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3.1

Mientras Jeon, es sacado por los oficiales de su casa un rostro conocido aparece en la patrulla que será trasladado.

Jungkook no siente temor, el saber que Bobby, ha cumplido con su palabra lo alienta un poco más. Ninguno de los dos dice una sola palabra, tanto Jeon y el encubierto simplemente se observan seriamente como si no se conocieran.

Después que Bobby, introdujera al auto, lo mira con una pequeña sonrisa en su rostro.

-Saldremos de esta -susurra encubierto, percatándose de como Jeon, mira por la ventanilla como Jimin, es detenido por uno de los oficiales para que no se acerque a la patrulla.

Jungkook se siente desfallecer al ver como las lágrimas del menor recorren su rostro. Ni siquiera sabe cómo es que Jimin, consigue burlar a los oficiales para acercarse a la patrulla en la que se encuentra.

-Voy a matarlos a todos -brama Jeon, al ver cómo unos cuantos oficiales tratan de atrapar a su ángel.

-Cálmate, no estás en una buena posición -le recuerda Bobby.

El infiltrado sale rápidamente de la patrulla y mira a Jimin acercarse a él con su respiración agitada, sus pómulos inflamados, sus ojos rojos, cabello desordenado y con pequeñas lagrimas secándose en sus mejillas. Cuando el rubio ve a Bobby, se queda estático, se detiene al instante olvidando que los oficiales lo perseguen.

-No lo toquen, déjenlo -habla fuertemente el infiltrado.

Los oficiales obedecen al instante ya que el rango de Bobby, es más alto que el de ellos.

Jimin, aún se encuentra estático, no puede dejar de ver a Bobby, ni siquiera sabe que pensar a cerca de él, acorta la distancia y se acerca al rubio.

-No debes pensar mal, aún estoy con Jeon -murmura, mirando hacia todos lados para no ser descubierto-. No puedo dejar que te acerques a él, podrían descubrirme.

Jimin, asiente débilmente.

-Todo estará bien, Jimin. Lograrás verlo pronto -le asegura Bobby.

El menor hipa, intenta controlarse, pero le duele el simple hecho de saber que está perdiendo a la persona que ama.

-Yo... -el llanto se hace presente.

Jimin se empieza a odiar a sí mismo por no poder controlar sus emociones.

-Tranquilo. Debes dejar de llorar, Jeon, no quiere verte de esta manera -le aconseja el infiltrado.

Bobby pasa uno de sus brazos por el hombro del menor para poder consolarlo, gira su rostro y observa como el fiscal se acerca a la patrulla a pasos largos y rápidos.

-Si vas a decir algo dilo ahora -le pide Bobby, ya que el fiscal se acerca cada vez más.

Jimin ve a Jungkook en la patrulla, mira como esos enormes ojos color negro lo ven a la distancia sentado en el asiento trasero del vehículo, sus manos esposadas tras su espalda y su rostro un poco pálido.

-Te amo. No te dejare solo en esto, haré lo que sea para que vuelvas a mi lado.

Las miradas de los se conectan, ambas pupilas dilatadas y completamente brillosas al observarse el uno al otro.

Jeon sonríe para el menor luego que ha escuchado lo que ha dicho. Bobby, toma la mano de Jimin, lo gira y lo observa molesto, el rubio no entiende porque la conducta del infiltrado ha cambiado hasta que se percata de la presencia de fiscal frente a ellos.
El menor trago grueso y su nerviosismo se hace notorio.

-Aléjese de esta área -ordena Bobby.

Jimin, asiente y camina hacia la puerta de la enorme casa blanca, toma a su hija entre sus brazos y coge una de las manos de su pequeño Dae, observando como la patrulla arranca y como Bobby, acompaña a Jungkook.
El menor sigue con la mirada el camino del vehículo hasta ya no ver más aquellas luces que alumbran el camino, acompañado del sonido de la sirena.

Injae, acomoda su cabeza sobre el hombro de Jimin, esta agotada de llorar al ver a su padre ser tratado de esa manera, uno de los agentes se acerca al menor.

-Jimin -lo llama.

El menor trata de ser educado, alza su rostro y observa al oficial.

-¿Me recuerdas? -lo cuestiona.

Jimin niega suavemente para no mover a su hija.

-Lo siento, pero no oficial -responde el menor, tratando de ser respetuoso y buscando la manera de ver más allá de la gorra que cubre el rostro del oficial.

-¿Qué me dices ahora? -pregunta de nuevo, luego de haberse retirado la gorra de su cabeza.

-¿Wonho? -artucla dudoso, mientras el rostro de Jimin, solo demuestra asombro al observar al chico que un día conoció en una de sus clases, ahora vestido como un oficial de policía.

-El mismo -responde el chico con una cálida sonrisa en su rostro, la cual Jimin, no responde. -Déjame ayudarte -se ofrece Wonho.

Toma en sus brazos a Dae, ya que esta quedándose dormido de pie.


El oficial entra a la casa, el menor señala la habitación de los mellizos y ambos dejan a los pequeños en sus camas.

Cuando salen de la habitación, Jimin, no sabe ni siquiera que decir, no después de enterarse que Wonho, es uno de los oficiales a cargo del arresto de Jungkook.

-Fue bueno verte, Jimin. Espero y seas inteligente y te alejes de Jeon.

Un enorme suspiro sale por parte del menor, al escuchar lo que acaba de escuchar.

-Eso no pasará -susurrra, bajo la atenta mirada de Wonho.

-Es hora de irnos chicos -informa a los pocos policías que se encuentran en la casa.

-Nos vemos -se despide el oficial, haciendo una reverencia ante Jimin, para luego dejarlo solo en la enorme casa junto a sus hijos.

Jimin va a la habitación que comparte con Jungkook, un fuerte sollozo se escapa de su boca acompañado por lágrimas que desgarran cada parte de su ser.
Toma aire, limpia su rostro y camina hacia la habitación de sus hijos, coloca unas sábanas en el suelo y se acuesta sobre ellas, observando a sus hijos y pensando en su amado narco.

Por su parte, Jeon, es trasladado a la comisaría de Seúl. Bobby no se aleja en ningún momento de él, trata que el fiscal del caso de Jungkook, lo note para que le ordene que vigile a su jefe.

-Tú, llévalo al cuarto de interrogación -le ordena el fiscal a Bobby.

Deja salir un fuerte suspiro de alivio ya que ha conseguido su objetivo, cuando entran al cuarto de interrogación se asegura que no hayan cámaras además de la que se encarga de grabar el interrogatorio la cual, está apagada.

-Llama a JB, es hora de ejecutar el plan -le ordena Jeon, luego de tomar asiento en la silla fría de hierro.

Bobby al instante hace lo que su jefe le ha ordenado.

-Es hora -se escucha la voz de Bobby, luego cancela la llamada.

Unos pasos se escuchan a fuera del cuarto en el que se encuentra. Jungkook observa a Bobby y sonríe.

-Estas demente, Jeon -espeta Bobby.

-Solo cúbreme -le pide Jungkook.

La puerta se abre y el fiscal aparece.

-Déjanos solos -le ordena al infiltrado.

Asiente y sale dejando solo al fiscal y a Jeon.

-Jeon Nochu Jungkook, no sabes cuánto espere por esto.

El fiscal toma asiento colocando un expediente sobre la mesa gris de hierro.


Por su parte, Jungkook, decide no decir nada, al menos no por el momento.

-Soy el fiscal a cargo de tu caso, cualquier cosa que digas de ahora en adelante puede ser usada en tu contra, y no creo que quieras más años en prisión -se burla el fiscal, mientras abre el expediente que yace en la mesa.

La mirada profunda y furiosa de Jeon, examina cada movimiento que el fiscal hace.

-Tus cargos son: Tráfico de estupefacientes, Enriquecimiento ilícito.

Al escuchar por lo que es acusado, Jungkook, solo sonríe.

-¿Te causa gracia? -pregunta, molesto el fiscal.

No recibe respuesta de Jungkook, este solo lo observa sin abrir su boca.

-Y como si eso no fuera suficiente, tienes dos cargos más, entre ellos: Privación de libertad y Homicidios en grado de tentativa.

La sonrisa del fiscal es enorme al saber que tiene frente a él, al gran y temido narcotraficante de todo Seúl.

-¿Algo que decir? -inquiere.

Jeon niega.

Lo único que espera es el momento indicado para poder hacer su primera movida ante el fiscal.

-Vas a pudrirte en prisión.

El fiscal se pone de pie y le da la espalda a Jeon.

-No creo que eso suceda -habla Jungkook, por primera vez, haciendo que el fiscal se gire de nuevo y quede frente a él de pie.

-Que te...

Una fuerte explosión se escucha a lo lejos, impidiendo que el fiscal continúe con su sermón.

La puerta del cuarto de interrogación se abre y se cierra rápidamente. Bobby, entra y los observa a ambos, el fiscal se gira de nuevo dándole la espalda a Jeon por segunda vez.

-La casa de su madre acaba de ser atacada por un auto bomba, señor -le informa el infiltrado al fiscal.

Jungkook sonríe orgulloso del trabajo de JB, sabía que no le fallaría.

-Creo que es tiempo de que usted y yo hablemos -la voz de Jeon, suena calmada.

El fiscal lentamente procesa las palabras que Bobby, le ha dicho segundos atrás.

-Porque no toma asiento de nuevo -le sugiere Jeon, pero el fiscal aún se encuentra en shock.

-Fuiste tú -lo acusa mientras se gira bruscamente sobre sus talones.

Al instante Bobby enciende la cámara que se encuentra en el cuarto.

El fiscal se lanza sobre Jeon, derribándolo de la silla de hierro, cuando el fiscal deja a Jungkook este solo sonríe.

-Todo esto será usado en tu maldita contra -dice Jeon, intentando sentarse en el suelo.

Bobby se acerca a Jungkook y le ayuda a ponerse de pie, coloca la silla de nuevo en su lugar para que su jefe tome asiento nuevamente. El infiltrado trata de retirar las esposas de las manos de su jefe, pero este se lo impide.

-Vas a anular todas las pruebas que tengas de mí -le ordena Jungkook.

El fiscal niega.

-Tu madre murió ¿Acaso no te importa eso?

Jeon toca la llaga del fiscal, tanto que este traga grueso y deja salir un enorme suspiro desesperado.

-Como no lo harás, tu familia morirá también. A mi chico no le interesa viajar -agrega Jungkook.

El fiscal alza su rostro y observa la penetrante mirada de Jeon, sobre él.

-Hijo de puta -suelta el fiscal.

-Tus palabras no me afectan en lo absoluto -sonríe socarronamente, Jungkook. -No perdamos más el tiempo, haz que JB viaje y se encargue de su familia -le ordena a Bobby.

-Tú tienes una familia también -replica con voz temblorosa el fiscal.

-No metas a mi familia en esto, pero ya que la mencionas. Sí, la tengo, y tú y el oficial a cargo me alejaron de ellos, sabes lo furioso que estoy por eso ¿no es así? -habla entre dientes Jeon.

Desde ese momento el fiscal descubrió que el diablo está frente a él. Sabe que no saldrá de esta, sabe que la vida de su familia está en juego.

-No debiste meterte conmigo, no cuando me alejas de lo que más amo en este mundo -alza su voz Jeon. -Si yo no me meto contigo, tú no debes porque hacerlo. Pero me has encontrado, ahora jugaras mi juego o tu familia también morirá. Tú decides -le expone.

Por su parte, Bobby, está asombrado, el maldito de Nochu que había conocido esta de regreso.

-Tu caso no sólo está en mis manos -le informa el fiscal-. Si decido cancelar tu caso el oficial se opondrá, él tiene a toda la estación de su lado, incluyendo a los jueces y jurados.

Bobby ve a Jeon un poco alterado.

-Me importa poco el maldito oficial, haz lo que tengas que hacer. Vas ayudarme a salir de esta mierda de una u otra manera, y si no lo haces te puedes ir despidiendo de tu linda familia -le adivierte Jungkook.

-Lo haré, pero no los lastimes -suplica el fiscal.

-Eso dependerá de ti, si abres tu maldita boca para alertar a alguien más, se mueren y luego te mataré yo mismo. Una muerte más no afectará a mi cadena perpetua -se bromea Jeon.

-El oficial a cargo llego -anuncia el fiscal, luego de ver su celular. -Trasládalo a la celda B -le ordena a Bobby.

-Si ves algo anormal en él, mátalo -le ordena Jeon al infiltrado.

-Espero y seas rápido, no querrás ver como pierdo el control por no tener a mi ángel a mi lado -lo amenaza Jungkook, antes de que Bobby lo saque del cuarto de interrogación.

-El fiscal puede ayudarnos, el verdadero obstáculo es el oficial -dice Bobby, mientras retira las esposas de las muñecas de Jeon, para dejarlo que entre al pequeño cuarto donde dormirá en una maldita cama de cemento.

-Voy a matarlos a todos -bufa Jeon, al observar el lugar donde pasará algunos días, hasta buscar la manera de salir en lo que se ha metido.

-Dile a Jimin que estoy bien, lo demás él lo sabe perfectamente -Bobby, asiente.

-Debo irme -susurra el infiltrado.

-No vemos -se despide Jeon.

Escucha el chirrido de la puerta metal y luego el sonido el del pasador y el candado, suspira y cierra sus ojos.

-Perdón, mi amor -susurra a la soledad de ese pequeño cuarto en el que se encuentra, mientras apuña con fuerza sus ojos para no abrirlos.

La imagen de Jimin llorando y diciéndole que "lo ama y que no lo dejará" ronda su mente.
Realmente odia lastimarlo, lo único que quiere es verlo sonreír mientras sus ojos desaparecen.

Luchará para salir de ese lugar antes de recibir la condena por parte de un juez, luchará por salir de donde se encuentra, le ha prometido a su ángel que volverá a él y está más que claro que lo cumplirá. No le fallará a ese hermoso chico y a sus hijos que tanto ama.


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