Esposo mío, no me tortures así
Fengxiao sentía su sien temblar. Primero casi hace que se le pare el corazón y después le estaba reclamando que lo felicitara, pero él aún seguía molesto.
-Vuelve a la habitación y recapacita sobre tus acciones, piensa un poco más en tu seguridad y la del bebé, no puedes actuar tan impulsivo la próxima vez-
La quijada de Zhiyin casi se le cae al escucharlo e hizo un puchero molesto.
-Así es como me pagas- le gruñó inconforme -Está bien, maldito esposo malagradecido- se dio la vuelta- la próxima vez que tu secta se joda completa-
Comenzó a caminar dándole la espalda. Él se había esforzado para ahorrarle problemas a ese hombre y algo más referente a él mismo y así es como le pagaba.
-Zhiyin, gracias- el nombrado se detuvo en seco y miró por encima de su hombro solo para ver el largo cabello danzando sobre la espalda de su esposo, que se alejaba.
Le había dado las gracias. Wao, eso era un paso de avance. Zhiyin sonrió victorioso. No era tan difícil agradecerle. Levantando sus hombros quitándole importancia retomó el camino a la habitación de meditación donde se mantuvo el resto de la tarde hasta que Yanfeng le trajo la cena. Para esa hora Zhiyin tenía lágrimas en los ojos.
-¿Qué, qué le pasa, señor Zhiyin?- el gemelo casi suelta todo lo que tenía en los brazos para ir corriendo a su lado.
-Me duele Yanfeng- hizo una mueca con el rostro y se llevó de manera torpe un dedo a su ojo retirando una de las lágrimas.
-¿Dónde le duele?-
-Todo Yanfeng, me duele todo- Zhiyin protestó. Odiaba el dolor, era lo pero que existía y este cuerpo al parecer tenía muy poca tolerancia.
Las horas sentado en aquella extraña posición y el encuentro de la tarde le estaba costando en grande. Sentía los músculos a punto de reventar. Dolían y latían a cada movimiento. Cada articulación, cada parte.
-Espere, le prepararé un baño caliente enseguida- Yanfeng salió corriendo.
Zhiyin con trabajo se logró incorporar y caminó hasta la mesa maldiciendo hasta del mal que él mismo se iba a morir. Su espalda, muslos y cadera eran la peor parte. Se inclinó y se sentó revisando los platillos pero cuando fue a coger los palillos se dio cuenta que su mano temblaba. Sollozó de forma infantil. Ni siquiera podía comer ahora.
-Yanfengggggg- gritó sobándose la nariz.
El gemelo regresó con las cosas del baño en sus manos. Su respiración denotaba que había estado corriendo.
-Yanfeng, no puedo comer- el hambre estaba haciendo estragos en su cuerpo y el gemelo no pudo negarse a ayudarlo después de ver aquellos dos ojos llorosos que le pedían atención.
Incluso así Zhiyin no comió ni siquiera un cuarto de toda la comida que había servida. Masticar era incluso un suplicio. Bajó la cabeza sobándose la nariz otra vez.
-No vuelvo a ejercitarme tanto en mi vida- protestó.
Yanfeng no sabía qué hacer. Anteriormente su señor se había portado como un igual a su líder y los había defendido pero ahora parecía un niño pequeño en busca de mimos. Debía deberse al embarazo. Esos cambios de humor era algo a lo que tenía que acostumbrarse.
-¿Por qué no toma un baño? El agua ya está caliente y seguro que podrá dormir un poco después. Hablaré con mi hermano por su tiene algo para el dolor- el joven le sonrió.
Zhiyin hizo lo propio y dejó que el agua caliente hiciera el intento de hacer maravillas pero al volver a estar en la cama de su habitación se dio cuenta que el resultado había sido ínfimo. Ahora que su cuerpo estaba relajado, además de adolorido, estaba entumecido. La cama debajo de él tampoco era muy prometedora. El colchón no era tan suave, ni tan esponjoso, ni delicioso como el que estaba en el cuarto de su esposo. Pero recordó que no había estado allí desde que habían discutido.
Cerró los ojos e intentó concentrarse en dormir pero era inútil. Necesitaba algo o amanecería con enormes ojeras y Yanfeng aún no volvía con alguna solución. Así que se levantó y caminó al cuarto de su pareja. A la mierda su orgullo, eso no lo dejaría dormir. Cuando su mente estuviera más centrada ya pensaría en las consecuencias de sus acciones.
Para su suerte al abrir la puerta la estancia estaba vacía, así que tenía toda la cama para él. Caminó y se subió acariciando la suave superficie y oliendo las sábanas recién cambiadas y que por alguna razón le hizo sentir la esencia de Fengxiao y se quedó por un momento acostado.
Ya era bien entrada la noche, su esposo debía de estar descansando, pero al parecer tenía asuntos que resolver. Zhiyin se corrió el cabello suelto del rostro y buscó la almohada de Fengxiao que era la única de la cama y la acomodó detrás de su cabeza. Debía seguir buscando formas de ganarse la confianza de todos los que estaban allí y por qué no, a pesar de que aquel hombre le había sacado más de una mala palabra debía reconocer que estaba bueno y lo demás era historia. Era totalmente su tipo, y tenía la suerte de estar casado con él, pero sus personalidades chocaban. Además estaba el hecho de que lo consideraban solo un vientre de alquiler. Recordar eso le hizo dar una patada en el colchón y un gemido salió de sus labios estremeciéndose.
Otra pulsada de dolor lo había recorrido y sus ojos se llenaron nuevamente de lágrimas. Hizo el esfuerzo de acomodarse pero no estuvo más de un minuto en la misma posición. Una hora después Zhiyin tenía todo su cabello hecho una maraña de haberse estado revolcando en la cama sin lograr dormir y su cuerpo tenía vida propia palpitando por todos lados.
Terminó por acostarse de lado y sobarse la cadera suspirando. Oyó el sonido de la puerta abrirse y miró por el rabillo del ojo levantando levemente la cabeza para dejarla caer bruscamente.
-Ah esposo mío, eres tú- dijo casi sin fuerzas.
Fengxiao no se esperó encontrar a su esposo en el medio de la cama que normalmente estaba arreglada pero que ahora tenía más aspecto de nido de pájaro. Su cuerpo estaba recostado y se pasaba las manos desde la parte trasera de su espalda hasta la cadera y se acercó.
-Yanfeng me comentó que te duele el cuerpo-
-Hmm- Zhiyin respondió con los ojos cerrados y enterrando los dedos en la piel del muslo cuando este pulsó -No puedo dormir, mi cama es muy dura, pero aquí tampoco puedo dormir-
Fengxiao miró por su túnica prácticamente abierta como los músculos de las piernas y brazos estaban tensos. Se dirigió hacia el escritorio que estaba en una esquina de su cuarto sacando un pote de tamaño mediano con un líquido y volvió al lado de su esposo.
-¿Qué es eso?- Zhiyin preguntó al ver el frasco pero Fengxiao no le respondió.
El líder se quitó las capas de ropa solo quedando en la túnica interior y se subió en la cama. Agarró uno de los tobillos del menor girándolo boca arriba y le abrió las piernas sentándose entre ellas.
-¿Esposo mío, qué haces?- Zhiyin entrecerró los ojos pues sus músculos protestaron.
Fengxiao solo abrió el recipiente y dejó que un poco que el líquido perfumado se filtrara entre sus dedos y desplazó sus manos desde las rodillas, por el muslo hasta cerca de la ingle del menor. Zhiyin por reflejo incorporó la parte superior de su cuerpo sobre los codos a pesar de oír crujir algo dentro de él y miró a Fengxiao.
-Es un engüero especial que Yanhuan me dio hace tiempo, te ayudará a dormir. Estoy pasando parte de mi cultivo con el masaje así que mañana tus músculos deben estar bien-
Zhiyin apretó los labios viendo como los dedos se desplazaban por su piel blanca de forma peligrosa. El alivio fue inmediato. Por donde pasaban sus manos el dolor disminuía y su cuerpo se relajaba. Fengxiao después de terminar con la primera pierna comenzó con la segunda, aunque esta vez sus manos se desplazaron aún más adentro de la túnica rozando una de sus nalgas y él se tapó la boca antes de soltar algo parecido a un gemido.
Al parecer Fengxiao no se había dado cuenta pero estaba muy equivocado. El hombre era muy consciente del cuerpo del menor y de cómo podía estimularlo. Conocía cada parte de él y todas sus zonas más sensibles por lo que cada vez que sus manos estaban cerca de la ingle las desplazaba un poco más allá rozando cierta zona que comenzaba a despertarse. Ese masaje iba a ser algo entretenido.
-¿Por qué no te quitas la túnica? Necesito acceder al resto de tu cuerpo- intentó ocultar un jadeo, él también sentía que estaba ya duro.
Un sonrojo cubrió el rostro de Zhiyin y giró la cabeza hacia un lado. Su esposo le estaba pidiendo desnudarse él mismo y aunque ya lo había visto sin ropa, habían hecho cosas un poco ... que el mismo se desnudara, en ese momento que empezaba a excitarse, le hizo avergonzarse. Mordiéndose los labios y sintiendo sus piernas un poco más fuertes se alejó de Fengxiao y se sentó dándole la espalda. Aún allí había músculos que necesitaban atención y no podía negarse o mañana estaría peor.
Dejando de lado su vergüenza se zafó la túnica y la dejó caer hasta la cintura. Rápidamente sintió el calor de su esposo en su espalda seguido de sus manos que comenzaron a masajear su cuello estratégicamente. Zhiyin esta vez no pudo evitar gemir y las los dedos de Fengxiao se apretaron sobre la piel en respuesta.
Sus manos siguieron el camino de sus hombros hasta rodearlo y llegar a su pecho donde acarició la clavícula, el centro de sus pectorales hasta encontrarse con los pequeños pezones que estaban erectos. Desde atrás el tacto fue delicioso para Fengxiao que no pudo evitar pellizcarlos entre sus dedos hasta que los sintió duros y las pequeñas manos de Zhiyin apartaron las suyas.
-Eh, no es justo- dejó caer la cabeza hacia atrás con la respiración forzada -Esposo mío, no me tortures así-
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