Zhiyin continuó tocando la puerta y llamando a Fengxiao por tanto tiempo que hasta Yanfeng comenzó a impacientarse. Ni ellos mismos que habían estado tanto tiempo al lado de su señor sabían cómo iba a desarrollarse la situación.

El poder de la espada de Fengxiao era realmente fuerte y aunque él tenía un inmenso cultivo, después del último suceso, era normal que necesitara un tiempo considerable para poder volver a la normalidad. Y ver a Zhiyin tan desesperado por verlo era algo que le partía el alma.

-Señor Zhiyin, no importa cuando lo llame no funcionará. El líder está meditando profundamente. No puede oír su voz- y no mentía Fengxiao les había descrito la experiencia para que estuvieran preparados si volvía a ocurrir.

-Él va a salir- dijo Zhiyin con voz temblorosa- De seguro va a salir o me cambio el nombre-

Yanfeng dio un paso hacia él. Los hombros del menor temblaban y pensó que estaba llorando lo que no se imaginaba fue lo que vio después. Su señor, que se sentía mal y estaba enfermo, dio una sonora patada contra la puerta que hizo que esta se sacudiera un poco.

-MIERDA ESO DUELE- maldijo zhiyin a los cuatro vientos para después alzar la cabeza- Yanfeng dame tu espada-

El gemelo solo pudo pestañear ante el tono más recompuesto del menor.

-Mi señor eso no funcionará. Nada puede entrar una vez levantada la barrera ni siquiera por la fuerza-

Zhiyin había estado allí tanto tiempo que estaba entumecido y su cabeza dolía por la fiebre por lo que su paciencia simplemente llego a su fin y explotó.

-FENXIAO, IMBÉCIL DE LOS MIL INFIERNOS. ACABA DE REPORTAR TU CULO AQUÍ. YA ME CANSÉ DE ESTARTE ROGANDO. NO TE HAGAS EL TRÁGICO Y ÁBREME LA MALDITA PUERTA ESTA DE MIERDA. Y SI PIENSAS QUE VOY A ESTAR AQUI ROGÁNDOTE COMO UN ESTÚPIDO PUES TE PUEDES ESPERAR SENTADO. NO TE PEGUÉ LOS CUERNOS NI TENGO LA NECESIDAD DE HACERLO PERO SI PIENSAS QUE ME ESTOY REVOLCANDO CON CUANTA GENTE ME APARECE DELANTE PUES TE ANUNCIO QUE MI CULO TIENE DIGNIDAD Y NO SE REGALAAAAAA-

zhiyin jadeo con fuerza después de dar su hermoso discurso gritado que dejó a Yanfeng conmocionado, pero no le dio tiempo a decir nada. Zhiyin se tambaleó hacia atrás y se deeeumbó del agotamiento.

El gemelo se movió rápido y lo sostuvo antes de que se desplomara por completo. Zhiyin tenía los ojos cerrados y el sonrojo en su piel era inmenso. Su fiebre estaba sumamente alta otra vez. El frío del ambiente no le estaba ayudando.

-Mi señor. No debió esforzarse así- le reprendió recargándolo contra su pecho- Qué hará si se pone peor. Piense un poco más en su salud

En eso pudo oír el chaquido del pestillo y la puerta se abrió. Una brisa fría que le heló los huesos lo recorrió y apretó a Zhiyin contra él. Tragó en seco temblando y no de frío. Si su señor había salido sin recobrar el control las posibilidades de escapar eran nulas y más con el estado del menor.

Pero en cambio se quedó sin palabras. Los pasos suaves y pausados retumbaron hasta él. La figura de Fengxiao sólo envuelto en una fina túnica blanca y con su cabello suelto danzando detrás del negro como el ébano. Y aquello ojos, que habían estado tan negros como un pozo sin fondo se habían vuelto a ser totalmente azules y traslucidos como el cristal.

Zhiyin sonrió confiado

-Vez Yanfeng, te lo dije, iba a salir-

Pero sus palabras se fueron opacando y sus párpados se hicieron cada vez más pesados. En contra de si voluntad sucumbió a los síntomas del agotamiento y se sumergió en un sueño profundo.

Al parecer últimamente perdía el conocimiento con facilidad y eso comenzaba a molestarlo.

El suave olor del incienso picó en su nariz y aspiró con fuerza llenándose con él. Era el mismo olor que siempre estaba en la oficina de su esposo.

-Fengxiao- Zhiyin murmuró con suavidad restregándose en la almohada. Una tela húmeda pasaba por su rostro limpiando el sudor y refrescando su piel- Fengxiao- volvía a llamarlo para después quedarse dormido nuevamente sintiendo el tacto suave de una palma acariciando su mejilla.

Y así estuvo por los siguientes tres días más hasta que la calentura general de su cuerpo descendió completamente y se sintió más ligero. No fue hasta entrada la tarde que volvió en sí. Yanfeng estaba sentado en el borde de la cama con una expresión sombría. Saltó en cuanto lo vio volver en sí.

-Mi señor, mi señor despertó- le agarró la mano y la apretó- Estoy tan feliz, esta vez realmente no asustó-

Zhiyin seguía aturdido por todo lo ocurrido y solo pudo atinar a mencionar a una sola persona.

-¿Esposo mío?-

El gemelo alzó el rostro y la expresión sombría volvía a cubrirlo. Evitó la mirada del menor.

-El señor Fengxiao ya salió del confinamiento y está realmente bien, pero está trabajando mucho y no puede verlo en este momento-

Zhiyin se deprimió un poco pero no dijo más nada. Después de todo era en parte su culpa por todo lo ocurrido, así que solo se mantuvo acostado mientras el gemelo le iba a buscar un caldo caliente para alimentarlo. Había perdido algo de peso en los días que había estado en cama y su estómago ya gruñía.

Su espalda ya no dolía o quemaba y parecía que la fuerza regresaba poco a poco a su cuerpo sobre todo en su interior. Pasó la mano por sobre su panza. Era un alivio que su bebé estuviera sano después de todo aquello. Suspiró y se quedó tranquilo aburriéndose a cada segundo.

Tenía que hablar con Fengxiao, tenía cosas importantes que decirle y explicarle, pero lo que más quería era que lo tocara, lo besara y le dijera que lo amaba. No, no quería...lo necesitaba y con urgencia.

Yanfeng regresó más tarde con el alimento y lo ayudó a dárselo cucharada tras cucharada que Zhiyin engulló sin mucho entusiasmo. Aun no estaba del todo fuerte por lo que el gemelo le pasó un paño por el cuerpo y le cambió la túnica para que volviera a recostarse.

-¿Cuándo va a venir Fengxiao?- preguntó Zhiyin corriéndose el cabello hacia atrás. Su voz estaba llena de nerviosismo y ansiedad.

Yanfeng tragó en seco y sonrió.

-Él vendrá más tarde, por ahora necesita descansar y recuperar energía- sacó unas píldoras de un frasquito y se las dio para que se las tragara-

Poco después de dejar todo ordenado Yanfeng se retiró llevándose la ropa sucia y el tazón, cerrando la puerta. Pronto la soledad envolvió a Zhiyin que dejó caer sus hombros. No quiso pensar en nada ni sacar conclusiones pero después de entrada la noche y esperar en el mismo lugar a que su esposo volviera se dio cuenta que sus sospechas podían ser ciertas.

Se pasó el borde de la túnica por su mejilla para quitar las lágrimas que comenzaban a recorrer esta. Otra vez estaba llorando. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces habían sido desde que había llegado. No era alguien que acostumbraba a hacerlo, lo consideraban una persona fría y seca por esto, pero fuera por el embarazo o por la situación era algo que ya parecía natural. Llorar ayudaba que el dolor fuera menos intenso.

-¿Esposo mío, realmente me odias?- sollozó y sobó su nariz apretando los dedos después en su regazo- Seguro que no confías en mí, aun si no te hice nada- sollozó un poco más fuerte- Es porque tengo mala suerte y todo lo malo me persigue- esta vez rompió en llanto- Porque no puedo ser feliz amando a alguien-

Se llevó las manos al rostro y lloró a moco tendido minuto tras minuto. Quería a Fengxiao, más de lo que se imaginaba y pensar que ese hombre lo odiaba era muy fuerte para él. Su pecho dolía. No podía quedarse simplemente sin hacer nada.

Torpemente apartó la colcha sin parar de llorar. Lo buscaría por toda la secta, si había salido debía estar en la biblioteca o en el estudio. Donde fuera lo buscaría. Y le dejaría bien claro las cosas. Y si no quería escucharlo lo amarraría a la cama y le haría atenderlo. Era fácil decirlo pero no podía mejorar su estado emocional que se veía estimulado por su embarazo.

Se quedó sentado en el bode de la cama. Primero debía retomar la compostura y pensar. Él era una persona impulsiva pero en estos casos ir a la deriva era muy mala idea. Analizó todo desde el inicio, al menos lo que recordaba y después de unos pocos segundos se dio cuenta de algo.

-¿El imbécil me está evitando?- su boca se quedó abierta con incredulidad- No me ha cuidado, no viene a dormir, no me manda a decir nada con el gemelos- pero que cobrarse, ahora se enterará. Si me odia ahora lo hará con ganas-

Bajó sus pies de la cama y utilizó sus manos para impulsarse para ponerse de pie. Pero no contó con que llevaba días en cama y no había recuperado toda su fuerza, además de que lo hizo muy rápido solo para caer de rodillas en el suelo. El búcaro de la mesita detrás de él se cayó en el suelo creando en estruendoso sonido así como un desastre.

La puerta se abrió de golpe dejando ver a Yanhuan que corrió hacia él asustado de verlo en el suelo.

-¿Zhiyin, qué demonios está pasando? ¿Estás bien?- lo sacudió por los hombro revisando su cuerpo después para comprobar su estado -¿Estás herido?-

Zhiyin negó con un enorme puchero en sus labios.

-ven, déjame ponerte sobre la cama-

-No quiero- dijo rotunamente Zhiyin quitándose los rastros de lágrimas y los ojos muy hinchados- Que Fengxiao venga a hacerlo él-

El cuerpo de Yanfeng se tensó.

-Mi señor está trab....-

-No uses la misma excusa barata que usó tu hermano, no soy anormal. Me está evitando, no quiere verme peor yo tengo mucho que hablar con él, así que ve y dile que mueva el culo hacia acá- su tono de voz era molesto. Otra vez su cambio radical de humor presente.

Una gota de sudor pasó por el borde de la sien del gemelo sin saber qué hacer. Fengxiao había sido muy estricto cuando le dijo que no iría a ver a Zhiyin. Tenía sus razones para no hacerlo, solo no esperó que el menor presionara tanto y Zhiyin podía ser realmente terco.

-Yo...veré que puedo hacer- intentó parecer parcial con el tema cuando la puerta se abrió detrás de él.

-No hace falta- la voz de Fengxiao hizo que las dos personas en el suelo se giraran y lo miraran- Puedes irte- los ojos azules del hombre no miraban más allá del gemelo.

Zhiyin frunció el ceño y sin pensárselo mucho agarró una de las piezas de porcelana detrás de él y se la lanzó a su esposo.