Zhiyin caminaba al lado de Fengxiao sintiendo como el calor de la palma de este se filtraba hacia su cuerpo a partir de la suya. Era una sensación reconfortadora y no dejaba que el leve sonrojo que cubría sus mejillas se fuera. Parecía una joven tímida, o más bien, un joven avergonzado, algo que él no era, o pensaba hasta ahora.

Ahora estaba más ligero, ahora que había dejado volar un poco de su dolor. Su esposo lo había sacado de la residencia y de todo aquello llevándolo a este lugar para que su mente se despejara y estaba ayudando. Miró a Fengxiao, el hombre se preocupaba por él, eso ya era un hecho.

-¿Ocurre algo?- este le preguntó y Zhiyin enfocó su atención hacia el frente para no ser pillado estudiándolo.

-Nada, nada- negó con la cabeza.

-¿Quieres algo? Puedes escoger lo que quieras-

Zhiyin se detuvo y con eso su esposo.

-Cualquiera pensaría que eres multimillonario cuando dices eso-

Fengxiao pareció confundido.

-No sé qué signifique multimillonario pero si tengo un buen fondo propio guardado-

-Oh, Esposo mío, eres rico- se burló Zhiyin, no era de los que le importara el dinero como elemento principal de su vida.

-No sé por qué te sorprendes, recibiste varios regalos de mi parte bastante caros-

Zhiyin se le acercó y le tocó la punta de la nariz con el dedo

-No recuerdo nada de eso- esquivó el tema, ya le habían contado lo que hacía el dueño de este cuerpo anterior y lo quisquilloso de sus peticiones –Pero no desperdiciaré esta oportunidad, quiero comprar algunas cosas, sobre todo para el renacuajo, que crees- mostró una enorme sonrisa y su rostro anteriormente triste se iluminó.

-Va a ser varón así que puedes comprar cosas de chicos- afirmó Fengxiao tomando su mano y besando cada uno de sus dedos poniendo nervioso al menor que la retiró.

-Vaya, esposo mío, que sepas el sexo del bebé es bueno, me ahorrará mucho trabajo- y después fue que cayó -¿Cómo demonios sabes el sexo del bebé?- se llevó la mano a la panza con los ojos abiertos.

Fengxiao solo esbozó una leve sonrisa y le dio la espalda retomando la espalda.

-Eh, esposo mío, dime, no me dejes así- corrió hasta ponerse a su lado y lo jaló de la manga – Vamos quiero sabes- pero este no le respondía- Fengxiaooooo- le gritó llamando la atención de algunas personas que estaban a su alrededor y al darse cuenta de lo que había hecho y ahora era el centro de atención otra vez, miró con ojos exasperados a su alrededor apretando los labios.

Fengxiao bufó internamente.

-Te lo diré cuando estemos solos en la cama- le murmuró en el oído y este se giró con una o en la boca.

-Esposo mío, pervertido- Zhiyin comentó indignado y se soltó de este y caminó varios pasos por delante de él molesto.

Al menos el objetivo de distraer al menor había funcionado. Fengxiao respiró aliviado y lo siguió.

Zhiyin caminaba entre los diversos puestos disfrutando de los diversos objetos que había que en su tiempo anterior no se podían ver. Había desde joyas de diversos tipos hasta espadas, panecillos en los puestos de comidas.

PANECILLOS.

Su estómago gruñó ahora que se percató que hacía mucho no consumía alimentos adecuadamente. Necesitaba comida y rápido. Miró los diferentes dulces en una de las mesas y unos de color blanco le hicieron sentir remordimiento pero apartó la vista y se enfocó en otros.

-Quiero tres de estos, dos de aquellos, cinco de esos- señalaba uno por uno y el hombre que delante de él con una sonrisa los guardaba en una bolsa de papel –También dos de esos de allí y que no se te olviden estos- terminó por unos rellenos y cubiertos de azúcar. Necesitaba algo dulce para levantar su ánimo.

-Son 20 rul-

Fengxiao que hasta el momento había sido espectador del recorrido que hacía su esposo se acercó lado y buscó dentro de manga sacando una bolsa y girándola en la mano. De ella sacó dos piezas ovaladas y aplanadas de tamaño mediano de cobre y se las ofreció al vendedor pero este puso una expresión de asombro.

-Líder de secta- exclamó al reconocerlo- es usted, que bueno verlo por aquí- después se fijó en el hombre que tomaba con entusiasmo la bolsa y ya sacaba el primer panecillo y lo llevaba a sus labios llenándolos de mermelada- Disculpe, no reconocí a su esposo- bajó la cabeza avergonzado-

Fengxiao tenía que reconocer que Zhiyin no parecía en ningún sentido a la persona que era cuando lo conoció. Tanto su vestuario, maneras de moverse, expresarse, incluso su cabello había tenido un cambio radical, por lo que comprendía la confusión del hombre, pues si no estabas familiarizado con su rostro era normal que lo confundiera. Pero para desgracia el rostro de su esposo era más que conocido en el pueblo.

-Por favor líder de secta guarde el dinero, es un regalo de mi parte y además- escogió otra cantidad de panecillos y los guardó en otra bolsa- llévese estos, son un regalo-

Una sonrisa llena de azúcar se formó en la boca de Zhiyin mientras agradecía y dejaba mudo al hombre.

Fengxiao agradeció también y tomó labolsa pero aun así le dejó el dinero sobre la mesa y se fue antes que este este rogara por devolvérselo. También agarró la bolsa de Zhiyin para que el comiera más fácilmente por lo que el menor agarró un dulce en cada mano e iba turnando a cual le daba la mordida.

-La gente de por aquí se ve que vive bien- comentó Zhiyin casualmente.

-La tierra donde estamos ubicados es fértil y es propicia para el curso del comercio por lo que los ingresos son bastante altos sobre todo en temporada de cosecha. Además tenemos minas de oro y plata que abastecen poderosamente-

Zhiyin había notado que casi todas las casas de la parte que había recorrido del pueblo estaban en buen estado. Las personas se vestían con telas más gruesas las personas de menor nivel y delicadas las de más dinero. Eso no significaba que hubiera pobreza, incluso la familia con menos nivel tenía tres comidas al día y un techo resistente.

En las clases con su exigente pero buena profesora había estudiado el tipo de dinero, aunque ella se lo había enseñado como si fuera un niño de tres años. Entre todas las sectas circulaban cinco monedas. Las más baratas eran las de hierro que contaban como 1 rul. Normalmente se utilizaba para dulces sencillos como los que acababa de comprar, medicinas o simplemente vuelto. Después le seguían las de cobre que se dividían en las más pequeñas que valían 5 rul y las medianas de 10 rul. Estas eran las más comunes entre todos los pobladores y campesinos y con ellas podías vivir una vida acorde a las necesidades.

Después estaban las de plata, cada una se consideraban 50 rul. A diferencia de las demás no eran tan común su utilización y la tenían familias acomodadas y solo se podían emplear en los lugares de alto nivel como posadas de lujo. En último lugar estaban las de oro, cada una eran 100 rul y pertenecían principalmente a las familias ricas o al líder de secta. Zhiyin se imaginó que su esposo debía tener muchas de esas.

-Um, este está bueno- mencionó después que cogió otros dos panecillos de la bolsa y lo mordió.

-Déjame probar- Fengxiao se inclinó y mordió el panecillo frunciendo el ceño. Estaba bueno pero demasiado dulce para su gusto.

-Eh, esposo mío, no te comas mi comida, mordiste mi panecillo, no hagas eso- protestó Ziyin apartándose de él –Es mío- hizo un puchero y apretó los dulces contra su pecho posesivamente, con el hambre que comenzaba a azotar su cuerpo toda comida era poca.

Fengxiao volvió a bufar. No recordaba la última vez que se había divertido tanto en toda su vida. Su esposo era una caja de sorpresa. Zhiyin alzó la barbilla y caminó meneando las caderas volviendo a comer de mejor humor hasta que tropezó con algo que casi lo hizo caer. La mano de su esposo ayudó a que no cayera al piso lastimándose a él y a su hijo.

Delante de él había un niño que era lo que había cruzado su camino. Zhiyin se incorporó gracias a la ayuda de Fengxiao y antes de que pudiera hablar sintió nuevamente el peso de las miradas de las personas a su alrededor y los murmullos entre ellos llegaron a sus oídos con desagradable palabras.

-Pobre chico-

-Tropezarse con Fujie-

-Lo va a golpear-