A la mañana siguiente Vegeta y Gokū llaman a la sra. Vados para que los entrene...

–Buenas tardes, caballeros y, ¿a qué se debe la llamada?

–Bueno quiero que nos entrenes, por favor.

–De acuerdo, pero no voy a entrenar tan duro a Gokū...

–Y aun que le suplique no quiero que lo dejes —aclaró Vegeta.

–¡Agh! ¿Por qué, Vegeta?

–¡Por tu bebé, Goku! —exclamó Vados.

–¿Cómo supo que espero un hijo?

—Se ríe a carcajadas— ¡eso es muy fácil! Solo percibí el ki del pequeño; y déjenme decirles que con tan solo 2 días tiene un ki sorprendente.

–Entonces... ¿Mi hijo va a ser más fuerte?

–Eso es muy lindo —dijo Goku.

–Entonces... ¿Los entreno o no?

–¡Si, claro! —respondieron los dos.

Vados se lleva a Gokū y a Vegeta a entrenar y:

–Muy bien, Gokū.

–Qué pasa?

–Quiero que hagas estos ejercicios especiales para tu embarazo.

–¿Y en qué área me fortalecería?

–Fortalece a tu mente, cuerpo, y te relaja; con esto puedes estar en un estado llamado Doctrina Egoísta o Ultra Instinto.

–Y.. ¿Es muy poderoso ese estado? —dijo emocionado.

–Si, de hecho ese estado es muy difícil de lograr para los dioses...

–En ese caso, ¡lo haré!

–Bien.

Gokū y Vegeta entrenaban hasta obtener el mismo poder del torneo en la saga original; cuando llegó el tercer mes, Vados lleva a Gokū y a Vegeta al planeta Sadala porque el peli-palmera no puede usar la teletransportación ya que le haría daño al bebé.

–Gracias por traernos, Vados.

–No fué ningún problema —se va.

–Oye, Vegeta...

–¿Qué pasa, Kakarotto?

–Siento un ki acercándose hacia nosotros...

–¿Mmm...? ¡ah! ¡hew, cierto! Es un ki nada fuerte pero sí... Tú solo quédate atrás.

–De acuerdo...

En ese momento llegan dos chicas cuyo poder eran débiles, pero al parecer tenían potencial.

–¿Ustedes quiénes son?

–Yo me llamo Caulifla

–Yo soy Kale

–¿Y qué quieren de nosotros?

–¡Vaya! tu eres el del ki fuerte... Te pido un combate ¿sí?

–¡No te le acerques! O si no... ¡Yo seré quien te mate!

–No pelees, Vegeta —dijo éste agarrándole el brazo a Vegeta.

–¿Cómo se llaman? —preguntó Caulifla.

–Yo soy Vegeta ¡El príncipe de los Sayayin!

–Yo soy Goku...

–¡Y no me lo vas a quitar!

–¿De qué hablas?

–Ya te lo advertí; y si quieres un combate pelea contra mí...

–¡Obvio que no! Yo quiero pelear con el otro joven.

–Sobre mi cadáve... —cortó la frase al escuchar al menor.

–Deja que pelee...

–Pero... Nuestro hijo... Porfavor, deja que yo pelee...

–¡¿Bebé?! ¿..Eres intersexual?

–¡¿Algún problema, escoria?!

–¡Cállate, Vegeta!

–Kale, hermanita, ataca a Gokū...

–Pero, hermana, está esperando a un bebé y ya está avanzado...

–¿Y qué? Yo solo quiero proteger al planeta... Él es fuerte y puede que traiga a seres poderosos a destruir el planeta, ¿quieres eso?

–¿Bien...? —dijo un poco triste.

Kale comienza a atacar a Gokū pero este esquiva todos sus ataques hasta que Gokū la derrota fácilmente.

–Que fiazco, pensé que eras fuerte pero veo que no —dijo Vegeta de lejos.

–Yo solo soy un fiazco... ¿Hermana? —dijo lastimada.

Caulifla se quedó en silencio, con ojos de decepción.

–Yo solo soy un fiazco... No debí ser una saiyajin...

Kale expulsa todo su poder haciendo que se transforme en super saiyajin legendario... Empezó a atacar a Gokū fuerte y éste solo se puede defender con el súper saiyajin Dios Azul... Vegeta viendo esto se avienta sobre Kale pero Caulifla se lo impide.

–¡Quítate, pedazo de mierda! —dijo Vegeta llorando.

–¡Ja! ¡Si es que puedes!

Vegeta se transforma en súper saiyajin Dios Azul, derrotando fácilmente a Caulifla... El mayor va a ayudar a Gokū, pero Kale al tener energía ilimitada derrota a Vegeta y a Gokū.

Bulma que veía esto se dispuso a elaborar una pistola que haría que se destranfome y pierda su estado... Después de tres minutos, logró hacer la pistola para salvar a Goku y Vegeta

Bulma sale y ve que Kale esta a punto de eliminar a Gokū... Bulma le disparó a Kale la toxina, ésta al sentír la inyección cae al perder su estado.

Bulma carga a Gokū llevándolo a su laboratorio para ver como están su bebé... Vegeta se levanta y va a donde está Bulma.

—Llorando— ¿Cómo está Gokū?

—Feliz y aliviada— ¡Oof! Suerte que están bien Gokū y los bebés.

–¿Los... bebés?

–¡Sí.. Son gemelos!

–Kakarotto todavía me sorprendes más...

–Gracias Bulma... Si no hubieras estado aquí... Yo, Kakaroto y mis dos hijos estuvieran muertos —abraza a Bulma.

–Solo Gokū se quedará aquí para su recuperación.

–¿Por cuántos días?

–Mhhh, calculándolo serían tres días, máximo.

–¿Me puedo quedar con él estos tres días?

–Sí, por supuesto —Bulma saca dos cápsulas y se las da a Vegeta— toma aquí tiene comida y agua... Bueno me retiro.

–¡Si, gracias!... ¿Me escuchas, Gokū?

–Sí, Vegeta, te escucho —responde un poco débil.

–Pronto te recuperarás... —le planta un beso— esas saiyajines me las van a pagar por lo que te hicieron.

–Déjalo así —dijo Goku cerrando los ojos de la impotencia de no poder moverse.

–Pero casi te matan y son cosas que yo no soporto.

–No seas exagerado; pero ahora el problema es evitarlas a toda costa.

–Por eso no te preocupes le pediremos a Bulma que si nos podemos cambiar de lugar. ¿Te parece?

–Lo que digas, Vegeta.

Despues de decir esas palabras los dos quedaron dormidos... pero afuera del laboratorio..

–Esos saiyajines y esa mujer me las van a pagar —va hacia Kale que sigue desmayada por la toxina.

–Tendremos que entrenar con la señorita Vados...

Caulifla manda a llamar a Vados.

–¿A que se debe su llamada señorita Caulifla?

–Quiero que nos entrenes a mi y a mi hermana Kale

–Esta bien solo deja voy al planeta Sadalá para lleverlas conmigo —después de terminar de hablar con ellas, colgó la llamada.