Esposo mío, estás herido
Uno tras otro caían los latigazos sobre la espalda de Zhiyin hasta perder totalmente la cuenta. Se oía la tela desgarrándose, el sonido de la fusta contra la piel delgada y joven, del aire rompiendo ante del golpe. Por el rabillo del ojo podía ver la expresión de satisfacción de Langli cada vez que su piel era golpeada violentamente. Aquello le gustaba, lo disfrutaba. Pero con todo y eso, aun cuando su espalda era atacada tan brutalmente Zhiyin no sentía ningún dolor ¿Por qué no había dolor? Ni siquiera una cosquilla.
La mujer se detuvo un momento tomando aire y poniéndose una mano en el pecho. Una sonrisa adornó su angelical rostro desfigurándolo completamente. Esa era su verdadera imagen. La de una joven ambiciosa capaz de matar a quien quisiera por tal de lograr sus objetivos.
-¿Qué se siente ahora ser el inferior? ¿Eh?- le gritó –Te quitaré todo lo que me pertenece. Todo- levantó otra vez la fusta en el aire y la bajó con todas sus fuerzas con el objetivo de dejar una buena marca en la piel del hombre pero una neblina negra la golpeó tan fuerte que se cuerpo se desprendió del suelo y su espalda se golpeó con la pared a varios metros de su espalda. La mujer cayó en el suelo vomitando sangre.
-Nada de lo que está aquí te pertenece- Fengxiao entró por la puerta seguido de Yanhuan y diez discípulos que se movieron rápidamente y tiraron de las criadas que aguantaban a su joven señor.
El gemelo corrió rápido al lado de Zhiyin y lo agarró antes de que este cayera en el suelo descompuesto, a pesar de que no había dolor en su espalda, no quitaba que su cuerpo, además de en estado, estuviera en recuperación. Lo agarró por un brazo y la cintura y lo sentó suavemente en la cama. Zhiyin aún no entendía que pasaba pero se quedó congelado al ver aquella espalda que estuvo delante de él, interponiéndose entre Langli y su cuerpo, con toda la tela desgarrada y enormes heridas sangrantes en la piel. Aquellas heridas coincidían con las que anteriormente él debía estar recibiendo. Estas ahora estaban en la espalda de Fengxiao.
-No preguntes ahora- Yanhuan lo detuvo al ver su confusión –Más tarde él te explicará-
¿Más tarde? Zhiyin necesitaba respuestas. Y ahora ¿En qué parte se había perdido que no entendía? Acaso Fengxiao no estaba de parte de esa mujer ¿Por qué lo defendía?
-Fengxiao- Langli se sentó con dificultad en el suelo y un hilo de sangre descendiendo por su barbilla. El impacto del hechizo utilizado por el líder no había sido nada suave- ¿Por qué me haces esto?- su voz sonaba inestable tras el dolor inmenso en el pecho.
-Te impones para venir a mi secta, envenenas a mi esposo, confabulas contra él y ahora intentas matarlo, no veo ninguna razón para estar a tu lado-
Era la primera vez que Zhiyin escuchó aquel tono tan frío proveniente de Fengxiao. Apretó la tela del muslo de Yanhuan, incluso él se sintió intimidado. El gemelo estaba atento a que ocurría delante de él, sentado junto al menor, aun así puso una mano aquella que se cerraba sobre su ropa para tranquilizarlo. Ahora estaba a salvo.
-¿Qué estás diciendo? No tienes ninguna prueba, yo solo le estaba enseñando las reglas de la secta que me enseñó Suji- casi gritó.
-No me metas en eso- la nombrada apareció por la puerta pero mantuvo distancia –La única persona autorizada para imponer castigos al esposo del líder es él mismo. Ni siquiera si te hubieras convertido en concubina tienes tal privilegio. No distorsiones mis lecciones como te venga en gana- miró a su hermano y chasqueó la lengua al notar el estado de la espalda de este –Fengxiao, haz lo que creas necesario, yo no tengo nada que ver en esto, aquel que haga daño a mi familia, no es bienvenido- sentenció la mujer sintiéndose cruelmente traicionada por aquella que alguna vez consideró su amiga.
Una cosa era que hubiera ido a visitar la secta y otra muy diferente es que hubiera atacado a la persona que cargaba en su vientre a su sobrino. Y por muy mal que se llevara con Zhiyin, este seguía siendo la persona que había elegido su hermano como compañero de vida, nadie tenía derecho a intentar asesinarlo.
-Suji, acaso nuestra amistad se resume solo a eso- lágrimas aparecieron en sus ojos al no recibir apoyo.
-Si tu padre y tú se hubieran comportado, esto no hubiera ocurrido- Fengxiao interrumpió cualquier respuesta-
-Si tú no te hubieras casado con ese monstruo claro que nada de esto hubiera ocurrido- ella gritó con desespero pero se atragantó cuando la extraña neblina se estrelló en la pared, justo al lado de su rostro.
-No lo insultes-
-¿Ahora estás de su lado?- ella bufó –Qué tierno, antes, cuando me empujó ni siquiera lo consolaste o defendiste-
Fengxiao la miró de arriba a abajo con sus orbes tan claros que parecían totalmente blancos.
-Tenía un objetivo, necesitaba que estuvieras confiada, así mostrarías tu verdadero rostro lo antes posible-
-Tú- Langli se levantó tambaleándose –No puedes impedir que mi padre convenza al gran sabio para la bendición para que sea tu concubina y si saco a ese monstro tendré el camino libre. Tú y yo estamos destinados a estar juntos y lo sabes bien-
-No creo que sea así- Yanhuan estiró el brazo y agarró un pequeño cofre tallado que expulsaba un ligero humo de incienso y lo abrió sacando un talismán con diversos caracteres escritos –Con esto tus planes no serán posibles-
-Eso- ella palideció.
Zhiyin entrecerró los ojos para definir que era, pero no tenía la menor idea.
-Es un talismán de recuerdo grabado- Fengxiao se acercó a ella –Todo lo que dijiste en este cuarto está registrado en el hechizo que está escrito en ese papel, cuando el Gran Sabio lo vea toda conexión será rota-
Vaya, la versión barato de una grabadora, pensó Zhiyin rodando sus ojos.
-Pero mi padre fue tu maestro, nuestro casamiento es el pago por sus servicios- Langli seguía insistiendo.
-Yo le pagué fortaleciendo su secta y proporcionándole todas las comodidades necesarias- Fengxiao no perdía la compostura a pesar que quería terminar con todo aquello de una vez por todas.
-Entonces, que dices de cuando él me empujó, caso quieres tener a alguien tan violento que incluso puede pegar a una mujer, a tu lado y cómo va a pagar mi muñeca lesionada- las palabras de desprecio salían una detrás de la otra.
-Él no te empujó- afirmó Fengxiao
-Pero no le creíste eso en ese momento-
-Te equivocas- la fría expresión de Fengxiao se suavizó levemente- Zhiyin no miente. Solo necesite que me dijera que no lo había hecho para creerle-
Por un momento el corazón del menor palpitó contra su pecho al escuchar aquellas palabras pero se abofeteó mentalmente. Seguro era otro truco de su esposo, esta vez no caería en sus redes. Aun así un leve rubor cruzó su rostro. Malditas hormonas que hacían que pensara cosas raras.
-Tú ¿Cómo puedes caer en su garras tan fácilmente y ser manipulado de esa forma. Él no es una buena persona- agarró el borde de la túnica de Fengxiao pero este sostuvo con fuerza sus muñecas y las separó de él murmurándole al oído.
-Porque fue capaz de cautivarme desde la primera vez-
Las rodillas de Langli se debilitaron y terminó en el suelo, derrotada. El líder se deparó de ella y le dio la espalda mostrándole dónde estaba el resultado de todo su anterior ataque.
-Llévensela de aquí directo a su secta bajo castigo por confabulación contra el líder de la secta Tongli, su esposo y su futuro hijo, que el talismán sea entregado a la Gran Sabio y rompo todas las relaciones con la familia Rong. Dale saludos a tu padre de mi parte. Me alegra que haya sido mi maestro, pero ya no lo es más, no puede tratarme como un niño por siempre- esas fueron las últimas palabras dichas por Fengxiao hacia la mujer antes de que fuera sujetada por dos discípulos que se la llevaron junto con el resto que serían su escolta.
El líder cerró los ojos por un momento y suspiró levemente. Ahora que se había resuelto el primer problema, quedaba el segundo y el que más le importaba. Se acercó hacia la cama donde Zhiyin esperaba algo confuso sentado al lado de Yanhuan.
Se detuvo frente a él a una distancia prudente. Sabía que Zhiyin, a pesar de todo, no lo perdonaría.
-Zhiyin, lo siento- su voz temblorosa lo traicionó.
El menor alzó la cabeza y pestañeó. Todo había ocurrido tan rápido que había sido mucha información que procesar y todavía no entendía muy bien que era exactamente lo que Fengxiao había tramado. Al menos sabía que no verían más a aquella mujer. Todavía seguía molesto, quizás un poco menos que antes, pero el sentimiento no había cambiado. Escuchó el sonido de gotas en el suelo y se fijó que a los pies del hombre como había pequeñas gotas carmines. Y a pesar de todo no pudo evitar preocuparse.
-Esposo mío, estás herido-
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