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2.38

Después de un largo camino por distintas carreteras, por paradas que para él resultan innecesarias cuando el semáforo alumbra con su color rojo, y luego lentamente cambia su luz amarilla, para luego iluminar el fuerte color verde que le indica que puede continuar su camino.

Entre todo lo que tuvo que conducir y tratar de mantenerse en su sano juicio para poder llegar donde sus hijos y donde el hermoso chico de que tiene esos ojos que tanto ama se encuentra.


Jeon, estaciona el auto de Bobby frente a la enorme casa blanca. Esa casa en la que tiene no sólo su historia con Jimin, si no en la que lo perdió todo en un solo momento, en un abrir y cerrar de ojos. Pero en la que se sintió vivo y amado de nuevo cuando el chico que lo vuelve loco ha decidido estar junto a él, a pesar de la clase de hombre que él es.


Muy decidido de lo que quiere, Jungkook, llega hasta la puerta de la enorme casa, esa casa que él y Jimin aman y que es especial para ambos, alza su mano y presiona el pequeño timbre para que alguien le abra la puerta, espera por unos segundos hasta que escucha un grito.

-Ya va... -logra escuchar a lo lejos.

Y con solo escuchar la voz del chico su corazón ha comenzado a palpitar de manera rápida.

-Apuesto a que no verás por la mirilla -susurra Jeon, ya que sabe cómo es Jimin.


Se escuchan unos pequeños pasos, luego como tratan de abrir la puerta. Al parecer Mino y Mark, han reforzado la seguridad de su casa para la protección de Jimin y sus mellizos.


-Jin, debiste llevar... -al ver a Jungkook, de pie frente a él, Jimin ni siquiera logra terminar lo que quiere decir.


-Sabía que no observarías por la mirilla -musita Jeon, mientras sonríe ladinamente sin dejar de observar a su hermoso chico.

-Jung-Jungkook -musita tartamudeando el menor.


-¿Qué hubiese pasado si no hubiera sido yo el que se encontraba esperando a que abrieras la puerta? -lo cuestiona el mayor-. Te das cuenta que no debes hacer eso, ¿verdad, cariño?


Jimin, asiente.


-Voy a pasar -anuncia Jeon, dando un enorme paso hacia el frente para poder entrar al interior de la casa. -Lindos short -le guiña su ojo derecho, haciendo que el menor se sonroje.

-¿Mino y Mark? -pregunta, mientras se adentra más a la casa.

-Con los mellizos -responde Jimin.


-Bien, y andas con esos shorts cortos frente a ellos ¿cómo por qué? -inquiere el mayor.


Al parecer, Jimin, se ha olvidado de lo celoso y posesivo que es su amado narcotraficante.

-No empieces -refuta Jimin.

-Bien, lo empezamos y lo terminamos después -Jeon, conecta su mirada con la de Jimin, para luego continuar su camino hasta llegar donde sus hombres y sus hijos se encuentran.


Una tierna imagen de Daewan, jugando a las luchas con Mino, mientras que Injae, peina el cabello de Mark.
Jeon, sonríe lenta y repentinamente, deja salir un fuerte suspiro observando lo tiernos que sus hijos pueden llegar a ser, acompañado de la capacidad de poder hacer que cualquiera de sus hombres que no sean para nada buenos, se rindan ante ellos, tal y como él lo ha hecho ante Jimin.


-Quiero divertirme también -habla Jungkook, haciendo que todos lo observen.

-¡Papá! -gritan los mellizos, dejando de hacer lo que hacen para luego correr hasta donde su amado padre se encuentra.

-Los extrañe -susurra Jeon, mientras se pierde entre las caricias que su hijo le hace y los besos que su princesa le da en su rostro.

-Papá te quedas.

El brillo de los ojos de Jeon, se hace más que notorio.

-Claro -responde.


Deja de abrazar a sus hijos, los cuales hacen cualquier cosa para obtener la atención de él.

-Mark, Mino -pronuncia.


Ambos hombres se ponen de pie y siguen a Jeon, mientras Jimin, solo observa los movimientos de ellos sentado en uno de los sillones.

-Deben irse, llévense todas las armas que hay en casa y todo lo que los pueda implicar a ustedes. No quiero nada que tenga que ver con lo que hacemos en esta casa -les indica.


Tanto Mark como Mino, no saben a lo que Jeon, se refiere.

-Bobby y Namjoon, les dirán el plan. Necesito que no vuelvan acá, ¿entendieron?

Ambos asienten.


-Solo una cosa, en esta casa no hay armas. Jimin, pidió que las sacáramos, las únicas que tenemos son las nuestras -dice Mino, saca su arma de la cartuchera y la muestra ante Jeon.

-Bien, si no hay nada, es tiempo que se retiren.


Mark, camina hacia los mellizos y se despide de ellos para por último despedirse de Jimin.


-Jiminie, nos veremos pronto -ambos se abrazan fuertemente, bajo la atenta mirada de Jeon.


Mark, regresa hasta donde Jungkook, se encuentra, mientras que Mino, se despide de los mellizos.

-Dae, pórtate bien, nuestra pelea continuará. Jae, deja de ser tan hermosa y enojada.

La pequeña golpea juguetonamente el hombro de Mino.

-Jimin -el nombrado se pone de pie al instante, envolviendo en un fuerte abrazo a Mino.

-Gracias por todo, en serio gracias -susurra el rubio.

-No tienes porque agradecerme, lo haría de nuevo sin pensarlo. Eres un buen chico.

Jimin, deja de abrazar a Mino, y al instante este regresa con Jeon.

-Bien, síganme -les ordena Jungkook.


-Hey, hey, hey, ustedes dos no -articula Jimin, llamando la atención de sus mellizos, los cuales van detrás de su padre y los dos hombres que se han convertido en sus amigos.


Mientras Jimin, alista a los pequeños para dormir, Jeon, les muestra a sus hombres la salida secreta que su casa tiene.


-No quiero que hagan una locura, a menos que yo lo ordené.

Jeon estrecha sus manos con Mark y Mino, para que luego ambos se marchen de la casa, dejándolo solo con su familia.


Jungkook, regresa a la sala, sus hijos no se encuentran más allí, solo se está Jimin, recogiendo las ligas que su hija ha dejado en el suelo.

-¿Y los mellizos? -pregunta suavemente.

-En su habitación de juegos -responde Jimin, para proseguir con lo que hace.


Jeon, a corta la distancia que los separa, cuando está frente a Jimin, lo toma de su antebrazo izquierdo, el menor alza su rostro y conecta su mirada con la de Jungkook.

-Deja eso, ven acá -le pide el mayor.


Jimin, se pone de pie, no sabe porque sus manos estan heladas.

-Eres tan hermoso -lo elogia Jeon, tocando el bello rostro de su ángel, perdiéndose en sus ojos.

-Jungkook -habla el menor.

-¿Pregúntame porque estoy aquí? -le pide el mayor.

-¿Por qué estás aquí? -pregunta Jimin.

-Sencillo -susurra Jeon, pegando su frente con la del rubio.

-Verás, conocí a un hermoso chico hace como tres años, me vuelve loco, es tan hermoso, hace dos años dio a luz a dos hermosos mellizos, sufrió demasiado, pero él es tan fuerte, que su fortaleza me hace querer seguir a su lado. Este chico es una bomba, es hermoso, es sencillo, es el único para mí, es el que le trae calma a mi vida dentro de toda esta mierda, es el que me hace feliz con solo verlo sonreír, pero cuando se molesta explota, me hiere, me aleja, se esconde, me derrumba, me hace ser débil, me hace sentir como si no me perteneciera -acota Jungkook, abriendo una vez más su corazón a su hermoso ángel.

-Jungkook -intenta hablar el menor, pero Jeon, se lo impide.

-Sabes, este chico a estado a mi lado a pesar de todo, soy un maldito hijo de puta, me equivoqué, no confíe en él, pero juro por Dios que solo lo amo a él. Podrán haber miles de hombres y mujeres con los cuales puedo saciarme físicamente, pero mi corazón y mi cuerpo solo lo aceptaran a él. Este chico hermoso es mi ángel, y yo está más que claro que soy su demonio, siempre pensé que no sería feliz, pero cuando él llegó a mi vida todo cambió, él es lo que le faltaba a mi vida -Jeon, detiene sus manos en las mejillas color rosa de Jimin. -Tú eres ese chico y lo sabes, eres quien me hace ser mejor cada día, el que me vuelve loco y el que me hace volver a la realidad. Mierda, me he vuelto loco buscándote, no sabes lo que he sufrido sin ti a mi lado -Jungkook, se acerca un poco a los labios de Jimin.

-Siempre estuve aquí -responde el menor, llevando sus manos a la cintura de Jeon.


-Lo sé y me siento tan estúpido por no recordar este lugar -dice, para luego dejar un pequeño beso en la nariz del menor.

-Disculpa -susurra Jimin, para luego esconder su rostro en el enorme pecho de Jungkook.

-Tranquilo, perdóname tú a mí por ser tan imbécil -replica Jeon, ambos se funden en un fuerte abrazo tratando de recuperar todo el tiempo que no han pasado juntos.

-Tardaste demasiado -musita Jimin, alejando su rostro del pecho de Jungkook.

-Lo siento, mi ángel -se disculpa Jeon, observa el enorme sillón-cama y camina junto a Jimin hasta él.

-Te extrañe tanto -añade en voz baja, pero audible Jungkook, mientras está sentado, el menor se encuentra de pie frente a él acariciando su cabello como solo él lo sabe hacer.


-Mi guapo narco -dice Jimin, tomando el rostro del mayor para luego juntar sus labios, en un beso lento, deleitándose en el sabor de sus labios.


Jeon, lleva sus manos a los muslos de Jimin, como puede toma asiento en el regazo de Jungkook, el beso va aumentando poco a poco, el mayor se abre paso en la boca del menor, sus lenguas se tocan la una con la otra, explorando cada rincón de la boca del contrario. Jungkook quiere más, pero sabe que debe controlarse, sabe que el rubio aún no está listo, se aleja un poco sin asustar a Jimin.

-Debemos controlarnos -articula con voz cansina.

Jimin, asiente.


-¿Qué pasa con la policía? -inquiere el rubio-. Jin, dijo que huyes.


Jeon, sonríe al instante, su ángel sigue siendo el mismo preguntón de siempre.


-Bueno, la policía aún me sigue, me quieren sabes -los labios de Jungkook, se posan en el cuello de Jimin.

-Mi amor -jadea el menor.

-Todo estará bien, cariño. Solo dime que estarás para mí siempre -la forma en la que los ojos de ambos brillan cuando conectan sus miradas es simplemente increíble.

-Yo siempre estaré para ti, Jeon Nochu Jungkook, eres parte de mi vida. Mierda, te amo tanto que haría lo que me pidieras, no sé qué es lo que pasa, pero estaré para ti siempre no me importa lo que venga, hemos sobrevivido a muchas cosas juntos y si esto no es amor no sé qué mierda sea, lo único que sé es que voy a estar contigo y para ti, mi amor -le asegura el menor.


Justo esas palabras son las que Jeon, necesitaba escuchar para saber que por una parte lo que hace es correcto.


-Te amo, mi ángel -menciona el mayor.


Nuevamente sus labios se unen como si tratasen de sellar con un beso lo que antes ambos se han dicho el uno al otro.


Jeon, se acomoda en el enorme sillón - cama con Jimin sobre él, tal cual, y como su princesa Injae, se queda sobre él. Cada segundo, minuto, hora y los días que el fiscal se tomará para llegar a él, los disfrutará junto a sus hijos y su hermoso ángel, no piensa desperdiciar ni un solo segundo, no ahora.


-Jungkook, debo decirte que posiblemente no podré tener más hijos, así que lo siento -gesticula triste el menor.


Jimin, recarga su barbilla sobre los pectorales del mayor para poder observarlo.

-Me basta con los dos hijos que me has dado, y el que tú estés con bien junto a mí me hace totalmente feliz -dice Jungkook.


Jeon, lleva una de sus manos al cabello de Jimin y lo acaricia haciendo que el menor cierre us ojos y sonría.


-Te amo tanto, Jungkook -susurra sobre los pectorales del mayor, para luego dejar un casto beso sobre ellos.
-Cada vez que sientas que te pierdes solo sigue mi voz, piensa en mí y regresa corriendo a mí, mis brazos siempre te recibirán -comenta Jimin, se aferrándose fuertemente a los brazos de Jungkook.


-Eres mi hermoso ángel, estoy locamente enamorado de ti -le asegura el mayor.


Jimin, se sienta sobre Jeon y luego se acerca a los labios del mayor para dejar un pequeño beso.

-Eres mi pequeño ángel -Jungkook, comienza hacer cosquillas en el estómago del menor, provocando que Jimin, ría como loco.

-Basta, por favor -se queja entre risas, el rubio. -Jungkook, por favor -el menor intenta que el mayor, detenga la tortura, pero no es así.

-¡Papá! -se escucha el grito de Injae. -Eja a appa -le ordena una furiosa Injae, con sus manos sobre su cintura.

-Basta, Jungkook -amenaza Jimin.


-Ven acá, cariño -llama el menor a su hija.

-Ve por Daewan -le ordena Jimin a Jungkook, el cual solo asiente.


-Si te levantas de encima mío, podré ir por Dae -se burla Jungkook.

-Oh, Claro -dice Jimin, apenado, se levanta del regazo de Jungkook, y luego sube a su hija al sillón-cama junto a él.


Jeon, va por su hijo que se encuentra a punto de caer dormido.

-Ven con papá, campeón -Jungkook, toma a su hijo y lo carga. -Vamos a jugar un momento y luego todos dormiremos -le explica Jeon a su pequeño hijo.

-Ugemos -le propone su hijo.


Al instante Jeon, comienza hacerle cosquillas a su hijo, cruza la puerta de la sala con su hijo retorciéndose en sus brazos debido a las cosquillas que él le hace.


-Jungkook, déjalo -le pide Jimin, tiernamente.

-¿Quieres que lo deje? -pregunta Jungkook, acercándose hasta el sillón-cama.

-Sí -articula el menor.

-Bien, lo dejaré -dice el mayor, lanzando con cuidado a su hijo al sillón-cama.

-Mierda, Jungkook -espeta Jimin, al observar cómo ha lanzado al pequeño Dae.


-Vas a ser castigado por decir groserías -lo sentencia Jeon, acercándose al rubio.

-No me jodas, pudo haberse golpeado -replica el menor, y antes de que Jimin, se moleste con él, ataca a su ángel de nuevo.

-Me enamoras más cuando te molestas, pero me vuelves loco cuando te veo y te escucho sonreír.

La pequeña Jae, se lanza sobre su padre para que deje a su appa.

-Bien, me rindo, Injae. Ahora bájate -pide Jungkook.

-Hora de dormir -dice Jimin. -Iré por sábanas -añade el menor.

Rápidamente ambos preparan el sillón-cama y colocan a sus hijos en él, les dan sus biberones a ambos y se acomodan los cuatro en el enorme sillón-cama.
Los mellizos en medio y ambos siendo un escudo para sus hijos mirándose el uno al otro, los dos saben que todo está bien porque se encuentran juntos, saben que si estan juntos podrán vencer y superar todo lo que venga porque son la fortaleza del otro.


Jeon no puede ser más feliz, ama este momento, el tener a sus hijos y a la única persona que ha podido llenar el vacío de amor que la pérdida de su familia le ha dejado. Es feliz ahora, tiene amor y recibe demasiado amor, no puede pedir otra cosa.
Lo único que hace es grabar ese momento en su mente y en su corazón, la imagen de sus hijos dormidos y de su hermoso ángel aferrándose a su mano fuertemente mientras duerme.


Jungkook, es feliz, pensaba que nunca lo sería, pero Jimin llegó y lo cambio todo, le dio una familia la cual ama y no piensa arriesgar por nada en el maldito mundo.


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