Declarar a los cuatro vientos que su esposo era suyo, solamente suyo, era algo de lo que podía sentirse orgulloso. Claro que sí. Zhiyin se sentía pleno con hacerlo y le sobraba el valor para no cuestionarse.

Pero hacerlo delante de su suegro y que este se levantara materializando una espada en su mano como que no, no había sido tan buena idea después de todo.

-Ave María Purísima que estás en los cielos- Zhiyin se levantó y retrocedió dos pasos aumentando la distancia entre él y el hombre mayor- Yo no creía en ti pero ahora creo menos, ni siquiera porque te pedí que cuidaras mi preciado culo. Acaso el hermoso de mi esposo no se merece más que eso-

Las cejas de Zhengyu se fruncieron ante aquellas palabras. Zhiyin en cambio se puso alerta y manoteó a su alrededor para ver si tenía alguna arma pero no, estaba simplemente con su túnica.

-¿Dónde mierda hay una espada cuando se necesita?- refunfuñó y cambió al plan B, utilizar su poder y fuerza, no era tan malo en la materia después de todo.

Solo no se esperó que al igual que estaba desarmado, simplemente era una materialización de su alma por lo que no podía catalizar su cultivo. Resultado de todo aquello...estaba indefenso ante el hombre que avanzaba hacia él.

Hora del Plan C...

-Suegro, no sea malo, mira que yo quiero a su hijo y su hijo me quiere a mí-

Pero Zhengyu no dijo nada. Zhiyin se cuestionó si era buena idea dar media vuelta y comenzar a correr. Eso no estaría mal, si el padre de Fengxiao era más fuerte que el mismo Fengxiao como que la situación no se veía realmente positiva.

-Suegri, vamos, coopere- retrocedió dos pasos sin despegar la vista de la hoja de la espada grande y larga solo por si tenía que hacer magia y esquivarla ¿moriría si lo atravesaba? Sería interesante de saber.

-¿Qué tanto quieres a mi hijo?- Zhengyu se detuvo y lo enfocó fríamente- ¿Serías capaz de morir por él?-

Zhiyin pestañeó anonadado por la pregunta. Una que nunca antes se había hecho. Realmente era la primera vez que se enamoraba por lo que nunca se había sentado a analizar si era capaz de dejar su seguridad de lado para sacrificarse por alguien.

Quizá en un inicio se lo hubiera pensado más. Pero para esa pregunta, en ese momento tenía una sola respuesta.

-Sí- le respondió con firmeza y sin miedo. Si tenía que dar la vida por Fengxiao o por su hijo claro que lo haría. Si sabía que ellos estaban a salvo él era feliz y era una sensación realmente gratificante como aterradora.

Un dolor de pronto le recorrió desde el estómago quitándole el aliento. Zhiyin se quedó atónico y más cuando bajó la cabeza. La espada que estaba en las manos de su suegro ahora le atravesaba el estómago.

Zhiyin se quedó quieto. ¿Era en serio? Miró a su suegro buscando el desprecio de este así como de odio. O al menos eso era lo que se esperaba de alguien que te acababa literal de matar, en cambio lo que encontró lo hizo abrir la boca.

-No eres lo que esperaba para mi hijo- el duro rostro de Zhengyu se suavizó- Pero lo dejaré a tu cuidado-

La espada fue retirándose de su cuerpo, esta vez sin dolor. Su suegro retrocedió y la espada se esfumó como el humo, así como el mundo alrededor de Zhiyin que comenzó a volverse transparente junto al cuerpo del mayor.

-Espere suegro, tengo tantas cosas que preguntarle- logró decir pero fue demasiado tarde. Su alrededor se volvió negro y otra vez, como se estaba haciendo costumbre, la oscuridad lo consumió.

...

...

-yin...Zhiy...in...Zhiyin-

Una voz muy conocida lo trajo nuevamente a la realidad. Poco a poco abrió los ojos encantando que estaba de vuelta en el panteón de hielo pero en este caso en la entrada y estaba rodeado de los gemelos, otros ojos más y su esposo que lo miraba preocupado.

-Esposo mío- dijo con voz pastosa reconociendo la del cuerpo del antiguo Fujie.

Había vuelto a su actual cuerpo, el peso que presionaba sus costillas al punto de ser doloroso fue un recordatorio más que su querido renacuajo estaba otra vez dentro de él. Un gran alivio lo recorrió, la sola idea de separarse de su esposo y d su hijo era sumamente dolorosa, aún si eso significaba volver a su cuerpo anterior.

-¿Zhiyin, estás bien?- Fengxiao pasaba energía hacia su pecho de forma cálida haciendo que poco a poco se sintiera mejor- Perdiste el conocimiento-

Zhiyin hizo una mueca y con ayuda de su esposo se fue incorporando poco a poco hasta estar sentado, pasó la mano por su barriga y ante la patadita que recibió sonrió para que sus ojos se llenaran de lágrimas.

Un gemido colectivo se escuchó y los presentes se quedaron atónicos sin saber qué hacer ante el hecho que su joven señor comenzaba a llorar. Pero Zhiyin sabía bien lo que quería. Envolvió sus brazos en el cuello de Fengxiao y sollozó contra su cuello.

El mayor tanto sorprendido como conmocionado la sobó la espalda sin saber que estaba ocurriendo.

-Esposo mío- sollozó- el suegri me hizo bulling- dijo para que las manos se Fengxiao se detuvieran.

-¿Qué dijiste?-

Zhiyin sorbió su nariz y se separó incorporándose. Su rostro fue limpiado por el borde de la túnica de su esposo que acarició sus mejillas con cuidado aunque su mirada era fija en él.

-Que el suegri me hizo bulling- se restregó la nariz- Me pateó el culo- no especificó lo que había ocurrido por lo que sus palabras eran poco coherentes. Acto seguido sonrió- Pero al menos me dijo que cuidara de ti. Es un tipo serio pero de buen corazón, sabe con quién está hablando-

Aun así Fengxiao estaba sumamente confundido. Zhiyin se había levantado balbuceando cosas sobre su padre que no tenían sentido de su lo había algo de bubu, que si lo había dejado a cargo de él. No presionaría, conociendo a Zhiyin si se hacía el desentendido lo escucharía todo el camino por lo que solo se dignó a abrazarlo y besar su frente.

-Me alegra que estés bien-

-Hmm- Zhiyin sonrió viendo a lo lejos como la densa bruma que salía del panteón volaba al cielo esfumándose entre las nubes. Al parecer su suegro lo estaría vigilando desde otro punto. Que miedo. Al menos ahora su alma podía abandonar el mundo de los vivos y descansar en paz.

Entre Yanhguan y Fengxiao ayudaron a Zhiyin a levantarse pero esta vez no volvieron a entrar, debido a que temían que el menor volviera a colapsar por lo que hicieron una simulación del ritual en la puerta y quemaron incienso en nombre tanto de Zhengyu como de los padres de Zhiyin. Un peso de su alma se fue cuando pudo despedirse de ellos apropiadamente y Fengxiao lo apoyó en todo momento cuando sus ojos volvieron a amenazar con humedecerse. Estaba demasiado emocional.

Una vez concluido los rituales fúnebres Fengxiao acercó a Zhiyin a él y volvió a subirlo sobre su espada y lentamente descendieron hasta la parte de abajo donde estaban el resto de los discípulos y tres hombres más que no los habían acompañado durante el viaje. Por reflejo el líder puso a Zhiyin detrás de su espalda mientras los gemelos llegaban y se ponían uno a cada lado de él.

-¿Qué quieren?- le preguntó al discípulo que se había acercado a él. Fengxiao reconocía las túnicas que llevaban. Era las que definían a aquellos hombres como parte de la guardia de la segunda rama de la familia Li. Ya sabía que su primo estaba demorando mucho en causar problemas.

-Mi señor- el discípulo se arrodilló delante de él- Ellos desean que lo acompañe en estos momentos, lo espetan en la secta junto a su madre y el actual líder para tratar el tema de su intento de asesinato contra el joven maestro Li-

-Pero de qué está hablando esa gente- Por supuesto que Zhiyin no se iba a quedar callado- Está mintiendo, ese hijo de puta. Él se ganó lo que merecía, que agradezca poder caminar con sus patas de pato- casi gritó indignado. Todavía recordaba la crisis en su matrimonio por culpa de ese tipo y de haber estado a punto de morir porque su esposo había perdido el control.

-Zhiyin- Fengxiao lo miró por encima del hombro.

-Esposo mío, no me mandes a callar. Sabes que no estoy mintiendo y si es necesario yo también iré y les dejaré bien claro unas cuanta cosas que les hace falta oír a todos-

-Cálmate- Fengxiao lo abrazó y besó su frente- No tienes que preocuparte por nada, iré y resolveré este asunto rápido- su mano se posó sobre la panza del menor- No debes alterarte por el bien de nuestro hijo-

-Pero- Zhiyin hizo un exagerado puchero- No es justo, porque todos se piensan que tienen derecho a jodernos la vida-

Frengxiao alzó los bordes de sus labios y los acercó hasta que besó los de Zhiyin en un suave roce.

-Vuelve a secta- le susurró- Y espérame ahí- volvió a besarlo.

-No quiero- dijo renuente Zhiyin. Sus manos se agarraron como grilletes alrededor de la muñeca del líder- Algo me dice que no es buena idea.

Fengxiao también estaba seguro que no era una buena idea ir, pero sino lo hacía la situación se pondría mucho peor y deseaba que hubiera tranquilidad para cuando su hijo naciera.

-Volveré pronto- besó su mejilla- Te lo prometo-

Zhiyin apretó sus labios pero al final soltó su muñeca.

-Si te demoras mucho te pondré a dieta por las noches-

Fengxiao quiso sonreír con su comentario pero estaba preocupado por lo que realmente ocurriría. La segunda rama de la familia Li solía jugar sus cartas siempre a su favor y no de la manera más limpia por lo que cualquier cosa podría ocurrir. Ya estaba acostumbrado a lidiar con ello y más de algún suceso trágico había tenido que ocurrir para que a menos lo dejaran tranquilo por un tiempo considerable. Eso no se lo diría a Zhiyin o este se pegaría a él como un chicle y definitivamente no lo dejaría ir.

En cambio volvió a dejar un beso sobre los labios de Zhiyin y después se inclinó para poner sus manos a cada lado de la barriga de su esposo y la besó por encima de la tela.

-Cuida bien de tu papá, hijo mío- le susurró tan bajito que Zhiyin no fue capaz de oírlo pero la suave patada le indicó al líder que su hijo sí. Se enderezó y acarició el rostro abatido del menor.

Solo se iba por poco tiempo pero parecía que fuera una despedida. Pero no podía seguir dilatando más aquello o sabía que no dejaría el lado de Zhiyin. Así que se dio media vuelta y seguido por Yanhuan se alejó.

Zhiyin quiso agarrarle la mano nuevamente pero solo atinó a apretar sus dedos hasta que sus nudillos se volvieron blancos y suspiró.

-Esposo mío, esperaremos por ti-