—Bobby los esperará a una cuadra, él se encargará de ellos —informa Nam.
—Jungkook y yo nos desviaremos, sabrán donde nos encontramos por su brazalete. Nos vemos pronto —dice Jimin, despidiéndose de Namjoon.
—Es hora de la acción —comenta Mark, para luego arrancar el auto.
El señuelo, el cual, es el auto, arranca mientras Jeon se encarga de matar al que observa y al que Jimin le ordene que le dispare.
—Mierda —se queja el menor.
—¿Te lastimó? —indaga Jeon, sin dejar de disparar.
—Estuvo cerca —responde Jimin.
—¡Puedo ver a Bobby y a sus hombres! —grita el rubio.
—Continúa conduciendo —le pide Jungkook, luego de escuchar lo que el menor le ha dicho.
—¡Gracias chicos! —grita el menor a Mark y a Kenji, para luego desviarse del camino, mientras Nam y D.O son sus ojos.
Jimin conduce a un lugar lejos de sus hijos, ya que la vida de Jeon corre peligro.
Si los rusos y taiwaneses saben dónde se encuentra estará metido en un gran problema nuevamente.
Park prefiere que ambos pierdan la vida a solo perder a Jungkook. No quiere poner en peligro a los mellizos por eso decide pagar una habitación de un hotel, la cual ha sido revisada por Yoongi, con anticipación minuciosamente.
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