Vaya par que tenía delante de él. Si pudiera hablar les diría calma pueblo y comenzaría a interrogarlos, solo que esta vez no podía ni decir ni una sola palabra. En vez de eso alzó su mano pidiendo la del chico. Dalai lo miró confundido.
-Pata- Jianwen habló y aunque parecía una broma su rostro serio le quitó toda la gracia. Incluso Zhiyin tuvo que hacer una mueca absurda.
Al ver que el chico no comprendía le agarró la mano y comenzó a escribir sobre su palma con el dedo. Esperaba que al menos este tuviera alguna neurona en su cerebro medio loco y lo entendiera.
-Ahhh, ya entiendo cuando dijiste pata- Dalai sonrió para después entrecerrar los ojos en dirección a Jianwen- Y no soy una mascota- le sacó la lengua y se enfocó entonces en lo que escribía Zhiyin
«¿Por qué no te recuerdo?»
-Aaaaaahhh, eso es porque mi madre me vendió cuando era muy pequeño. Necesitaba dinero para comer y como no me quería mucho lo hizo- la forma desinteresada que le había respondido el chico estremeció a Zhiyin, más no se iba a meter en ese tipo de detalles.
«Cuál es tu anomalía»
Dalai puso una expresión sombría y miró a Jianwen algo dudoso de si hablar. Este asintió con la cabeza.
-Mi mamá fue muy afectada cuando casi me dio a luz, así que mi cuerpo es bastante... especial.
Zhiyin alzó una ceja incrédulo.
«Yo tengo un útero en el culo»
Ante esto la expresión de Dalai se relajó y soltó una leve carcajada.
-Ves. Te lo dije, no era el único con partes femeninas allá abajo, y tú que no me creías- Dalai miraba a Jianwen que alzó los hombros como si aquello no fuera un tema algo fuera de lo común. Después miró a Zhiyin- Yo también tengo un útero, aunque no es funcional, más bien, tengo todo el genital completo menos los ovarios, pero también tengo mi pene, así que es algo raro, tu sabes. Tener las dos cosas, pero a él le gusta- señaló al hombre mayor.
Y Zhiyin pensaba que era explícito, este chico no tenía pelos en la lengua.
-¿Quieres que te muestre?- Dalai ya se estaba levantando para abrirse la túnica cuando Jianwen lo envolvió en sus brazos y lo sentó en su muslo.
-No, él no quiere verlo, ya te he dicho que eso nadie lo puede ver- Jianwen regañó al chico que hizo un puchero ante la negativa- Su madre lo vendió a traficantes de personas cuando tenía 5 años. En ese momento las personas que iban conmigo desmantelamos esa comitiva y liberamos a todos los esclavos, la mayoría tenían a donde volver, menos él. Lo adopté y bueno... lleva todos estos años conmigo.
Zhiyin hizo señas preguntando si eran pareja.
-No, no los somos- Dalai respondió- Somos más como maestro y alumno. Él me ha cuidado desde pequeño y yo me aprovecho de él- sacó una sonrisa- Además de que tengo la necesidad de tomar sangre. Mostró uno de sus colmillos que eran un poco más largo de lo normal. Mi cultivo es demoniaco, así que es la forma de no ser consumido y no entrar en la locura. Me gusta descuartizar gente cuando pierdo la cabeza. En resumen, es mi saco de vida andante y mi controlador.
En eso recibió una sonara nalgada que lo hizo saltar y apartarse acariciando su nalga. Después corrió y se sentó al lado de Zhiyin que solo lo miraba con cara de «este es la versión Plus+ mía, con mejoras incluidas».
-Cómo puedes decirle eso a él así sin más- otra vez Jianwen lo reprendió.
-No me regañes más. Sabes que no suelo decirle eso a nadie, pero él es diferente.
¿Por qué era diferente? Eso se preguntaba Zhiyin, pero por lo visto no podían decirle.
Jianwen entonces se levantó y se acercó a él tomando su mano. Utilizó el mismo método que había usado Zhiyin para hablar antes y le puso.
-Los refuerzos vendrán pronto y te sacaremos de aquí. Solo sé fuerte y espera. Me encargaré de que no tengas que ser llevado a ningún otro lado.
Los ojos de Zhiyin se aguaron y asintió. Él... podría salir de allí.
Los brazos de Dalai a su lado lo envolvieron en un abrazo.
-Qué lindo eres- este le sonrió- Puedes confiar en nosotros.
Zhiyin asintió ahora con más confianza y antes de que Jianwen se retirara por completo Zhiyin le agarró la mano y le escribió.
«El niño que estaba conmigo... ¿también sería posible ayudarlo? Es quien me ha cuidado desde que llegué»
Jianwen asintió y miró a Dalai.
-Cámbiate y llévale comida al niño. Revisa que todo esté bien con él.
El nombrado soltó a Zhiyin y sin protestar corrió hacia adentro del baño para cambiarse. Jianwen volvió a dirigirse hacia Zhiyin.
-Por el momento acuéstate a dormir y descansa. Mañana será otro día y debes estar agotado.
Zhiyin, aún después de toda esa escena no estaba muy seguro de dormir en aquel lugar. Tampoco era que pudiera llevarles la contraria y menos escapar. No con todo lo que le habían dicho. Tragó en seco y se corrió hacia atrás al medio de la cama y agarró la colcha con fuerza.
-Dalai y yo dormiremos en la otra cama. Puede acomodarte como desees- Jianwen se levantó para apagar una de las velas que pronto disminuyó la iluminación un poco cerca de Zhiyin.
Este, a pesar de estar alerta, no estaba tan nervioso como creería estar en su situación. Más bien, le preocupaba lo cómodo que se estaba sintiendo y del sueño que realmente le estaba entrando. En medio de su lucha contra este escuchó como la puerta era abierta y cerrada con Dalai saliendo.
Para cuando la escuchó de nuevo el chico había regresado después de atender a Xiaoyi, al menos el niño podría comer esa noche. Zhiyin se alegró y antes que pudiera reaccionar de nuevo sus párpados se cerraron, esta vez por toda la noche.
***
Los sonidos de la puerta siendo tocada fue lo que lo despertó y Zhiyin se sentó de golpe en la cama sobresaltado. Miró a cada lado para reconocer el lugar y lo ocurrido en la noche se reflejó de nuevo en su cabeza. Su corazón dejó de latir con fuerza mirando a las dos personas en la cama al otro lado de la habitación.
Jianwen dormía boca arriba mientras ya comenzaba a removerse el chico que dormía encima de él con una forma un poco peculiar.
-Ah, quien demonios está tocando. Aquí uno paga para que lo estén molestando- Dalai se sentó restregándose los ojos y protestando, a horcajadas sobre el cuerpo de Jianwen.
Este también pestañeó ante la insistencia del toque en la puerta. Frunció el ceño y antes de levantarse miró a Zhiyin.
-¿Dormiste bien?- le preguntó incorporándose a la vez que rodeaba la cintura de Dalai para que no se cayera hacia un lado.
Zhiyin asintió con la cabeza un poco dudoso.
Jianwen logró que Dalai se bajara de él y dejándolo en la cama se acercó a la puerta y la abrió.
-Puedo preguntar que tanto quieren- su tono era tosco. Ni siquiera se había acomodado la ropa.
-Disculpe la interrupción, pero ya se terminó su tiempo con el esclavo. Aún puede permanecer ustedes en la habitación, pero el esclavo debe volver- había una de las patronas con dos hombres detrás
Jianwen apretó los labios.
-Dalai, tráeme eso- dijo sin mirar atrás.
El chico que se había acostado de nuevo se levantó con un puchero en los labios y rebuscó entre la ropa de ellos, para acercarse al mayor. Este agarró una bolsa y sacó una pieza de oro en forma de aro.
-Con esto lo reservo para todo el mes aún si no estoy. Es para mí solo. No nos molesten de nuevo.
La mujer agarró la pieza y asintió.
-Tráigannos el desayuno- Jianwen esperó a que ellos se alejaran para cerrar la puerta nuevamente y girarse hacia los dos más jóvenes- Por el momento estarás a salvo.
Wao, le había dado una pieza de oro, definitivamente su secta estaba relacionada con aquello pues no había sido dinero precisamente, pero si se vendía se podía hacer una buena cantidad. Zhiyin sobre la cama aún no había bajado las defensas, cuando Dalai se subió sobre esta y se recostó cerca de él con una sonrisa.
-Solo tendrás que esperar poquito, nosotros nos encargaremos de todo- casi murmuró.
Tener esperanzas en ese momento era lo único que le quedaba.
Una vez terminaron de desayunar Dalai ya empacaba las pocas cosas de ellos.
Jianwen se acercó a Zhiyin y le hizo una leve reverencia con la cabeza.
-No dejes que vean las marcas de tu espalda. Nosotros volveremos lo antes posible. Aguanta un poco- y le puso la mano sobre su hombro- Y no te preocupes por tu esposo.
Ante esto, el cuerpo de Zhiyin se paralizó y las lágrimas asomaron nuevamente en sus ojos. Estaba hecho un llorón últimamente. Agarró de la túnica al hombre y aunque abrió la boca no salió palabra alguna de su boca.
Jianwen le pasó la mano por la cabeza para calmarlo.
-No sé la situación, pero el líder de la secta Tongli, al menos... está vivo.
No había parte del cuerpo de Zhiyin que no temblara. Acaso... acaso... las cosas estaban comenzando a mejorar.
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