Esposo mío, esto es vergonzoso
Fengxiao esperaba en medio de la calle a que su esposo terminara de atender sus asuntos en la tienda donde se vendía parte de sus productos. La cola era inmensa afuera por lo que no le quitaba la mirada de encima pero tampoco quería que este se sintiera acorralado sin poderse mover a ningún lado debido a la vigilancia actual, y más dado el carácter libre e independiente del menor.
Podía armarle un espectáculo en medio de la calle reclamando su libertad.
Porque Zhiyin era así.
Adentro estaba hablando con su hermana que estaba al cargo de parte de los textiles que se vendían como el agua. Suji era después de todo la encargada de los temas más delicados de la secta por lo que podía recomendar sin problemas a los clientes que prenda les vendría mejor.
El líder sintió como alguien de detuvo al lado de él y asintió con su cabeza. Este Se acercó y le susurró al oído algo que hizo que los ojos azules del líder se iluminaran. Estaba seguro que Zhiyin estaría contento con la noticia, pero esperaría a mas tarde para decirle, porque si no, se querría ir al momento y quería que disfrutara un poco más del festival. Aún faltaba la cena especial preparada en nombre del líder, o sea el, y el hermoso espectáculo de fuegos artificiales. Unas horas más no marcarían la diferencia.
Zhiyin terminó de revisar los papeles con una sonrisa. No había anomalías y todo estaba yendo súper bien. Había enormes ganancias y lo mejor era que podrían dentro de poco invertir para extender el negocio de las telas. Para eso esperaría a ya tener a su renacuajo, porque sería mucho trabajo y no quería dejar de atender a su hijo solo porque los negocios le robaran el tiempo.
Su hijo era primero que todo. Aunque primero que todo...se quedó pensando. Y dónde dejaba a su esposo. Los pondría en el número uno a los dos, así no tenía que estar martirizándose la vida de a quien quería más. Así de fácil.
Se pasó la mano por la barriga grande satisfecho con los resultados. Sintió las pataditas de excitación del niño y aunque le dolieron un poco no fue lo suficientemente fuerte para borrarle la enorme sonrisa de sus labios.
-Cuñada estoy complacido. Todo va muy bien-
Ella alzó una ceja.
-No me trates como si fuera una empleada tuya. Solo estoy colaborando porque esto ayuda a nuestra secta y a mi hermano-
Aun con aquellos comentarios Zhiyin apenas se inmutó.
-Vamos cuñadita, no seas amargada, sabes que soy tu cuñado preferido, a pesar que siempre me miras con mala cara ¿A qué después de todo me quieres?-
Suji frunció el ceño.
-Eres el único cuñado que tengo. Y no te quiero, solo te soporto porque mi hermano parece feliz a tu lado. Y estás molestando a los clientes estando en el medio. Piérdete-
Zhiyin se carcajeó y evitó la tela que se hondeó delante de él por mujer que lo echaba de la tienda. Ya había aprendido a lidiar con ella y a pesar de sus diferencias podían convivir.
Sonriendo atravesó la calle en dirección a su esposo que aún estaba en el mismo lugar. Con esa hermosa túnica que le había mandado a hacer resaltaba a kilómetros. Se veía tan bello y apetecible que no importaba lo que había dicho el doctor...esa noche él tenía planes. Y nadie se los iba a echar a perder.
Caminaba tan enfocado pensando en cómo persuadiría al hombre terco como una cabra como ocurría cuando se referís a su seguridad sin percatarse que había una piedra en el camino debido a su gran barriga. Y con la que tropezó. Estaba tan lejos de Fengxiao y todo fue tan rápido que pronto se vio cayendo al suelo con la garantía de golpearse.
No, su renacuajo. Fue lo único que pudo pensar cerrando sus ojos esperando el impacto, cuando un fuerte brazo lo envolvió y lo sujetó antes de golpearse duro. Acto seguido lo comenzó a enderezar con delicadeza.
-¿Se encuentra bien?- una voz con toque grave pero muy agradable hizo que todo el vello de Zhiyin se erizara....en el buen sentido. Cuando pudo enfocar el rostro del hombre simplemente se quedó sin palabras y ni siquiera pudo agradecer. Simplemente soltó un jadeo.
-Me alegra mucho haber llegado a tiempo- este le sonrío mostrando una elegante hilera de dientes. Elegante como todo de él.
Un hombre alto, maduro, quizás en sus cuarenta pero muy muy atractivo. Con el rostro anguloso, labios algo rellenos en una línea recta. Con el cabello color marrón oscuro que caía por su espalda hasta la cintura. Y unos ojos también marrones que le parecieron familiares pero no supo dónde. La boca de Zhiyin se secó.
-Viendo que está bien lo dejo- le sonrió antes de seguir su camino no sin antes girar la cabeza a la persona que veía corriendo en su dirección y hacer una leve reverencia con ella- La próxima vez cuide por donde camine y más en su estado-
Zhiyin se quedó parado en lo que el hombre se alejaba con pasos largos y ágiles.
-Zhiyin- escuchó la voz de su esposo a su lado llegando. Lo agarró de sus hombros y lo giro verificando que estuviera bien. Casi se le sale el corazón cuando pensó que Zhiyin se golpearía cuando lo vio caer.
-Esposo mío, no puedo dejar de mirarlo- espetó el menor con el rostro conmocionado- Y no sé por qué-
Fengxiao dirigió la mirada hacia el hombre que se desvanecía a lo lejos sin apenas darle tiempo para agradecerle. Le pareció conocido. Lo analizó un momento y reconoció la túnica que llevaba. Pertenecía a una pequeña pero vieja secta que había vivido establecida a unas tres horas en espadas de la secta Tongli.
Eran miembros pacíficos y se encargaban principalmente de la producción de joyas y adornos por lo que eran ágiles orfebres. Pocas veces Fengxiao había tenido encuentro con algunos de sus miembros. Solo sabía que eran bienvenido en la mayoría de los lugares dado su constante aprendizaje y estudio de cada secta. Aunque no se relacionan apenas con nadie. Preferían estar alejados. Por lo que no le molestó verlo rondar por el festival. No eran un peligro.
Solo le llamó la atención que su túnica no era precisamente una muy común. Más bien era una bien trabajada por lo que debía ser alguien de una buena posición en la secta.
Sintió a Zhiyin temblar ligeramente y lo atrajo hacia él abrazándolo.
-Esposo mío, casi le hago daño a nuestro renacuajo- la voz de Zhiyin era ahogada- Lo siento mucho, no me fijé bien-
-Tranquilo- el líder besó su cabeza mientras sus manos acariciaban su espalda- Ya pasó-
Zhiyin cerró sus ojos y se aferró a la túnica de su esposo aun confundido. Fengxiao no había dicho nada de lo que había dicho de ese hombre que lo había salvado porque simplemente habló sin pensar. Otra persona se hubiera sentido celoso y más su esposo que celaba hasta su hijo.
¿Qué extraño?
***
Fengxiao llevó a Zhiyin por el resto del Festival levantándole el ánimo. Se unieron al Festival de linternas donde dejaron volar una mientras otra la depositaron en el lago que cruzaba la secta. Presenciaron la obra de teatro callejera protagonizando desde la creación hasta los éxitos de la secta en los diversos eventos en donde se había ganado el reconocimiento.
En general pasaron más de dos horas en los diversos entretenimientos que se presentaban a cada paso. Zhiyin nunca se imaginó que el festival tuiera tanta avida a pesar de que ayudó con la preparación. Estaba realmente contento y sin preocupaciones. Las personas también se veían felices y complacidas y dado los precios rebajados a lo que se vendía todo hasta las familias trabajadoras podían acceder a alimentos que incluso había que explotarse un año para comer una porción.
No pudo evitar besar la mejilla de su esposo. Estaba muy contento de tener a alguien que hubiera traído tanta paz y armonía a tantas personas con la creación de su secta. Aun cuando Fengxiao era tan joven.
Por último su esposo lo llevó hacia el restaurante más grande de la zona ya bien entrada la noche. Una edificación de al menos tres pisos con grandes terrazas y decorado ostentosamente. Allí los esperaban.
-¿Esposo mío?-
-El Festival culmina con una cena general al líder de la secta y en este caso a su pareja también, presenciando el espectáculo de fuegos artificiales. Ya debe empezar dentro de poco-
El rostro de Zhiyin se iluminó
-Y qué estás esperando. Tu hijo me tiene sin costillas desde hace rato porque no he comido nadaaaaaaa-
Fengxiao le besó la sien.
-Vamos- y lo cargó en brazos en medio de todos con cuidado con su enorme barriga. Con los brazos del hombre y la fuerza en ellos fue fácil.
El rostro de Zhiyin se volvió tan rojo por el acto que el maquillaje de su rostro apenas fue imperceptible.
-¿Pe...pe...ro que haces, esposo mío?- se agarró de su cuello.
-Hay que subir al último piso donde tendremos las mejores vistas. En tu estado no llegarás-
Zhiyin lo analizó, pero todavía era blanco de todas las miradas a su alrededor.
-Esposo mío, esto es vergonzoso-
¿Cuán creen que es la sorpresa?
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