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1.37

Jungkook


Ha pasado un mes aproximadamente desde que Iseul, se mudó con el tío de Jimin. Los primeros días la tristeza de este fue notoria, me resultaba difícil verlo en ese estado, pero intente comprenderlo y estar para él.

Tenemos charlas con la mocosa todas las noches por video llamadas luego que ella ha terminado sus tareas.


Estoy en el cuarto de reuniones terminando de colocarme mi chaqueta para encontrarme con Zico, después de un largo tiempo, necesito saber dónde mierda se encuentra cuando más lo necesito. Necesito saber dónde mierda estaba cuando Taemin decidió salir de su cueva de niño bueno para llevarse a Jimin.

-Lo tengo. Repito, lo tengo -anuncia Sehun, por medio del intercomunicador.

Salgo del cuarto de reuniones y veo a Jimin bajar las escaleras, cuando me observa me regala una hermosa sonrisa, llegamos hasta la puerta principal juntos, tomo su mano, mi auto está listo y Mark, se encuentra listo para llevarlo a la universidad.

Jimin se coloca frente a mí, toma mi corbata entre sus manos la jalonea y me acerca a él dejando un pequeño beso en mis labios, se aleja de mí y continúa observándome con una sonrisa en su hermoso rostro.

-Te ves muy sexi vestido así. ¿Acaso veras a alguien más? -susurra, mientras me acomoda la corbata.

-La única persona que quiero ver está frente a mí -digo.

Poso mis manos en su cintura y lo acerco más a mí, haciendo que este deje escapar una risa tierna de sus labios.

-Gracias por desvelarte conmigo mientras terminaba mis tareas -lo escucho decir, deja otro pequeño beso en mis labios, pero está vez toma mi labio inferior entre sus dientes.

-Eres demasiado hermoso, Jimin -lo elogio. -Mierda, mírate cariño. Ojalá y no tuviéramos compromisos -agrego, llevando mi mano hasta su cuello para acariciarlo.

-Basta, contrólate, cariño -me pide. -¡Listo! -canturrea cuando termina de acomodar mi corbata. -Me voy -se pone de puntillas y me besa una una vez más.

-Jimin -susurro en la comisura de su oreja, cuando deja de besarme.

-Piensa mucho en mí, ahora suéltame -me ordena entre risas, mientras golpea mis manos con las suyas juguetonamente.

-No quiero dejarte ir -digo entre dientes.

-Jungkook, llegare tarde a clases -protesta.

Ignoro sus palabras y llevo mis labios hasta su lindo cuello, comenzando a repartir pequeños besos.

-Jungkook, déjalo. Solo tengo treinta minutos para llevarlo a su clase -escucho la voz de Mark.

Bufo.

-Te lo dije -me recuerda Jimin.

Se aleja de mí y comienza a caminar hacia el auto, cuando está por bajar los escalones de la mansión regresa corriendo hasta mí, se cuelga de mi cuello y enrolla sus piernas alrededor de mi cintura.

-Bésame -murmura en la comisura de mis labios.

-Lo que tú digas.

Le guiño mi ojo derecho y lo beso lentamente abriéndome paso en su boca hasta poder introducir mi lengua.

Todo va bien hasta que el claxon de la camioneta suena, es Mark. Jimin detiene el beso y ambos nos observamos.

-Debo irme, se bueno y bájame, cariño.

Dejo un último beso en sus labios y hago lo que me pide.


Después de que Mark se ha marchado junto a Jimin, entro al auto, me coloco el cinturón y salgo de la mansión. Me coloco el auricular busco el contacto de Nam y espero a que este responda.

-Jungkook -atiende.

-Necesito que vayas a la tienda donde trabajaba, Jimin -le ordeno-. Jin, llevará algunos alimentos que Jimin le encargó.

-Está bien, termino de cobrar lo que nos deben y voy para allá.

Cancelo la llamada y sigo conduciendo.




Jin


Me encuentro en la tienda preparando los alimentos que Jimin me ha pedido, unos son para él y otros son para enviárselos a Iseul, ya que cada vez que habla con Jimin o conmigo pide que le enviemos sus alimentos favoritos.

Estoy introduciendo los últimos alimentos en una de las cajas, cuando siento que alguien toca mi hombro haciéndome dar un pequeño salto del susto. Giro mi rostro rápidamente mientras mi corazón late descontrolado.

-Perdón por asustarte, no fue mi intención.

Es Namjoon, trago grueso.

-No, está bien -digo apenado.

Mierda, me golpeo internamente por sentirme tan nervioso con solo su presencia.

-¿Está todo listo? -pregunta observando las cajas que están sobre el mostrador.

-Sí, solo voy por unas latas más y está todo listo. Si gustas puedes llevar esa al auto -le indico mientras le señalo la caja que contiene los alimentos que le enviaremos a Iseul.

Namjoon toma la caja que le señale, antes de que salga de la tienda me mira de pies a cabeza y luego me guiña su ojo izquierdo. Me sonríe y sale.

Mierda, le doy un breve vistazo y juro que esta como lo necesito, pero que rayos pienso. Entro a la bodega y tomo las latas que faltan, regreso al mostrador y Nam, esta de nuevo dentro de la tienda sosteniendo la caja.

-¿Nos vamos? -pregunta mientras me observa.

-Sí, solo me quito esto -digo, mientras me quito el pequeño mandil.

Cuando me lo retiro siento la mirada penetrante del chico observándome sin perderse ni un solo detalle de mi cuerpo.

Ambos subimos al auto, mientras Namjoon conduce decido mandarle mensajes a Jimin, para que este al tanto.

En todo el camino para poder llegar a la enorme mansión de Jungkook, Nam no deja de observarme de soslayo haciéndome sentir incómodo, pero además de sentirme incómodo me hace sentir nervioso, haciendo que ni siquiera tenga el valor de poder mirarlo a los ojos.


Estamos a unas calles para llegar y decido arriesgarme y mandarle un mensaje a Jimin.

-¿Por qué sales con Jungkook, si es alguien peligroso? -Enviado.

Espero por su respuesta, mientras me paso el celular de una mano a la otra.

-¿Estás bien? Pareces nervioso -comenta Nam.

Estoy por responderle, pero el sonido de mi celular me lo impide. Jimin, ha respondido.

-No empieces, Jin. Si salgo con Jungkook es porque lo amo, sí, al inicio tuve miedo, aún lo tengo, pero no me arrepiento de nada. Escucha, si te gusta Namjoon, solo haz lo que tú corazón quiera, si no quieres algo serio y solo algo pasajero hazlo, Jin. Debo irme, el maestro comenzo la clase.

no tengo idea de cómo Jimin sabe sobre lo que siento por Nam, pero mierda, cada vez que lo veo lo único que deseo es besarlo.

El auto se detiene, Nam, sale de este, toma una caja, luego salgo yo y tomo la otra caja que falta, Rose abre la puerta ya que a ambos se nos dificulta, sigo a Namjoon hasta la cocina donde colocamos las cajas. Coloco uno de mis pies atrás del otro torpemente y me tropiezo, pero siento unas manos que me sostienen de la cintura, impidiendo que caiga al suelo.

-Te tengo -dice Nam.

Poco a poco me ayuda a ponerme de pie, quedamos frente a frente observándonos el uno al otro, mi corazón late como loco por el simple hecho de tenerlo tan cerca de mí, me acerca más a él sin soltar mi cintura, mando todo a la mierda, callo a mi mente y dejo que mi corazón me guie, dejo un pequeño beso en sus labios mientras espero su reacción la cual pienso que sera de negación, pero no es así, este me toma del cuello y estampa sus labios contra los míos de manera brusca, pero excitante, enrollo mis brazos alrededor de su cintura y poco a poco las bajo hasta introducirlas en las bolsas traseras de su pantalón, masajeando su trasero.

Un pequeño sonido se hace presente en la cocina, el cual ignoramos y empezamos una batalla con nuestras lenguas, explorando cada rincón de nuestras bocas.

-Nam -lo llama Rose.

Él deja de besarme y gira su rostro para luego ver a la chica.

-Vete -es lo único que dice, con voz entrecortada y llena de excitación.

Me carga para luego dejarme sobre la mesa de la cocina, llevo mis manos hasta su chaqueta la cual quito rápidamente.
Lleva sus manos a mi cintura, toma mi camisa y me la retira arrojándola al suelo, lleva su boca a mi cuello y comienza a besar desesperadamente este, como puedo desabotono su camisa, cuando he logrado mi objetivo lo alejo un poco de mí y luego se la retiro dejándome ver su cuerpo.

Ambos nos observamos y sonreímos al mismo tiempo, juntamos nuestros labios para continuar la batalla con nuestras lenguas que ha quedado pendiente.


En medio de nuestros besos solo se escuchan los jadeos que ambos no logramos retener, nuestras respiraciones entrecortadas y el sonido que hace el cierre de Namjoon, mientras libero su miembro, cuando observa que quiero retirar las cosas que están en la mesa atrás de mí, para luego recostarme sobre la mesa y comenzar a besar mis labios, luego baja a mi cuello lentamente, recorre todo mi tórax hasta llegar a mi abdomen.

Me retira el pantalón de manera rápida dejándome expuesto ante él, recargo mi peso sobre mis codos para poder observarlo, escucho como un auto se estaciona de seguro y es Hoseok. Nam, coloca su mano en mi cintura y me observa esperando mi decisión.

-Hazlo rápido -le suplico.

Eso basta para que él hale mi culo hacia afuera de la mesa, abre mis piernas y poco a poco introduce su longitud dentro de mí, acerca su boca a la comisura de mi oreja la cual chupa y luego muerde.

-Lo siento, lindo -susurra en mi oreja.

Tomo sus antebrazos y comienzo a mover mis caderas para que este pueda moverse, el sonido de unas llaves se hace presente, mierda, estoy en serios problemas. Nam, al escuchar el sonido empieza a penetrarme rápidamente, entra y sale de manera rápida, acallo mis gemidos mordiendo mis labios, pero Namjoon, junta sus labios con los míos haciendo que mis gemidos se ahoguen en su boca.

Estoy por correrme, una estocada más por parte de Nam y estoy perdido, enrollo mis piernas sobre su cintura haciendo que me penetre más, provocando que un gemido salga de su boca, y de la mía una pequeña sonrisa.

-Aaah, Jin -jadea en mi pecho.

-¡Nam! -gritan su nombre. -¡Jungkook, va a matarte, sal de donde estés! -alza su voz, Hoseok.

Namjoon sale de mi interior, se coloca su camisa y luego se acomoda el pantalón y se dirige a la sala sin decirme nada.

Bajo de la mesa, me cambio mientras intento acomodar mi cabello y parecer alguien normal, salgo a la sala ganándome la mirada curiosa de Hoseok.

-Me voy -digo, dirigiéndome a todos, incluida Rose.

-Yo te llevo -se ofrece la chica, a lo cual asiento rápidamente saliendo de la mansión.

Que si me arrepiento, pues..., la verdad es que no, pero me siento tan incómodo al ver que Nam, ni siquiera me observa.

-Jungkook tiene a Zico -es lo último que escucho ya que, luego subo al auto con Rose, y Namjoon sube a otro auto junto a Hoseok.






Jungkook


-Estoy aquí, Sehun ¿Dónde está, Zico? -pregunto, mientras me retiro la chaqueta y se la entrego a Hoseok.

-En tu lugar favorito -responde Sehun, haciendo que Hoseok y Namjoon se observen entre sí.

Todos sabemos que mi cuarto favorito de la bodega es el de torturas.

-Pero antes de eso, hay alguien que quiere saludarte -me informa Sehun, mientras señala atrás de mí.


Me giro rápidamente y veo a Bobby sonriendo ladinamente con un cigarrillo en su boca.

-Nochu -me saluda, para luego darle una última calada a su cigarrillo y lanzarlo al suelo.

-Bobby -respondo a su saludo, mientras veo molesto a Hoseok.

-Tranquilo, nadie sabía de mi llegada, Jeon. Llegué la semana pasada y adivina quien encontró a tu soplón -dice de manera arrogante. -Sí, claro que yo -añade socarronamente.

Me acerco a él, lanza un portafolio a la pequeña mesa que se encuentra en medio de la bodega, señala a Nam y luego el portafolio.
Rápidamente, Namjoon lo abre y saca un par de fotos, cada una muestra a Zico hablando con los hombres que habían secuestrado a Jimin, lo muestran haciendo cualquier cosa menos vigilando mi mansión la noche que querían secuestrar a Jimin de nuevo.

Poco a poco subo las mangas de mi camisa hasta mis codos, dejando salir un gran suspiro lleno de frustración.

-Amarra sus manos y luego cuélgalo -le ordeno a Sehun.

-Fue él todo el tiempo -me confirma. -Te aclaro, Jeon. Agust, no tiene nada que ver en esto -me informa. -Busque al niño rico y no doy con su paradero -añade, refiriéndose al maldito de Taemin. -Debiste haberlo matado -espeta Bobby.

Asiento rápidamente y hago puño ambas manos.

-Tu chico no está a salvo, no encontré al maldito que está enamorado de él, pero si con quien está asociado. Wang, lo respalda, sabes que me costara localizarlo -dice Bobby, mientras saca otro cigarrillo y lo enciende, para luego llevarlo a su boca.

-Haz lo necesario e infórmame -le ordeno.

Es lo último que le digo a Bobby ya que, este sale de la bodega dejándome solo con mis chicos, y con el maldito soplón.

Dejo a Namjoon y a Hoseok afuera mientras entro al cuarto de torturas, tomo una varilla con mi mano de derecha arrastrándolo, provocando un sonido en cada paso que doy.

Estoy solo a unos pasos para estar frente al maldito de Zico, sin pensarlo alzo la varilla de acero y se la estrello en el abdomen golpeando sus costillas, su tórax, su estómago y parte de su espalda, ya que este se encuentra colgado por una cadena.


Quiero escucharlo sufrir, pero lo único que escucho cuando dejo de golpearlo es su maldita risa, y las gotas de sangre que caen al suelo.

-Él volverá, Jungkook. Quiere a ese chico más que a nada en este mundo -habla Zico, mientras sangre sale de su boca.

-Él lo quiere, pero yo lo amo. Ahora voy a matarte por traicionarme -le aclaro.

Dejo caer la varilla al suelo y comienzo a golpearlo con mis puños haciendo que la sangre me salpique, me alejo de él un poco sin dejar de observarlo.

-Bájalo -le ordeno a Sehun.

Cundo Zico cae al suelo tomo sus manos las cuales aún están amarradas y comienzo a caminar arrastrándolo por todo el suelo de la bodega hasta llevarlo donde quiero. Salgo del cuarto de torturas siendo observado por la atenta mirada de Namjoon y Hoseok.

Salgo de la bodega, la puerta principal de esta tiene un pequeño escalón el cual, no me importa en lo absoluto, cuando lo paso tomo a Zico con ambas manos y lo jalo haciendo que este caiga con fuerza, dejando que escape de su boca un bufido de dolor.
Continúo caminando hasta que llego a un pequeño cuarto donde Zico se encargaba desaparecer a las personas que yo mato, sin dejar rastro alguno de ellas.

Giro mi cabeza y observo que mis tres chicos vienen detrás de mí, suelto a Zico y abro la puerta, lo cojo de nuevo y lo arrastro hasta llevarlo frente a un enorme recipiente de acero. Tomo su rostro con mi mano derecha y lo obligo a mirarme.

-Dime, Zico ¿Qué hay adentro? -lo cuestiono, mientras coloco mi rodilla sobre su abdomen. -Responde, ¡hijo de puta! -le ordeno, ejerciendo más presión en su abdomen con mi rodilla.

-A-ácido -pronuncia con dificultad.

-¡Así que colaboraste con el secuestro de Jimin, y en todo lo demás! -vocifero.

Me pongo de pie, y luego lo levanto a él.

-Haré que pagues, Zico, tú lo sabes. Nadie pone en peligro lo que es mío -le recuerdo.

Tomo sus manos sin desatarlas y las acerco al enorme recipiente.

-Jungkook -jadea.

-Cierra la puta boca -demando.

Bajo su mano e introduzco solo sus dedos.

-¡Aaah! ¡No por favor! -grita Zico.

-¡Cállate! -desgañito furioso.

Saco sus manos las cuales poco a poco se van desvaneciendo.

-Haré que desaparezcas y haré lo mismo con Jackson y el maldito de Taemin. Los mataré uno por uno -esas son mis últimas palabras ya que, lo tomo de sus rodillas y lo dejo caer al recipiente que contiene ácido.

Salgo del cuarto y le arrebato mi chaqueta a Hoseok.

-Limpien la bodega -ordeno, mientras entro al auto.

Mientras voy en el vehículo pienso en un millón de posibilidades de poner en peligro la vida de Jimin, he negociado muchas veces con Wang, sé qué clase de hombre es, siempre queriendo todo para él, es bueno escondiéndose, pero así como se esconde da la cara cuando cierra tratos conmigo. Sé que no juega, pero también sé que si él está con Taemin es porque el chico de seguro le ofrece algo grande y tentador.

Mis pensamientos son tantos y se apoderan de mi mente hasta el punto en el que ni siquiera siento el camino, me estaciono al lado de la camioneta que Mark conduce para transportar a Jimin, salgo del auto y me siento en la capota de este ganándome la mirada de muchos chicos y chicas que pasan por el lugar, introduzco mis manos a los bolsillos de mi pantalón mientras espero a que mi hermoso, Jimin, salga de la universidad.

-¡Jungkook! -escucho a lo lejos.

Alzo mi mirada y veo a mi hermoso Jimin, de pie como a dos metros de distancia.

Deja caer su mochila y corre a mis brazos como lo ha hecho en la mañana antes de despedirnos, lo tomo entre mis brazos y deposito un beso en sus labios.

-¿Qué haces aquí? -pregunta, mientras rodea mi cuello con sus manos.

-Vengo por mi hermoso novio -susurro en la comisura de sus labios.

-Te ves demasiado sexi, Jungkook. Vamos, entra al auto y llévame a casa -dice Jimin, mientras forma un puchero.

-¿Acaso estás celoso? -inquiero divertido.

-¿Acaso estás sordo? -responde alejándose de mí.

Corro hacia él y beso sus labios de manera lenta y apasionada disfrutando cada centímetro de sus apetecibles labios.

-Bien, vámonos. Mark, lleva las cosas de Jimin, no volveremos a casa, si algo sucede infórmame lo antes posible -me dirijo a mi chico.

Guío a Jimin hasta mi auto, mientras sostengo su cintura con uno de mis brazos.

Entro al auto y me dedico a conducir, observo como Jimin se percata de las manchas de sangre que tiene mi camisa, pero no dice nada al respecto, solo suspira y me regala una de esas sonrisas que me hacen entender que está conmigo, aunque sea un completo desastre.
Él es el único que me hace volver a la realidad, es el único que puede traer paz a este infierno en el que vivo.


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