Esposo mío, todavía no
Zhiyin estaba más allá de lo impaciente. Su sueño al fin se cumpliría. Tener a un hombre hermoso, solo para su satisfacción y su esposo sí que cumplía con todos los requisitos necesarios y de sobra.
Al siempre utilizar túnicas grandes para dormir, esta se había abierto dejándole ver el inicio de sus brazos deliciosamente fibrosos, un pecho ancho seguido de un abdomen de esos de lavadero que te dejaban con la baba colgando como la tenía él ahora. Simplemente perfecto. Además, aquello que se frotaba en sus nalgas, caliente y grande prometía y mucho. Zhiyin lamentaba que la ropa que siempre usaba no dejara ver la perfección que tenía pero quizás era así mejor. Solo lo disfrutaría él en la intimidad y quizás en público más adelante, probar cosas nuevas siempre se le daba bien.
Ni en sus más locos sueños se hubiera imaginado que terminaría así y menos haciendo aquellas cosas pero ya que estaba casado, quien le impedía aprovechar sus beneficios.
Se relamió los labios al notar como el chocolate se derretía contra la cálida piel de Fengxiao. De seguro ahora sabía mejor.
-Si conseguir que me perdones incluye cosas como estas, podría ser creativo en molestarte. Te vez realmente sexy allí arriba- las descaradas palabras de Fengxiao no coincidían con su rostro normalmente serio pero tal vez por esto hizo que un marcado sonrojo cubriera el rostro y el pecho del menor, agarrándolo con las defensas bajas.
-Esposo mío, cállate- le respondió cubriéndose la mitad de su rostro con el dorso de la mano intentando ocultar su vergüenza.
A que venía que le dijera algo como eso. Toda la atmósfera que había creado se había difuminado en un dos por tres y su esposo sonrió levemente. Zhiyin era verdaderwnte tierno cuando cambiaba tan rápidamente de carácter.
-Si vuelves a decir algo te tapó la boca, oíste- le señaló con el dedo haciendo un esfuerzo para recobrar la seriedad de antes pero fue inútil.
Aquellas simples palabras lo habían descolocado. Nadie nunca le había dicho sexy con ese tono, ni como el li había mirado en ese momento. Hacía que realmente se sintiera...sexy.
Sacudió su cabeza. No estaba ahí para dejarse adular por aquel hombre. Su objetivo era hacerlo gritar hasta que fuera oído en las puertas del pabellón femenino. Quería que aquella mujer supiera que Fengxiao tenía dueño. Aun si no tenían muy clara su relación, ellos eran esposos.
Más decidido que antes dejó el bol a un lado y se inclinó hacia adelante. Debido a su mediana panza tuvo que levantarse levemente de las caderas del hombre para no lastimar al bebé en su vientre. Bajó su cabeza y primero buscó el chocolate derramado por su cuello y lamió la piel. Efectivamente, estaba más rico que cuando lo habían comido directamente de la cuchara.
Pasó la lengua otra vez después de saborearlo y sintió como el cuerpo debajo de él se tensaba. Sonrió ligeramente. Recorrió el cuello de su esposo repartiendo con la punta de la lengua parte del chocolate manchando la piel para después chupar y terminar comiéndolo.
Oyó a Fengxiao gemir y Zhiyin se incorporó levemente buscando su mirada cristalina por la excitación. Se limpió un poco de chocolate de la comisura de sus labios para estos después esbozar una sonrisa.
-¿Qué crees que pensarán mañana cuando vean como dejé tu cuello?- murmuró pensando el dedo por la zona, estaba ansioso por la reacción de aquella mujer al darse cuenta que al menos en la cama no estaba solo- Te dejé bastantes marcas-
Fengxiao entrecerró los ojos. Su esposo realmente parecía divertirse y todavía podía sentir como había succionado su piel por varias zonas dejando de seguro visibles marcas que llevaría sin problemas. Todo sería perfecto si pudiera él hacer lo mismo. La banca piel se vería hermosa con varios puntos rojos suyos
Zhiyin volvió a bajar la cabeza y esta vez se desplazó a la clavícula para después pasar por su pecho que subía y bajaba con fuerza. Ya comenzaba a hacer efecto sus respectivos toques. Alargó su brazo y tomó un poco más de chocolate, esta vez vertiéndolo sobre cada tetilla y espero a que se asentara. Dejó la cuchara y se dignó a atacar cada uno de los montículos.
Lamió la sensible piel hasta hinchar el diminuto pezón y lo mordió.
-Zhiyin- un jadeó salió de los labios del líder que se removió pero no mucho, sus brazos sobre su cabeza apenas le daban margen de movimiento.
-Esposo mío, todavía no- gimió Zhiyin extasiado con su reacción y asaltó otra vez el pezón.
Nunca se imaginó que chupar una tetilla sería tan adictivo. Se sentía incluso más dulce con todo aquel chocolate. La dejó pasando para la otra repitiendo el mismo proceso mientras apretaba entre sus pulgares la que había dejado libre, sin darle un descanso.
-Zhiyin, déjalas- gimió Fengxiao entre dientes, su cuerpo temblaba visiblemente y las venas se marcaban en su cuello.
-¿Por qué? Acaso eres tan sensibl...- sus palabras quedaron en su garganta cuando algo muy caliente y espeso se derramó entre sus nalgas y Fengxiao soltaba un alto gemido ahogado.
Zhiyin pestañeó.
-Me parece que sí- miró por encima de su hombro notando la túnica con una mancha líquida que se extendía hasta la de él. Soltó un bufido -Te has venido ¿en serio?- cuando buscó el rostro agitado de su esposo, sus ojos brillaban –es la primera vez que veo que alguien se viene solo con sus tetillas, es increíble- hablaba como si fuera un niño con un juguete nuevo, lástima que ese juguete fuera precisamente su esposo- Vamos a repetirlo de nuevo- declaró con una inmensa sonrisa.
-¿Piensas matarme esta noche?- jadeó Fengxiao.
-Quizás- Zhiyin buscó el chocolate pero la cuchara se le escurrió de las manos y un poco cayó en el abdomen filtrándose entre las irregularidades de este.
-No se puede desperdiciar nada- el menor pasó el dedo llevándose el contenido a sus labios viendo como los cuadros temblaban con su toque.
Se corrió ligeramente para atrás y la erección de su esposo que no había cedido y que ahora estaba húmeda quedó debajo de él.
-Quiero ver cuánto aguantas ahora- se movió de adelante hacia atrás en un movimiento leve pero constante rozándose con la erección de su esposo.
Fengxiao hizo un movimiento para soltarse agitando la madera del respaldar de la cama que no cedió. Su respiración salía jadeante por su boca y sus pupilas estaban tan dilatadas que apenas era visible el azul de sus ojos. Acababa de tener un orgasmo, uno muy fuerte y el chico sobre él ni siquiera le daba tregua. Estaba tan sensible que no sabía cuánto más podría aguantar.
Zhiyin por su parte se deleitaba tanto con el aspecto de su esposo sufriendo de placer que estaba sumamente excitado, además de sentir aquello debajo de él que estaba tan duro que ansiaba también culminar pero si lo hacía caería agotado en la cama y todavía quería jugar mucho. Por lo que se levantó levemente corriéndose otra vez recibiendo un gruñido de frustración y se inclinó a lamer lo que quedaba en el definido abdomen.
Pasó la lengua incluso más abajo a donde se suponía que debía haber vello pero estaba totalmente descubierto. Se detuvo un momento y entonces captó a donde se dirigía él. Estaba a solo centímetros del miembro de Fengxiao que rozaba su pecho y su mente se puso en blanco.
Nunca antes ni había tocado el miembro de ningún hombre y menos en pensar tenerlo dentro de su boca. Además había que incluir el pequeño detalle de que era virgen, muy virgen, en todos los sentidos. La experiencia que tenía había sido mucho porno y la recopilados, a través de los pervertidos avances del hombre debajo de él.
Mierda, mierda, mierda ¿Qué hacía?
Se mordió el labio inferior con frustración. Ya había despertado a la bestia. Y que bestia. Podía sentir como palpitaba y vaya tamaño, sería un actor porno con mucha fama si estuviera en su tiempo. Quizás exageraba, bueno si, un poco, pero era más grande que el de él en el cuerpo actual y el anterior. Tampoco podía decir que dejaría todo así llegados a ese punto. Su orgullo no lo permitiría. Tenía un propósito y él no era cobarde.
Tragó en seco. No le quedaba más remedio, tomaría al toro por los cuernos y enfrentaría la realidad con toda dignidad. Después de todo, aquello se suponía que era una tortura, aunque no entendía en que momento había cruzado el carcho y los papeles se habían investido. Asintió con fuerza con su cabeza. Estaba decidido, le daría la mejor mamada del mundo a su esposo y lo haría gritar, muy, pero muy alto. No fallaría, no fallarí....
¿Qué demonios era eso?
Abrió sus ojos al apartar la tela y dejar el vibrante miembro totalmente descubierto. Tal vez no era mala idea tomar el plan B y retirarse. Si, quizás era la mejor opción pero algo dentro de él palpitaba ansiosamente evitando que se moviera del lugar, preguntándose.
¿Cómo sería tenerlo totalmente dentro de él?
Ohhhh, seguro que muy bueno.
¿Qué decidirá Zhiyin?
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