En cuanto el carruaje se detuvo Zhiyin bajó de él con una enorme sonrisa y corrió torpemente como pudo en dirección al menor de los gemelos.

-Yanfeng, Yanfeng- se detuvo al costado del caballo y jalaba la túnica pareciendo un niño chiquito- Baja, mira, mira- sus ojos tenían un brillo inusual.

Ante la insistencia de Zhiyin, el gemelo descendió.

-¿Qué ocurre señor Zhi…- no pudo terminar la frase pues este le pudo la mano extendida casi delante de sus ojos. Al inicio no comprendió que quería decirle y su rostro lo mostró.

-Mira Yanfeng, mi nuevo anillo- sacudía su mano de un lado hacia el otro casi no dejándolo ver que quería mostrarle.

Yanhuan fue el que agarró la mano para que su hermano no se mareara con tanto movimiento.

-Estate quieto de una vez- le dijo pero pudo jurar que Zhiyin casi daba saltitos de alegría.

Ambos vieron en el dedo de su joven señor un delicado anillo de jade que hacía juego con la manilla de jade que contenía al familiar Fantasma.

-¿Eso…?- Yanfeng preguntó notando que Fengxiao se acercaba por detrás de Zhiyin.

-Mi esposo quiere que me casarse conmigo- dijo casi gritando un emocionado Zhiyin.

Los gemelos no fueron los únicos que lo miraron extraño. Los demás discípulos a su alrededor se mostraron confundidos.

-Pero mi señor- Yanfeng se rascó la mejilla- Ustedes ya están cansado- pensó que al parecer Zhiyin había contagiados de su locura al líder.

-Uff, mira que pueden ser lentos- Zhiyin puso sus manos sobre su cintura y bajó la voz- ¿Tengo que recordarles con quien fue que se casó Fengxiao?-

Fue entonces que ambos comprendieron la situación.

-Quiero casarme con ÉL- recalcó Fengxiao una vez estuvo al lado de su esposo y entrelazó sus dedos. Su voz era baja por lo que la conversación, a esa altura estaba entre ellos cuatro.

-Pero mi señor, ha pensado en lo extraño que mirarán la escena los demás- Yanhuan le preguntó.

-Acaso alguna vez he vivido con lo que piensan los demás- Fengxiao pestañeó lentamente y era verdad. Era un hombre que había forjado su secta aún en contra de todos los comentarios a su alrededor.

-Y entonces…prosiguió el gemelo.

-Ay Yanhuan cállate de una vez, acaso te opones a que tenga mi boda- Zhiyin le espetó y soltándose de su esposo caminó hacia Yanfeng y se abrazó a su brazo- Lo que pasa es que está celoso- le sacó la lengua.

-¿Yo? ¿Celoso?- un marcado sonrojo cubrió las mejillas de Yanhuan -¿Por qué estaría yo celoso?-

-Porque Yanfeng no te ha propuesto matrimonio- dijo Zhiyin con un rostro solemne a pesar de que después soltó una carcajada- ¿Verdad Yanfeng?-

Pero este no le pudo responder, estaba tan rojo que hasta a Zhiyin le dio lástima seguir molestándolo. El menor sonrió y le dejo en beso en la mejilla.

-Vamos no te avergüences, esto es culpa de tu hermano que es un poco lento-

-Yo no soy lento- Yanhuan gruñó.

-Si lo eres…para algunas cosas…casi siempre las más importantes- dijo con un puchero pareciendo infantil y divertido.

-Tú- el rostro de Yanhuan se puso aún más rojo y se giró hacia Fengxiao- Mi señor, por favor controle a su esposo, el viaje parece haberle hecho daño-

Fengxiao solo rodó los ojos de uno a otro y se acercó a Zhiyin tomándolo de la mano y atrayéndolo hacia él. Su mano acarició suavemente su mejilla.

-¿Zhiyin, estás nervioso?-

-¿Yooooo, nervioso, que va. Estoy como siempre- sonrió otra vez para que esta se desvaneciera. Había una ligera palidez en su rostro a pesar de su notable felicidad.

Fengxiao sabía que mentía. Después de despertar se había quedado muy quieto, como si pensara y después había saltado del carruaje con la excusa de mostrarle el anillo. Resultado, estaba jodiendo a los gemelos y parloteaba como un loco. Si, estaba nervioso y mucho.

Se acercó y le besó la frente.

-Cálmate, solo saludaremos a mi padre y quemaremos incienso en nombre de los tuyos. No será mucho tiempo. Nada extraño pasará. Además estoy contigo- sus orbes azules lo enfocaron.

Zhiyin que estaba abrazado a él asintió con la cabeza lentamente, su rostro tenía una expresión extraña.

-¿Esposo mío, puedes besarme? Si lo haces creo que me sentiré mejor y me bajará la ansiedad.

Fengxiao acunó su mejilla y alzó su cabeza hacia atrás para poder acceder a sus labios y los selló suavemente. No fue un beso salvaje ni caliente de los que estaban acostumbrados. Fue una delicada caricia de sus labios. Y  no les importó que estuvieran rodeados de sus demás discípulos que con un sonrojo apartaron la vista ante la mirada de advertencia de Yanhuan.

Las manos de Zhiyin se posaron sobre el cuello de su esposo y reforzó el beso cuando este quiso separarse. Los labios de su esposo eran tan adictivos que se olvidaba dónde estaba, pero al final lo dejó ir relamiéndose los labios.

-¿Te sientes mejor?- Fengxiao le besó la mejilla.

-Hmm- asintió Zhiyin un poco más recuperado.

Fengxiao entrelazó nuevamente sus dedos con los de él y lo llevó hacia la entrada de la tumba que estaba a unos metros de ellos. Más bien, a la escalera que los llevaba al interior de una edificación completamente blanca. La escalera tenía tantos escalones que el ceño de Zhiyin se frunció. Zhiyin se detuvo en seco.

-Eh, esposo mío, creo que si subo eso daré a luz justo a la mitad. Y no estoy mintiendo-

-Nunca dije que subiríamos a pie- el mayor alzó una mano y materializó a su espada.

Ante la materialización de Shenyuan delante de él Zhiyin se soltó de la mano de su esposo y puso distancia entre ellos.

-Esposo mío, sé que quieres lo mejor para mí, pero como que ahora mismo le tengo cierto respeto a tu espada- los sucesos ocurridos cuando Fengxiao había perdido el control y la aparición del dragón negro como el verdadero cuerpo de la espada le ponía los pelos de punta.

Fengxiao comprendió su reacción aun así no la guardó.

-No te preocupes. No te hará nada, no te haré nada- su voz se oyó angustiada. Zhiyin se sintió mal por eso. Esa etapa de sus vidas era un poco delicada y ninguno de los dos la tocaba. Se imaginó de como debió sentirse su esposo cuando se enteró que casi lo estrangula con sus propias manos.

Tragando en seco y aun temeroso se acercó y con su mano temblante hizo el indicio de tocar la espada. Sus dedos rozaron la dura superficie vacilante. La espada vibró ante su toque pero no fue agresivo. Más bien, un leve calor recorrió el cuerpo de Zhiyin desde la espalda hasta la punta de sus dedos. Lo que más le extrañó es que la sensación fue muy parecida por no decir igual a cuando casi había muerto y su espalda casi se incendió por dentro. Más no dijo nada.

El picor en la zona pronto se fue una vez separó sus dedos.

-Me montaré en ella si juras que no me pasará nada- una gota de sudor estaba en su sien.

Fengxiao la besó llevándose entre los labios.

-Descuida-

Atrás de ellos, los demás discípulos junto a los gemelos repartían incienso entre todos. Ellos no subirían. Solo los familiares y más allegados podrían entrar a la tumba de hielo del antiguo líder, en este casi Fengxiao como su hijo biológico y Zhiyin como esposo de este.

Yanfeng aprovechó un momento y se acercó a Yanhuan y le tocó el hombro con el dedo.

-¿Hermano?- sonaba dudoso y tenía la cabeza gacha.

-Si quieres una boda te la daré- Soltó Yanhuan poniéndole en la mano un incienso- Pero prométeme que no invitarás a Zhiyin. No soportaría que estuviera riéndose de nosotros todo el tiempo-

Yanfeng pestañeó varias veces asimilando sus palabras. Una lágrima bajó silenciosa por su mejilla y Yanhuan se alarmó.

-Pero tonto no llores-

Yanfeng se limpió las lágrimas. Lo había tomado de sorpresa aquellas palabras.

-Nunca pensé que quisieras casarte conmigo. Somos hermanos y…-

-Si es lo que deseas te lo daré- agarró su mano y besó sus nudillos-

Yanfeng solo puso abrazarlo. Los discípulos alrededor no habían oído que hablaban entre ellos pero ya estaban acostumbrados a sus sutiles muestras de afecto por lo que no dijeron nada. Ese no era su problema y mejor que no lo fuera. Yanhuan se ponía de muy mal humor cuando alguien osaba entrar en la barrera natural que siempre tenían alrededor de ellos. Solo Fengxiao y Zhiyin eran capaces de acercárseles sin ningún problema.

Una vez que Fengxiao se subió sobre la espada le tendió la mano al menor para ayudarlo a subir y lo acomodó delante de él sosteniéndolo como podía. La barriga era lo bastante grande como para estar en el medio. Se elevó suavemente y ascendió hasta la entrada con cuidado de que la atura no afectara a su esposo. Estaba en el octavo mes y por recomendaciones del doctor tenían que tener más cuidado. El bebé estaba seguro pero eso no significaba que el cuerpo de Zhiyin lo estuviera de igual forma. Después de todo no era normal que un hombre pudiera quedarse embarazado, por mucho útero que tuviera dentro y pudiera lactar, genéticamente no estaba preparado para gestar.

Por lo tanto, los encuentros sexuales se habían reducido a 0 a pesar de las protestar de Zhiyin y solo se podían limitar a roces y toques. Actividades intensas estaban fuera de discusión y además su alimentación era cada vez más estricta para que comiera lo necesario en cuestiones proteicas. Una rutina que Zhiyin ya odiaba, sobre todo la parte de no poder tocar a su esposo como le daba la gana.

Siempre decía que sentirse lleno era la mejor sensación del mundo, tanto el estómago como otra parte. Fengxiao aún se preguntaba que había hecho con su esposo, después de la primera vez. Todavía podía recordar como quería escapar de la habitación, ahora, le exigía sexo en cada momento. Acaso pensaba que era un semental siempre duro.

No era que se quejara pero sus caderas eran las que dolían después de tanta acción. Un dolor delicioso que disfrutaba una y otra vez. Quien lo comprendía, ni él mismo. Definitivamente Zhiyin era único.

Y ese mismo Zhiyin se bajó de la Shenyuan una vez estuvieron delante de la gran puerta de cristal y acto seguido se pegó a su esposo temblando y mordiéndose el labio. Una sensación de deja vú lo recorrió. Algo estaba mal. Ese lugar no estaba solo. Si había un cuerpo adentro, pero también había algo más.