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Esposo mío, estoy de vuelta

Los murmullos llenaban la sala. Incluso Xiaocheng que estaba rabiando por todo lo que había escuchado y la injusticia contra su amigo, y aunque había interferido simplemente había sido ignorado, ahora tenía la boca completamente abierta de la impresión, y a la vez de felicidad.

Habían pasado 4 años desde que había visto a Zhiyin. Porque Fengxiao no había dejado que nadie excepto un número muy contado de personas pudieran estar cerca del cuerpo sin alma de Zhiyin. Y ahora lo tenía ahí. Como si nada hubiera pasado.

Zhiyin, por su parte, se detuvo al lado de su esposo con una sonrisa y le agarró la mano de este entrelazando sus dedos sintiendo como esta temblaba ligeramente.

-Esposo mío, estoy de vuelta- le murmuró ignorando a los demás a su alrededor y conteniendo las ganas de saltarle encima y comérselo a besos. Algo que haría en cuanto salieran de allí.

Fengxiao tenía el rostro completamente helado, sus ojos se habían aclarado por completo y estaban enfocados en Zhiyin, como si aún no pudiese creer que realmente su esposo, la persona que más amaba estuviese a su lado otra vez. Sin embargo, el calor que le transmitía a través de su palma era genuino y su corazón comenzó a latir.

-Contrólate o tu dragón va a salir de golpe- Zhiyin sonrió otra vez pegándose a su cuerpo sabiendo que Fengxiao necesitaba tener sus emociones bajo control porque cierto bicho se volvía loco y no lo dejaría aguarle la fiesta.

Vio a Fengxiao asentir ligeramente relajando su rostro en una expresión que Zhiyin pudo decir que lo había vuelto a enamorar, antes de girarse hacia el gran cultivador intentando que sus mejillas no se sonrojaran. Ah, se sentía tan feliz de poder sentir a su esposo junto con él.

-Creo que con mi presencia está todo de vuelta a su lugar ¿verdad?- El rostro de Zhiyin sonreía pero su sonrisa no tenía nada que ver con la que tenía antes, esta era completamente fría- Como yo soy el propietario de las tierras y las minas no hay razón para que alguien se haga con ellas- inclinó la cabeza.

El Gran Cultivador entrecerró los ojos en torno a él.

-Y con todo el respeto del mundo, no vaya a decir lo contrario porque estaría yendo contra la ley- Zhiyin enfatizó aprovechando que estaba rodeado de otros líderes, sino sabría que sería casi imposible cuidar su lengua por cómo estaba hablando.

El Gran Cultivador lo fulminó con la mirada ante el tono que había usado Zhiyin y tras unos segundos que no dijo nada, este último apretó la mano de su esposo.

-En ese caso nos vamos de regreso- hizo una leve inclinación de la cabeza a modo de respeto-Tenemos una situación urgente que atender en la secta, un saludo a todos y bye bye- y diciendo esto y sin importar la impresión que dio se dio media vuelta y se llevó a Fengxiao con él, el cual no puso ninguna resistencia.

Ambos salieron del salón dejando el ambiente extraño dentro y Zhiyin jaló al líder por el pasillo hasta doblar en la esquina cuando se detuvo y se giró hacia su esposo. Este... lo miraba tan fijamente que...

-Un poco más y me vas a atravesar con la mirada y la verdad prefiero que me atravieses con otra cosa- sonrió y le agarró el rostro entre sus manos acunando las mejillas del Fengxiao. Sus pulgares acariciaron ligeramente debajo de sus ojos donde se encontraba la sombra de unos ojos cansados.

-¿En serio? ¿Eres Zhiyin? ¿Mi Zhiyin?- su voz temblaba ligeramente aunque físicamente no mostrara el torbellino de emociones que lo recorría en ese momento.

Zhiyin alzó una ceja.

-¿Quién más crees que se va a atrever a entrar en una sala de la forma majestuosa que lo hice yo estilo drama chino poético y salvó a su princeso como todo un caballero de brillante armadura.

Fengxiao... no entendió mucho de lo que dijo, ni tampoco era lo importando en este momento, sino que efectivamente, nadie podría hablar de aquella forma tan extraña que no fuera su pareja. Su expresión se relajó.

Zhiyin sonrió más grande.

-Te lo prometí, que volvería- ya no podía contener esas lágrimas de felicidad que comenzaron a correr por sus mejillas- Esposo mío, estoy de vuelta.

Y diciendo esto soltó el rostro de Fengxiao para envolver sus brazos alrededor de su cuello justo en el momento que la boca de su esposo se apoderaba de la suya, como si lo estuviese deseando desde hacía mucho, con un hambre cruda que hizo temblar a Zhiyin. Los fuertes brazos de Fengxiao envolvieron su cintura y lo apretaron contra él al sentirlo tambalearse.

Y no lo soltó. Lo besó de forma intensa, como si no hubiera probado esos labios en mucho tiempo, en sentirlos cálidos y húmedos. No tiesos y fríos. La lengua rápidamente abrió la boca de Zhiyin que no opuso resistencia y buscó su lengua envolviéndola con la suya, no como un beso en busca de deseo, sino un beso con el que quería fundirse con él.

Su Zhiyin, estaba de regreso.

Bajó sus manos apretando la cadera de él hasta llegar a sus muslos y agarrándolo tiró de Zhiyin hacia arriba haciendo que las piernas de este rodearan su cintura y sus brazos apretaran más su cuello. Fengxiao lo acomodó sobre él y dándose la vuelta lo pegó contra la columna más cercaba aprisionando el cuerpo del menor con el suyo sintiendo su calor por encima de la tela. En ningún momento soltó sus labios.

No quería, sentía que si lo soltaba lo perdería de nuevo de su lado. No. No podría soportarlo otra vez. Había sido fuerte por su hijo, por la promesa, pero si Zhiyin se perdía de nuevo de su lado... se volvería loco.

Y con ese pensamiento hizo el beso más profundo. Saboreando todo el interior de él, sintiendo como el corazón de Zhiyin palpitaba contra él suyo. Si, palpitaba, estaba vivo.

Solo cuando su esposo intentó alejarse para tomar aire le soltó los labios, solo dejando que tomara unas pocas bocanadas antes de volverse a hacer con su boca nuevamente. Y ese procedimiento lo repitió varias veces. No le importaba que fueran vistos. En ese momento solo eran Zhiyin y él.

-Esposo... mío- Jadeó Zhiyin cuando lo soltó por no sabía que vez y tuvo que poner una mano sobre la boca de Fengxiao que tenía la mirada ensombrecida, para detenerlo- Sino me dejas respirar... tendremos problemas- sonrió.

Fengxiao asintió lentamente, aunque no se movió del lugar. El peso de Zhiyin se sentía agradable. Por lo que no pudo evitar pegar su cabeza sobre el pecho de su esposo escuchando los latidos de su corazón.

-Estás de vuelta- dijo con la voz apretadas.

Zhiyin envolvió sus brazos con más fuerza sobre los hombres de él y ajustó sus piernas alrededor de la dura cintura.

-te dije que lo haría, no fue el mejor método... después te doy los macabros detalles, pero aquí el fin es lo que importaba... disculpa haberme demorado tanto. Es que cómo demonios menos de 48 horas se hicieron 4 años aquí- protestó chasqueando los dientes.

Fengxiao lo escuchaba y alzó la mirada, sus ojos azules... hicieron estremecer a Zhiyin.

-Oye... que cosa rara estás pensando- una gota de sudor corrió por su sien.

-¿Debería encerrarte en la secta de donde no puedas volver a desaparecer?- las palabras eran sumamente grave y el color negro danzaba en finos hilos por el azul.

Zhiyin sintió que su piel se puso de gallina y le dio un manotazo en el hombro.

-Ahora no te pongas como marido tóxico.

Fengxiao alzó la cabeza y pegó su frente contra la de él.

-Entonces debes prometer que no volverás a desaparecer de mi lado ni el de tu hijo.

Zhiyin pestañeó lentamente y se apretó más contra él.

-¿Di todas las formas que quiere que te lo prometa y lo haré. No pienso alejarme de ustedes nunca más- y esta vez fue él el que besó de nuevo a su esposo.

Esta vez un beso lento, donde solo movieron sus labios sobre el otro, intercambiando el calor de su piel, su aliento cálido... hasta que Zhiyin sintió que su fuerza descendía de golpe. Y eso solo indicaba una cosa.

-¿Zhiyin?- Fengxiao se preocupó al su esposo correrse a un lado y su cabeza caer sobre su hombro, sus ojos entrecerrados.

-La medicina... está perdiendo su efecto... tengo mucho sueño.

Fengxiao aún estaba preocupado, de por si era todo un milagro que su esposo estuviese allí. Lo acomodó sobre él pasando un brazo por debajo de sus muslos y el otro sobre su espalda recargándolo más contra él.

-Entonces duerme- le dijo de forma suave, para que solo ellos dos lo escucharan- Cuando despiertes todavía estar conmigo... y con nuestro hijo.

Y eso sacó una sonrisa a Zhiyin antes que pudiese cerrar sus ojos con confianza, esta vez seguro que seguiría junto a su familia.   

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