2.22
Jimin
Cuando entro a casa a la primera persona que veo es a Jin, junto a los mellizos en su habitación.
Entro y lo tomo de sus brazos llamando su atención, mientras mis hijos observan caricaturas en la televisión.
-Jin, necesito que cuides de mis hijos siempre -le pido sin pensarlo.
Me mira desconcertado ya que, no tiene idea del porque le pido eso.
-Jimin -musita, mientras intenta soltarse de mi agarre.
-Promételo, Jin -le exijo, soltando sus brazos para ahora tomar su rostro. -Solo dime qué lo harás. Dime que los cuidarás y que ayudarás a Jungkook -insisto.
Asiente.
-Sabes que lo haré, pero ¿por qué me pides esto? -pregunta, confundido.
Dejo un pequeño beso en su mejilla y camino hacia mis hijos. Beso la sien de ambos, les doy sus biberones y los miro por unos segundos grabando todos y cada uno de los rasgos de sus caritas.
-Jimin ¿qué sucede? -me cuestiona, sientiendo como la mano de Jin, se posa en mi hombro izquierdo.
-Necesito tu celular, llamaré a Taehyung -hablo, ignorando su pregunta.
Saca su celular del bolsillo y me lo entrega.
Me alejo un poco de Jin y los mellizos, y marco el número de Tae.
-Soy Jimin -digo cuando atiende. -Escúchame, lo haré, hablaré con Jungkook -agrego nervioso.
-Mierda, piénsalo bien -escucho la voz alterada de mi amigo.
-Ya lo pensé, Tae. Es lo mejor, estaré bien -corto la llamada, le entrego el celular a Jin y salgo de la habitación de los mellizos.
Salgo de la casa, llego a mi camioneta, tomo la maleta de los mellizos y el arma entre mis manos. Me encamino hasta el sótano de la casa donde estoy más que seguro que se encuentra, Jungkook torturando a Hoseok.
Bajo las escaleras y me encuentro con Kriss, uno de los hombres que trabaja con Jungkook, cuando me observa se coloca al centro de la puerta y niega.
-Déjame pasar -le pido.
Niega.
-Jungkook, dijo que no dejara pasar a nadie, y nadie es nadie -espeta seriamente.
Suspiro.
-¿Quién crees que soy? -alzo mi voz, haciendo que el tipo se sorprenda. -Soy quien dió a luz a sus hijos, soy quien aguanta su maldito carácter, soy su compañero y por si eso no te basta, soy su prometido, y el segundo al mando desde que decidí vivir junto a él -añado frustrado, pasando por alto el momento que he alzado el arma y le apunto al chico. -Abre -señalo la manija con el arma, el chico se mueve y abre la puerta.
Entro y giro hacia la izquierda ya que, escucho unos pequeños sollozos.
Me quedo bajo el marco de la puerta que hay en el sótano viendo cómo Hoseok, se halla de pie en medio de la habitación con sus manos alzadas y amarradas, su espalda está llena de golpes, los cuales han sido proporcionados por Jungkook, quien tiene un alambre de luz en sus manos y se lo estrella en su espalda.
-Jungkook, detente -le pide Nam, alzando su mano izquierda, señalándome
Jungkook, gira su rostro y me observa, se da la vuelta dejándome ver como su camisa tiene manchas de sangre en ella.
-Necesito hablar contigo -articulo, intentando esconder el arma, pero él ya la ha visto.
-Creí haberte dicho que te quedarás en casa -replica, molesto.
-Está es parte de la casa -digo rápidamente. -Escucha, sino fuera importante no estuviera aquí -agrego.
Mueve su cabeza hacía mí, y observo cómo JB, sale de la oscuridad.
-Sácalo de aquí y quítale la maldita arma -le ordena.
Intento correr, pero es muy tarde ya que JB me sostiene, me quita el arma, la desarma y luego me saca del sótano.
-Dile a Jungkook que sino sube a hablar conmigo bajaré de nuevo -espeto con voz alzada para que él me escuche.
-Jimin, subiré en unos momentos, cariño -escucho su voz disgustada.
Entro de nuevo a la casa y me detengo hasta llegar a la habitación.
Namjoon
Jungkook, está cegado de ira desde el momento en que Baek se contacto conmigo pidiéndome hablar con él sobre algo que involucra a Jimin.
Después de la llamada de alerta diciendo que Hoseok seguía a Jimin, y este se viajaba con los mellizos, desde ese momento, Jungkook, mando a la mierda todo el autocontrol que guarda por el bien de sus mellizos y su pareja, pero al ver a Hoseok, frente a nosotros lo único que provoca es arrebatarle la vida por lo que le hizo a Jimin y por habernos traicionado.
-Volveré, Nam. No quiero que JB lo mate, solo que lo ate de tú auto y del mío de manos y pies, y háganlo que cierre la boca -me ordena, mientras toma su chaqueta.
Suelta el alambre de luz, limpia sus manos en su chaqueta y sale del sótano.
Así como Jungkook, lo pide así tratamos de seguir sus órdenes, yo intento que JB, se controle y haga lo que debe hacer.
-¡Basta, JB, deja de golpearlo! -exclamo, mientras regreso donde se encuentra Hoseok, en el suelo sollozando.
Coloco un pedazo de adhesivo gris en su boca para a callar sus ruidosos sollozos, cuando JB, conecta los arneses a los autos y engancha las cadenas, arrastro a Hoseok de su cabello hasta el frente de mí auto. Extiendo su brazo derecho mientras JB, coloca el grillete que la cadena tiene al inicio, hacemos lo mismo con su brazo izquierdo.
Cuando JB, está por tomar la cadena del auto de Jungkook para colocar los grilletes en sus tobillos, Hoseok, golpea su rostro con su pie provocando que este se le abalance y lo comience a golpear.
-Mierda, JB. Detente -le ordeno.
Kriss me ayuda a quitarlo de encima de Hoseok.
Tomo las piernas de Hoseok, y le coloco los grilletes en ambos tobillos.
-No sabes cómo disfrutaré ver tu muerte -escupe JB, sobre el cuerpo de Hoseok.
-Escucha, contrólate -le pido, tomando el rostro de JB. -Volveré con Jungkook, para terminar esto de una puta vez -añado.
JB, asiente y toma asiento en la calle, mientras su nariz sangra.
Entro a la casa, subo las escaleras, escucho la voz de Jin proveniente de la habitación de los mellizos, entro y observo cómo le canta a Dae y a Jae para que descansen.
-Hola -sonrío y susurro, para no llamar la atención de los mellizos.
-Hola -corresponde mi saludo y me devuelve la sonrisa.
Me acerco a él y dejo un casto beso en sus labios.
-Si buscas a Jungkook, está en la habitación de enfrenté. Comenzaron a gritar y decidí cerrar un poco la puerta -me informa, Jin-. No sé qué es lo que sucede, pero Jungkook se escuchaba furioso y Jimin, también.
Suspiro, y dejo otro beso en sus labios.
-Intentaré hacer que Jungkook se relaje, pase lo que pase no salgas de aquí -le indico.
Asiente.
Salgo de la habitación y cierro la puerta.
Estoy por tocar, pero la puerta se encuentra semi abierta, observo cómo Jungkook se coloca su pantalón y como Jimin, le lanza una camisa limpia.
-Jungkook, todo está listo -anuncio desde la puerta.
-Espera por mí, solo dame unos segundos -me pide, mientras escucho muchos pasos.
-Entonces no piensas explicarme porque este número te llama y te escribe -dice Jungkook, molesto.
-Te dejé todo claro, Jungkook. No empieces de nuevo -responde Jimin.
-Mierda, Jimin, solo responde. Saliste con él ¿sí o no?
Se escucha un golpe, el cual me alerta.
-Sí -contesta. -Eso quieres escuchar. Sí, salí con él, pero mierda, Jungkook. Sabes que te amo -escucho la voz de Jimin, fuerte.
Retando y confrontando a Jungkook.
-No sé qué pensar de ti -suelta Jungkook.
Bufo y decido entrar a la habitación.
-¿Todo bien? -pregunto, viendo cómo se encuentran uno frente al otro.
Ninguno me responde.
-Puedes confiar en mí, Jungkook. Maldición, es lo único que te pido, hazlo por nuestros hijos, por nosotros -espeta Jimin, el cual, intenta tomar la mano de Jungkook, pero este no se lo permite.
-¿Hicieron lo que ordené? -me interroga.
Asiento rápidamente.
-Lo pensaré, cariño -dice Jungkook, para luego salir de la habitación. -No preguntes nada, porque no diré nada -se dirige a mí, mientras salimos de la casa.
Jungkook
Salgo de la casa de nuevo, cuando llego a la.parte trasera, inspiro profundo y pienso en lo que he hablado con Jimin, momentos atrás. Pienso en la traición de Hoseok hacia mí y a mis chicos, pienso en la forma como ha abusado de Jimin, y como me ha traicionado de tantas formas.
-Tú, ve al auto de Nam -le ordeno a Kriss. -JB, a mi auto -ambos hacen lo que les ordeno. -Tráeme una almágana o martillo. Lo que sea con lo que pueda quebrar sus piernas -le pido a Nam, quién sin dudarlo baja al sótano. -Tienes algo que decirme, Hoseok, que no sea que lo sientes -me acerco un poco a él y retiro el adhesivo de su boca.
-Si crees que me arrepiento por haber tenido a Jimin, estás equivocado. Al contrario, lo disfruté -dice con una sonrisa burlona en sus labios.
Me acerco a él, coloco mi pie derecho en su estómago y luego recargo todo mi peso, coloco mi pie izquierdo en su pecho y doy un pequeño paso colocando mi pie derecho en su rostro.
-Disfruta esto -bramo.
Escucho los pasos de alguien, giro mi rostro y veo a Nam, con una almágana mediana en su mano.
Bajo del cuerpo de Hoseok, tomo la almágana, me coloco al centro de su cuerpo viendo como su respiración se agita acompañada de jadeos.
-Retrocedan chicos -les ordeno a Kriss y JB.
-Si tienes información para mí, dísela a Nam. Antes que te mate -le pido.
Namjoon se acerca al cuerpo de Hoseok, el cual, ahora se encuentra en el aire.
-¡Paren! -grito, cuando observo su cuerpo completamente estirado.
-Vamos, Hoseok, eres el soplón. Di lo que sabes de B.I, sabes que Jungkook te matará -habla Nam, mientras se acurruca quedando a la misma altura del cuerpo de Hoseok.
-No juegues su juego, Jungkook -alza su voz, Hoseok.
-Habla de una puta vez, estás aburriéndome -replico, acercándome a él.
Alzo la almágana y la dejo caer en una de sus rodillas, y luego en la otra. Los quejidos de Hoseok, se hacen presentes.
-Haz que se calle -le ordeno a Nam, molesto.
-Algo más que decir -pregunta Namjoon.
-Las cosas no son como te imaginas, Jungkook -jadea. -Nam, en mi bolsillo, saca lo que está allí -agrega.
Namjoon se acerca a él y saca unos papeles doblados y algo que parece una USB.
Golpeo de nuevo sus rodillas tres veces seguidas, haciendo que la piel de sus rodillas desaparezca y el hueso se deje ver. Nam, acerca los papeles y lo que parece USB al rostro de Hoseok, y lo golpea con éstos.
-Esto no te salvará -le recalca -¡Retrocedan! -vocea Nam.
Los chicos retroceden tal y como Namjoon se los ha ordenado, haciendo que el cuerpo de Hoseok se estire más y que sus huesos comiencen a tronar debido a la separación.
-¡AAAH! ¡AAAH!
Escucho como los huesos de las rodillas suenan, haciendo que Hoseok se desmaye del dolor.
-Despertara pronto. Ve con Jin, dile que prepare a los mellizos -le ordeno a Nam-. Kriss, llama a Bobby, di le que necesito que se deshaga de esto.
Espero unos cuantos minutos, cuando creo que es necesario tomo un poco de agua y la rocío en el rostro de Hoseok, para que despierte, y luego me acurruco para estar a su altura.
-Despierta ya, es tiempo que termine -golpeo sus mejillas con mis palmas-. Hoseok, Hoseok. Lo único que diré es que como tú disfrutaste tener lo que me pertenece, yo estoy disfrutando esto.
Me pongo de pie y golpeo sus rodillas las cuales estan destrozadas.
-Nada es como lo imaginas. ¿No es así, Hoseok? -repito sus palabras, mientras le quito los grilletes de sus manos, pero no los de sus pies.
Golpeo su rostro con mi pie, tomo sus manos y lo jalo fuertemente haciendo que el dolor y la quebradura de los huesos de sus rodillas aumenten.
-¡AAAH! ¡Mierda, Jungkook! -grita. -Solo mátame, hazlo -jadea de dolor, mientras sus lágrimas se mezclan con la sangre. -Rogando para que te quite la vida, escúchate -comento socarronamente, volviendo a jalar sus manos fuertemente.
Suelto sus manos mientras la respiración de Hoseok se entrecorta, tomo el arma de JB, la cual está sin seguro. Me coloco frente al cuerpo de Hoseok, sin siquiera apuntarle con el arma.
-Nadie toca lo que me pertenece y vive, y tú más que nadie lo sabe -le recuerdo.
Coloco el arma frente a él y presiono el gatillo dejando que la bala entre directamente en su pecho, justo en la zona de su corazón.
Le coloco el seguro al arma y se la lanzo a JB.
-Quédate aquí hasta que Bobby venga. Retira las cadenas de mi auto y coloca las sillas de los mellizos -le ordeno.
Limpio mis manos y entro a la casa.
Observo cómo Jin y Nam cuidan a los mellizos.
-Lleven a los mellizos abajo -digo, llamando la atención de la pareja y luego entro a mi habitación.
Jimin, está sentando en la orilla de la cama mientras juega con sus dedos, al escuchar mi voz y mis pasos alza su rostro y se pone de pie.
-¿A dónde llevan a los niños? -pregunta.
-Se van conmigo por unas horas -contesto.
Me retiro la camisa sucia y me coloco otra.
-No hagas de esto un show, Jungkook. Por favor -me pide con voz quebrada, mientras las lágrimas se adueñan de sus hermosos ojos que tanto amo. -Te amo, Jungkook -dice Jimin, mientras limpia su rostro.
-Sabes que también te amo, Jimin, y que haré lo que sea por ti. Pero necesito unas horas a solas con nuestros hijos -digo, acercándome a él.
Tomo su rostro y beso sus labios.
-Te amo -susurro en sus labios, me alejo de él escuchando sus sollozos.
-No hagas de esto un show -es lo último que digo antes de salir.
-Te amo -pronuncia. -Pero si sales, cuando regreses ya no estaré -lo escucho a lo lejos cuando termino de salir de la habitación.
Bajo las escaleras, salgo de la casa tomo las llaves de mi auto de las manos de Nam, el cual me exige una explicación de lo que sucede entre Jimin y yo.
Lo ignoro y entro al auto, observo a los mellizos los cuales duermen cómodamente, conduzco unos cuantos kilómetros, freno el auto, beso la sien de los mellizos, salgo del vehículo, cierro la puerta y dejo salir un fuerte grito acompañado de lágrimas.
No me percato del tiempo, entro al auto y cierro mis ojos, me despierto por los sollozos de Jae, la tranquilizo, enciendo el auto de nuevo y regreso a casa con los mellizos. Namjoon y Jin, se encuentran en la puerta de la casa, cuando ambos reconocen el vehículo se ponen de pie.
Me estaciono. Jin, al instante abre la puerta trasera y saca a los mellizos.
-¿Sucede algo? -indago.
-Es mejor que te des cuenta por ti mismo -responde Nam.
Entro a la casa, subo las escaleras corriendo, abro la habitación y Jimin no esta. Camino hacia la de los mellizos y tampoco esta, bajo las escaleras de la misma manera que las subí, encontrándome con Namjoon.
-¿Dónde está? -pregunto con voz molesta y entrecortada.
-Se marcho. Dijo que te lo había dicho -contesta Nam, mientras Jin, sube las escaleras con los mellizos.
Lágrimas comienzan a salir de mis ojos, corro hacia Jin, le quito a los mellizos. Subo con ellos y entro a la habitación que Jimin y yo compartimos.
Acuesto a los mellizos en la enorme cama, me retiro mis zapatos y luego me acomodo junto a ellos mientras lágrimas inundan mi rostro. Jamás pensé volver a llorar luego de la muerte de mi familia, pero el saber que Jimin, ha tomado la decisión de irse y dejarme, es doloroso.
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