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Esposo mío, déjame verte

Zhiyin sentía que su cuerpo estaba en llamas, se estaba quemando de adentro hacia afuera y no podía hacer otra cosa que gemir ante la incómoda sensación que se ubicaba, sobre todo, detrás de su hombro derecho. Allí era insoportable. Algo húmedo y frío pasaba por su rostro y cuello dándole un poco de alivio pero no era suficiente, necesitaría un baño de hielo para poder relajarse.

Con mucho esfuerzo abrió sus ojos que pesaban una tonelada. Había luces alrededor de él, siluetas moviéndose pero no podía definir nada, así como pensar. Estaba en una densa nebulosa de agotamiento.

-…yin, señor…yin, señor Zhiyin- por fin un sonido familiar llegó a sus oídos y lo buscó encontrándose con las fracciones de su gemelo de confianza.

-Yan…feng- su voz se oyó horrible y hablar solo intensificó la quemazón de su cuerpo.

-Mi señor- el mayor sonrió posando el paño húmedo sobre su frente después de enjuagarlo- Nos tenía muy preocupados-

-¿Despertó?- la voz de Yanhuan retumbó desde la puerta para después detenerse detrás de su hermano. Su rostro estaba surcado de arrugas de preocupación.

-¿Qué pasó?- Zhiyin apretó sus ojos ante la molestia en su cuerpo. Su cerebro parecía que se había freído y no podía pensar en nada- Necesito enfriarme- jadeó- Duele mucho-

Yanfeng miró a su hermano y le asintió con la cabeza. Zhiyin pronto se vio alzado entre los brazos del mayor de los gemelos con cuidado y llevado al baño siendo puesto en la piscina con agua lo suficientemente fría como para aliviar un poco el calor dentro de él. Gimió ante esto y recostó su cabeza hacia atrás, sobre una toalla doblada.

Minutos después su mente se fue despejando a pesar de que su temperatura aún era alta, pero podía pensar un poco más. Recordó el incidente con quien fuera que estuviera dentro de la habitación, después con Songhua, con su esposo y por último la sensación que lo había recorrido y que permanecía, antes de desmayarse.

Fue entonces que se percató que el dolor de su cuello se debía a los dedos de su esposo que lo había agarrado por el cuello y apretado y que además había sufrido una fuerte dosis de mordiscos que casi le habían arrancado la miel. De ahí la inflamación de la zona. Se lo tocó con los dedos y los retiró al momento, no quería ni saber cómo se veía pero de que estaba feo, estaba feo. A partir de ese momento utilizaría u collar de púas de perro o de seguro terminaría muerto.

Muerto.

Volviendo esto a su mente se enderezó de golpe.

-¿Qué pasó?- se giró hacia los gemelos que estaban sentados detrás de él sin perder detalle de su estado- ¿Dónde está Fengxiao? ¿Cómo está él? ¿Está bien?- su voz se hacía presa del pánico. Agarró con tanta fuerza de los brazos de Yanhuan que este resbaló y cayó a su lado dentro de la piscina empapándose, aun así Zhiyin no lo soltó. Lo sacudía con fuerza a pesar de lo débil que debía estar.

-Primero cálmate- Yanhuan le gritó y soltándose lo agarró de los hombros y lo detuvo- Nuestro líder está ahora mismo confinado meditando para mantener su poder controlado, él está bien, así que primero respira- el gemelo hizo caso omiso a la humedad sobre él y se enfocó en el hombre con rostro rojo por la fiebre que parecía al borde del colapso mental.

Eso no pareció aliviar a Zhiyin que miró hacia abajo comprobando su panza.

-¿Y mi renacuajo?- recordó como el poder de Fengxiao lo había rechazado y el estrago en su cuerpo.

-Es mejor que usted se preocupe más por su estado que por el bebé. El núcleo donde se está formando lo mantiene completamente seguro, es más probable que usted se haga daño que él. Fue lo que dijo el doctor. Por ahora debería descansar y esperar bajar la fiebre tan alta que tiene- Yanhuan se acomodó a Zhiyin contra el borde de la piscina le ofreció el té medicinal que su hermano le había traído. El menor lo tomó de un sorbo.

-¿Mi esposo…dijo algo?- su voz tembló pasando la mano por encima de su panza que tuvo alivio que todavía estuviera allí.

Los gemelos se miraron.

-Será mejor que hable con él cuando salga-

Esas palabras hicieron que el pánico de Zhiyin se pusiera peor. Los miró a ambos con los ojos muy abiertos y que comenzaban a llenarse de lágrimas.

-Yo no hice nada. Me desmayé y cuando me desperté estaba en una habitación con mi esposo besándome. No estoy mintiendo- habló rápido- Yo nunca lo traicionaría, no miento- sus palabras eran atropelladas y Yanhuan tuvo que sacudirlo por los hombros, de nuevo.

-Zhiyin cálmate-

-Pero…pero- comenzó a sollozar- pensará que yo lo traicioné- lloró más fuerte- y me odiará. No quiero eso- llevó sus manos a su rostro y sollozó con tata fuerza que su garganta comenzó a doler otra vez- y además todos pensaran que le hice daño, nadie volverá a confiar en mí, todos me odiarán, mi esposo me odiará- las lágrimas corrían por su rostro una tras otra.

Los brazos de Yanhuan lo envolvieron para reconfortarlo. Yanfeng le acarició la espalda sintiendo que este temblaba sin control.

-No saque conclusiones tan rápido, señor Zhiyin. Estamos seguros que el líder confía en usted. Y los demás de la secta no saben que ocurrió realmente. Nosotros solo dijimos lo que pensamos que había pasado, que el primo del líder te había hecho algo. Lástima que el muy maldito aprovechó y escapó en toda la confusión. Cuando despertamos ya no estaba- apretó sus labios, ese hombre les daría problemas sobre todo cuando hiciera su parte de la historia a los padres de Fengxiao y a los suyos propios que de seguro buscarían represalias por la agresión a su hijo.

Pero los sollozos no terminaron y su temperatura seguía igual. En eso Zhiyin hizo un gemido de incomodidad a pesar del llanto y se removió.

-Duele- volvió a protestar y saliendo de los brazos de Yanhuan se rascó el hombro intentando llegar a la parte de atrás- Duele-

Yanfeng apartó su mano y si, allí había algo. Era una pequeña marca roja como si fueran…

-Eso es…-Yanfeng parecía conmocionado.

-¿Qué ocurre?- tanto Zhiyin como Yanhuan parecieron incómodos, mucho más el primero.

-Señor Zhiyin, usted tiene en su cuerpo como si fuera la marca de la flor del infierno-

Zhiyin ante esto dejó de llorar y abrió sus ojos vidriosos.

-¿Y qué mierda es eso?- intentó mirar por encima del hombro pero fue inútil. Yanhuan ante el movimiento pudo ver a que se refería y efectivamente estaban dibujados en su piel, como si fueran tres pétalos que eran totalmente inconfundibles -¿Y…y…eso que significa?- algo más más para preocuparse.

Los gemelos se miraron.

-No sabemos, solo que es algo que no tenía en su cuerpo antes- respondió el menor de los dos.

Zhiyin puso sus ojos en blanco. Ya tenía mucho que pensar como para que le dieran esos sustos.

-Pero quema- se rascó siendo detenido con Yanhuan.

-No hagas eso, descansa y bajemos tu temperatura mientras esperas porque el líder salga, después se puede pensar en la razón por la que tienes es-

Zhiyin asintió. Realmente estaba sin energía y se sumergió otra vez en el agua que fue enfriada nuevamente por los gemelos. Cerró los ojos y aprovechó para revisarse y comprobar su estado. En el caso de su bebé todo estaba bien, la capa que lo recubría era fuerte y resistente.

En cuanto a él lo que encontró lo sorprendió. La capa que recubría su núcleo estaba agrietada. Eso le pareció extraño, no recordaba nada que pudiera haber ocasionado aquello aunque a su mente llegaron los últimos momentos antes de perder el conocimiento en manos de Fengxiao siendo controlado por el dragón de su espada. Allí fue cuando había empezado la hoguera que había atacado su cuerpo. No sabía que había pasado después. Tendría que preguntar.

Por el momento mantendría en silencio el avance dentro de él, quizás una vez que se recuperara podría intentar romperla completamente y poder cultivar normalmente. Deseaba hacerse fuerte rápido. La duda de como había ocurrido aquello estaba en su mente pero tenía otras preocupaciones como para estar enfocado en su cuerpo.

Durmió el resto del día y para la noche su temperatura seguía igual aunque la menos la quemazón en su hombro se había detenido. Miraba el techo sobre él mientras Yanfeng recogía los platos que apenas había tocado.

-¿Puedo ir a ver a mi esposo?- preguntó con un suspiro.

-Mi señor, el líder todavía no ha salido del confinamiento-

Zhiyin se sentó en la cama quitándose de la cara el cabello que pronto cortaría de nuevo. Había una expresión de tristeza en su rostro.

-¿Cuánto tiempo estará allí dentro?-

Yanfeng apretó los labios.

-No puedo decirle- respondió sinceramente- Solo lo hemos visto perder el control y fue solo poco después de que se hiciera con la espada, le costó tres meses poder salir del confinamiento en perfecto estado. Ahora es mucho más fuerte que aquella vez pero puede estar días o meses- su voz se hacía cada vez más baja.

Zhiyin hizo un puchero. Había dormido algo pero era precisamente por el agotamiento y la debilidad de su cuerpo que lo mantenía más inconsciente que durmiendo. Se había acostumbrado a tener a Fengxiao de almohada cálida a su lado pero ahora solo había frialdad. No quería eso.

-Yanfeng, llévame a dónde esté- su tono era tranquilo y débil, miraba sus manos apretadas en su regazo- Es una orden-

Era la primera vez que el gemelo recibía una orden de Zhiyin por lo que no dio objeciones a pesar de estar en contra de aquello. Lo mejor era que su señor estuviera descansando para recuperarse. Había recibido el impacto directo del poder de Fengxiao y muy de cerca, era un milagro que solo le hubiera tomado dos días despertar después de aquello.

Lo ayudó a levantarse. Zhiyin al principio de tambaleó pero después logró poder mantener el equilibro sin problemas siempre y cuando Yanfeng lo sostuviera su lado. Convocó a Fengxin y este se convirtió en una capa que recubrió su túnica interior recubriéndolo del frío. Era un familiar fuerte pero se había visto anulado completamente ante el poder de Fengxiao y Zhiyin pudo sentir su arrepentimiento por no haberlo podido proteger en cuanto lo cubrió con fuerza.

Afuera nevaba y todo estaba cubierto de una gruesa capa blanca. Solo sintió frío cuando salió al exterior y el viento helado lo golpeó. Era un alivio para su cuerpo caliente. Suspiró dejando caer los hombros.

Yanfeng sacó su espada y lo ayudó a posicionarse sobre ella para hacer el trayecto más cómodo para él. El camino fue un poco largo a través de los jardines y patios de la secta y pronto entraron en el área más alejada de toda la construcción, una que ni siquiera Zhiyin había visitado antes por la extensión de la construcción.

Se detuvieron delante de una casa detrás de un jardín desprovisto de plantas y que solo estaba adornado por copos de nieve.

-Es aquí mi señor- Yanfeng lo ayudó a bajarse y Zhiyin miró hacia la casa que no estaba en el mejor de los estados pero se notaba resistente.

-¿Este lugar?-

-Fue construido por el mismo Fengxiao, cada tabla de madera usada tiene un conjuro diferente. Puede atrapar en su interior hasta el espíritu o demonio más fuerte-

-¿Mi esposo está ahí dentro?- Zhiyin jadeó dejando salir una bocanada de aire.

Yanfeng asintió. El menor respiró profundo y se soltó del agarre del gemelo. Su cuerpo temblaba y no era de frío. Tenía miedo, mucho miedo y estaba nervioso. Estaba ansioso por saber que iba a decir Fengxiao, si lo iba a odiar, perdonar o simplemente ignorar lo que había pasado. No sabía que pensar.

Con pasos inestables caminó hacia la casa vieja. Le hizo seña a Yanfeng que no lo siguiera, quería enfrentar aquello cuando todavía tenía algo de valor. Subió los pacos escalones y avanzó por el estrecho portal hasta detenerse en la puerta jadeando. Estaba débil, muy débil y su fiebre no quería ceder ante nada pero no se detendría.

Sus nudillos tocaron la madera que crujió.

-Esposo mío, déjame verte-

¿Cómo creen que actuará Fengxiao? Seamos trágicos

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